Por Eduardo de la Serna
En
medio de mitos y cuentos
Relatos
y fantasías
Quiero
contarte, hermano,
lo
que sucedió un día
Quiero
contarte, hermana,
De
un llanto que por ahí se oía…
Dicen
que había pañales
¿de
qué otro modo sería?
Dicen
que era un pesebre,
O
una casa, o en una villa
Lo
cierto es que ese nacido
Nos
robó una buena sonrisa.
¿Una
sonrisa entre Herodes?
¡qué
falta que nos hacía!
¿Una
sonrisa en el Imperio?
¡cuánta
paz que nos traía!
¿Una
sonrisa entre pobres?
¡Esa
la hay! (ya lo sabía)
Pero
una sonrisa distinta
Anuncio
de nueva vida
Dicen
que había un señor
Carpintero
y de herrería
Y
una muchacha muy joven
Que
se llamaba María.
Y
dicen que había pobres,
Porque
entre pobres nacía
No
había trineo, ni renos
Ni
pelotas amarillas
Se
regalaban sonrisas,
Se
regalaba paz y alegría
Se
regalaba un mundo nuevo
En
el que Dios reinaría
Haciendo
de todos hermanos,
Sororidad
compartida.
Pero
ese niño nacido
Entre
nubes nacería
Una
tormenta lo acecha
Preanunciando
un otro día
En
el que los que tienen las armas
Y
botas lo pisarían
Diciendo
que el otro no es patria
Porque
al Padre no conocían
Y
entonces la fiesta se opaca
Pero
otra luz se encendía
Hay
Herodes y Pilato
Pero
hay un Dios de la vida
Que
da vida en nacimiento
Y
dos “cuevas” se entendían
Una
cueva en un pesebre,
y
la otra en tumba serían
como
un vientre embarazado
de
lo que pasó ese día
así
que te cuento, hermano,
te
cuento, hermana querida
que
un clamor subterráneo
unas
venas abiertas y heridas
encuentran
hoy en el niño
que hay otro mundo en
salida.
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