LA BANALIZACIÓN DE LA POLÍTICA
No
lo dirá nunca, pero el hijo de Franco Macri
nunca se imaginó que aquella que no quería sentarse con él hace algunos
años por considerarlo un contrabandista, hoy ha decidido romper con Pino
Solanas para catapultarlo como el candidato imprescindible de un frente de base
no peronista y antiperonista o dicho en otros términos contra el Partido
Justicialismo y el kirchnerismo.
La
inefable pitonisa de catástrofes apocalípticas se levantó del acto del que
formaba parte en dirección a la pizzería “Los Inmortales”, cuya calidad exaltó,
en momento que un desubicado Pino Solanas volvía a un discurso nacionalista en
el lugar inapropiado. Carrió tiene claro
su propósito, mientras Solanas vive en el desconcierto de no saber si se
equivoca con sus aliados o con el exaltado
discurso de militante universitario.
Algunos
radicales que carecen de un candidato nacional, encuentran en el líder del PRO
el referente que le falta y se encaminan a consumar una alianza que suple
carencias recíprocas y potencia virtudes alternativas. Macri obtiene del
radicalismo la estructura nacional que le falta; y el viejo partido logra el
candidato imprevistamente tentador del que carece. Y no van a enarbolar viejos
escrúpulos puristas, cuando hace unos años alquiló un candidato cuya última
performance era haber sido Ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.
Morales,
Cobos, Sanz, Aguad, no pueden sinceramente, sentir escozor de una alianza con
el PRO.
Menos
se entiende al referente del partido que se apropió hace más de un siglo de un
nombre equivocado, el ex intendente y gobernador santafesino Hermes Binner.
Desde una identidad equivocada, “socialista”, Hermes Binner, el hombre que
tiene menos cintura que un obeso, afirmó que él cree “en la mano invisible del
mercado”. Macri piensa lo mismo pero no
necesita decirlo, de la misma forma que no aparece el camello en el Corán, cuya
presencia es obvia para un árabe como
señalaba Jorge Luis Borges.
Que
Binner considere un límite la alianza con Macri, es a esta altura de los
hechos, de las declaraciones y de la historia, un misterio más profundo que la
Inmaculada Concepción.
Que
la política puede banalizarse sin dejar de ser atractiva, lo demuestra el
extraordinario stand-up de Elisa Carrió en su teatro preferido que son los
medios del grupo Clarín y de todos aquellos periodistas que para entrevistarla
deben renunciar a las repreguntas. En un texto dramático, humorístico y
contradictorio, la chaqueña pasó de maltratada a afirmar que crece en las
encuestas sin decir si va a ser o no candidata; de pedir tranquilidad en medio
del anuncio de truenos y relámpagos, a sentirse despreciada; de pedir que recen
por ella a sostener que se sostiene gracias a la eucaristía; de proclamar un
amor planetario que incluye aún a los despreciados kirchneristas, a declararse
inocente del amor que recibe, así como a caminar en el barro para conseguir
purificar un país que si sigue ganando el justicialismo es un narco-estado.
Más
allá de sus desmesuras y misticismo, la táctica de Carrió es clara: quiere
constituir un frente antiperonista y en el mejor de los casos no peronista. Al
mismo tiempo es lógico que se sienta despreciada porque el multimedio que
cimenta su carrera, sensatamente, no la considera como alternativa
presidencial. Entonces, la diputada le recuerda su defensa incondicional de los
hijos de Ernestina.
Pero
si tiene claro el objetivo y las alianzas que debe concretar, a Carrió la
traiciona su temperamento destructivo, definido con una precisión notable por
Jorge Asis, en su manejo ingenioso de la ironía: la ha denominado “Nuestra Gioconda pintada por Bottero” y que
“tiene una empresa de demolición, que luego no sabe qué hacer con los
escombros.”
Los
seguidores de Michel Foucault se volverán a Francia, después de analizar estas
expresiones y referentes con muchas dudas acerca de “cuál es la disputa por el
sentido de nuestra sociedad” ¿Reconsiderarán la definición de política?
16-08-2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario