Una voz en el recuerdo
Manejaba la fluidez
ante el micrófono como si hubiera sido su chupete desde la cuna. Era un
profesional que amaba a los medios pero fundamentalmente a la radio. Dejó su
marca personal en cada uno de los emprendimientos que acometió. Apasionado de los Beatles y por River, de la música y de los
músicos, le abrió las puertas a una pléyade de jóvenes en su afán de ser
artistas.
El rock nacional
tiene con él una deuda inmensa. Y hasta el final fue coherente con una frase de
su admirado Luis Alberto Spinetta: “ Yo sigo tocando mi canción”.
De un padre maestro
de locutores, heredó su profesión. Pasó su infancia y juventud en Ramos Mejía.
Desde ahí, en 1970 empezó su carrera con una suplencia en Radio Antártida. Y desde
ese punto de arranque engalanó los micrófonos de Radio Rivadavia, Radio el
Mundo y Radio del Plata. En ésta última saltó al conocimiento juvenil con “Imagínate
Flecha Juventud”. En televisión dejó su marca con “Badía y Cia” e ”Imagen de
radio”, un programa éste último con envase de televisión y contenido de radio. Sus
éxitos televisivos nunca lo alejaron de su gran amor que fue la radio. Recorrió el país con su camión estudio
de radio, ausentándose de sus numerosos éxitos. Tuvo su propia radio en
Pinamar. Ahí lo conocí. Posiblemente en los primeros años de los noventa. Aprendí lo que se de radio, mirando lo que
hacen los que saben y escuchándola desde los 4 años. Ahí en la costa, el Beto,
mientras se movía con el micrófono y mojaba sus pies en el mar, entrevistaba a figuras
y turistas que pasaban sus vacaciones. Un día, en su recorrida por las carpas,
me hizo al aire unas preguntas. Yo le conté que siempre había querido hacer
radio. Y entonces me dio un consejo del cual le estaré eternamente agradecido:
“Nunca es tarde para empezar a hacer radio”. El autor de estas líneas ya
superaba las cinco décadas. Cada vez que tuve un reconocimiento recordé a Juan
Alberto. Un día le hice un reportaje en Pinamar y le conté ésta anécdota que
por supuesto él había olvidado. Cuando me enteré de su cáncer de mediastino me
comuniqué con su amigo del alma, Jorge Vivona para darle ánimo, contarle mi
propia experiencia con la enfermedad y agradecerle aquél consejo que implicó un
cambio en mi vida. No fue posible el encuentro y no dejo de lamentarlo.
En su recuperación,
montó una radio por internet en su propia casa. Cuando se lo mostraba a alguna
de sus visitas les decía: “Bienvenido al paraíso. Esta terapia es más poderosa
que los rayos X, me sana”. Es en esa casa donde guardaba muchos de los objetos
vinculados a los Beatles, su libro “ El día que John Lennon vino a la Argentina”, sus cinco
Martín Fierros, el último del 2012
a su trayectoria, y dos premios Konex en 1991 y 1995.
Volvió después de la operación en enero del
2012, y afirmó, optimista empedernido, que estaba curado, aunque si se lo
escuchaba atentamente podía percibirse que detrás de sus palabras había una
despedida. Se le hicieron variados y
merecidos homenajes como el de mayo del 2012, declarado ciudadano ilustre de la
ciudad de Buenos Aires. Cuando recibió el último Martín Fierro expresó: “Me
llega este premio en un muy buen momento de la vida. En el último tramo he
abierto las manos y aprendí a cosechar. Levanto la vista y me cuesta encontrar
enemigos. Estoy feliz”. Es que tuvo la sencillez de los grandes y una
generosidad infrecuente en un medio que es un concurso de egos.
En un reportaje, le
preguntaron, si en medio de la incertidumbre de su salud, el descenso de River le había resultado
indiferente. Badía con una sonrisa le contestó: “Esto si fue una tragedia. A veces hay que irse a la B, como me pasó a mí, para
aprender ciertas cosas”.
Volvió a la
televisión en TV 360, con un programa que llamó: “Mi noche favorita”
Una neumonía le
provocó su internación de urgencia en el Sanatorio Austral. Ahí en compañía de
sus tres hijos, su compañera, su sobrina, sus
dos hermanos, se apagó su voz. Un
periodismo enfermo de primicias, adelantó en varias horas su muerte. Ella,
la insensible, lo mató cuando sólo contaba con 64 años, en los
primeros minutos del 29 de junio. La vida le dio una última alegría en tiempo
de descuento: vio el regreso de River a primera.
Se fue Juan Alberto
Ramón Badía. Para todos el Beto Badía.
Silencio de radio
29-06-2012
Hugo Presman. Publicar citar fuente. Todos los
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