- El investigador a cargo del estudio que citó burlonamente Victoria Villarruel en el debate de candidatos tiene un recorrido en estudios de género y diversidades. Recibe amenazas de muerte por su trabajo, recortado y ridiculizado, e incluso pensó en callarse y “volver al silencio”
Facundo Saxe, investigador del Conicet
Por Franco Torchia
27 de septiembre de 2023
Actualizado el 27/09/2023
“A
nosotros nos interesa que el Conicet realmente investigue las ciencias duras, las
cosas que le van a dar relevancia y prestigio al país. Investigar el ano de
Batman, las canciones de Ricardo Arjona o la película del Rey León
definitivamente no es ciencia, no es algo que deba pagar el pueblo argentino”,
dijo durante el debate de candidatos a vicepresidente Victoria Villarruel, que
acompaña a Javier Milei en la fórmula que resultó más votada en las elecciones
primarias. No es la primera vez que la candidata cita de manera recortada y
burlona estos proyectos de investigación en ciencias sociales, que tienen un
alcance y utilidad mucho más extenso que lo que se alcanza a plasmar en su
mención.
Facundo
Saxe, autor de la investigación sobre Batman, dialogó con Franco Torchia en su
programa Francotirador, emitido por radio Splendid AM 990. “Yo tengo 43 años y
a mí todo esto que está pasando me hace querer callarme y volver al silencio. Y
no quiero vivir una vida en silencio cuando durante mucho tiempo viví así. Yo
no hice nada, simplemente estoy trabajando”, dice el autor, que recibió amenazas
de muerte.
─Sé
que son días muy difíciles para vos, porque lo hemos conversado. Estás
recibiendo muchas amenazas de muerte.
─Sí.
Me parece que esto se enmarca un poco después de las PASO, que muchas personas
que estamos dentro de colectivos o comunidades de la diversidad sexual o la
disidencia sexual nos veíamos venir una mayor habilitación del odio. Viste que
cuanto más aparecen personajes de la extrema derecha o de discursos
conservadores se habilita más, ¿no? En el marco de eso, a mí hace años que se
me viene hostigando en redes por las cosas que yo trabajo en CONICET, que igual
es un recorte tergiversado, pero pongámosle. En ese contexto, y después de las
PASO la situación fue un poco más áspera y sí, recibí amenazas de muerte,
algunas bastante cruentas y ataques constantes. Dieron a conocer mi dirección
real el mismo día que me amenazaron de muerte; es como una amenaza directa,
“sabemos dónde vivís”. Acá en La Plata, incluso, armaron pegadas o escraches
contra algunos investigadores en algunas zonas con títulos de trabajos que
tenían que ver con género, sexualidades y disidencias.
─Ese
es el terreno que les interesa especialmente porque la guerra es ideológica. No
va a ser de ninguna manera ni económica ni política; va a ser sobre todo y
fundamentalmente ideológica que es, en todo caso, lo único que puede garantizar
La Libertad Avanza. Todo lo demás ya sabemos que es impracticable. Ahora,
Facundo, vos no estás viviendo para nada bien.
─Te
juro que hoy me cuesta darle un carácter real, por momentos. Según mi psicólogo
es una forma de defensa, digamos, porque llega a un nivel tal de delirio y
violencia que uno intenta bajarla un poco.
─Te
cuesta creer que te pasa lo que te pasa.
─Exacto.
Para mí es inverosímil estar hablando con vos en la radio por esta situación.
Yo soy un docente universitario que da clases y que investiga temas que tiene
que ver con Ciencias Humanas, Sociales y estudios de género y no estoy
preparado para todo esto. Yo no estoy ni preparado para salir a hablar en un
programa de radio que quiere que hable cinco minutos explicando “¿por qué
dijiste 'ano de Batman'?”. Nos vamos a morir de literalidad, también, porque
prácticamente tengo que salir a explicar que no estoy trabajando el ano de
Batman, cuando justamente ahí hay una ridiculez. ¿Qué? ¿vajo a Estados Unidos,
busco el cadáver de Adam West y le investigo el ano? Digo, no tiene el mínimo
sentido. Hay una campaña orientada, sí, contra CONICET que busca hace años ya,
pero este año volvió a retomarse, justificar la destrucción o el recorte del
CONICET o el que no existan investigaciones de género. Hay una batalla
ideológica al respecto: atacar, en particular, mi figura y a quienes trabajamos
con cosas que parecen recortadas, parecen inútiles y hasta molestan en un
sentido común orientado al pánico social sexual.
