Hechos que han cambiado la historia se inician por motivos cuya dimensión no tiene relación con los acontecimientos que han desencadenado. Hay muchos ejemplos, de los cuales el más reciente es el que dio inicio a la conmoción en el mundo árabe que ha concluido con los gobiernos de Túnez y Egipto, y con consecuencias en desarrollo en Jordania, Yemen y Argelia.
ALGUNOS FÓSFOROS Y SUS HISTORIAS
Era difícil imaginar que todo comenzaría cuando un ingeniero en informática llamado Mohamed Bouazizi, de 26 años, que se ganaba la vida como verdulero callejero se dirigió a la municipalidad de su pueblo llamado Sidi Bouzid, para protestar porque no lo dejaban trabajar. Desesperado decidió incendiarse a lo bonzo y las llamas se propagaron a Egipto donde dos egipcios adoptaron la misma actitud de protesta y una muchedumbre se concentró en la Plaza principal de El Cairo durante 18 días hasta terminar con el longevo gobierno de Mubarak.
Muchos analistas pronostican que después de estos hechos dramáticos que detonaron manifestaciones multitudinarias, el mundo árabe no volverá a ser el mismo.
Una de las gestas más notables del siglo XX, la de los negros norteamericanos en su lucha por sus derechos civiles, comenzó un primero de diciembre de 1955, cuando a la tarde de ese día, una negra, costurera de profesión, llamada Rosa Parks, subió a un colectivo en la Avenida Montgomery de Cleveland para regresar a su casa. Lo que ahí sucedió está relatado con precisión en una biografía de Martín Luther King de Editorial Hernando: “ Todo parecía transcurrir con normalidad, con la normalidad de todos los días. Pero aquella tarde la señora Parks decidió invertir el orden de lo que siempre acontecía. Decidió actuar con lógica. Estaba cansada, después de su prolongada jornada laboral en el Montgomery Fair, tantas horas de pie, tantas horas de tensión. Rosa Parks se sentó en el primer asiento detrás del departamento reservado a los blancos. Al poco tiempo, el empleado del autobús se acercó y le ordenó a ella y a otros dos negros, que se levantaran de sus asientos para acomodar en ellos a tres pasajeros blancos. No había sitios libres; la señora Parks debía, pues, ceder su sitio a un varón blanco y proseguir de pie el resto del trayecto. Los otros pasajeros negros obedecieron la orden del empleado sin chistar. Pero la señora Parks se negó con gesto reposado, tranquilo. El resultado fue su detención.” Fue la señal de largada de un boicot prolongadísimo de la población negra a los autobuses y el inicio de una lucha que culminaría hacia el final de la década del sesenta.
Esa épica que se inició con el gesto de Rosa Parks y la encabezó Luther King quién definía así la situación del negro en EE.UU: “ Ser negro en Norteamérica es sentirse confinado en los ghettos y en las reservas. Ser uno más en la muchedumbre de los apaleados, de los golpeados, de los atemorizados y de los vencidos. Ser negro en Norteamérica significa tener que luchar a brazo partido por una supervivencia física en medio de la más difícil agonía psicológica. Significa ver crecer a los hijos con la nube mental de la inferioridad oscureciendo el cielo de sus espíritus. Significa que te condenen por cojo después de haberte amputado las dos piernas. Significa que te condenen por huérfano, después de haber aplastado a tu padre y a tu madre con la explotación de cada día. Significa sentirse totalmente atacado por el veneno de la amargura, pues no eres nadie y este sentimiento será tu tormento durante el día, y tu vergüenza en el silencio de la noche. Ser negro en Norteamérica significa el dolor de sentir como el mal y la angustia matan todas las esperanzas antes de nacer”
En nuestro país, el Cordobazo, uno de los hitos históricos del siglo XX, se inició por el aumento del ticket estudiantil del comedor privatizado de la Universidad de Corrientes; originó manifestaciones, que al ser reprimidas produjeron la muerte del estudiante de medicina, Juan Cabral, el 15 de Mayo de 1969. Esto provocó gigantescas manifestaciones en Rosario, en lo que se conoció como “ el Rosariazo “, donde fue asesinado el estudiante de ciencias económicas, Adolfo Bello. Rosario fue declarado “ zona de emergencia” después de la muerte de Luis Blanco. Tribunales militares juzgaron a los detenidos. Se cerraron las Universidades en Córdoba y Rosario. En pocas horas Resistencia, Córdoba y Rosario se encontraban en pie de guerra. El país convertido en polvorín. El 29 de Mayo de 1969, el paro activo cordobés y la huelga de la FUA, conformarían una jornada definida por Gordillo y Brennan de la siguiente manera: por la mañana protesta obrera, después del mediodía rebelión popular, por la tarde, tras el repliegue de la policía, insurrección urbana. El histórico día terminaría con la muerte del obrero Máximo Mena. A las 17 horas regía el toque de queda y el ejército intentaba ingresar y despejar el Barrio de Clínicas, que recién lograron a la noche del día siguiente. Con las primeras horas de la noche, ingresaban a la historia y a los juicios sumarios - consejos de guerra - las figuras de los dirigentes obreros, Agustín Tosco, Elpidio Torres y Atilio López.
