Siempre estuvo ahí. Con su forma de capilla, con su tamaño de televisor, con un diseño poco estilizado y con sus válvulas que había que esperar que se calentaran, para que emitiera sonido.
Siempre estuvo ahí.Como hoy que es pequeña, portable, transistorizada, digital, de bellas formas.
Siempre estuvo ahí.Acompañando, entreteniendo, informando. A veces, pocas veces, reflexionando. Pasó del comedor o la cocina, localizada en un lugar fijo, a recorrer las calles, ubicada en un bolsillo con los auriculares en las orejas del oyente, o acompañando al automovilista.
Siempre estuvo ahí.En la pelea Firpo – Dempsey en 1923. En las carreras de Fangio en Europa. Cuando Pascualito Pérez ganó el título mundial mosca en Tokio en 1954. En los boletines de la guerra. En el inolvidable gol de Maradona a los ingleses en el relato notable de Víctor Hugo Morales. En aquél sábado 26 de julio, cuando a las 20,25 medio país lloraba y otro medio país sentía alivio. Había muerto Eva Perón.
Recuerdo, como si fuera hoy, el escenario. En Jubileo, Entre Ríos, ese pueblo caído del mapa donde pasé los primeros años de mi infancia. El único contacto con el mundo era la RCA Víctor a batería. La noticia se escuchó en una cerrada noche de invierno, mientras cenaba con mis padres, pertenecientes a la clase media antiperonista. Yo tenía 6 años. El silencio invadió el ambiente alumbrado con faroles a kerosene. Una pregunta rompió el clima que provocaba la noticia. El niño preguntó: ¿Quién le cocinará ahora a Perón?
Siempre estuvo ahí. Esperándome al regreso de la escuela, o a la vuelta del campito donde la pelota era el juguete deseado y querido. Escuchando los pasos de Tarzán en la selva, luchando contra las momias, en habitaciones en donde subía el piso o bajaba el techo y había que esperar hasta el día siguiente a las seis de la tarde para saber que suerte correría el héroe. Le ponía imaginación al café con leche, al pan con manteca y dulce de leche, o con jalvá, que muchos años después se llamó Mantecol, mientras me angustiaban las desventuras del León de Francia.
Siempre estuvo ahí.Los jueves a las 21 horas, y los domingos a las 12,30 horas con los programas emblemáticos de Jabón Federal, versión anticipada de lo que después fue en televisión Casino Philips.
Siempre estuvo ahí. En el relato de las abuelos venidos de Rusia a las colonias judías de Entre Ríos. En una de ellas, Colonia López, donde se habían asentado, un vecino trajo la primera radio e invitó a los demás a escuchar. Por esos azares el aparato no funcionó. Uno de los invitados, con aire sobrador le dijo con sorna al dueño de casa: “¿Como podes creer que de ese cajón va a salir una voz?”
Siempre estuvo ahí.Desarrollando nuestra imaginación, alentando la curiosidad. Siempre estuvo ahí.En las transmisiones de fútbol de los domingos. Con Fioravanti, con Aróstegui, con Lalo Pelicciari, con Bernardino Veiga. En aquél mundo mucho más ingenuo, el niño de Jubileo se preguntaba si el partido se suspendía cuando se pasaba la publicidad. Aquel cándido interrogante infantil se transformaría en realidad, parcialmente, cinco décadas más tarde con el reinado omnímodo de la televisión, antes del arribo de “Fútbol para todos”. Siempre estuvo ahí.Con los Pérez García, con el Glostora Tango Club, con la Craneoteca de los Genios de Tincho Zabala y Marianito Bauzá, con la genial Catita de Niní Marshall o el Felipe de Luis Sandrini. Siempre estuvo ahí.Con la Revista Dislocada, en las largas transmisiones del escrutinio de las elecciones, con tres mesas de Paraná, dos de Comodoro Rivadavia, tres mesas femeninas de Almagro y dos masculinas de San Miguel de Tucumán. No había encuestas, bocas de urna, ni analistas de tendencias. Siempre estuvo ahí.En los partes militares, en los derrocamientos de los gobiernos elegidos con y sin proscripciones, en la lucha de azules y colorados.
Siempre estuvo ahí.Con el cine Lux de los sábados a la noche y el teatro en “Las dos carátulas” Siempre estuvo ahí. En los campeonatos Mundiales, en el comunicado a las tres de la mañana del 24 de marzo que inició un silencio de radio durante los años de plomo, o en los partes victoriosos de la guerra de Malvinas. Siempre estuvo ahí.Con las voces emblemáticas de Cacho Fontana, Héctor Larrea, Antonio Carrizo, Julio Cesar Barton. Con las noches románticas y perturbadoras de Betty Elizalde, Nora Perlé y Nucha Amengual. La revolución del estilo y las formas que llegó con Hugo Guerrero Martinheitz. El nacimiento de la radio intimista que no hablaba a la audiencia sino a cada escuchador.
Siempre estuvo ahí.Cuando había que madrugar los sábados a la mañana, con la dictadura criminal en retroceso, para escuchar cosas sorprendentes, en ese programa insólito de un tal Eduardo Aliverti, una voz nacida para la radio, y la dulzura de Liliana Daunes.
Siempre estuvo ahí. Cuando a partir del 10 de diciembre de 1983 aparecieron nuevas voces en la sorprendente Radio Belgrano dirigida por Daniel Divinsky, que los nostálgicos de la dictadura criminal llamaban Radio Belgrado. Siempre estuvo ahí. Renaciendo de sus cenizas, cuando la televisión, la hermana menor y prepotente, pensó que se quedaba con todo. Siempre estuvo ahí.Soportando los malhumores de los dieciocho años sin campeonatos de River, en la larga hilera de triunfos continuos después de los años de infortunio, y en llanto inconsolable, en la desazón sin límites, de un domingo triste e inolvidable, de una tarde que se hizo noche un 26 de junio del 2011. Siempre estará ahí. Distribuyendo música a domicilio en la frecuencia de FM. La radio es imbatible, aunque se la ningunea en los otros medios. Cambiando con los tiempos. Entretenimiento ayer, periodismo hoy. Recorriendo el camino de las válvulas a los transistores. De la RCA Víctor a la Spica, de la Hitachi a la Sony. Habiendo pasado por la Tonomac y la Noblex Siete Mares. De la onda corta a la frecuencia modulada. De las radios alternativas a Internet. Siempre estará ahí.Con los mensajes de los oyentes, con Enrique de Palermo, Juan de Devoto, Marta del Obelisco, Anibal de Burzaco, Ángela de Pineyro, o Sandra de Belgrano. Y visto desde la emisión, privilegio al que accedí tarde, la magia permanece y se consolida cuando desde el estudio una reflexión, una mesa redonda, un reportaje, lo recibe un trabajador en el campo, un obrero en la fábrica, alguien que lleva la radio al baño, una chica la sintoniza en su walkman, caminando o en el colectivo, un automovilista la selecciona en su vehículo.
