Confucio
decía que es mejor encender una vela que maldecir a la oscuridad. Sería
conveniente que en el gobierno sigan el consejo de Confucio. Los dos discursos
de la Presidenta después de la derrota política del 11 de agosto (el del día de
las elecciones, luego de conocido el escrutinio
y el de Tecnópolis) parece haber optado en principio por enojarse con la
oscuridad.
Algunas
consideraciones de aproximación al tema. Las especulaciones previas llevaban a la
certeza que a nivel nacional el Frente para la Victoria obtendría la victoria, teniendo en cuenta que era el
único partido que con el mismo nombre tenía presencia en todos los distritos.
Dado que la situación económica y social era considerablemente mejor que la
peor elección realizada por el gobierno en el 2009 y que esos eran los
legisladores que se renovaban, estaba garantizado una presencia legislativa mayor al superar previsiblemente
por varios puntos la performance nacional de aquel año que alcanzó a 31,5%. En
los distritos más desfavorables como Capital Federal, Santa Fe y Mendoza se
estimaba, que aún derrotado, duplicaría los votos obtenidos en el 2009, mejoraría un poco en Córdoba y permanecería
estable en la Provincia de Buenos Aires. En la mayor parte de los otros
distritos se consideraba factible mantener la habitual hegemonía. Con ese
panorama, y partiendo de un núcleo duro superior al 30%, resultaba
absolutamente probable llegar al 35 %.
El
resultado estuvo lejos de ese cálculo. Como escribió el periodista Eduardo
Blaustein en el semanario Z: “La sorpresa no fue sólo la baja elección hecha
por el kirchnerismo en la suma nacional cinco puntos por debajo de su marca del
2009. La sorpresa es lo lejos que estuvo
el oficialismo-dirigentes, voceros, sus medios cercanos- de prever ese
resultado. La ausencia de esa percepción explica en buena medida lo
sucedido: dificultades de escucha y de
interpelación, negaciones, una cierta tendencia oficial (según lo definió el
escritor Juan Sasturain) a lo autocelebratorio. Es cierto que el silencio
previo de un par de consultoras cercanas al gobierno se hacía elocuente y es
cierto que en términos generales las encuestas porteñas y bonaerenses se
acercaron a los cómputos finales, pero
no a lo que finalmente sería la escala nacional y menos a lo sucedido en muchas
provincias. Es cierto que el kirchnerismo sigue siendo primera minoría
nacional y la fuerza más organizada. Pero ese argumento obvio es pobre en el
análisis general y sólo complementario de otras lecturas posibles de las
elecciones”
En provincia Buenos Aires, donde el Frente
para la Victoria estuvo casi tres puntos
por debajo del 2009 se produjo la sorpresa que en los lugares donde debía ganar
por amplio margen el mismo se estrechó en forma considerable, perdió en forma
amplia en los municipios cuyos intendentes apoyaron a Sergio Massa y fue
derrotado, a mero título enunciativo en lugares impensados como Morón,
Avellaneda, Moreno, Ituzaingó o Lanús registrándose un empate en un territorio
abonado a la victoria como Merlo. A eso se suma la derrota en provincias como
La Rioja, Jujuy, San Juan en donde el resultado parecía cantado a favor,
igual que en Catamarca aunque en esta provincia con menor margen de certeza, y el
previsible pero muy simbólico fracaso en Santa Cruz.
Los triunfadores opositores
con amplias ventajas, como Julio César
Cleto Cobos en Mendoza o Hermes Binner
en Santa Fe, se caracterizan por su discurso lavado e insustancial, su falta de
carisma y su nula audacia.
