25 agosto 2013

PALABRAS VACIADAS  



                                
El Presidente Raúl Alfonsín decidió no acudir a la palabra renuncia para denominar su entrega anticipada del gobierno en 1989. Prefirió encubrirla diciendo:  “He resuelto  resignar a partir del 30 de junio de 1989 el cargo de Presidente de la Nación Argentina con el que pueblo me honrara desde el 10 de diciembre de 1983”
Cuando las tropas argentinas se rindieron en Malvinas el 14 de junio de 1982, la palabra rendición no aparece en el comunicado 165 en que se comunica que: “ El Estado Mayor Conjunto comunica que en el día de ayer, 14 de junio de 1982, se produjo la reunión entre el comandante de las fuerzas inglesas General Jeremy Moore y el comandante de la guarnición militar Malvinas, general de brigada Mario Benjamín Menéndez. En dicha reunión se labró un acta en la cual  se establece las condiciones del cese del fuego y retiro de tropas.
Después de las PASO, del 11 de agosto, algunos sectores del kirchnerismo se refugian en las aritméticas antes que en la política para convertir en victoria una derrota política. En esa línea se inscriben el sociólogo encuestador Artemio López y el periodista Horacio Verbitsky.    
Otros integrantes del núcleo duro como el periodista Enrique Masllorens escribió en Tiempo Argentino del 21 de agosto: “Estas PASO nos dejaron un regusto amargo. Previsible pero igualmente agrio. Y como pasa siempre, algunos sectores propios salen a proclamar públicamente la necesidad de una autocrítica, que es una demanda del enemigo para solaz de su propia tribuna. En momentos en que la vieja reacción conservadora y sus compañeros de ruta nos subieron a un ring de box y nos encerraron entre sus cuerdas, la consigna es clara y contundente: aceptamos la pelea aunque no la buscamos y dejaremos hasta el último aliento por la consolidación y la permanencia del movimiento nacional y popular……..La autocrítica es puertas adentro y en los ámbitos propios. Y a otra cosa”   
El gobierno necesita un preciso cuadro de situación, buscar con rapidez los déficit y hacerse dueño de la pelota con algunas medidas audaces, que reviertan, en parte, el último resultado y le permita transitar con menos inconvenientes los dos años que le faltan.
A Daniel Scioli, como al viejo Popeye, le han dado raciones extras de espinaca, con lo cual ha fortalecido su habitual insípido y previsible discurso. Sabe que no sólo lucha por fortalecer al gobierno, sino también y fundamentalmente porque de ello depende su futuro político. La aparición de Sergio Massa ha producido un insólito fenómeno: Cristina mira con otros ojos al gobernador, con el cual ha tenido serias diferencias políticas y estéticas que ha manifestado públicamente en reiteradas ocasiones. Como bien lo adelantó con precisión el ensayista Alejandro Horowicz en Tiempo Argentino del 30-06-2013: “Ahora bien, la irrupción de Massa aportará el próximo milagro: los que hasta ayer lo denostaban (a Scioli),  a partir de octubre lo verán como un heredero razonable del ciclo iniciado en 2003. Y ese será el nuevo milagro de la política K en la Argentina”
En el mejor caso, Daniel Scioli será al kirchnerismo, lo que el alvearismo significó con relación al Irigoyenismo.
Sergio Massa es acunado por el establishment que ha encontrado el Capriles buscado. Desde el 12 de agosto viene creciendo a expensas de los errores del gobierno. No deja de ser duro que un proceso de transformación resulte jaqueado por un intendente inteligente pero chirle, de discurso insustancial, proveniente de un distrito pequeño, cubierto de clubes de campo, cuyo sueño fue convertir al Tigre en una versión sudamericana de Miami. No es de extrañar entonces, que hacia allí huyan y se refugien los que desertan del kircherismo.
La argamasa del candidato se ha construido en base a la seguridad y a las cámaras, en un territorio donde el 50% del mismo, por lo menos, tiene seguridad privada y cercos perimetrales. Paradojas de un político diseñado por el marketing, el mercado y el poder económico.
Sergio Massa articula un discurso plagado de deseos y lugares comunes, en sintonía con el sentido común despolitizado de sectores importantes de la población. Su propuesta fue concreta y descarnada en el  Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp): hay que “trazar una raya, dejar de mirar para atrás y darse una política de construcción de futuro”; remarcó la necesidad de financiamiento externo”;   “Estado y mercado deben acompañarse automáticamente”; “se manifestó a favor de revisar impuestos y emitir bonos; “volver a la AFJP en forma complementaria al sistema de reparto”. “Massa habló de discutir seriamente la matriz tributaria de la Argentina y hacerla más progresiva. Cuando uno mira y compara siente que pierde competitividad no sólo por una cuestión vinculada a lo cambiario. Muchas herramientas se juntan para frenarla: el costo logístico, el costo de combustible, el costo tributario. Cuestiones que han ido quitando la posibilidad de crecer y desarrollarnos.”” 
El establishment se siente ganador. Pululan los que repiten hasta el cansancio la expresión “fin del ciclo.” Mensaje claramente dirigido a la Corte Suprema para que se pronuncie a favor de los poderosos que han sido lastimados y  que volverán a reinar, presumen, después del 2015 y a los intendentes y gobernadores para que deserten de un proyecto que vociferan ha concluido.
Pero en el mientras tanto el objetivo es identificar a la presidenta como loca. Lo dice Eduardo Fidanza en La Nación del sábado 17 de agosto: “Se habla, en off y despectivamente, de los avatares de la cordura presidencial, pero no se estudian las consecuencias que puede tener en la marcha del Estado.”Sobre el mismo tema escribió Jorge Fontevecchia en Perfil del 18 de agosto: “Que la Presidenta enloqueció se ha convertido en un lugar común. Sea o no cierto, la sola creencia se transforma en un hecho político.” Hasta un hombre caracterizado por su falta de audacia a la hora de las decisiones y de las declaraciones como Hermes Binner, consideró en este escenario pertinente declarar: “Se necesita una persona equilibrada para gobernar”
Imprevistamente, retornó de su autoexilio Chiche Duhalde, que puso en tela de juicio las condiciones de la mujer para desempeñarse en política, en una jugada que apunta a la Presidenta pero que incluye su propia denigración.  Pero faltaba  aún la irrupción en escena del periodista Nelson Castro, que abusando de su condición de médico en retiro efectivo le diagnosticó por televisión que la presidenta padece el ´Síndrome de Hubris”.
El mismo  es más una caracterización sociológica que médica. Su creador es el neurólogo inglés David Owen que la definía como una suerte de “enfermedad de la mente, originada en el poder.
Owen fue canciller británico entre 1977  1979 y uno de los principales propulsores de la respuesta armada del Reino Unido en contra de la recuperación de  Malvinas por parte de Argentina.
                                                                     



