11 abril 2025

DESCOMPOSICIÓN Y ENTREGA*

 

La llegada de Javier Milei a la presidencia apoyado en el balotaje por el 56% de los votantes que concurrieron a las urnas, abrió la puerta para el inicio de un período en que la sociedad fue introducida en un neuropsiquiátrico. Una sociedad sometida a la implementación de medidas demenciales, propuestas descabelladas, la irrupción de una corte de funcionarios surgidos del medioevo, políticos marginales, outsiders que compraron su postulación o que hacen sus primeros palotes con una arrogancia directamente proporcional a su ignorancia. Argentina transformada en conejillo de Indias de un experimento de la Escuela Austriaca cuyos mentores han sostenido que sólo se puede realizar fuera de un gobierno democrático. El filósofo alemán anarco capitalista Hans-Hermann Hoppe, discípulo y colaborador de Murray Rothbard, el referente preferido de Milei, sostiene que “la monarquía preservaría la libertad individual en forma más eficaz”. Un presidente desequilibrado, que hace de la mentira una estrategia, de la libertad una bandera para amputarla, del individualismo extremo una virtud, de los empresarios y evasores sus héroes, que proclama que el Estado es una asociación criminal de la que él se pone al frente y al que viene a destruir; que considera a la justicia social una aberración; que hace de la crueldad un disciplinador eficaz; de infundir miedo una táctica, de la motosierra el símbolo de la insensibilidad extrema en una sociedad donde se amputan los derechos; de la represión de la protesta social un avance de la libertad; de la entrega del país una promesa de prosperidad; de arrodillarse ante los poderosos del mundo una política, y de reducir el planeta a dos países:  EE.UU e Israel.     
 
La irrupción de Milei reveló que el escenario político era de cartón. Se fragmentó “Juntos por el Cambio”, pero sus integrantes mayoritariamente se alinearon en la defensa del gobierno. Se dividió el peronismo cuyo último sello partidario “Unión por la Patria” es hoy una ironía y cuya desorientación es evidente, aunque la fracción kirchnerista junto a la izquierda parlamentaria es la única barrera a la destrucción planificada. El Congreso agredido por Milei como “nido de ratas”, finalmente resultó una calificación certera porque los insultados le votaron todos los DNUs y sus proyectos de leyes. 
Como es habitual, el Poder Judicial está de rodillas ante el poder económico, pero con un grado de obscenidad repulsivo de protección a los propios y persecución de los que considera enemigos. Un abogado y catedrático, Manuel García Mansilla, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, propuesto por el Presidente para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación, después de declarar ante la comisión del Senado que no aceptaría su designación por decreto, corrió a jurar tan apresurado que ni llamó a su familia ante la complicidad de los tres supremos. Luego, el rechazo de su nombramiento en el Congreso por 51 votos sobre 72, lo llevó a una larga meditación para presentar la renuncia que finalmente concretó 72 horas después.  





Si el Congreso apoyó el DNU 70/2023 y la Corte hace más de un año que no se pronuncia sobre su constitucionalidad; luego sancionó a Ley Bases a la cual se opusieron verbalmente la mayoría de los legisladores en sus fogosos discursos para votar luego a favor para que el gobierno pueda ejecutar su plan de destrucción, bajo el argumento de facilitarle la gobernabilidad, habla de que la descomposición política alcanza profundidades mayores que en las varias décadas infames que padeció el país.
Se llegó al extremo de autorizar al gobierno un acuerdo con el FMI cuyos términos se desconocían, ya que no estaba cerrado y por lo tanto no estaban convenidos ni el plazo ni el interés. Ninguno de los legisladores que perpetraron semejante desatino para el país, hubiera firmado un papel en blanco que los comprometiera personalmente.       

El poder económico, como es histórico, considera a la Argentina un escenario de negocios. No hay la menor intención de ser protagonistas e impulsores de un proyecto de Nación. Algunos ante la situación que se torna explosiva ya hablan que “terminó el veranito de Milei”.

