24 septiembre 2025

LLEGAMOS

 


Llegamos a este 17 de septiembre del 2025, en busca de los brazos y abrazos compañeros. Llegamos desde el Gran Buenos Aires. Llegamos desde todas las provincias. Llegamos desde esta ciudad hermosa y contradictoria. Llegamos con la mirada esperanzada, con las lágrimas enjugadas, con las horas pobladas de trámites inadmisibles, con la crueldad soportada de un gobierno dispuesto a celebrar la perversidad como una cucarda a exhibir, y como si ello no fuera suficiente ejercicio de la degradación, lo continúa en el bullying entre sonrisas celebratorias.

Llegamos. Con los pies cansados, pero con la esperanza intacta. Llegamos. Sintiendo en lo más profundo que la victoria más que en el triunfo, siempre aleatorio, está en la lucha. Y de lucha sabemos, aunque desde lejos, a veces, parece languidecer. Llegamos con el brazo levantado y el canto y las consignas escapándose por la garganta. Llegamos, en este miércoles primaveral para que los viejos locos de la Plaza de los Dos Congresos estén menos solos. Para que la vejez no sea un castigo sino una celebración de lo recorrido y lo que quede por recorrer. Para que los comedores reciban la alimentación que se le retacean, después de haber cerrado la mitad invocando una auditoría que la Ministra de Capital Humano Sandra Pettovello reconoció ahora que nunca hizo. Porque es ya una certeza que a todos los funcionarios de este gobierno le extrajeron los sentimientos y le reemplazaron los glóbulos blancos y rojos por desprecios y mentiras. Llegamos por los que murieron privados de sus remedios oncológicos y para intentar torcerle el capricho mortuorio a un gobierno amputado de sensibilidad. Llegamos porque somos ciudadanos y no súbditos y no queremos ni podemos ser huérfanos de Patria. Llegamos después de celebrar una goleada histórica en la Provincia de Buenos Aires por casi 14 puntos y que dejó al gobierno desconcertado y sin respuestas. Llegamos para acompañar a nuestros hijos del secundario que quieren seguir teniendo una Universidad Pública de calidad y gratuita; a los jóvenes universitarios que quieren estudiar recibirse y trabajar en este, nuestro país, con una historia que cuando se la conoce no puede dejar de amarse. Llegamos para acompañar a los médicos, enfermeras, personal administrativo y de servicio del Hospital Garrahan, un lugar de excelencia y de amor, un canto a la vida, donde a lo imposible se lo derrota cotidianamente. Hay dos pancartas, escritas desde el corazón y las vísceras, que son más expresivas que todo lo que puede escribirse: una llevada por una madre con una leyenda: “Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires y te salva la vida de un hijo en el Garrahan.” Otra de un nene levantando un cartel que dice; “Cuando era bebé me salvó la vida el Garrahan; cuando sea grande me va a salvar la Universidad Pública.” Síntesis perfecta de la mejor Argentina que Milei se propone destruir en nombre de sus mandantes, el poder económico nacional y extranjero.

Llegamos. Con los científicos del Conicet, desfinanciados al extremo, saboteados en sus investigaciones, denostados por funcionarios ignorantes, sabiendo que sin ciencia no hay futuro.

Llegamos con los discapacitados y sus familiares hacia los cuales el gobierno ha demostrado cuánto goce le produce la crueldad. 

Llegamos con los obreros y dirigentes combativos que están convencidos que si no se lucha contra la política criminal de este gobierno, terminaremos siendo intrusos en nuestra propia tierra.

Llegamos con los desocupados, con los que mañana tendrán que salir a buscar un trabajo que es uno de los peores trabajos; con los que creyeron y se desilusionaron; con quiénes impulsados por la bronca, se equivocaron creyendo en una motosierra que pasa irracionalmente dejando a su paso dolor y lágrimas.

Llegamos. Porque como decía el rabino norteamericano Abraham Joshua Heschel, que acompañaba a Martin Luther King en sus caminatas por los derechos civiles de los negros: “En esta larga marcha los que oraban eran mis pies”

Llegamos con actrices y actores jaqueados en el cine y en el teatro, por una política cultural que los desprecia, con los familiares de los centros de contención y rehabilitación que están siendo cerrados por el gobierno y que brindaban apoyo psicológico y emocional para personas con adicciones,

Llegamos con los organismos de derechos humanos que siempre están.

Llegamos con algunos empresarios que han cerrado o están por cerrar.

Llegamos por la salud pública y que Milei no pueda cumplir con lo que realmente piensa: “Cada argentino tiene que tener el sistema de salud que pueda pagar.”

Llegamos a esta Plaza para gritarles a nuestros representantes que los votamos para que nos defiendan y no para que nos traicionen.

Nos vamos contentos por lo que logramos, pero no eufóricos porque es apenas un mojón en una larguísima lucha. Porque juntos el dolor se socializa y la posibilidad de triunfo parece más cercana

Nos vamos sabiendo que el presidente no entendió lo que está pasando, aislado política y personalmente.

Nos vamos recordando que hace 49 años, a unos chicos los mataron por luchar por el boleto estudiantil, pero como están incorporados a nuestra mejor historia “los lápices siguen escribiendo”. En nombre de los ausentes también estuvimos llegando.

Nos vamos, mientras leemos una pancarta levantada por una mujer de más de seis décadas que dice “Cómo no te voy a defender Universidad Pública, si hiciste realidad mis sueños”, sabiendo que Milei proyecta en la oposición lo que piensa realizar él. Citó al general y estratega chino Sun Tzu, que vivió posiblemente quinientos años antes de Cristo, y que habría dicho (aunque no esté probada la frase): “Prender fuego al país con tal de reinar sobre sus cenizas”. Un Presidente con una discapacidad preocupante para entender lo que sucede como consecuencia de sus políticas representadas emblemáticamente en la motosierra, que se apronta a celebrar “sus éxitos” en el Movistar Arena en octubre, con la presentación de un libro de su autoría para auto elogiar su gobierno con el título “La construcción del milagro”.

Un Presidente que parece haber inspirado premonitoriamente la frase del tango que dice: “Se cuidan los zapatos, andando de rodillas.”

No vamos para seguir llegando. Para volver y seguir luchando, porque como reflexionaba el filósofo francés   Henri Bergson, “el futuro no es lo que va a venir, sino lo que nosotros vamos a hacer.”


22-09-2025


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