¿El 28-D fue determinante del estallido de la
crisis?*
Al cumplirse el año de la famosa conferencia de prensa del 28 de
diciembre de 2017, que el presidente del Banco Central compartió con el jefe de Gabinete y los ministros de Hacienda y
Finanzas, muchos economistas han vuelto a insistir en la peregrina idea de que
allí está el origen de la grave crisis cambiaria desatada el
año pasado en el país. Una crisis que nos llevó al borde de la cesación de
pagos y obligó como única salida a pedir auxilio al FMI. Incluso, valga la
pena recordarlo para medir la magnitud de esa crisis, el acuerdo fracasó en
pocas semanas pese al monto inédito del crédito otorgado. Se hizo necesario un
segundo acuerdo que, al adelantar a dos años el giro de fondos, deja planteado
un verdadero agujero negro para 2020. El Fondo deja planteado en los documentos
que pese al gigantesco esfuerzo que debía hacer el país, no quedaba garantizada
su solvencia externa.
Cuestionando el primer objetivo de aquella conferencia de prensa, que
fue elevar la pauta de inflación para 2018 del nivel de 8-12% a 15%, se ha
dicho que no tiene sentido ese aumento, porque ello iba a tener como único
efecto incrementar las expectativas de inflación. Sin embargo, es inconcebible
que mantener una pauta que en pocos meses iba a ser desbordada por la
inflación, como ocurriera con las pautas para 2016 y 2017, tuviera sentido.
Simplemente daría lugar a un mayor descrédito de la autoridad monetaria, que
hubiera perdido más credibilidad. Sin duda, los sindicatos igual hubieran
impuesto cláusulas de revisión o ajuste automático, los aumentos tarifarios no
se hubieran detenido y la inflación núcleo hubiera seguido muy alta.
Pero el principal argumento que insiste en los efectos supuestamente
catastróficos de esa conferencia de prensa plantea que ésta vulneró la
independencia del Banco Central y así generó una brusca caída de la demanda de
dinero que dio lugar a la crisis.
Eso implica, obviamente, apoyar el accionar del Banco Central en el
período previo a la conferencia de prensa. Se ha dicho que la institución
monetaria había mantenido una política adecuada para la economía argentina. Que
su conductor era el mejor del equipo económico.
Se ignora el peligro que para la economía significó:
1) El armado de la “bomba de las Lebac”, que le daba inmensa
vulnerabilidad al mercado cambiario.
2) Admitir sin restricciones el ingreso de capitales golondri-nas, que a
la primera inquietud iban a salir del país en tropel, llevándose también la
gigantesca ganancia en dólares acumulada.
3) Pretender contener la inflación a través de las tasas de interés, a
pesar del desequilibrio fiscal, los incesantes aumentos de tarifas y los
problemas estructurales de los mercados en Argentina.
4) Ignorar el peligro que planteaba el creciente déficit de la cuenta
corriente del balance de pagos, la masiva salida de capitales del país y el
irresponsable endeudamiento externo a pesar de que en su seno se elaboraban
estas estadísticas.
5) Haber facilitado al extremo la salida de capitales del país, al
liberar de toda exigencia de liquidación de divisas a los exportadores y
admitir compras ilimitadas de divisas en el mercado por los particulares
La pérdida de independencia del Banco Central no puede ser de ninguna
manera decisiva, cuando el país está golpeado por una política económica
profundamente equivocada, que llevó a Argentina, mucho antes del estallido de
la crisis, a ser ubicada entre los países más vulnerable del planeta.
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Publicado
por Ámbito Finaciero
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