Y así hoy entran a nuestro mundo cotidiano, con posiciones diferentes y enfrentadas: Lalo Mir, Roberto Pettinato, Horacio Embón, Liliana López Foresi, Jorge Bocacci; Elizabeth “la negra” Vernaci; Betty Elizalde; Fernando Bravo, Nelson Castro, Reynaldo Sietecase, Luisa Valmaggia, Alfredo Leuco, Magdalena Ruiz Guiñazú, Víctor Hugo Morales, Samuel Gelblung, Eduardo Aliverti, Alejandro Dolina, Mario Pergolini, Claudio Orellano, Quique Pesoa, Alejandro Apo, Pablo Caruso, Leonardo Cofre, Gerardo Yomal, Hernán Brienza, Pepe Eliaschev, Carlos Barragán, Mona Moncalvillo, Jorge Rial, Lucho Galende, Jorge Halperín, Mario Wainfeld, Nora Veiras, Carlos Polimeni, Ernesto Tenembaum, Maximiliano Montenegro, Marcelo Longobardi, Luis Majul, María O‘Donnell, Marcelo Zlotogwiazda entre tantos otros.
Siempre estuvo ahí. Por eso hoy figuras que llegaron al conocimiento público a través de la televisión, como Mónica y Cesar, Gustavo Silvestre, Ernestina Pais, recorren el camino inverso y han desembarcado en este medio insuperable.
Siempre estuvo ahí. Porque la locura de los locos de la azotea que hicieron la primera transmisión, es contagiosa y se prolonga genéticamente. Pasa de generación en generación. Por eso, la radio en cada cumpleaños, no deja de ser como hoy, una adolescente de apenas 91 años, cálida y generosa.
La radio, la radio, siempre está ahí.
27-08-2010
Hugo Presman. Para citar publicar fuente. Todos los derechos reservados.
Viernes 26 de Agosto a las 18:30:
CHARLA-DEBATE EN EL SALÓN DE ACTOS DE LA MUNICIPALIDAD DE GENERAL LAS HERAS CON LA PRESENCIA DEL ESCRITOR Y PERIODISTA HERNÁN BRIENZA Y LA PRESENTACIÓN DEL PERIODISTA HUGO PRESMAN, PROMOVIDO POR LA SECRETARIA DE CULTURA DEL MUNICIPIO
El tema es " Doscientos años de pensamiento nacional"
Hernán Brienza es autor de "Valientes", "Maldito tu eres" y " El loco Dorrego", "Buscadores del Snato Grial en la Argentina
Si en un ejercicio de imaginación reuniéramos en un mismo escenario a los referentes políticos más importantes de la Argentina y les pidiéramos la opinión sobre San Martín, encontraríamos una adhesión unánime sobre su figura. Políticos enfrentados en la vida diaria contemporánea, repetirían el casete aprendido en la escuela primaria, la admiración hacia su figura. Es posible que el San Martín real, no el estereotipo de la historia mitrista, el edulcorado personaje de Billiken, no quisiera saber nada con muchos protagonistas actuales. La historia oficial omite mucho más de lo que informa, tergiversa muchas de las ubicaciones de los protagonistas, los convierte en elegidos insustanciales o réprobos inconsistentes; a los primeros los despoja de la sangre y la sustituye por el bronce y a los segundos los destierra al infierno de la historia.
SAN MARTÍN Y RIVADAVIA
Bartolomé Mitre escribió la historia oficial y dejó al diario “La Nación” como guardaespaldas. Y si sus coroneles brutales(Paunero, Sandes, Riva, Arredondo, Flores, Irrazabal) arrasaron las economías provinciales y asesinaron a sus representantes, los soldados periodísticos actuales como Mariano Grondona y Joaquín Morales Solá, Carlos Pagni y Pablo Sirvén, entre otros, cumplen su papel de periodismo ultramilitante al servicio de las peores causas, disfrazados de periodismo independiente y profesional. Lo acompañan un selecto grupo de intelectuales, ingresados a la Tribuna de Doctrina, a condición que dejen de serlos, cooptados por el prestigio que el establishment dispensa y los honorarios que paga. Así adelgazaron el grosor de su pensamiento, Álvaro Abos, Santiago Kovadloff, Marcos Aguinis y con menor intensidad, Beatriz Sarlo, porque es más astuta e inteligente.
El traductor del Dante y comandante de la guerra infame contra el Paraguay, calificó a Rivadavia como “el más grande hombre civil en la tierra de los argentinos” y San Martín resultaba lo mismo en el plano militar, situando a ambos en el mismo campo (hoy diríamos en el mismo modelo), cuando en realidad eran enemigos irreconciliables.
San Martín tenía una visión americana y Rivadavia meramente portuaria. El primero creía en una nación continental que no pudo concretarse precisamente por los intereses que representaba Rivadavia de los comerciantes del puerto de Buenos Aires. San Martín participó en el derrocamiento del Primer Triunvirato, centralista y antipopular, creación de Rivadavia, el cual lo integraba en carácter de secretario.
