Prometer hambre cero les parecía
poco, entonces prometieron cero de pobreza, objetivo inalcanzable aún en los
países con mejor distribución de ingresos. Venían a conformar la nueva
política. Hoy, después de tres años, su relato es muy modesto: cero emisión
monetaria, cero déficit fiscal. Conjugan sólo dos verbos: ajustar y endeudar. Y
un tercero que forma parte de su ADN: mentir. Tienen un lenguaje precario y una
cultura general que habla muy mal de la educación privada. Una ironía conocida
es que la educación pública dio cinco premios Nobel y la privada a Mauricio
Macri. El mejor ministro de educación de los últimos cincuenta años, Esteban
Bullrich, nos ilustró a los argentinos y a los europeos, al visitar la casa-museo
de Ana Frank en Ámsterdam, afirmando que “Ella tenía sueños, sabía lo que
quería, escribía sobre lo que quería y esos sueños quedaron truncos, en
gran parte por una dirigencia que no fue capaz de unir y llevar paz a un
mundo que promovía la intolerancia”. Todo hecho o acontecimiento
histórico debe quedar incluido en el discurso de auto ayuda de Jaime Durán
Barba y Alejandro Rozichner: equipo, optimismo, buena onda, mirar el futuro,
diálogo, dejar atrás el pasado, saber escuchar, la unión de los argentinos, decir
la verdad. Equipo viene acompañado generalmente del mejor de los últimos
cincuenta años, aunque se sacó un cero en la evaluación de los casi tres años
de gestión. El optimismo es el que les
llevó a prometer “brotes verdes” cada cuatrimestre o semestre, pero como el
horizonte, siempre se aleja y nunca llega. Las “lluvias de inversiones” nunca
pasaron de una tenue garúa. La “buena onda” pasa por simular que se dialoga para
luego seguir sin el mínimo cambio; eso sí, con un buen lunch y cordiales modos.
“Dejar atrás el pasado” es echarle la culpa de todo al peronismo e incluso a
sus aliados radicales; éstos, anestesiados, ni siquiera tienen la menor
reacción de protesta, mientras escuchan la falacia de “venimos a dejar
atrás los desastres de los últimos
setenta años”. La “unión de los argentinos” se pulveriza en el estímulo a la
polarización y excluye a los kirchneristas “que se robaron todo” y a los
peronistas, salvo los que integran sus filas o eventualmente los que puedan
incorporarse, porque los demás son “todos chorros”. El envase de todas las
mentiras es la afirmación “nosotros hablamos con la verdad”. La serie es
interminable: “no devaluaremos, no ajustaremos, los trabajadores no pagarán
ganancias, no recurriremos al FMI, no hay que preocuparse por el endeudamiento
porque es bajo con relación al PBI; incrementaremos el presupuesto en educación
y en ciencia y mantendremos todos los programas; construiremos tres mil
jardines de infantes; se mantendrá el Fútbol para Todos; el dólar no será
problema en nuestro gobierno; y “combatir la inflación es sencillo (su
permanencia es sólo la exteriorización de un gobierno que no sabe gestionar).” “Vamos
a rectificar lo que se hizo mal y continuaremos con lo que se hizo bien.”
En el gobierno de CAMBIEMOS, la
verdad se ha exiliado y la mentira la ha sustituido aunque presentada como la única
verdad. Así “lo que hicimos y hacemos es el único camino posible, si hubiera
otro, pueden creerme que lo seguiría”; “conozco la pobreza porque los visito.”
El discurso armado por el gurú
ecuatoriano incluye incluso las muletillas. Todos al reiterar un argumento
dicen “de vuelta”, aporte PRO al lenguaje como en su momento fue vecino, que
luego fue tomado por el conjunto de los expositores políticos.
Todo es un armado. Los timbreos
espontáneos con cámaras que esperan en el interior de las viviendas en las que
se tocan los timbres. La política se bastardea mintiendo y atacando a los que
disienten con el grupo de tarea de los troll de Marcos Peña mientras dicen que “no
somos todos iguales”. Un gobierno de CEOS, con la mayor parte del patrimonio de
los mismos en el exterior. El ex ministro Juan José Aranguren que mientras
favorecía a la empresa de la que provenía, afirmaba que no traía sus ahorros
radicados en el exterior porque aún no tenía confianza en el gobierno del que
formaba parte. Y pensar que Groucho Marx lo dijo como humorada: “Nunca podría
ser socio de un club que me tenga a mí de socio”. La verdad sólo irrumpe en los
actos fallidos: “Cambiamos futuro por pasado” o en sincericidios de sus
pensamientos reales: “Nadie que nace en la pobreza hoy llega a la universidad (María
Eugenia Vidal) o aquel de Mauricio Macri ¿Qué es esto de universidades por
todos lados? Obviamente, muchos más cargos para nombrar. Acá hay que hacer
jardines de infantes. Acá falta que todos los chicos tengan la oportunidad de
ir al jardín de infantes. Basta de locuras.” Metodología PRO: los jardines no
se construyen, pero a las universidades públicas se las estrangula
presupuestariamente y muchas de las del conurbano donde se reciben las primeras
promociones de integrantes de familias que han llegado a la universidad.