Los industriales poderosos fingen demencia y parecen ignorar el claro propósito presidencial de un país sin industrias. El 2 de septiembre pasado, Día de la Industria, el Presidente dijo: “La industria quedó subordinada a la sobreprotección del Estado en formas de crédito, subsidios, exenciones tributarias, barreras aduaneras y aranceles de todos los colores, para competir en el mercado local. Dijeron que era para industrializar el país, que había que ayudar a los sectores industriales a competir con las manufacturas importadas. Prometieron que, con el tiempo, lograrían competir de forma genuina, de igual a igual, y que así habría más y mejor trabajo. Pero –paradójicamente- se volvieron cada vez más dependientes del Estado, el que -a su vez- dependía de las exportaciones agropecuarias para financiar todos esos beneficios. Se generó así, una relación de tutela viciosa con el Estado que arrastramos hasta el día de hoy. La consecuencia es que -para proteger a la industria- se le robó al campo; y esa protección lo único que generó es un sector industrial adicto al Estado. Esta es una de las raíces de las crisis económicas estructurales que padecemos, desde hace tantas décadas. Cien años de insistir con estas ideas terminaron -en primer lugar- arruinando nuestro potencial exportador; castigando al campo con trabas e impuestos y directamente impidiendo el desarrollo de otros sectores exportadores, en los que deberíamos ser protagonistas globales como es la industria del cobre. En segundo lugar, perjudicaron a todos los argentinos porque nos obligaron a pagar más caro por productos de peor calidad, aumentando el costo de vida y reduciendo la capacidad de ahorro y -en consecuencia- la capacidad de inversión de todos. Y, por último -a pesar de tanto llenarse la boca hablando de política industrial- terminaron perjudicando directamente a gran parte de la propia industria. Porque, detrás de todos esos supuestos buenos deseos que justificaron alquimias y experimentos, que resultaron en 113 años de déficit fiscal, de los últimos 123, restringieron la compra y venta libre de divisas, pisaron el tipo de cambio, pisaron tarifas y destrozaron los precios relativos de la economía, y en haber sido -junto con la dictadura de Maduro- los únicos países de la región con más de 20 puntos de inflación interanual, durante los últimos 15 años seguidos.”

En Expoagro 2025 lo volvió a decir claramente: “Se utilizó la prosperidad de un sector prolífico como el agropecuario para financiar sectores deficitarios y poco competitivos, en nombre de un empecinamiento absurdo con tener industria nacional para sustituir importaciones…No queda ninguna duda que este abordaje ha fracasado y suficiente prueba del oxímoron de que nuestra industria es el único infante de 90 años del mundo. Nunca va a ocurrir que una industria que toque la puerta al gobierno nacional y le diga: “Gracias por tu ayuda, estoy listo para competir”. Eso no va a ocurrir, por lo cual se lo vamos a precipitar, así le sacamos el pie de la cabeza al campo.”  

El discurso presidencial tan rico en insultos, descalificaciones, imágenes sexuales y obsesión por el culo, tiene una estrechez pavorosa. Nunca aparecerá entre sus preocupaciones, el trabajo, las jubilaciones, la producción, desecha las obras públicas, y descarta la educación y la salud públicas, la ciencia y la cultura.

La descomposición política y social de la que emergió Milei ha sido acompañada entonces por la complicidad de la mayoría de la dirigencia política, de la justicia, de los medios, del poder económico a su proyecto de demolición. La oposición reducida fundamentalmente al peronismo y a la izquierda, se opone con un discurso que no recoge las profundas transformaciones de la sociedad argentina. Hay muchos estudios que lo reflejan. Uno de ellos es la consultora de Fernando Moiguer, citado por Jorge Liotti en La Nación: “Hay una ruptura en la conformación de la tradicional clase media argentina, a la que representa como “desdibujada” (en 2004 el 91% se identificaba como tal y ahora sólo lo hace el 47%) y “desparametrizada” (no sabe cómo medirse, perdió poder adquisitivo, y conceptos culturales como nivel educativo o el acceso al trabajo formal no funcionan más como factor de progreso e identificación). Un proceso que fue germinando a lo largo de los últimos años. En consecuencia, se produjo un desacople profundo entre una angostada clase media clásica que se sigue identificando como tal (un 18%) y una clase media en retroceso, que se siente cada más parecida a la clase baja (un 26%). Sus consumos, su estructura de vida y su dinámica cultural y educativa se aproximan cada vez más a la base de la pirámide, y se aleja definitivamente del aspiracional de volver a pertenecer al tronco central de la estructura social. Rodrigo Martínez los define como “los últimos caídos”. Esto da como resultante una fractura en el sector que históricamente funcionó como amalgama social, como factor de identidad nacional y como símbolo de progreso social. Es una división entre dos argentinas cada vez más marcadas. Así como en su momento la clase media era la que explicaba las dinámicas dominantes del país, ahora el sujeto social definitorio es la clase media-baja. Es la que queda debajo de la línea de pobreza si sube la inflación, pero también la que más rápido capitaliza la reactivación económica”
 Si a esto se suma al adelgazamiento cuantitativo de la clase obrera, el incremento de la informalidad y el aumento muy significativo de autónomos y cuentapropistas, deviene una sociedad muy diferente a la de hace una década atrás.