Sergio Massa realizó una muy buena elección, con un emprendimiento político de
apenas 40 días, aunque su preparación tiene muchos meses acumulados. Su
discurso en la línea de Capriles en Venezuela, intentó recoger lo que considera
positivo del kirchnerismo y apuntar lo que la prédica opositora política y
mediática ha hecho trinchera: no a la reelección, no a la reforma de la
constitución, defensa de la justicia actual, hincapié en la división de
poderes, y prédica en la lucha contra la inflación y la inseguridad. Ese envase esconde un contenido fuertemente
noventista que recorre todas la muletillas que van desde la prolongación de las
penas para mejorar la seguridad a la de dejar atrás el pasado y
consecuentemente el procesamiento de los genocidas, postulando una falsa reconciliación. Desde el
abrazo al mal llamado campo, a la de transitar el camino del endeudamiento y
subordinación a los organismos internacionales, bajo las premisas de la
conciliación, el consenso y la reinserción en el mundo. Desde la subordinación
integral a las corporaciones y a la patria financiera al alineamiento
incondicional con los EE.UU, desertando de la utopía revolucionaria de la
unidad latinoamericana.
Otro
derrotado es el PRO en el único distrito que administra, protegido por los
medios hegemónicos, que han amortiguado el fracaso al punto de pasar por
triunfador, pero internamente no han podido disimular el sacudón donde el frente UNEN amenaza su hegemonía.
Éste ganó en la mayor parte de los barrios porteños, tanto para diputados como
para senadores. Como compensación precaria tuvo las buenas elecciones de
Alfredo de Angeli en Entre Ríos donde superó al radicalismo ubicándose en el
segundo lugar, igual que Miguel del Sel en Santa Fe que volvió a confirmar un
segundo puesto con menos votos que en su debut y a mayor distancia del primero. En Córdoba el
ex árbitro de fútbol Héctor Baldassi, debutante político en las huestes de
Mauricio Macri, se ubicó tercero,
superando en votos al Frente para la Victoria, que llevó como candidata a
Silvia Scotto, la ex rectora de la Universidad de Córdoba, lo que obliga a realizar un enorme esfuerzo de
comprensión, para lo cual es útil acudir al filósofo Baruj Spinoza que
sostenía: “En política no hay que reír ni llorar, sólo comprender.”
El
Frente de Izquierda realizó una muy buena elección con presencia en 19
distritos en todos los cuales superó largamente el piso establecido en las
PASO.
Dentro
de UNEN, ha quedado claro que Jorge Lanata siembra y Elisa Carrió cosecha.
El
amplio triunfo en Entre Ríos del gobernador Sergio Uribarri, lo deja en
condiciones favorables de ser una alternativa kirchnerista en el 2015.
EXPLICACIONES POSIBLES DE
UNA DERROTA
Es
posible que el gobierno haya leído equivocadamente el resultado del 55% en las
elecciones presidenciales del 2011, considerándolos suyo. Sostuve entonces que
los votos propios alcanzaban a lo sumo a un 35%. El 20% restante es fluctuante.
El gobierno debía retener por lo menos 7 puntos de ese total de dos dígitos. No
solo no lo hizo, sino que su drenaje perforó incluso su propio piso. Cuando
Cristina Fernández afirmó “Vamos por todo”, su lectura correcta era por todo lo
considerado pendiente y no como interpretó o simuló entender el establishment
que significaba un arrasamiento institucional. Esa estrategia entró en contradicción con la construcción política que
se desplegó. La Presidenta fue expulsando seguidores y simpatizantes y
radicalizando a sus opositores de clase media. Se enfrento con la CGT de Hugo Moyano con daños fuertes para ambos.
Cristina perdió representación y capacidad de movilización y el líder camionero
extravió su GPS y terminó abrazado con los que esperan la oportunidad para ser
sus verdugos. Cristina se acercó a un sindicalismo gordo y sin capacidad
movilizadora como el que expresa Gerardo Martínez, impresentable hasta desde el
punto de los derechos humanos, mientras que Moyano decidió transitar por la política donde
está más desorientado que camionero en la niebla, utilizando un lenguaje
neoliberal y un arco de alianzas que contrasta con su valorable posicionamiento
en los noventa.