                                                  

                                         


El periodista Federico Bernal escribió  un muy buen artículo titulado “El ataque del imperialismo “médico.””, donde cuenta que le envió un correo a Owen en donde después de enumerar los que el  mismo considera que padecieron del síndrome mencionado ( Hitler, Fidel Castro, Komeini, Hussein, Khadafi, Milosevic, De Gaulle, Eva y Juan Perón, Noriega, Ghandi, Ernesto Che Guevara, Ho Chi Minh, y Martín Luther King) ( obsérvese que curiosamente no está incluida Margaret Thatcher o Churchill) le pregunta ¿ Y que hay de Cristina Fernández de Kirchner?.
Contestó el padre del llamado síndrome de Hubris, el 19 de agosto: “Tengo como regla absoluta no pronunciarme sobre si alguien tiene o no el Síndrome de Hubris sin estudiar cuidadosamente los hechos y la historia médica hasta donde uno puede hacerlo.”
El periodista Hernán Brienza lo cruzó: “No hace falta, doctor, hurguetear en los basurales para hacer periodismo opositor. Es posible hacerlo con elegancia. La primera mandataria, además de tener la investidura presidencial, es una mujer. Milite en las filas caballerescas, tome mi consejo, no caiga en el síndrome de la Madrastra de Blanca Nieves hablándole al espejito.” 
Cerrando el círculo, se enlaza el presunto desequilibrio presidencial  con la muletilla fin de ciclo. Inmediatamente se pasa al postkirchnerismo. La misma tiene un doble propósito: dirigirla hacia lo oídos siempre políticamente atentos del poder judicial para influir en sus decisiones, empezando por la ley de medios, y por otro lado  influir sobre los intendentes favorables al gobierno para que se orienten hacia el Tigre.
El vaciamiento del lenguaje o el intentar contrabandear derrotas presentadas como victorias  muchas veces ha sido el prólogo de otros vaciamientos o fracasos.  Basta recordar lo que se hizo bajo las consignas del salariazo y la revolución productiva o el autismo de De la Rúa ante el resultado de las legislativas de octubre del 2001.                                                     


Si el lenguaje en lugar de aclarar, oscurece; si en vez de comunicar, oculta; si en lugar de transmitir, obstruye; el poder está ganando o al menos empatando la actual batalla cultural.

22-08-2013       

1 comentario:

  1. Hugo
    Excelente analisis de porque ciertos modismos al hablar.
    En mi caso aborrezco a los tipos 'grandes' que mechan el ... "nada" que es perfectamente el equivalente a lo que vos citás. Lo mismo que el saludo impuesto de 'todos y todas' (antes que CFK, te cuento que ya lo usaba Sabbatella aquí en Moron donde vivo, en sus alocuciones publicas como intendente). No le veo sentido, aún por más que vaya a resaltar cuestiones de género como decis. En ese caso, los trans o los travestis.. en que grupo se incluirían ??
    saludos

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