San Martín desobedeció las órdenes de Rivadavia de hacer intervenir el ejército que preparaba en Mendoza para actuar contra los caudillos provinciales: una forma clara de rechazar la obediencia debida alegada un siglo largo después por los genocidas de la dictadura establishment- militar. El clima adverso de los intereses portuarios le impidió regresar a Buenos Aires cuando su mujer se moría. Una carta que recibió del gobernador de Santa Fe Estanislao López le decía: “ Sé de una manera positiva por mis agentes en Buenos Aires que a la llegada de V.E. a aquella capital, será mandado a juzgar por el gobierno en un consejo de guerra de oficiales generales, por haber desobedecido sus órdenes haciendo la gloriosa campaña de Chile, no invadir Santa Fe y la expedición libertadora del Perú. Para evitar este escándalo inaudito y en manifestación de mi gratitud y del pueblo que presido, por haberse negado V.E. tan patrióticamente en 1820 a concurrir a derramar sangre de hermanos, con los cuerpos del ejército de los Andes que se hallaban en la provincia de Cuyo, siento el honor de asegurar a V. E. que a su solo aviso estaré con la provincia en masa a esperar a V.E. en el Desmochado, para llevarlo en triunfo hasta la Plaza de la Victoria. Si V.E. no aceptase esto, fácil me será hacerlo conducir con toda seguridad por Entre Ríos hasta Montevideo”
San Martín, en sendas cartas a O’Higgins del 20 de octubre de 1827, a Guido del 27 de abril de 1829 y al chileno Polenzuelos del 22 de agosto de 1842, enjuicia a Rivadavia en la siguiente forma: “Ya habrá sabido Usted la renuncia de Rivadavia. Su administración ha sido desastrosa y sólo ha contribuido a dividir los ánimos. Me cercó de espías y mi correspondencia era abierta con grosería. El me ha hecho una guerra de zapa sin otro objeto que minar mi opinión….. Yo he despreciado tanto sus groseras imposturas como su innoble persona…. En mayo de 1823, cuando resolví venir a Buenos Aires, (desde Mendoza), para dar el último adiós a mi mujer, se apostaron partidas en el camino para prenderme como a un facineroso”. Por tal causa, el libertador San Martín sólo pudo viajar en diciembre, cuando ya hacía cuatro meses que había fallecido su esposa, o sea, el 3 de agosto de ese año. “Sería cosa de nunca acabar, si se enumerasen las locuras de aquel visionario –dice San Martín- creyendo improvisar en Buenos Aires la civilización europea con sólo los decretos con que diariamente llenaba lo que se llama archivo oficial”
La preparación del ejército de los Andes, lo realizó con mano de hierro, muy alejado de la historia almibarada oficial. El historiador Pablo Carmogli escribió: “Mendoza era una sociedad muy tradicional, conservadora, con autosuficiencia económica pero muy acotada en cuanto a diversificación productiva. Tenía muy poco intercambio comercial. Era una sociedad muy particular surgida a partir de un fuerte aislamiento que había tenido por su vinculación con Chile. Estaba en un escenario alejado de la contienda armada. En cuanto a lo militar el punto de partida eran los veintinueve Blandengues que estaban en el fuerte de San Carlos, es decir, el punto de partida para San Martín fue realmente la nada…. San Martín no sólo fue jefe del Ejército de Los Andes sino que fue gobernador de Cuyo y, como gobernador, desempeñó una política específica. Por ejemplo, la mayoría de los ramos del presupuesto mendocino tuvieron recortes, salvo el correspondiente a lo militar y a la educación, que nunca tuvo recortes presupuestarios. Hay una carta que él dirige a los maestros de Mendoza donde especifica cuál es el sentido ideológico que tiene la educación.
Es muy interesante el planteo que hace ahí. También la creación de los hospitales que, si bien eran hospitales militares, servían para toda la sociedad. La cuestión del modelo productivo también era muy importante. Si bien responde a una necesidad militar, tiene que ver con una concepción política: la cuestión del pleno empleo, el salario digno, garantizar al patrón que el empleado va a trabajar pero garantizar al empleado que va a tener un salario digno y un trato digno por parte del patrón. Eso lo establece en un pacto y lo hace cumplir a rajatablas. Hay todo un trasfondo ideológico en ese modelo. Por eso es interesante describirlo y ver los alcances que tuvo….. Si la sociedad mendocina, como se suele decir, aceptó de buena gana todas las extracciones impositivas, los empréstitos, las expropiaciones..... ¿Por qué ese control tan fuerte de la sociedad? Bueno, porque evidentemente hubo contradicciones, conflictos, intereses en disputa que San Martín tuvo que saldar. En ese sentido también fue muy inteligente. Si bien a falta de acuerdo imponía sus órdenes, siempre demostró su preocupación por los intereses comerciales de la élite y por eso va a peticionar varias veces a Buenos Aires para que controle el ingreso de mercadería extranjera, para que bajen el monto de los impuestos extraordinarios que pagaban en Cuyo. Entonces la élite dice: “Bueno, este tipo nos saca, nos pide y pide, pero también se la juega por nosotros….. San Martín tenía un proyecto mucho más profundo que la élite de Buenos Aires que pretendía heredar el poder colonial sin transformar la sociedad. Por eso los conflictos con el artiguismo, con el Litoral y con el propio San Martín que siempre fue muy independiente y autónomo respecto a los poderes centrales. Privilegió siempre a sus tropas y a la población que le tocó gobernar en Cuyo. Esa independencia era mal vista en Buenos Aires. La tensión se confirma en el 19. En aquel momento, el directorio porteño ordena a San Martín y al ejército del Alto Perú que vuelvan para luchar contra el artiguismo. El ejército del Alto Perú retorna pero San Martín se niega a acatar la orden, renuncia a su cargo de general del ejército de las Provincias Unidas y asume el cargo de general del ejército chileno y con ese cargo va a pelear por la libertad de Chile. Considera que no podía predominar la lucha interna con respecto a la lucha fundamental, que era la independencia del yugo español.”
Al respecto, incorporando lo amputado por Mitre, escribió el ensayista Alejandro Horowicz en el diario Tiempo Argentino del 17 de agosto: “…atribuyen a San Martín grandes dotes técnico militares, y muy pobres o directamente ninguna aptitud política.Esta última afirmación, que contiene la estructura argumental de la historia de Bartolomé Mitre, no sólo no condice con la verdad histórica, sino que nubla la comprensión que vincula ese pasado con este presente…… Si se piensa que Juan Martín de Pueyrredón era un exiliado político porteño en San Juan, y que deja de serlo para transformarse primero en diputado de San Martín en el Congreso de Tucumán, y después el congreso lo pone a cargo del ejecutivo, con el apoyo mayoritario, queda claro que la destreza política de San Martín no es precisamente pequeña. No sólo construye las condiciones políticas requeridas para la victoria militar, sino que además forja el instrumento de esa victoria, y la estrategia que permite materializarla. Chacabuco es la primera batalla de semejante calidad política; surge de un cruce calculado con día y hora de arribo, para que las dos columnas principales confluyan. Es decir, programa el punto del enfrentamiento para tener la iniciativa estratégica, y derrota desde esa previsión a fuerzas que obligó previamente a la dispersión por ignorar el punto de confluencia. Nadie en toda América era entonces capaz ni de programar, ni de ejecutar exitosamente semejante plan. Por eso, San Martín es el político revolucionario más importante de toda Suramérica en la primera mitad del siglo XIX.”