─De
hecho, esto arrancó, como contaste, hace muchos años. Recuerdo que fue el
periodista Eduardo Feinmann ─cuando todavía trabajaba en A24, gobernaba ya
Alberto Fernández o eran los estertores del gobierno de Mauricio Macri─ fue el
primero que muy antojadizamente en la web del CONICET encontró la expresión
“ano dilatado de Batman”, que, repito, ni siquiera es algo sobre lo que vos
investigás, pero sí es una ponencia que presentaste para un Congreso puntual. A
partir de allí vos la empezaste a pasar mal. Ahora, post PASO se rescata esto
mismo que inicialmente comenzó Eduardo Feinmann.
─Exacto.
Solamente que, como es todo una gran confusión, lo que se hace es manipular de
forma recortada la información que está en la web del CONICET ─que tampoco se
explica cómo funciona y no es una web pensada para hacer la auditoría de las
investigaciones de cada uno. Es más complejo.
─Si
me permitís, voy a ejemplificar esto de manera muy sintética. En la web del
CONICET, cada investigador de carrera tiene que publicar todo lo que hace. Todo
es todo: lo que hace en el contexto del CONICET y lo que hace por fuera
también. Si mañana lo invitan a dar una charla a Formosa, que nada tiene que
ver con el CONICET, tiene que figurar la charla en Formosa.
─Exacto.
Subís toda la información y después selecciona aleatoriamente algunas cosas,
sobre todo la parte de ponencias. Y ahí se recorta toda esa información de
forma tendenciosa. Si nos ponemos a pensar, literalmente, el Congreso y el
trabajo que yo presenté sobre el ano de Batman, que está recortado ─el título
entero es “El ano y la cava de Batman, apuntes para una investigación sobre
archivos de odio y borramientos de la disidencia sexo-genérica”─, no tuvo
financiamiento del CONICET.
─No
lo financió el CONICET. De todas maneras, si lo hubiera financiado, ¿qué? Yo no
te voy a someter a esto, pero lo voy a decir yo rápidamente. La cuestión del
ano y, si quieren, incluso más en criollo los estudios en torno al culo son
fundamentales en numerosas universidades del mundo, sobre todo y
fundamentalmente en materia de género. No es una cuestión para nada menor.
Muchos países destinan buena parte de sus presupuestos investigativos, no para
estudiar el culo de manera proctológica como lo hacen médicos y médicas, sino
para las implicaciones culturales que tiene el culo. Tanto a Facundo como a mí,
y a otro montón de personas que nos escuchan, nos han dicho “culo roto” desde
nuestra más tierna infancia. Esto para pensar nada más en una de las
significaciones que esto tiene.
─Exacto,
Franco. Y yo eso lo trabajo. Trabajo cómo funciona esa violencia sobre vidas
como las nuestras y otras vidas. Yo tengo 43 años y a mí todo esto que está
pasando me hace querer callarme y volver al silencio. Y no quiero vivir una
vida en silencio cuando durante mucho tiempo viví así. Yo no hice nada,
simplemente estoy trabajando. Perfectamente este trabajo podría haber tenido
financiamiento del CONICET como otros. Si vos entrás a CONICET y buscás mi
investigación actual se llama “Disidencias de sexo-género: archivo y memoria
desde una perspectiva comparada en textos culturales alemanes y argentinos
recientes”. Esa ponencia del ano de Batman, a partir de una serie de
teorizaciones que yo hago, la utilizo para algo que va a salir publicado este
año financiado con mi sueldo del CONICET. Yo no tengo un financiamiento de
proyectos más allá de mi sueldo.
─Sos
investigador del CONICET y te costó un montón, como narraste oportunamente. No
cualquier llega a investigador del CONICET, hay que trabajar muchísimo, ni les
cuento si es en Ciencias Sociales, como vos. Ese es otro mito a partir del ano
dilatado de Batman: la idea de que está plagado de cientistas sociales.
Mentira.
─Eso
es una mentira absoluta. Las investigaciones sociales y humanas tienen menos
financiamiento porque no trabajamos en laboratorio. Es diferente cómo
funcionan. Algo que me gustaría sumar a lo que vos decías: supongamos que yo
investigué el “ano dilatado de Batman” así como dicen, además yo creo que
despierta algo ahí como cuál es el problema de decir la palabra “ano”.
─Los
problemas siguen siendo muchos y es por eso que un Estado que se pretenda más o
menos actual, atento a mitigar violencias, tiene que trabajar efectivamente en
el desbloqueo de, por ejemplo, la palabra “ano”, el desbloqueo total de la
palabra “culo”. ¿Vos no judicializaste, Facundo, ninguna de estas amenazas de
muerte que recibiste, tomaste la decisión de no llevar nada a la Justicia?