Un
movimiento nacional y popular con la clase obrera organizada fuera de ese
campo, necesariamente padecerá de una debilidad costosa que se expresa en las
calles y en las urnas.
El ensayista Ernesto
Laclau, cuya defensa del populismo es meritoria, ha incorporado la teoría del papel secundario del proletariado,
desplazado por las organizaciones sociales y las juveniles. Si la Presidenta
adscribe a esta postura, la realidad empieza a demostrarle la equivocación. Si
a esto se suma que franjas crecientes de las clases medias, fundamentalmente
las más favorecidas, desembarcaban de la aceptación pasiva para pasar a la
oposición activa, la base de sustentación se debilitaba significativamente.
Los masivos cacerolazos fueron un alerta que la Casa Rosada minimizó y algunos
de sus ministros ridiculizaron.
Se da entonces una
situación paradojal: mientras se intenta ir por más, las fuerzas que se va
disponiendo para concretarlas se van reduciendo.
He
manifestado reiterada y obsesivamente mis dudas sobre la construcción política
de la Presidenta. El hostigamiento a Daniel Scioli intensificado en los meses
previos a las elecciones, cuestionando incluso su capacidad de gobierno para
luego recurrir a él con el objetivo de sostener a Martín Insaurralde, desconocido fuera de Lomas de Zamora, revela
una contradicción difícil de explicar. Haber especulado con la alta
probabilidad que Sergio Massa no iba a romper, limitó el esfuerzo de mantenerlo
dentro del redil. Massa y Scioli eran necesarios para estas decisivas
elecciones presentadas como plebiscitarias, tanto por el gobierno como para la
oposición, y de su resultado depende la
continuidad más o menos tumultuosa de los últimos dos años de gobierno, y la proyección
o no del proyecto, más allá de la finalización del presente mandato. Si se
tenía pensada la ruptura, la misma debía concretarse a posteriori del 27 de
octubre. Si se hace un ejercicio de
historia contrafáctica, es fácilmente imaginable la derrota estruendosa que
hubiera sufrido el Frente para la Victoria si Scioli rompía y se aliaba con
Massa.
Hay una tendencia creciente
en el gobierno hacia el enclaustramiento en los considerados leales, y un
sistema de promoción que premia a los que se despojan de toda observación
crítica, lo que potencia a los alcahuetes.
Hay
además una metodología parlamentaria y económica que levanta polvaredas de
disconformidad. La primera se vio, por ejemplo, en las seis leyes de
democratización de la justicia, a las
cuales se las impuso. Teniendo fuerzas suficientes para sancionarlas, se abortó
el debate previo, para darle un tratamiento veloz. Se prescindió del
conocimiento social donde se debe librar la
batalla del convencimiento y de la aceptación. En el orden económico suceden
situaciones inadmisibles en diferentes
áreas, donde la oscuridad de los procedimientos y la arbitrariedad producen en
muchos casos irritaciones justificadas.
Una cosa es la necesaria
confrontación para llevar adelante transformaciones que han sido en muchos
aspectos la marca en el orillo del kirchnerismo. Muy diferente es usar un
discurso revulsivo, incluso necesario y luego esterilizar o incumplir lo
prometido.
Por ejemplo, el pretendido control de precios con apoyo activo de la Cámpora,
duró lo que la luz de un fósforo.
Dejar
que la lista de los artículos las confeccionaran los supermercados, fue una
torpeza de principiantes. Amenazar con un control radicalizado para dejarlo en
las gateras, es un error político.
Provocar
la reacción del establishment por algo que se amenazó y no se concretó como el
accionar de la Cámpora en los supermercados, forma parte del manual de lo que
no se debe hacer.
No
encarar el saneamiento del INDEC, de aquí para adelante, es un desgaste en la
credibilidad que puntualmente llega en los primeros días de cada mes.