SAN MARTÍN HOY
Fomentar el mercado interno, propulsar hospitales y educación pública, mejorar las relaciones entre el empleador y el empleado, recurrir a empréstitos internos y expropiaciones, centrar todos sus objetivos en un proyecto latinoamericano (“Yo soy, por sobre todo del partido americano”), impulsar la independencia (“ La muerte es mejor que ser esclavos”; "Seamos libres, lo demás no importa nada”), en uno de los momentos más desfavorables, el de restauración de las monarquías europeas; promover la igualdad (“Donde come mi edecán, como yo”); combatir el triunfalismo("Una derrota peleada vale más que una victoria casual").
San Martín aplicó en Mendoza aspectos del “Plan secreto de operaciones” de Mariano Moreno, que Mitre escondió y que la historia oficial desconoció durante muchas décadas.
Ante estas posiciones y actitudes del San Martín real, la unanimidad sobre su figura se diluye.
Macri, Duhalde, Carrió, Alfonsín, De Narváez, que abominan de la actual política dirigida a la confluencia latinoamericana para reemplazarla por una vinculada a los países centrales, se encuentran ideológicamente identificados con Rivadavia y no con San Martín. La idea central de la independencia los encontraría temerosos de quedar “aislados del mundo.” Quienes proponen ( Javier González Fraga, Martín Redrado, Adolfo Prat Gay, en nombre de Alfonsín, Duhalde y Carrió): bajar las retenciones, dejar la libre flotación del dólar, bajar el gasto público, reemplazando los ingresos faltantes por endeudamiento externo y limitando las prestaciones sociales, están en la misma trinchera que Rivadavia que contrajo el primer empréstito leonino con la Baring Brothers y decidió perder una guerra que se ganó contra Brasil.
A mucho de los progresistas actuales, la idea de llegar a Lima, centro del colonizador español, cruzando la cordillera y liberando a Chile, les parecería una loca aventura imposible.
Si Macri, Duhalde, De Narváez, Solá, Alfonsín, se arrodillan ante Clarín, consideraban imposible hacer quitas a la deuda externa, flaquean ante la ley de medios, acuden algunos de ellos como Macri o Carrió a pedir ayuda a la embajada norteamericana para erosionar al gobierno, su comportamiento está lejos de seguir un rumbo sanmartiniano. Están emparentados con Manuel García, mano derecha de Rivadavia, antecesor de Domingo Cavallo. El “hombre que se adelantó a su tiempo” le escribía a su mano derecha el 20 de septiembre de 1824, comentándole sobre el exilio de San Martín : “es mi deber decir a ustedes, para su gobierno, que es un gran bien para ese país, que dicho general, esté lejos de él”
Elisa Carrió hubiera denostado a San Martín al hacer sus análisis políticos circunscripta a la exclusiva mirilla de la corrupción al enterarse: “a José de San Martín se le imputa el cobro de una comisión en la compra de barcos para el traslado de las tropas de Chile a Perú. Un historiador liberal dice: “Desde Santiago, O`Higgins le hizo saber que la importante suma de dinero que habían mandado a Londres hacía seis años con Álvarez Condarco ( cuando fue a comprar barcos para la campaña) para que la depositaran a nombre de ambos, éste la había dilapidado haciendo apuestas en la bolsa. “Nos quedan solamente doce mil quinientos pesos para cada uno- se lamentaba Bernardo en lenguaje cifrado- y el importe suyo lo dejo en manos de Felipe del Solar” (“DON JOSÉ LA VIDA DE SAN MARTÍN” José Ignacio García Hamilton Editorial Sudamericana Junio del 2000 Página 259).
El desprecio a la inmigración latinoamericana, la discriminación hacia el cabecita negra, descendiente del ejército libertador y de las montoneras de los caudillos, sólo es posible al conocer una historia congelada y falsificada. El historiador Pablo Carmogli afirma: “El Ejército de los Andes es una muestra de lo que él pretendía, donde la mayoría eran civiles de Cuyo pero también cordobeses, riojanos, misioneros, porteños: hay allí toda una diversidad representada, algo que tiene que ver con este momento cuando la integración entre países está avanzando, cuando los argentinos dejamos de vernos como parte de Europa en América para vernos como americanos en AméricaLatina. Entender que todo esto tiene que ver con este pasado es un poco comprender el triunfo de la revolución que quedó inconclusa en aquella época.”
No es aventurado suponer que San Martín estaría orgulloso del no al ALCA, de la Unasur, del discurso bolivariano, del fomento del mercado interno, de la restauración de buena parte de la legislación laboral, de la recuperación de parte de la industria nacional. No es difícil que hiciera suya la frase de Jorge Abelardo Ramos que suele mencionar el Pepe Mujica: “Somos argentinos, uruguayos, bolivianos, ecuatorianos, brasileños, mejicanos o venezolanos porque fracasamos en ser latinoamericanos”.
América Latina vive un momento excepcional con gobiernos que intentan concretar tareas inconclusas del siglo XIX que le costó la vida o el exilio a la mayoría de los próceres latinoamericanos. Es una idea tan revolucionaria que los poderes externos e internos del Rio Bravo hacia el sur, la boicotean sistemáticamente. Por eso cuando hay unanimidad sobre el San Martín muerto es necesario sospechar. Confrontar la realidad con las ideas del San Martín vivo divide las aguas, aclara el panorama y coloca a cada uno en su lugar. Ahí desaparece la unanimidad y los conflictos irresueltos afloran y se convierten en batallas a librar. Algunas de ellas se están librando. En ellas deben ponerse los mejores esfuerzos, porque, y no es una exageración, se juega un largo futuro. Como dice el escritor uruguayo Eduardo Galeano: “Hay un único lugar donde el ayer y el hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan. Ese lugar es mañana.”
21-08-2011
Hugo Presman. Para publicar citar fuente. Todos los derechos reservados.