ENTREGA 


Milei es la cuarta M que nos manda a un destino también con “M”. El cuaterno de la entrega descarada la integran:  Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei. Pero lo de Milei es insuperable en la degradación. Su genuflexión ante Trump, su vocación de mejor servidor del poderoso, su deseo de ser la mascota del presidente norteamericano, es de una indignidad sin precedentes. Parece un fan pidiendo de rodillas una foto. No es de extrañar que sus héroes sean Reagan, Thatcher y Churchill. Los verdaderos héroes de nuestra historia no los cita porque no los conoce o porque no los considera tales, porque enfrentaron a los países poderosos que él admira.  Es un colonizado en el más amplio significado. Un cipayo que se enorgullece de serlo.

Como su ignorancia sólo compite con su soberbia, difícilmente haya leído a Shakespeare. Si lo hubiera hecho, tal vez entendería que por más elogios que le prodiguen Donald Trump y Elon Musk, lo que realmente piensan sobre él ya lo escribió el excepcional escritor clásico: “Cuando los sumisos y obsecuentes más se someten al poder para buscar beneficios, más el poder los humilla y los desprecia. El poder desprecia la obsecuencia y siempre obtiene placer en humillar a los sumisos”


Su discurso sobre Malvinas rifando todos los avances diplomáticos conseguidos en seis décadas, es coherente con su absoluta desaprensión sobre el tema. También está en línea con la entrega del territorio continental. Todo ello descripto por sus adláteres con adjetivos grandilocuentes. Atribuye a su amistad con Trump el “beneficio” de la imposición de EEUU a nuestro país de un arancel general del 10%, desconociendo que ese valor es para toda Sudamérica. Países como Brasil, Colombia y Chile a los que Milei considera comunistas, soportan el mismo arancel. Clarín se sumó a la mentira gubernamental dándola como cierta en tapa. Las medidas proteccionistas del presidente norteamericano opuestas a la absoluta apertura de Milei, se las quiere presentar como geopolíticas y no como ambas cosas: son fundamentalmente proteccionistas y la dimensión del arancel es geopolítico.

El discurso papelonero y entreguista sobre Malvinas repudiado casi unánimemente, es, a decir del Ministro de Defensa Luis Petri, la proclama de un estadista. Ese estadista se fotografía abrazado a la bandera de Israel o habla en Miami con tres banderas norteamericanas de fondo. Es el mismo que aconsejaba hace unos años a los jóvenes “irse de este país de mierda”. Sus diez viajes a EE. UU en sólo quince meses, un promedio de un viaje cada 48 días según el cálculo de Ámbito Financiero del 3-04-2025,  revela que más que un presidente argentino es un delegado de EE. UU en la Argentina, algo así como los Virreyes de la Monarquía Española. En el mismo sentido se expresó Demian Axel Reidel, físico y economista, Jefe de Gabinete del Consejo de Asesores del Presidente de la Nación, quien en el Foro Económico Internacional de las Américas realizado en el Hotel Four Seasons de Buenos Aires, ante un auditorio de CEOs de petroleros, líderes empresariales, multimillonarios, inversionistas, afirmó que “el único problema de la argentina, es que está lleno de argentinos”. Aborrecen al país que desgobiernan y que quieren fragmentar. 

Los hechos y lo que se dice desde el gobierno sobre ellos, es que están siempre enfrentados. La puerta del neuropsiquiátrico siempre está abierta para los que quieran o necesiten ingresar. 
Así el intento del gobierno de copar la Corte Suprema de la Nación con dos designaciones y el rechazo del Congreso, el gobierno lo difunde al revés: “El presidente Milei continuará trabajando incansablemente para garantizar la independencia judicial”  

Milei supo decir: “El Fondo es una institución perversa. ¿Sabés por qué? Porque cuando un país, después de hacer un montón de zafarranchos, y cuando ya nadie lo financia, y está a punto de explotar, el Fondo le pone la guita y le permite patear el ajuste para adelante”. 