─Por
ahora no. Ahora estoy haciendo control de daños ideológicos. Una vez que pase
un poco el tiempo, ahí a las cuentas que me amenazan literalmente de muerte les
vamos a hacer denuncias penales.
Federico
García del Corro (equipo del programa:
─¿Podrás explayarte un poquito más en lo
que vos estás investigando? Yo soy un consumidor de historietas y de comics y
está piola adentrarnos en cómo es tu investigación.
─Yo
necesitaría una hora y media para explicar el recorrido entero, pero puedo
resumirlo. La idea de pensar la homosexualidad de Batman tiene que ver con cómo
se construyen ciertas masculinidades hegemónicas y yo trabajo, como decía
Franco, con una línea de teorización que viene de Paul Preciado que habla de la
expresión de “ano castrado” para pensar cómo se genera un tipo de
masculinización cis-heterosexual tradicional y hegemónica.
─Paul
Preciado es un filósofo español que tiene, entre otras, la siguiente hipótesis:
“Hombre en nuestra cultural contemporánea es el que tiene el culo cerrado”. O
sea, ser hombre es garantía de culo cerrado.
─Entonces
lo que yo trabajo sobre los años 50, justamente en el momento en el que se está
atacando a los comics como productos nefastos que en los que Batman es la
fantasía homosexual de muchos niños y adolescentes. En un libro espantoso que
es una colección de archivos de odio, un psicólogo cita a un pobre pibe
internado en un psiquiátrico por homosexual y el pibe le dice “Yo leo Batman y
Robin, son la fantasía de lo que quiero ser. Me gustaría vivir así”. Esa
expresión después fue tomada por un montón de personas que analizaron a Batman
y pensaron cómo funciona la masculinización de Batman cuando, en muchos
momentos, fue una figura que permitió a públicos de la diversidad sexual
identificarse. Hay muestras verificables de identificación sexo-disidentes con
Batman de los años 50 y los 60: fanáticos que lo dibujaban a Batman y Robin o
Superman besándose juntos. Eso genera toda una genealogía que a mí me importa.
Yo estoy trabajando en este momento en la segunda mitad de los años 80, cuando
se refuerza la heterosexualización de Batman, que como personaje de ficción es
lo que hacemos cuando lo leemos y lo convertimos en otra cosa. En ese contexto,
muchos “maricas” nos identificábamos con la Mujer Maravilla, por ejemplo.
─David
Burt (equipo del programa): Pensemos que a Robin lo sacaron en la segunda parte
de Batman porque lo veían como un personaje homosexual.
─Exacto.
Si nosotros vemos, en el año 85, 86, 87, a Robin lo matan. En la película, le
sacan a Robin y le ponen a Kim Basinger como interés romántico, que es
heterosexualizarlo más. A los personajes femeninos fuertes de Batman, de fines
de los 70, los matan: a Batichica en ese momento la dejan en silla de ruedas y
es abusada por el Guasón. Hay un montón de cosas ahí que tienen que ver con esa
masculinización del personaje hacia la heterosexualidad tradicional que no
existía de la misma forma previamente. La serie de Adam West permitió otro tipo
de identificaciones. Yo conecto cómo eso queda latente. Por ejemplo, hay libros
de un escritor argentino, que se llama Osvaldo Bossi, en los que escribe poemas
sobre la relación homosexual de Batman y Robin o escritos en prosa en los que
el sujeto que habla es Batman a Robin y utiliza imágenes de las series. Eso es
que está conectando con ese imaginario del Batman homosexual borrado. Entonces,
no es tan literal como mirar el ano físico; es otra cosa que tiene que ver con
esa filosofía anal. Yo, todo esto, lo estoy conectando con una leyenda de la
cultura argentina en torno al servicio militar obligatorio que dice que si te
marcaban como homosexual en el examen médico, te ponían la sigla AD.
─“Ano
dilatado”, exactamente. Yo llegué a ser sorteado para el servicio y, por ese
mito, llegamos a ese momento con terror. Ni les cuento si como yo fueron
abusados en la infancia. Llegamos con terror a ese momento porque, en efecto,
existía el mito de que los milicos te revisaban tu cuerpo y te revisaban el ano
y, si veían que tenían el ano abierto, ibas a empezar a vivir una serie de
injurias y humillaciones increíbles.
─Agrego
algo más. Nosotros vivimos en una sociedad donde la ley electoral de la
provincia de Buenos Aires, hasta 1990, prohibió el voto homosexual por
indignidad. A mí me parece que lo que yo investigo es importante para pensar
cómo ese tipo de cosas no están dichas en nuestra sociedad todavía.
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