Pocas veces un resultado electoral ha sido tan contundente, no sólo por haber superado el ganador el 50% de los votos sino por la distancia de 38 puntos que lo separa de los dos segundos, minimizados en una paridad que contraría los objetivos de polarizar a la oposición a favor del escolta en la elección nacional del 23 de octubre. Cristina Fernández ganó en todas las provincias con excepción de San Luis y en el escrutinio de los sacrificados argentinos que están en territorio antártico.
Semejante balance después de cuatro años de gestión y de ocho de un mismo proyecto desmiente claramente a la prédica de los medios hegemónicos, a los representantes de la oposición fogoneados y articulados por ellos.
La desorientación que reflejan las crónicas periodísticas es un aterrizaje forzoso del país virtual que reflejan diaria y machaconamente. El actual Jorge Lanata, empeñado en destruir prolijamente el recuerdo del joven e ingenioso periodista que fue, escribió en Perfil del 15 de agosto: “Ganó por los aciertos”, esos que soslaya diariamente. Alfredo Leuco, empecinado crítico, que desde el mismo medio dijo: “Cristina fue valorada por su gestión. La corrupción no importó.” El periodista Nelson Castro, a quien le tienta el papel de fiscal moral, el día después sostuvo: “A la presidenta no la afectaron las elecciones provinciales previas. …en las sedes de campaña de la oposición no salían de su asombro. Tenían otra realidad. Vivían en otro mundo.” Desde el diario “La Nación”, tribuna de doctrina antipopular, se ha realizado un sistemático intento de demolición. El martes 16 de agosto, sus dos columnistas estrellas se desdicen: en un caso, de todo el discurso previo; y en el otro, se exterioriza el sueño de terminar con el kirchnerismo. Carlos Pagni escribe: “…el del domingo es un respaldo al Gobierno y no sólo un repudio a la oposición. Es un revés para un discurso al que le resulta imposible aprobar siquiera algo de lo que el oficialismo vino haciendo desde el 2003. Así lo leen en el gobierno….Hay una dimensión cualitativa que justifica el triunfalismo. La Presidenta produjo un fenómeno central para la historia de su grupo: reconquistó el voto agropecuario, que había puesto en fuga el conflicto de 2008, y superó su propia marca en los grandes centros urbanos, en los que había perdido en 2007.” Joaquín Morales Solá, que se considera un emblema de la libertad de prensa, aunque se pasó arrodillado durante la dictadura establishment - militar y en Clarín censuraba al humorista Caloi, según testimonio del padre de Clemente, es más reticente y garabateó: “No hay una sola razón para el arrasador triunfo de anteayer de Cristina Kirchner, antesala segura de su reelección en octubre. La oposición hizo su contribución. La economía fue decisiva. Pero ni la oposición será siempre tan ineficiente ni la bonanza económica será eterna.” El Dr. Freud podría percibir que el columnista desearía que la crisis mundial arrasara al país para terminar con el kirchnerismo. Desde Clarín, donde todo atisbo de periodismo ha cedido en nombre de los intereses empresariales, uno de sus editorialistas, Eduardo Van der Kooy, demuestra la precariedad de sus análisis. Compara el apoyo de Menem, un muerto político que transita penosamente su edad avanzada, con la reconstrucción del Estado. Escribe el 16-08-2011: “Los Kirchner han reconstruido en nombre del progresismo peronista, el Estado ochentista que Menem descuartizó hace poco más de una década invocando el primer mundo y la modernidad. Ningún kirchnerista se ha rasgado las vestiduras, incluso, por el apoyo del ex presidente a Cristina. Por lo pronto, de la mano de la presidenta, logró candidatearse en la Rioja para renovar su banca de senador en octubre. Su voto, el año pasado, fue siempre funcional a las necesidades del Gobierno.”
Son los mismos que sostenían un cambio de clima social después de tres derrotas electorales seguidas del kirchnerismo.
En síntesis: el periodismo en los medios hegemónicos realiza una defensa cerrada de sus intereses, como continuación de negocios propios y ajenos. En otros casos, hay periodistas con pequeñez en las apreciaciones analíticas, atravesados por las anécdotas y el clima de clase que son funcional a esos intereses. Obsesionados por lo secundario mientras carecen de una mirada con proyección histórica, las urnas le dieron una lección, que es fácil de pronosticar: serán inmunes a su aprendizaje.
RAZONES DE UN TRIUNFO CATEGÓRICO
Son variadas y trataremos de enumerar algunas sin agotar las causales. La etapa iniciada en el 2003 puso la política en el centro del escenario. Recuperó aspectos de la dignidad nacional que había descendido al subsuelo. Se constituyó una Corte Suprema impecable. Se consumaron dos hechos históricos que la historia recogerá como hitos: el desendeudamiento y el no al ALCA. Se transitó por un camino de soberanía posible y se unió el destino nacional al latinoamericano. Se mejoró la distribución del ingreso, se bajó significativamente la desocupación y la pobreza. Se estatizaron las AFJP, lo que permitió mejorar la situación de los jubilados y afrontar sin consecuencias profundas, la crisis mundial del 2008/2009. Se reactivó el mercado interno y se vive un boom de consumo en todo el país.
Se realizó un importante plan de obras públicas, que van desde escuelas a hospitales, de viviendas a caminos. Se estableció la asignación por hijo y por embarazo, con la contraprestación de controles sanitarios y de escolaridad. Se sancionó la ley de matrimonio igualitario. Se subvenciona, aunque sin la discriminación que corresponde, el agua, el gas, la electricidad, el transporte y los combustibles, que son los más baratos del continente lo que implica en sus aspectos favorables una distribución progresiva del ingreso. Se recuperó Aerolíneas, el correo y Obras Sanitarias, mejorando las prestaciones. Se restablecieron las paritarias y se recuperó parte de la legislación laboral que se había demolido bajo el eufemismo de flexibilización. Se sancionó la ley de medios audiovisuales que tiende a limitar la concentración de los medios y la apertura de nuevas voces. Se mejoraron significativamente los medios estatales como la televisión pública y Radio Nacional. Se juzga al terrorismo de estado y se le dio un lugar preferencial a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y a muchos referentes de las organizaciones sociales. Se recuperó la política cambiaria y monetaria, se puso el Banco Central al servicio de la política económica, se adoptaron políticas keynesianas para superar las crisis contra la opinión predominante del ajuste como receta única. Se le pagó al Fondo Monetario la deuda y se compró de esa forma soberanía. El Estado incrementó su presencia y en muchos casos puso límites a los desbordes y gula del mercado. Se propuso y en la mayoría de los casos evitó criminalizar la protesta social.