Hoy sosteniendo que es el mejor gobierno de toda la historia, tiene que acudir desesperado al Fondo. Puede decir sin ponerse colorado: “La deuda pública es inmoral. Implica que la fiesta del gasto público sea financiada por generaciones que no sólo no han votado sino que no han nacido. Así la generación actual se roba los ingresos de generaciones futuras. Por ende, un gobierno que endeuda, jamás podrá ser liberal”. Lo dice al lado del que considera el mejor Ministro de Economía de toda la historia, el endeudador serial Luis “Toto” Caputo, a quien este gobierno tan dispuesto a los cambios de nombre debe reconocerle sus gestiones dándole el nombre de Caputo a la calle Rivadavia cuando se interna en la Provincia. Un reconocimiento al que inició la deuda externa y al que lo superó ampliamente en el siglo XXI.  

El intento de enloquecimiento es evidente. Se reprime la protesta social en nombre del avance de la libertad, como lo comprueban todos los miércoles los jubilados. Se patotea a una profesora de la Facultad de Ciencias Exactas, Belen Almejún, después de discutir en la puerta de la facultad con jóvenes libertarios que no eran alumnos de esa institución, y en represalia le publican sus datos personales, el de sus hijas y domicilios. Se despide a Kaloian Santos Cabrera, el fotógrafo que trabajaba en la Secretaría de Cultura, por haber sacado una foto con la cual se pudo identificar al gendarme que lanzó la granada de gas que hirió gravemente al fotógrafo Pablo Grillo. Se ejerce crueldad extrema con los más débiles, que van desde los enfermos oncológicos a los discapacitados. Coherentemente en este gobierno, la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) está dirigida por el abogado de Milei Diego Spagnuolo que los ha calificado de “Idiotas, imbéciles, retardados y débiles mentales” 
Se desarticula todo lo referente a los derechos humanos, tratando de cambiar la visión del terrorismo de Estado, paso previo a la reivindicación de los genocidas. Se intenta obstaculizar permanentemente la búsqueda de los nietos apropiados. En su plan de demolición no sólo del presente sino también del pasado para que la Argentina no tenga futuro, parece escucharse a George Orwell, el escritor de “Rebelión en la Granja” y “1984”: “Quien controla el presente controla el pasado, y quien controla el pasado controlará el futuro”      

 Sin embargo, una parte significativa de la población aún no percibe las horribles consecuencias que perpetra un presidente con evidentes desequilibrios    
   
DESCOMPOSICIÓN Y ENTREGA  

 

El gobierno ha encontrado un límite en las inconsistencias de un plan demencial de demolición, en su notable incompetencia, en sus errores en cadena, en la incapacidad absoluta de argumentar cuando está a la defensiva y por la reacción de franjas crecientes de la sociedad. Mientras el mundo se cierra y avanza hacia el proteccionismo en una guerra comercial de resultados imprevisibles, la Argentina con Milei en la Presidencia se abre al mundo. Es como ir en una autopista a contramano afirmando que todos los que vienen de frente están equivocados. Que son habitantes de Mandrilandia.  
Carlos Marx sostenía: “En la historia como en la naturaleza, la podredumbre es el laboratorio de la vida”, de manera que de esa descomposición, de esa podredumbre, puede surgir un Milei o algo en sentido contrario. Sólo si la historia desemboca en algo distinto, se podrá empezar a reparar la entrega, la demolición de esta etapa funesta. Tal vez como escribió Shakespeare en una de sus obras y ojalá se cumpla nuevamente: “La oscuridad más profunda es la que precede al amanecer”   

4-04-2025

*Publicado en Diario Registrado   

1 comentario:

  1. Excelente descripcion. Cuanto puede durar el tiempo oscuro? Hasta que la generacion de jovenes que votaron o idolatran a Milei se extingan? Quizas la descripcion de Shakespeare o las reflexiones de Marx quedan se quedan cortas con la actualidad que vivimos. El nivel de control sobre la sociedad, sobre el sistema politico y economico que tiene "el poder" vuelve casi imposible cualquier intento de modificar el estado de las cosas.

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