“Lo que verdaderamente me preocupa es Boca” declaró socarronamente Mauricio Macri cuando había sido denunciado por las escuchas ilegales y la causa estaba en el juzgado del juez Oyarbide, el cual siempre está rodeado de fuertes sospechas de complicidad con los gobiernos de turno. El hijo de Franco trataba de desechar sobradoramente el delito del que era acusado y descontaba la posibilidad de ir preso. Los integrantes del establishment fomentan la construcción de cárceles que descartan que nunca ocuparán. Y tienen razón. Son alojamiento para pobres y morochos. Cuando fue procesado y luego la decisión de Oyarbide confirmada por unanimidad por la Cámara de Apelaciones, Mauricio, el hijo de Franco, declaró en un reportaje a Clarín del 26 de julio: “No me arrepiento de nada, sólo de no haberme cortado antes el bigote”

Las declaraciones impunes de los poderosos son amplificadas por sus políticos e incluso por algunos de los representantes de las víctimas. La Doctora Elisa Carrió declara desde su republicanismo y respeto de las instituciones que dejará sin presupuesto al gobierno mientras propone desbalancearlo aumentando las erogaciones y amputándoles los ingresos. Es la misma política que llama a la calma y a la tranquilidad basado en que está allí ella para que no sucedan cataclismos que pronostica, mientras afirma: “La gente en la calle me dice: no los aguanto más. La gente en la calle me dice: los quiero matar” Y como expresión de que su ideología adelgaza en la misma proporción que ella engorda sostiene: “ Los pobres no quieren ideología, quieren ser clase media….las mujeres quieren ser lindas y los hombres ver fútbol”. A su vez un referente social, el Toti Flores, alineado en la Coalición Cívica, esboza una peregrina teoría referida a los trabajadores rurales: “Ahora hay tractores con aire acondicionado, donde los pobres están mejor que en su casa, están mejor trabajando”
A esto se suman algunos funcionarios con enriquecimientos injustificables en relación a sus ingresos. Resultan manchones muy criticables de gobiernos que significan un clivaje positivo en la historia reciente argentina.
Obviamente que este pequeño muestrario argentino de la impudicia del poder y las declaraciones insólitas suceden en todo el planeta. Apenas una muestra: “Esta semana, el gobierno israelí decidió expulsar en el plazo de un mes a 400 hijos de trabajadores extranjeros irregulares junto a sus padres. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, dijo que la resolución del ejecutivo se basa en el respeto de principios humanitarios y en la necesidad de no crear incentivos para la afluencia de miles de trabajadores extranjeros a Israel.”

09-08-2010
Publicado por Hugo Presman.
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