La mejoría económica significativa que recorre toda la geografía nacional, impulsada desde el gobierno nacional, que no evita islas de pobreza, derrama su maná electoral beneficiando a todos los oficialismos, incluso a aquellos
Frente a múltiples decisiones que dejaban atrás los noventa y la ausencia de otras que implican continuidades, la oposición en sus diferentes matices y variantes, en lugar de presentarse como una superación del kirchnerismo proponiendo ir por lo pendiente y apoyar lo realizado por el gobierno, se oponen sistemáticamente a muchas de las mejores propuestas, se abrazan impúdicamente al establishment y a los medios hegemónicos y muchas de sus propuestas son un eterno retorno a lo peor de lo que quedó atrás.
LA OPOSICIÓN
Ricardo Alfonsín con su estrategia contradictoria y sus alianzas a contramano de la historia del radicalismo terminó reduciendo al partido a un tamaño pequeño del que pudo salir en varias oportunidades, pero cada vez en forma menos firme. Fluctuó su accionar entre la centroizquierda y la centroderecha, coqueteando con Hermes Binner y comprometiéndose con Francisco de Narváez. Llegó a situarse a la derecha de su socio, lo que provocó la reticencia y hasta el abandono de sectores de su partido. Compitió con Eduardo Duhalde para seducir al electorado del macrismo. Francisco de Narváez creyó que los votos coyunturales del 2009, que le permitieron derrotar a Néstor Kirchner en la Provincia de Buenos Aires, le aseguraban un futuro que la realidad destruyó. La muerte de su padre proyectó a Ricardo Alfonsín a una candidatura que le quedó inmensa.
El Peronismo no kirchnerista encabezado por Eduardo Duhalde, se presentó como la contracara del Frente para la Victoria. Proponía abolir la contradicción de intereses mediante el consenso. Dejar atrás el enjuiciamiento del pasado, ser la expresión política del establishment económico y religioso, y recibió el auspicio entusiasta de Héctor Magnetto, desesperado ante los candidatos que se bajaban o no levantaban el amperímetro. Entre los primeros estuvieron, Mauricio Macri, Julio César Cleto Cobos, Ernesto Sanz y entre los segundos Felipe Solá.
Detrás de estas dos expresiones políticas, llegó el Frente Amplio Progresista, que realizó una buena elección en relación al poco tiempo de lanzamiento. Ocupó el espacio que dejó vacante Proyecto Sur, que decidió suicidarse, incinerando a una intelectual valiosa como Alcira Argumedo, enviada a un sacrificio estéril que no alcanzó el 1,5% de los votos emitidos. Fernando Pino Solanas está más cerca de reanudar su carrera cinematográfica que retornar a la carrera presidencial.
Elisa Carrió ha recogido el castigo a sus pronósticos apocalípticos, inveteradamente desmentidos por la realidad, sus declaraciones entre delirantes e infames, su abrazo y genuflexión impúdica con el poder económico y mediático. Ha declarado, en un meritorio arranque de sinceridad: “Yo soy la razón de la derrota.” Su escaso 3,24% permite suponer una diáspora de sus principales referentes. Como bien la ha caracterizado el periodista Jorge Asis, “Carrió está al frente de una empresa de demolición”. Puede acotarse que el escritor de “Flores robadas en los jardines de Quilmes”, que maneja la ironía con la precisión de un cirujano, como pronosticador se parece a la líder de la Coalición Cívica. Afirmó en reiteradas oportunidades que tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández eran capaces de “chocar una calesita.”
“El Frente de Izquierda” con su candidato presidencial consiguió, con el apoyo del chimentero Jorge Rial, hacer realidad el llamado a la solidaridad: “Un milagro para Altamira.” Superó con amplitud el límite del 1,5%. Es una contradicción en sus términos, que quienes proclaman representar al pueblo, necesitan mendigar con desesperación, después de décadas de militancia admirable, alcanzar la cota mínima. Se puede asegurar que León Trotsky no tiene ninguna responsabilidad sobre las posiciones y actitudes de quienes invocan ser sus herederos.
Finalmente, realizó una buena elección Alberto Rodriguez Saá, cerca de los cinco primeros. Salió delante del radicalismo y de la Coalición Cívica en la Capital.
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL VOTO
La debacle internacional ha favorecido la inclinación de los votantes por respaldar a la presidente. Transita una serie de recetas opuestas a las que los argentinos conocieron y padecieron en el pasado. Son las mismas que hoy sufren los ciudadanos norteamericanos y del área del euro. Javier González Fraga, economista y candidato a vicepresidente con Alfonsín;
Adolfo Prat Gay, referente económico de la Coalición Cívica y Martín Redrado, candidato a diputado por el Peronismo antikirchnerista y asesor económico de Eduardo Duhalde, proponen la flotación libre del dólar, con lo cual caería su cotización, dificultaría las exportaciones y facilitaría las importaciones, la eliminación de las retenciones en algunos casos y la rebaja en otro como la soja. Acorazados en sus dogmas y prejuicios, proponen reemplazar la caída de los ingresos, consecuencia de las medidas mencionadas, con endeudamiento. Aparte de su error, la inoportunidad es manifiesta. Es como hacer propaganda de un laxante en medio de una epidemia de cólera. Uno de los motivos por los que Argentina padece con mucha menor intensidad la devastadora crisis internacional es su baja deuda externa, cuyo crecimiento desmesurado fue la causa fundamental de todas las crisis económicas de 1975 al 2003.
La mejoría económica significativa que recorre toda la geografía nacional, impulsada desde el gobierno nacional, que no evita apreciar islas de pobreza, derrama su maná electoral beneficiando a todos los oficialismos, incluso a aquellos gobiernos provinciales que la critican con entusiasmo.
El pueblo ha manifestado una determinación muy minuciosa al momento de emitir su voto.
