La nota que se transcribe a continuación estaba concluida a la tarde en este jueves 1 de septiembre. Al regresar del programa de radio que hago diariamente en Radio Cooperativa con el periodista Gerardo Yomal, y al bajarme del colectivo, me conmocionó el enterarme del intento de magnicidio de Cristina Fernández. En medio del shock que produce el atentado y el sólo imaginar lo que hubiera pasado si el asesino hubiera tenido éxito, con consecuencias superlativas impredecibles, es preciso señalar que de distintos medios se derrama mensajes tremendistas las 24 horas del día, con un odio que supura, añejado en décadas y que se derrama sobre audiencias cautivas. Con políticos de la oposición que se disputan su ubicación como halcones intentando demonizar al peronismo y al sector preferido de sus diatribas que es el kirchnerismo y fundamentalmente a Cristina Fernández. Manifestaciones desenfrenadas con horcas, bolsas mortuorias y guillotinas, con expresiones y caracterizaciones que parecen detenidas en la década del 50, con un desprecio impúdico hacia la política, con algunos diputados que parecen troll, se ha superado los límites de la convivencia democrática. Con una justicia en buena parte prolongación de los intereses políticos y partidarios, la prédica de terminar con el peronismo nos colocó al borde del abismo político mientras se profundiza la crisis económica. Tal vez el haber llegado a este límite permita reflexionar sobre que los discursos de odio son solo el prólogo de hechos incontrolables. Las primeras reacciones resultan positivas, con algunas excepciones bochornosas. Lo importante es que un clima superador continúe cuando la conmoción ceda.
LA HISTORIA COMO LIBRETISTA
El 2 de agosto del 2022, Sergio Massa renunció a la Presidencia de la Cámara de Diputados para encaminarse a asumir, sin ser economista, como Ministro de Economía.
Lo sucedía en el cargo que renunciaba Cecilia Moreau, militante desde hace años en el Partido Renovador, hija de Leopoldo Moreau, uno de los radicales que asumieron con entusiasmo la militancia Cristinista. En un ejercicio de imaginación retrocedamos 33 años y ubiquémonos en el mismo escenario, la Cámara de Diputados presidida por Juan Carlos Pugliese que renuncia a la presidencia de la Cámara, para asumir como Ministro de Economía, sin ser economista. Lo reemplaza Leopoldo Moreau, el padre de Cecilia. Lo que siguió es fundamental que no se repita. Que la historia no se plagie a sí misma. Pugliese asumió el 31 de marzo de 1989. En el mes de abril la inflación fue del 33,4% mensual. En los primeros cuatro meses la inflación acumulada llegaba al 86,2%. Pero la inflación de mayo del 78,5% terminó con los 54 días de su ministerio. El 14 de mayo había habido elecciones con el triunfo de la fórmula Menem-Duhalde.
El 22 de mayo del 2022, la Vicepresidente Cristina Fernández respondió por su canal de you tube, recogido simultáneamente por todos los canales de noticias, a las acusaciones del fiscal Diego Luciani. Afirmó que era un fusilamiento mediático, e iban por el peronismo. Ese día se cumplían 50 años de los fusilamientos de Trelew y 71 años del renunciamiento de Evita. Un hilo de Ariadna vincula a la más importante política del siglo XX con la más importante del siglo XXI. El cariño superlativo que despertaron y el odio inmenso que las acompañó. Descalificadas desde puta a yegua. Adjetivaciones que nunca recibieron afortunadamente Patricia Bullrich, Gabriela Michetti o María Eugenia Vidal.
Pero con distintas instrumentaciones, militares durante décadas o el partido judicial actualmente, los que impulsaron a cometer las tropelías siempre fue el poder económico con el acompañamiento de sus cómplices armados o prolongaciones políticas.
Se suele decir que la historia escribe derecho sobre renglones torcidos. El fiscal Diego Luciani impulsado por ese poder económico y sus voceros y agitadores mediáticos consiguieron algo que parecía imposible: que un peronismo fraccionado y con fuertes contiendas internas se unificara tras la figura de Cristina Fernández.
La incomprensión del fervor popular es histórica y se transmite de generación en generación. Algunos autores sostienen que uno de los motivos de la perdurabilidad del peronismo es que desde su nacimiento dio origen al antiperonismo. Son gemelos.
El peronismo y el kirchnerismo implicaron dignificación de las mayorías populares, adquisición de derechos y significativas mejoras económicas. Por eso sus manifestaciones son alegres, son fiestas populares.
En cambio, el antiperonismo expresa perdidas de pseudos derechos percibidos como prerrogativas que se viven con dolor y odio. El ascenso de clases sociales consideradas inferiores es vivido como amputación de derechos propios. Sus manifestaciones se expresan con rostros crispados, pedidos de muertes, guillotinas simbólicas, bolsas mortuorias.