Medidas
como el control cambiario, imprescindible en un contexto como el actual para
tratar de soslayar escenarios mucho más graves,
debió comunicarse como una cruzada en defensa del país y de sus
ciudadanos y no como ha sido considerado finalmente, aunque en forma falaz,
como una restricción de la libertad. Incluso que el establishment y sus
servidores políticos, económicos y mediáticos lo califiquen de cepo cambiario
es haberle dejado la batalla idiomática de fuerte contenido cultural al poder
económico que desde sus orígenes no escatimó los medios de tortura como el
cepo.
El
actualizar los sueldos sin el correlato en las tablas y deducciones del
impuesto a las ganancias es una obstinación poco inteligente. Lo mismo sucede
con diferente intensidad en las categorías del monotributo.
La
prensa favorable sólo llega a un limitado número de simpatizantes y jamás ha
sido una mediana competencia de los medios dominantes. De todos los productos
periodísticos engendrados, sólo 6-7-8, Duro de domar y TVR, han tenido
influencias destacadas como antídoto a la distorsión y falsedades de los medios
dominantes, aunque la receta y el encapsulamiento ideológico sufra cierto
desgaste. La carencia de programas periodísticos creíbles en la televisión
pública que incluya una audiencia que supere largamente a los convencidos, es
una ausencia injustificable. La aplicación de la ley de medios, en la parte no
judicializada, es otra materia pendiente.
El
atraso cambiario y sus consecuencias sobre las economías provinciales, puede
explicar las derrotas en territorios tradicionalmente ganados.
La
tardanza en poner en la agenda gubernamental como temas prioritarios la
inflación, la inseguridad, el mejoramiento del transporte ferroviario son
facturas que segmentos importantes de la población pasan. No alcanza con
explicar las calamidades del punto de partida. Lo que el gobierno revirtió ya
es considerado derecho ganado e incorporado.
Gobernar
se parece al trabajo de las empleadas de casas particulares. No terminan de
limpiar cuando algún ambiente se vuelva ensuciar. El gobierno se ha enamorado
de sus éxitos y retrasó las respuestas a las nuevas demandas.
Al
desgaste lógico de una década de gobierno se le ha sumado las denuncias de
corrupción, que más allá de sus grotescas exageraciones, han sido efectivas y a
las cuales el gobierno no les ha dado respuesta, en aquellos casos que lo
ameriten.
El
haber realizado la mejor campaña publicitaria electoral tuvo, sin embargo, el
déficit de apuntar hacia lo logrado sin proponer medidas que enamoren a futuro.
ENCENDER UNA VELA
El
gobierno después de diez años sigue siendo la primera fuerza nacional, con
ventajas significativas sobre sus contendientes. Es un hecho con pocos
precedentes y el único del mismo signo que gobernará durante doce años. Pero sería
equivocado si la Presidente no afronta con claridad los errores cometidos,
muchos de ellos no forzados, mientras retoma la iniciativa y profundiza el
proyecto.
El kirchnerismo ha
producido profundos cambios culturales y superestructurales, muchos más
intensos que los que han afectado a la estructura económica.
Lo
realizado le ha granjeado la profunda animadversión de franjas mayoritarias del
poder económico, que intentarán cercar al gobierno deseando y agotando las
instancias para un final con salida en helicóptero. No sólo les resulta necesario derrumbarlo sino desterrarlo como
experiencia para que resulte aleccionador e irrepetible.
Muchos
de los avances podrán ser apreciados nostálgicamente si Sergio Massa u otra variante similar accede al gobierno en
el 2015. El programa real del intendente de Tigre invoca siempre un futuro
cuyas raíces profundas se internan en el pasado noventista, mientras aggiorna
un discurso encubridor que no puede explicitar claramente aunque audiencias
populares porque sería piantavotos.