Pudo rechazar a Agustín Rossi como candidato a gobernador en Santa Fe por ser la cara gubernamental del gobierno en la contienda por la 125 o elegir a De la Sota en Córdoba que se separaba del gobierno y recibir el sufragio sojero, y a los pocos días votar en los mismos lugares mayoritariamente por Cristina Fernández. Hay una discriminación en sentidos diversos al responder a la convocatoria para el voto municipal, provincial y nacional.
Desde una concepción ideológica resultan comportamientos contradictorios. Pero desde un pragmatismo que toma en cuenta los diferentes niveles, resultan elecciones desconcertantes pero con un grado de lógica.
TSUNAMI ELECTORAL
La presidente alertó sobre los peligros del triunfalismo. Está claro que sólo acontecimientos gravísimos podrían evitar la reelección de Cristina Fernández. Como bien afirma el periodista Gabriel Fernández: “La gente no suele traducir sus opciones en discursos detallados. A veces indican “estamos mejor”, en otras se plantan con “a ella me la banco” y más de una vez señalan “hay más cosas buenas que malas”. Con eso basta. Ahí está el contenido del voto…La idea básica oligárquica es que nuestra gente no sabe escoger…..El pueblo argentino suele acertar porque vota populismo. Más precisamente populismo de centroizquierda. La fórmula que le ha permitido crecer en varios períodos, el programa que ha brindado la posibilidad de combinar soberanía y justicia social”
El establishment y sus voceros detestan al populismo. De su incomprensión derivan las equivocaciones en los análisis reemplazando el pensamiento con los prejuicios.
“¿Y ahora qué hacemos?” le preguntaron sus seguidores a Alfredo De Ángeli, el dicharachero y brutal referente campestre, cuando los primeros resultados comenzaban a mostrar una tendencia demoledora a favor del kirchnerismo. “No lo sé…” confesó con brutal honestidad el entrerriano completamente desorientado.
A su vez Hugo Biolcati, que decía en julio cuando se inauguró la 125 edición de la fiesta anual de la Sociedad Rural: El campo puede darse el lujo de ser opositor”; “ Estoy seguro que esta larga noche está llegando a su fin”, o “Estoy seguro que pronto, todos juntos en las urnas, podremos devolver a la patria los valores que fuimos olvidando”; “Por favor, dejen de castigar al campo, lo que es decir dejen de castigar a la Argentina”; con el fondo de la advocación a Sarmiento (“con la luz de su ingenio iluminar esta larga noche de ignorancia”) , considerándose en el tradicional axioma como la civilización, rodeado de Mauricio Macri, Eduardo Duhalde, Alberto Rodríguez Saá, Francisco de Narváez, Javier González Fraga, el sindicalista rural Gerónimo Venegas, Patricia Bullrich, entre otros referentes conspicuos de la oposición.
Ahora sostiene: “Nos obliga a repensar un poco todo……Pergamino por ejemplo es ante todo una ciudad, con poca gente que vive en el campo”, dijo Biolcati. “Si uno está ahí no puede dejar de reconocer que la camioneta se vende, que el taller mecánico tiene clientes y que los escribanos trabajan. Por más que toda esa actividad se genera a partir del campo, en la ciudad lo que se percibe es bonanza económica”.
Es fácil de imaginar el frío antártico que sacude a los propietarios de La Nación y Clarín.
Pasó el tsunami electoral. Incluso se puede ampliar el marcador en octubre. Las cargas se acomodan distinto. El gobierno deberá consolidar con hechos, la confianza recibida y la desorientación del establishment y sus voceros
16-08-2011
Hugo Presman. Todos los derechos reservados. Para publicar citar fuente.
La configuración de la Corte Suprema de Justicia es uno de los hitos importantes que la sociedad ha reconocido casi con unanimidad al proceso político iniciado en el 2003. Uno de sus figuras emblemáticas es el penalista Raúl Eugenio Zaffaroni. La denuncia realizada por el diario amarillista “Libre” de la editorial Perfil bajo el injurioso título “El puticlub del juez por dentro”, acerca del ejercicio de la prostitución en departamentos alquilados por Zaffaroni y continuada por Clarín, La Nación y otros medios de la editorial Perfil, se inscribe en la larga contienda que se libra entre sectores económicos, medios hegemónicos y el gobierno nacional. Está claro que en los últimos meses se intenta deteriorar al gobierno en dos de sus pilares fundamentales que son: los derechos humanos a través del episodio Schoklender – Hebe de Bonafini; y el prestigio de la Corte a través de la conducta que se le atribuye a uno de sus miembros más referenciales, cuyas opiniones y sentencias han afectado poderosos intereses. Las elecciones del 23 de octubre dirime, entre otras cosas fundamentales, si la experiencia kirchnerista tendrá ocho o doce años de ejercicio del gobierno y por lo tanto si se podrá aplicar o no integralmente la ley de medios audiovisuales, en especial la desinversión que establece el artículo 161 hoy suspendido; si se perpetraron delitos de lesa humanidad en la adquisición de Papel Prensa; si se continuará con las retenciones a las soja, al trigo y al maíz o se la irá disminuyendo en algunos casos o eliminando en otros como proponen todas las alternativas de la oposición con posibilidades lejanas (pero posibilidades al fin) de reemplazar Cristina Fernández. Hay mucho dinero en juego y algunas de las cuestiones económicas como las dos primeras, llegarán en algún momento para que la Corte se expida. Hay muchas más situaciones conflictivas en juego, pero circunscribiremos el análisis a estos dos casos.
CASO SUEÑOS COMPARTIDOS
En la extensa nota “Los pañuelos seguirán siendo blancos” que escribí en el mes de junio sostuve que la historia de las Madres de Plaza de Mayo y de su presidenta Hebe de Bonafini y de las Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora ocupa un lugar notable en el devenir del siglo XX. La construcción de casas y la concreción de miles de ellas realizada por la Fundación Madres de Plaza de Mayo fue un emprendimiento que bajo la cobertura emblemática de Hebe de Bonafini ejecutó el apoderado Sergio Shoklender, con fondos provistos por el Estado. Las irregularidades groseras descubiertas y denunciadas por la prensa opositora no pueden ni deben ser contestadas con la notable historia de Hebe como se intentó realizar equivocadamente en los primeros días. Incluso por quienes apoyan acríticamente pensando que ayudan cuando en realidad perjudican Debe darse cuenta de lo realizado, de lo invertido y de las desviaciones de fondos. Está claro para cualquiera de buena fe que no fue Hebe la que se enriqueció ni aprovechó de los fondos públicos. Pero más allá que la Asociación son Bonafini y un grupo muy reducido de mujeres cercanas a los noventa años, hay en el emprendimiento Sueños Compartidos una delegación de autoridad que nunca puede relevar de la responsabilidad. Y hay presumiblemente por parte del gobierno una omisión en el seguimiento del control sobre los fondos entregados.