Parece increíble que pasen las décadas y las situaciones se repitan y las escenas son reiteraciones de otras anteriores. Las mismas alegrías y los mismos odios.
Cristina Fernández tuvo la confirmación de lo preciso y correctas que fueron sus afirmaciones, en el marco de un festival artístico convocado en la Plaza de Mayo, el día de asunción de Alberto Fernández cuando le dijo “…que se preocupe "por llegar a los corazones de los argentinos" y no tanto por las tapas de los diarios, confíe en su pueblo, nunca traiciona, son los más leales, sólo pide que los defiendan y representen" (porque) los pueblos tarde o temprano terminan escribiendo la historia”
El sábado 27 de agosto Cristina Fernández pudo verificarlo nuevamente. Frente a un hecho de notable trascendencia cuando miles y miles de personas se congregaron frente a la puerta de su departamento, ayudado por un grosero error del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que provocativamente puso vallas concentrando en un lugar lo que iba a ocurrir en diferentes plazas. Incluso hasta colocaron dos volquetes con piedras para que los manifestantes hicieran desmanes. La alegría no necesita piedras y el odio precisa vallas y policías actuando como grupo armado partidario de un gobierno. Corrido por los halcones de su partido, Larreta sobreactúa hasta límites ridículos, hablando de “Un plan sistemático de ocupación del espacio público” conformado por “ruidos hasta muy tarde, parrillas en la calle y fuegos artificiales lo que implicó una alteración de la vida de los vecinos”.
El sociólogo Ricardo Feierstein en una muy buena nota publicada en La Tecl@ Eñe con el título de “El humo de las parrillas” escribió: “La insistencia de homologar el histórico enjuiciamiento a los genocidas de aquel reinicio del funcionamiento institucional argentino con la parodia de Comodoro Py en su supuesta cruzada contra la corrupción cobra entonces un nuevo capítulo con una homologación (esta vez no explícita como en otros casos pero sí implícita en la utilización del mismo sintagma) entre un plan sistemático de desaparición de personas y un plan sistemático de “ocupación del espacio público…… En aquel octubre de 1945, las “patas en la fuente de la Plaza de Mayo” resultaban inaceptables (al punto de ser impensables) para una clase dominante que observaba estupefacta la “ocupación” de “su ciudad” con aquellos seres fantasmales que habían cruzado los puentes. Del mismo modo, ahora son “las parrillas en la calle” lo que da cuenta de algo inaceptable para los habitantes de la Recoleta: el desagradable olor de las achuras sólo puede tolerarse con un buen tiraje en los restaurantes de Puerto Madero y no de este modo salvaje con el que impregna las costosas cortinas o tapizados que ninguna lavandería logrará expurgar del despreciable tufo choriplanero.”
LA INCOMPRENSIÓN ETERNA SOBRE EL AGRADECIMIENTO PERPETUO
El escritor uruguayo Eduardo Galeano decía: “De cada día nace una historia porque estamos hechos de átomos, estamos hechos de historias”
Aquí van tres historias para los que no comprenden o no quieren comprender.
Una nota de Mariano Schuster del 26-02-2016 en la revista digital “Panamá” titulada “El delantero de Perón”, cuenta la historia del delantero Elio Montaño que jugó en la década del 50 en Newells, Boca y Huracán. Que cuando Huracán fue de gira por Panamá en diciembre de 1955, Montaño intento verlo a Perón que estaba exiliado en aquel país. Dejemos que Mariano Schuster lo cuente: “Después de jugar todos los partidos amistosos, Montaño decidió hacer lo que haría cualquier peronista de ley: ausentarse de la concentración de su club. Tomó un taxi en medio de la oscuridad y partió raudo hacia su destino. Cuando llegó a la posada en la que vivía el General, ya era de madrugada.
Lo tuvieron varias horas esperando hasta que, finalmente, la puerta se abrió.
-¡Montaño, que sorpresa! ¡Que alegría verlo por acá! – dijo Perón, con su voz rancia y casposa. El General estaba en bata. Detrás suyo conversaban y tomaban whisky Roberto Galán y Américo Barrios. El abrazo entre el delantero y el ex presidente duró casi un minuto. Y la que iba a ser una visita de horas se convirtió en estadía completa. Montaño pasó su primera navidad verdaderamente peronista.
El 26 de Diciembre tuvo que emprender la vuelta. Sin un mango en el bolsillo, Perón volvió a darle una mano. Le pasó un sobre: Vaya, cómprese el pasaje, mi amigo. Y mándeles un saludo a los muchachos.”