El falso diálogo y el consenso son
reemplazados por las fuerzas de seguridad cuando las protestas ganan las calles
y las rutas.
El denuesto del adversario alcanza
niveles de delirio como cuando el secretario de Energía Javier Iguacel afirma que
no existen las tarifas de gas desmesuradas y “la mayoría de la gente que se
queja del aumento del gas son kirchneristas. Más de la mitad de los que swe quejan por las subas son militantes que quieren meter
miedo”
La institucionalidad tan proclamada
fue arrastrada al mismo fango hipócrita de las pretendidas y falsas
independencias del Poder Judicial y del Banco Central.
Después de tres años, el mejor equipo
ha logrado que todo lo que tiene que subir, baje y todo lo que tiene que bajar,
suba. Se pasó de “todo va cada vez mejor” a “lo peor está por venir”
encubriéndose en la meteorología, las famosas seis tormentas, únicas causales,
donde los objetivos alcanzados lamentables pero buscados, son fruto de la
aplicación de una ideología fuera de tiempo y espacio.
Si Macri abochorna con su precariedad
que lo llevó a considerar que los hombres que declararon la independencia
“deberían tener angustia de tomar la decisión, querido Rey, de separarse de
España” o de pedir que los argentinos nos enamoremos de la directora gerente
del FMI, es interesante observar que es un héroe para CAMBIEMOS.
Tomemos como ejemplo a Luis Caputo.
Según el alter ego del presidente, Marcos Peña: “Toto Caputo es un orgullo para este gobierno y para el país que sea
ministro. Es una de las 10 o 15 personas más talentosas que existen en el mundo
en el tema de finanzas. Hecho y recontra hecho en el mundo jugaba en la
Champions League y no en Aldosivi, deja todo para venir a jugársela por su
país…lo tenemos que valorar todos, estamos en un país donde teníamos ministros
que no podían sumar dos más dos. La capacidad profesional de Toto Caputo es un
orgullo para la Argentina y así nos plantea cada persona del mundo con la que
nos vinculamos.”
El balance de la gestión del héroe lo
realiza el periodista especializado en economía Alfredo Zaiat: “Fue el
encargado de la capitulación ante los fondos buitres, aceptando las condiciones
impuestas por el juez Thomas Griesa y convalidando pagar todos los gastos por
el litigio en los que incurrió el líder de los buitres Paul Singer durante los
diez años del juicio. Fue el responsable de conducir un ciclo de endeudamiento
público externo intenso, que supera el desplegado durante la dictadura militar.
Entregó a doce grandes bancos comisiones por 63,1 millones de dólares por la
colocación de la deuda. Emitió el descabellado bono a 100 años por 2750
millones de dólares a una tasa efectiva de 7,9 % anual. Este título fue
entregado a un grupo de bancos elegido a dedo para su distribución (HSBC, Citi,
Santander y Nomura) que cobraron 3,3 millones de
dólares en comisiones directas. De los 148 fondos de inversión que compraron el
bono a 100 años se encuentra Noctua Asset Managment LLC, radicado en Delaware,
plaza de opacidad financiera que es una firma off-shore de Caputo. Noctua se
alzó con cinco millones del total de la venta directa de esos papeles de deuda.
Esa firma offshore de Caputo quedó al descubierto con la filtración conocida
como Paradise Papers, información que ocultó en sus declaraciones juradas.
También ocultó que fue mánager de Alto Global Fund, firma offshore radicada en
las Islas Caimán. Noctua está asociada a Axis Sociedad Gerente de Fondos de
Inversión, según los documentos que la firma presentó a la SEC (comisión de
valores de los EE.UU) Axis era manejada por Caputo antes de saltar a la función
pública y cobró de la ANSES 540 mil pesos por comisiones en la colocación de
LEBAC. Fue el primero que afirmó, ante los financistas de Wall Street que le
cerraron el grifo de dólares en marzo pasado, que era políticamente imposible
acudir a préstamos del FMI, para pasar a
ser promotor en el gobierno de abrazarse en forma desesperada al FMI.
