Hoy celebramos el cumple de un compañero judío,
justicialista de izquierda, nacido en Palestina.
Su viejo, del gremio de madereros tuvo que rajar con
la jermu y el pibe por que lo buscaba la yuta.
Ya de joven anduvo en mil kilombos, rajó a los fondos
buitres del templo, repartió el pan y los choris y combatió la violencia de
género.
Con 12 compañeros del conurbano abrió una agrupación
que se multiplicó en miles de unidades básicas.
Hizo movilizaciones masivas y el pueblo lo seguía y
los punteros le fueron fieles, menos uno que votó no positivo.
Para completar le dieron la cana y el poder judicial
lo condenó a muerte, los caceroleros de entonces no lo quisieron canjear por
otro kilombero más trosko.
A la final lo verduguearon y lo clavaron a unas maderas
y lo chucearon los milicos del imperio para mandarlo al otro barrio, del que no
se vuelve.
Dicen que lo vieron unos días después lo más pancho.
¡Que casualidad! Pancho se llama hoy, 2 mil años más
tarde, el secretario general de aquella agrupación de base, que dicen que anda
con ganas de parecerse más al barbudo.
Dios dirá Felices Fiestas!!!.
Firmado, El Pueblo.-
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