Un administrador presumiblemente infiel, una entidad que delegó autoridad y un gobierno miope en el control, son errores evidentes que han dado pasto a una ofensiva basada en hechos reales de los medios hegemónicos. Seguramente si esto hubiera sucedido en algunos de los contratistas habituales del Estado no vinculados políticamente con el gobierno, los hechos hubieran sido silenciados o minimizados por los mismos medios que han mantenido el tema en tapa durante más de un mes.
Lo ocurrido ha producido víctimas emblemáticas y reales y una herida en la línea de flotación del gobierno en el tema de derechos humanos con la afectación de la imagen de un personaje relevante.
CASO ZAFFARONI
Conocida la denuncia, la defensa del juez no siguió los carriles que hubieran desactivado rápidamente la operación. En lugar de declaraciones parciales y fragmentarias, aludiendo que delegó la administración de sus 15 departamentos y que no se ocupaba para nada de sus propiedades, argumento lógico y comprensible, debió llamar a una conferencia de prensa, presentar los contratos de alquiler, mostrar los telegramas de rescisión de los mismos por haber sido destinados a una actividad incompatible con el objeto de los mismos, la intimación a la inmobiliaria que participó en las contrataciones y las exigencias al administrador de éstas para que aclare su situación. Eso hubiera desinflado inmediatamente el globo. Es posible que el pertenecer el administrador a su círculo íntimo haya llevado a que el prestigioso penalista haya actuado como un abogado novato.
Se ha sostenido correctamente que no hay acusación ni el juez ha cometido ningún delito.
Pero es el mismo Zaffaroni, quién afirma en un reportaje que le hace el periodista Martín Granovsky en Página 12 del 7 de agosto: “ En la ciudadanía todos nos comportamos de acuerdo con ciertas pautas éticas. Hay cosas que el Código Penal no prohíbe que uno no debe hacer……En el caso de un funcionario los bienes y las cuestiones patrimoniales o la eventual deshonestidad administrativa o la corrupción no son un tema privado. Lo privado es meterse en la casa”
ARGUMENTACIÓN EQUIVOCADA
Hay una línea de defensa desmentida por la compleja naturaleza humana y por cientos de ejemplos. Es esa que invoca el prestigio y la obra del denunciado para desestimar de plano la denuncias o en otros la acusación. Bastaría tomar dos casos citados al azar. Juan Jacobo Rousseau, el inspirador de la Revolución Francesa, autor del Contrato Social, mantenía a su hijo en un orfelinato. Albert Einstein, el físico más brillante de la historia, sometía a su mujer a un reglamento por el cual no debía hablarle si él no le dirigía la palabra.
Seguramente gente bien intencionada podría llegar a suscribir una solicitada con el argumento que el autor del Contrato Social de ninguna manera podía mantener a su hijo en un orfelinato o una mente brillante como la de Einstein jamás podría descargar violencia de género sobre su mujer. Sobre una denuncia, mucho más en el caso de una acusación, hay que responder sobre los hechos específicos. Luego de desinflarlos en ese terreno, denunciar, si es el caso, a través de solicitadas, o cualquier recurso que se estime conveniente, la campaña mediática a que es sometido el injustamente denunciado o acusado.
Invertir el orden de prelación de la defensa es un manifiesto error que produce lamentables equívocos.
En un caso de acusación concreta de un delito deleznable como fue el caso del Padre Julio Cesar Grassi, periodistas ideológicamente ubicados en la derecha como Mariano Grondona, Julio Ramos, Daniel Hadad, sostuvieron que era imposible que un hombre que daba de comer a miles de chicos pudiera haber abusado de algunos de ellos. Luego en la justicia se probó que el acusado era culpable.
FUEGO AMIGO, CAMPAÑA ENEMIGA
Está claro para el autor de esta nota que Hebe de Bonafini no se quedó con un peso, al tiempo que sostengo que no puede soslayarse las responsabilidades que sobre los hechos denunciados tiene, ni que Raúl Eugenio Zaffaroni no regentea ningún puticlub, ni ha cometido ningún delito pero como él mismo sostiene: “Hay cosas que el Código Penal no prohíbe que uno no debe hacer.” Pero las estrategias de defensa de ambos no fueron las adecuadas y sobre sus debilidades se montó una campaña mediática absolutamente previsible en un contexto ríspido.
Ahí aparecieron representantes de un periodismo autodenominado “ profesional y serio”, pero tan amarillo como el que no se sonroja en ser amarillo, como el del periodista Adrián Ventura de La Nación que inventó encuentros de Zaffaroni con funcionarios del gobierno, nunca desmentidos por su autor pero rectificados días después por Joaquín Morales Solá, columnista estrella del mismo diario, que no mencionó al lobbysta de los dos diarios hegemónicos; apenas un lacónico: “De todas maneras, debe subrayarse que Zaffaroni no mantuvo reuniones con funcionarios nacionales en los días recientes”, en su columna dominical del 7 de agosto. La debilidad argumental de los fiscales periodísticos quedó evidenciada cuando la periodista Cintya García demolió en la televisión al periodista de “La Nación” Pablo Sirvén, un profesional convencido que su empleador es “una tribuna de doctrina.” Está persuadido que sus columnas habituales las escribe subido a un banquito moral. Ni hablar del pequeño Alfonsín que pidió la renuncia de Zaffaroni o del denunciante profesional Ricardo Monner Sans, al que se le abrieron como es habitual todos los micrófonos de la cadena privada para solicitar lo mismo. Una vez más se comprueba aquella frase del periodista Jorge Asís: “A nadie se le niega un café y una denuncia de Monner Sans”.
En los últimos meses el fuego amigo ha sido mucho más erosionante que el desplegado por los adversarios. Sobre errores groseros y algunos inadmisibles, se han levantado las campañas destinadas a alcanzar el balotaje en octubre.
14-08-2011
Hugo Presman. Todos los derechos reservados. Para publicar citar fuente.