Defendió su patrimonio personal
durante la gestión pública, al vender su posición de LEBAC para pasarse a
dólares, justo antes de la fuerte devaluación. La información documentada
indica que en noviembre del 2017, Caputo tenía LEBAC por 8,5 millones de pesos
y que en enero no las renovó, cuando el dólar cotizaba a 19 pesos y poco
después comenzó la corrida que lo terminó disparando arriba de los $40.
Además de liquidar dólares de las
reservas a precio de ganga, sumó quebrantos para las finanzas del Banco Central
al operar en el mercado a futuro del dólar durante agosto y septiembre. Empezó
a desarmar la bomba LEBAC para alimentar una nueva: LELIQ. Subió la tasa de interés
hasta el 60% anual, que arrojó a la actividad productiva hacia el colapso.
Finalmente, dilapidó 15 mil millones de dólares de reservas del Banco Central
en menos de tres meses.” Un verdadero héroe como Rivadavia.
Un liberal, como el director de Perfil,
Jorge Fontevecchia, lo caracterizó críticamente:
“Solo lo explica la falta de
experiencia en la administración pública y su confusión con la administración
privada. Peor aún, con la financiera, porque cualquier empresa echaría al
director de Finanzas cuyo plan sea endeudarla sabiendo que en el momento
en que se cierren los mercados (como la sequía, algo que ocurre cíclicamente en
promedio cada cinco años) tendrá que hacer concurso de acreedores o entregar la
conducción a un prestamista de última instancia que actuará como socio
asumiendo el control. Es toda una definición creer que era el Messi de las
finanzas quien duplicó la deuda externa en 32 meses llevándola de 87 mil a
160 mil millones, a razón de 2.500 millones de dólares por mes y 100 millones
por día hábil. Quien también devaluó 42% en 103 días en el Banco Central: de 28
pesos a 40 por dólar. Y aunque la responsabilidad sea de quien lo nombró, es
también frívolo aceptar ir a presidir el Banco Central por solo cien días.
¿Dónde habrá quedado la demanda de independencia del Banco Central que le
exigían al kirchnerismo y que el FMI recomienda? Excluyendo los exabruptos, no
es difícil identificarse con el dueño de una pyme que padeciendo las
consecuencias de las crisis insultó a Caputo en un restaurante hace semanas
diciéndole: “No robo a nadie, doy laburo, tengo 132 personas a las cuales les
pago el sueldo y las cargas y vos sos una mierda, forro, pedazo de pelotudo.
¿Qué país querés? Decilo ahora así como lo digo yo, quiero un país libre, un
país con perspectivas. Chancho, forro, burgués, no sé qué decirte, yo
tengo una empresa con 132 personas, estás fundiendo el país, pelotudo”. En un
punto tenía razón el dueño de la pyme: un mesadinerista nunca tuvo que pagar
sueldos. Y si Caputo fuera Messi de algo,
lo sería de las mesas de dinero. Creer que el Banco Central es como una gran
mesa de dinero indica ignorancia y soberbia de los que lo nombraron porque
quien no sabe de algo por lo menos sigue los usos y costumbres y nombra
personas con antecedentes para el cargo.”
Diferencias en lo que es un héroe:
San Martín afirmaba que “Seamos libres, lo demás no importa nada” y Luis Caputo
sosteniendo que “la crisis cambiaria es lo mejor que no pudo haber pasado. Yo
creo que en el mediano y largo plazo no hay mal que por bien no venga. Esto nos
obligó a ir a pedir el crédito al Fondo Monetario que nos da mucha
certidumbre…”
CERO
Dividir cualquier número por cero
cuando se accede a las profundidades matemáticas nos da cero sino infinito. El
PRO nos conduce a un infinito donde el FMI gobierna, la deuda es una soga en el
cuello del futuro de los argentinos, la devastación del aparato industrial un
objetivo, la timba financiera un propósito, la primarización económica un
deseo, la subordinación al poder económico nacional e internacional es
presentado como modernización y la propuesta diplomática es ser el preferido de
los EE.UU. En este infinito que resulta de dividir por cero, la calificación
que merecen, se hipoteca el futuro, se degrada el presente y se repite con
mayor intensidad lo peor del pasado.
Esto se presenta como el mejor y
único camino. No se puede predecir el momento del escarmiento, pero eso
llegará, escenario tan predecible como la crisis que padecemos y cuyo piso aún
permanece muy lejano.
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Publicado en la Tecla Ñ
06-10-2018
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