A partir de ahí comenzaría el ascenso de los sindicatos Sitrac (automotores) Sitram ( ferroviarios) y cobraría prestigio, su secretario, René Salamanca. El gobernador de Córdoba Carlos Caballero, en su renuncia, reconoció el enorme apoyo popular que suscitó la confluencia obrero - estudiantil. En forma textual dijo: “contó con la adhesión masiva de la población “. Los veinte años de Onganía se redujeron a cuatro. Su sucesor, Marcelo Levingston, considerado un intelectual porque sabía escribir a máquina, fue traído de EE.UU. Un segundo Cordobazo, en mayo de 1971, conocido como “el viborazo “ termina con su gobierno y arribaría, finalmente, un general audaz e inteligente, Alejandro Agustín Lanusse, que intentó, inútilmente, lidiar contra la historia y Perón.
El mayo francés empezó el 22 de marzo de 1968, al comenzar la primavera europea, 142 estudiantes de la Facultad de Nanterre ocuparon las oficinas administrativas de la Facultad de Humanidades para reclamar por la liberación de uno de ellos detenido al peticionar por las penurias de la superpoblación en las aulas y los bajos salarios de los profesores jóvenes, llamados asistentes. También protestaban contra la separación de los sexos en las habitaciones de las residencias de estudiantes.
La represión dio lugar a nuevas ocupaciones, a una generalización de las protestas. El 10 de mayo fue la noche de las barricadas. El 13 de mayo, las grandes centrales sindicales decidieron por primera vez en la historia, llamar a una huelga general en solidaridad con los estudiantes y en contra de la brutalidad policial. La explosiva alianza obrera-estudiantil- intelectual llevó a la toma de la fábrica Renault, de los ferrocarriles y de los subterráneos. Un millón de personas gritaban: “Diez años es suficiente”, en referencia a Charles de Gaulle.
Francia paralizada. Diez millones de trabajadores en huelga. Las calles de París en poder de los manifestantes. Un grafitti sintetizaba la situación: “La barricada cierra la calle pero abre el camino” Todo ello en un clima de libertad notable y tal vez inigualada. “Prohibido prohibir”; “La imaginación al poder”; “Debajo de los adoquines está la playa”; “Nuestra esperanza no puede venir más que los sin esperanzas”; “El derecho a vivir no se mendiga, se toma”; “La Política pasa en las calles”; “No habrá nunca demasiados sepultureros para el capitalismo”; “La acción no debe ser una reacción, sino una creación”; “ Si tienes el corazón a la izquierda, no tengas la billetera a la derecha”; “La economía está herida, que reviente”; “Sean realistas, pidan lo imposible”; “Desabróchense el cerebro tan a menudo como la bragueta”; “ No cambiemos de empleadores, cambiemos el empleo de la vida”; “Un policía duerme en cada uno de nosotros, es necesario matarlo” “ Las paredes tienen orejas, sus orejas tienen paredes”; “ No hay pensamiento revolucionario. Hay actos revolucionarios” “El deber de todo revolucionario es hacer la revolución”
El viernes 24 de mayo habían transcurrido once días de paro. Cincuenta mil parisinos levantan barricadas y arrojan bombas molotov. De Gaulle en un refugio ignoto, sin capacidad de reacción. La revuelta del Barrio Latino cubre todo París. El estudiantado toma la Bolsa de Comercio.
El ensayista e historiador Michel Foucault afirmó años más tarde: “Lo que estaba por suceder no tenía su propio vocabulario”. El Partido Comunista describía los hechos como un golpe de estado de derecha.
El filósofo André Gorz caracterizaba lo que pasaba como “una rebelión primitiva antes que de creación revolucionaria” El escritor y político Edgar Morín sostenía: “El nuevo Mesías es el proletariado tercermundista” El filósofo Herbert Marcuse levantado como inspirador de la rebelión estudiantil escribía: “ No hay nada menos burgués que el movimiento estudiantil, ni más burgués que el obrero de EE.UU” En cambio Jean Paúl Sastre afirmaba: “ Se puso en evidencia que no es el saber quién reformará el saber, sino la acción. No hay historia de las ideas por si solas”
Los acuerdos de Grenelle calmaron a los sindicalistas. Se estableció la reducción de la jornada laboral y de la edad de la jubilación. La sociedad sintió el cansancio de la lucha y la necesidad de volver a un cierto orden. De Gaulle lo aprovechó inmediatamente y arrasó en las elecciones, pero un año después terminaría su carrera política. La luz del Mayo Francés se fue apagando.
El establishment recuperó su espacio y las calles. Un grafitti anticipaba irónicamente la situación descripta. “Le rompo las pelotas a la sociedad pero ella bien que me lo devuelve”.
Las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001, se precipitaron cuando el Presidente Fernando de la Rúa decretó el estado de sitio y una multitud espontánea salió a la calle y ocupó las principales calles de Buenos Aires.
EL FÓSFORO DE LA HISTORIA
Es elemental que no hay fósforo que pueda producir un incendio si no están dadas las condiciones para que las llamas se propaguen con rapidez. La historia se vale de personajes de reparto que son proyectados a papeles protagónicos y luego el tiempo los ubica en el lugar adecuado o en apenas un pie de página. En otros el detonante pasa a un plano secundario. Hay muchos ejemplos y sólo he tomado algunos.
Esos fósforos llamados Mohamed Bouazizi, Rosa Parks, ticket estudiantil, Juan Cabral, la superpoblación en las aulas y los bajos salarios de los profesores jóvenes en el mayo francés, el estado de sitio.
El fósforo por sí solo no explica el incendio, pero la justicia histórica no debe omitir que el incendio comenzó en una cerilla que imprevista pero justificadamente se propagó sobre el pasto seco de injusticias acumuladas.
14-02-2011
TODOS LOS LOS DERECHOS RESERVADOS . Hugo Presman.
Excelente relato, y como siempre, ilustrando.
ResponderEliminarSaludos
Alfredo