Al regresar fue detenido por los servicios de inteligencia y lo amenazaron con torturarlo sino les decía que le había dado Perón. A pesar de asegurarle que no le dio nada, los insultos seguían y amenazaban con reventarlo. Hasta que cansado Montaño se levantó del asiento, se acercó a un interrogador e intentó abrazarlo mientras le decía: “Me dio un abrazo. Esto es lo que me dio Perón”
Falta contar porque Elio Montaño era peronista. Mariano Schuster lo escribió así: “Aquella tarde de 1950 el General Perón tenía las manos extendidas. La cancha de Racing rebosaba de público y Evita saludaba a los descamisados como una estrella de cine. Todo el Estadio se había fundido en una ovación. Muchos obreros, cabecitas negras y changos del interior, miraban, por primera vez, un partido de primera desde las tribunas.
Era el último sueño cumplido: después de la casa propia, el descanso dominical y las negociaciones colectivas había llegado el domingo de fútbol para los trabajadores. La mano del General Perón parecía una mano generosa.
Elio Montaño, el delantero estrella de Huracán, lo sabía bien. Evita le había regalado a su vieja su primera máquina de coser en 1947. Dos años antes, mientras el General hacía campaña por los pagos de Casilda, el jovencísimo Elio se acercó a darle la mano. Lo que recibió, a cambio, fue una pelota de cuero. Algunos llamaban a eso dádivas populistas. Elio lo llamaba justicia.”
El mismo año que se publicó esta nota Elio Montaño murió en un geriátrico de Almagro a los 86 años acosado por el Alzheimer que sin embargo nunca pudo lograr que fuera un desagradecido.
Estas historias se repiten por millones y atraviesan los tiempos. El domingo 28 de agosto en Pagina 12 se puede leer: “Siempre apoyamos los gobiernos de Néstor y Cristina- explica Romina que vino de Lanús con su compañero- somos jóvenes, vivimos los 90 en un barrio marginal donde siempre faltaba todo, pero con Néstor y Cristina supimos que teníamos derechos. Néstor nos abrió la puerta de la política. Entendimos lo que era el ajuste y el FMI, pudimos formarnos, porque desde la ignorancia hay cosas que uno no entiende. Pudimos tener trabajos estables. Nuestras madres son empleadas domésticas, y mi madre solo tenía cuarto grado pudo terminar la secundaria. Esos derechos que para nosotros eran desconocidos, amplia Romina, que está por recibirse de nutricionista, llegaban traducidos en políticas: la educación pública, la salud pública, una casa, un trabajo estable, insiste. Y agrega: “Nuestras primeras vacaciones fueron en el 2008, ya teníamos la nena y fuimos a conocer el mar, a los 25 años ¿cómo no vamos a venir acá? se pregunta. Y no somos beneficiarios de planes, pero pudimos levantar cabeza por la política que ellos llevaron adelante, hoy se necesitan planes porque todo está precarizado, pero nosotros tuvimos trabajo estable y lo agradecemos” argumenta su compañero”
Una fotografía de estos días pesados e intensos grita contra los que se niegan a entender y los que no quieren comprender. Una persona mayor- la pobreza entre otros males le carga muchos más años que los que realmente tienen- muestra a una persona frente a un negocio cerrado con un cartel con la imagen de Cristina Fernández, y detrás seis policías de la Ciudad. La crónica es de Karina Micheletto: “Relata que cuando llegó, las calles estaban valladas. Que cuando ya no hubo vallas, junto a sus compañeros avanzaron porque querían estar bien cerca, lo más posible. Que cuando la policía empezó a reprimir quedaron literalmente encerrados en medio del cordón policial, los gases, los hidrantes. Que había mujeres embarazadas, con bebés, gente mayor. “Éramos familias” describe. Que algunas mujeres comenzaron a descomponerse y al rato, la policía “se apiadó” y las dejó salir de la encerrona para ser asistidas. Que llegó hasta el lugar de la foto y vio otro cordón policial, que ya no se puede mover, que volvió a sentir miedo. “Obvio, quien no va a tener miedo, pero si yo no hago fuerza ¿qué queda para Ella?” responde a la pregunta. “Los policías lo único que querían hacer era golpearnos, en ningún momento buscaron dialogar. Nosotros les gritábamos: ¿qué hicimos? ¡No molestamos a nadie!”, asegura. El cartel al que se aferra en la foto cuenta Carmen, es el que tiene puesto en la puerta del comedor. “Lo tomé y lo llevé para que Cristina lo viera”, recuerda. Hace doce años que tienen el merendero. Fueron los chicos y chicas que asisten los que empezaron a llamarla “Tía Carmen”. Se trata de Carmen Mino. “Comenzamos con incluir a los chicos que jugaban en la calle, empezamos con ajedrez, dibujo, les contábamos cuentos. Con el tiempo, cuando llegó el gorilaje, tuvimos que sumar la olla popular. Y ahí se acercaron no sólo los vecinos que necesitan nuestro apoyo sino gente que era de clase media y con vergüenza me llamaban aparte para pedir un