Paradojalmente, el
kirchnerismo que representa la alternativa presente con mayor posibilidad de
acceder a un futuro no deja de hablar de sus éxitos pasados
La
oposición ha olvidado las presuntas denuncias de fraude que levantó a través de
sus escribas más reconocidos. El 3 de agosto, en su columna semanal en el
diario Clarín, Jorge Lanata tituló: “Fraude, el fantasma que sobrevuela otra
vez”
Es curioso: si gana el
gobierno necesariamente hay fraude, pero si triunfa la oposición es una jornada
democrática histórica . “Comicios impecables” escribió Carlos
Pagni en La Nación del 15 de agosto.
El
gobierno actúa en espejo cuando quiere explicar a través de una causa
excluyente la derrota política. Entonces los responsables fundamentales son los
medios hegemónicos. Si con todos esos medios desenfrenadamente opositores ganó
hace dos años con el 55%, sacándole 30 puntos al segundo, cuando reduce su
caudal a la mitad, utilizar en forma unilateral ese determinante, es escaparse
por la tangente. Eso no significa desconocer la enorme influencia diaria de los
medios dominantes en la configuración de posiciones y estados de ánimos.
La
posibilidad de revertir el resultado de cara a octubre es muy difícil. Es
posible que en la Provincia de Buenos Aires Sergio Massa incremente sus votos y
amplié su distancia de Martín Insaurralde, que si logra evitar el habitual
drenaje hacia el ganador, es posible que también incremente su performance
aunque en menor proporción.
Si
durante la agonía de la Alianza la liga de gobernadores desempeño un papel
fundamental, en el actual contexto se ha impuesto la municipalización de la
política. Los intendentes bonaerenses que solo recaudan en general un 30% de
sus ingresos, dependen para su funcionamiento de la coparticipación provincial
y de las obras que les asigna el gobierno nacional. Eso explica el corte de
boletas que llevó que en la elección de diputados provinciales triunfara el
Frente para la Victoria.
El
periodista Martín Rodríguez ha ironizado sobre el comportamiento de los
intendentes tomando la conocida frase de Raul Alfonsín: “No sigan hombres,
sigan ideas” transformándola en “No sigan hombres, no sigan ideas, sigan al
presupuesto”
El kirchnerismo ha
demostrado que su audacia se incrementa cuando está acorralado. También es
cierto que no siempre es factible
repetir situaciones exitosas en escenario diferentes. Pero de cara al 2015, el
gobierno no tiene otra alternativa que retomar el centro del ring, corregir los
errores y avanzar decididamente.
Prender
una vela para cambiar o moderar el resultado del 11 de agosto implica recuperar
el piso propio e ir sobre el electorado fluctuante que el gobierno ha
espantado.
Profundizar
el fracaso electoral de las PASO, implica para el gobierno quedarse con la
segunda parte del pensamiento de Confucio, es decir, sólo maldecir a la oscuridad.
17-08-2013
Hugo
Presman. Para publicar citar fuente. Todos los derechos reservados.
impecable, como siempre.
ResponderEliminarSolo resta esperar a octubre para confirmar o no estos análisis.
Alberto Baru
Estimado Hugo: muchas gracias por tu claridad y poder de síntesis. Con respecto a lo de Moyano cuando se produjo la ruptura yo a mis hijos les dije que siempre que había pasado la historia había terminado mal. Noyano, con defectos y virtudes todavía tiene poder de fuego y como decía Eduardo Anguita hace algunos días atrás todavía hay mucha gente que se siente representada por sus dirigentes gremiales aunque algunos -no todos- sean realmente "más que impresentables".