plato de comida, que nunca se le negó a nadie”, repasa. Al principio funcionaba en distintas casas de compañeros y vecinos, cuando la necesidad fue mayor, hubo que buscar un espacio fijo, y entonces la familia de Carmen hizo un lugar en el patio de su casa. “A lo mejor es difícil imaginar cómo es irse a dormir sin un plato de comida. Nosotros lo sabemos. Mientras tengo fuerzas, yo voy a hacer todo lo posible para que a mis vecinos no les pase” resume su trabajo….Sus hijos Nerea y Román también trabajan en el merendero, terminaron su secundario y quieren estudiar, uno veterinaria, la otra asistente social. “Y yo pude terminar la escuela gracias al Plan Fines que ahora se dicta acá también. Yo había dejado en el 83 y en el 2014 me pude recibir. Estoy orgullosa de Fines, dice”
El mismo Eduardo Galeano escribía: "Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué”
LA HISTORIA COMO LIBRETISTA
La historia es una libretista imaginativa. Mientras el pueblo que apoya a Cristina le agradece tantas cosas conseguidas en doce años, el gobierno del que es vicepresidenta, amputa muchas de las conquistas. Cristina, cuyos gobiernos junto al único de Néstor, fueron los más peronistas, desde los tres de Perón, nunca sintió especial consideración por Perón enarbolando la interpretación de los Montoneros de un Perón conservador y de una Evita Revolucionaria. Incluso contaba Antonio Cafiero que un grupo encabezado por él fue a pedirle recursos para un monumento a Perón en CABA, y la respuesta fue duramente desalentadora. Y como la historia es imaginativa el que lo concreta es nada menos que Mauricio Macri y Hugo Moyano, que por entonces descubrió en el empresario rasgos de Perón. El mismo ex presidente que no muchos años después quiere terminar con el populismo, otro nombre del peronismo, considerando mucho más perjudicial que la pandemia de Covid.
Desde los balcones del Congreso, la vicepresidenta correctamente alienta el cantar la Marcha Peronista, cuando allá por el 2005, Néstor y Cristina querían encabezar un movimiento superador del peronismo y el Ministro Aníbal Fernández aseveraba “Que la marcha se la metan en el culo”
“Juntos por el Cambio” enarbola un discurso que debe leerse al revés. Cuando hablan de república quieren decir un país para los que piensen como ellos, o que estén a su derecha que es mucho decir. Cuando hablan de la independencia del Poder Judicial, quieren la justicia adicta que los protege. Cuando sostienen que tienen un programa es el que lleva a la Argentina pre-Yrigoyen. Cuando se embanderan en la honestidad están haciendo negocios personales y endeudando el país para acentuar la condición de colonia. Cuando Carrió aparece como reserva moral y fiscal de la República, cubre con una conducta sin escrúpulos, pero presentada como prístina, los delitos cometidos por Macri a lo largo de su sinuosa trayectoria.
Es indudable que en los procesamientos de Cristina Fernández se exterioriza el lawfare, con fiscales comprometidos con el PRO, jueces sesgados en el mismo sentido, Cámara de Casación integrada por sus antecedentes por fiscales en lugar de jueces y una Suprema Corte en un nivel de degradación que recuerda a la menemista. Pero también ha habido corrupción en el kirchnerismo como indirectamente reconoció Cristina Fernández al responder al fiscal, cuando describió que su secretario de Obras Públicas José Francisco López, del 2003 al 2015, habría sido coimeado por Nicky Caputo.
La corrupción en la obra pública atraviesa a los gobiernos y asombrarse que eso suceda es tan ingenuo como descubrir que se practica el sexo pago en un prostíbulo. No significa justificarlo, pero resulta hipócrita que se rasguen las vestiduras quienes lo practican.
Los denunciantes periodísticos que se embanderan como jinetes de la moral lo hacen desde tribunas que obtuvieron beneficios en salas de tortura, que tiene cautelares eternas para no pagar lo que deben en materia impositiva y cuyos dueños asientan la propiedad del medio en paraísos fiscales.
La historia es una libretista original. Es difícil predecir como continuará un gobierno al borde del abismo, de un peronismo que ha recuperado cierta épica, pero que atraviesa un ajuste que baja muchas de sus banderas, con una inflación arrasadora y donde la restricción de las importaciones llevará inexorablemente a una baja de la actividad, mientras las reservas permanecen anoréxicas.
La historia es una libretista original. Y es mucho más atrayente cuando irrumpen los pueblos para escribirla.
1-09-2022
Publicado en La Tecl@ Eñe, Diario Registrado, Portal de Radio Cooperativa
Higo: Ayer en la Plaza vi a esas caras que buscaban a Cristina como símbolo de fuerza y bondad hacia el pueblo. Gracias por la belleza de tus palabras cargadas de potencia y en el fondo -quizá- de esperanza.
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