ResponderEliminarImpecable analisis, se rompieron los puentes con la clase trabajadora, y no hablo de los lugares en las listas del pj, y tu analisis es correcto, un gobierno que se reinvidica nacional y popular, no puede querer que la clase trabajadora si limite a formar parte de un coro de aplaudidores,cuando por ej, hoy las paritarias son una mentira verdadera, se convocan a libro cerrado y punto por ejemplo en el mismisimo estado nacional, se mantienen tanto en lo privado y mas aun en el estado la tercerizacion, la perversa alianza que ha costado sangre como Mariano Ferreyra asesinado por la mafia sindical amiga del ministro de trabajo con Pedraza a la cabeza, el regimen contractual violatorio de la ley de empleo publico, los topes en el salario x hijo, si cobras 3500 cobras la mitad del mismo, soltero a los cinco ya no lo cobras y casado y ambos trabajan y superan los 7000 tampoco, el impuesto a las ganancias y cuando es publico que muchos sectores de siempre estan excentos y el gobierno nada hace para cambiarlo, tibiamente le tiro la toalla a la corte sobre la desicion final sobre los jueces, pero los bingos, las mineras etc no pagan pero si lo hacen los laburantes?? Estos son los motivos que tenemos en la clase obrera para haber retirado el voto que si dimos en 2011.
ResponderEliminarEl arte del engaño
ResponderEliminarMEDIOS, COMUNICACIÓN Y PODER”
“Poco me importa, pues el éxito justifica todas las causas”
Napoleón Bonaparte
En la segunda etapa y con los resultados a la vista bajo las ordenes de Magnetto la Corporación y sus aliados colaterales implementan su estrategia a favor de los candidatos opósitores. La misma consiste en: “exacerbar el mal humor del electorado” uno de los líderes de opinión es justamente Lanata se lo designa como el caballito de batalla principal de esta embestida mediática total sin medir los límites. La Corpo es el verdadero jefe de campaña de la oposición tienen ahí un equipo multidisciplinario en ciencias sociales, publicistas, expertos en inteligencia locales y foráneos, marketineros donde analizan las percepciones del elector y su opinión con respecto al país su pesimismo u optimismo y como manipular la opinión pública en forma más polémica posible.
Como ya escribí anteriormente Lanata instala la idea de que la “corrupción” es la causa de todos los males de nuestro país, la misma es un valor negativo de la sociedad esta la rechaza y asocia muy inteligentemente: gobierno-corrupción, y la sociedad asocia a ambos términos produciendo un rechazo a los candidatos oficiales. De ninguna manera los medios opositores van a hablar de valores positivos como ser: la creación de empleos y el crecimiento económico.
Es de esperarse que se multiplican las operaciones de prensa con el fin de que el gobierno nacional pierda credibilidad y la disminución la confianza ante esta embestida quedan pocas por hacer: “anticiparse” con un escudo protector mediático para desmentir dichas informaciones y también “actuar” no quedarse estático ante los conflictos y desenmascarar esos rumores que circulan en los medios opositores.
Que hay del Sistema de Medios Públicos me parece estructuras administrativas más que creativas
de vez cuando ganan premios productos de gran valor artístico pero lamentablemente son ninguneados y usados como pasó en los Martín Fierro, era en la boca del lobo el Colón de Macri y la producción televisiva de Magnetto y la burla gratuita del “gordo ganador”. Me despierto a las tres de la mañana y esta Nelson Castro o Mariano Grondona, o escuchar la repetición del programa de Lanata en alguna FM perdida de algún pueblo del interior con apoyo de los partidos opositores, esa repetición es obligada para ellos las veinticuatro horas en guerra contra el modelo. Y la TV Pública programas buenos pero volados que no exarcerban el espíritu crítico creando reforzando ese quinto poder de que habla Ignacio Ramonet de resistencia a la brutal manipulación de los medios de establishment. Hay fallas que se deben subsanar en los medios públicos no solo por lo electoral sino porque es imperioso frenar la restauración neoliberal que se pretende. A la hora no nos podemos dar el lujo de ser vacilantes...hablar de derechos cuando está la posibilidad de perderlos puede sonar a traición.
Rolando Mamani
Con respecto al "famoso" tema del corte de boleta aquí el amigo Mendieta desarma la afirmación de que tal fenómeno haya sucedido: http://mendietaelrenegau.blogspot.com.ar/2013/08/verbitsky-y-pagni-cualquiera-ambos-los.html
ResponderEliminarPor lo demás, muy bueno, como siempre.
Saludos