UNA
PULSEADA INTENSA
Resulta una situación llamativa la que vive el país
en éste tórrido verano: actividad
económica normal, desocupación baja, amplia cobertura social, consumo en un
nivel alto, precios internacionales favorables para los productos
exportables, reservas importantes, la
más baja deuda externa con relación al PBI en términos históricos, balanza
comercial favorable.
A pesar de
todo ello, el país está sometido a una corrida cambiaria muy fuerte,
facilitada por errores realizados por el gobierno desde hace más de dos años,
mucho de los cuales, en términos tenísticos, fueron errores no forzados.
Aldo Ferrer, un economista favorable al gobierno del cual ha sido funcionario, lo sintetizó con precisión: “Hay pescadores de río revuelto, pero para que aparezcan esos pescadores, previamente el río debe estar revuelto” La contienda de dos proyectos enfrentados que no logran imponerse definitivamente desde sus orígenes en el siglo XIX, vuelven realidad, pero invertido, aquel viejo axioma chino: “Cada oportunidad es una crisis”
El río revuelto está compuesto por un proceso
inflacionario que fue erosionando el tipo de cambio disminuyendo el superávit
de la balanza comercial, un déficit presupuestario relativamente pequeño pero
creciente que llevó a incrementar la emisión monetaria, una fuga de capitales
desestabilizadora que ha atravesado todo el gobierno de Cristina Fernández por 62.000 millones de dólares, lo que llevó
a la necesidad de adoptar un control de cambios que disminuyó la sangría, pero
bloqueó casi totalmente el ingreso de capitales. En materia financiera, el contexto
internacional fruto del default del 2001
y la muy eficaz renegociación de la deuda con quita significativa durante el gobierno de Néstor Kirchner, dejó afuera a los que no acordaron( conocidos
como fondos buitres); a ello se agregaron las deudas heredadas con el Club de
París y las originadas en el CIADI. Todo
esto ha llevado a bloquear el acceso al
crédito a la Argentina y la decisión de
escarmentar a quien decidió romper las reglas de juego aceptadas en el imperio
de la bancocracia. Otro dato no menor del escenario internacional, es que una
importante parte del mundo atraviesa la peor crisis conocida desde la del año
1929. Según “The Wall Street Journal”(fuente
insospechada en cuanto representante de los intereses financieros mundiales )
comentarios como el que tituló : “Los bancos centrales no logran contener la ola
de ventas en los países emergentes.”
El proyecto económico kirchnerista ha intentado
realizar un modelo de desarrollo capitalista sin contar con el actor económico
de quién debió protagonizarla como es la burguesía nacional cuya
insignificancia y cobardía es uno de los motivos del carácter subdesarrollado
del país. El kirchnerismo mejoró sensiblemente el modelo de los noventa con
mucho más Estado y mejoró también la distribución de los ingresos; incluyó a
millones de los que habían quedado al costado, recuperó algunos resortes económicos tales como el Banco Central y las AFJP; recuperó soberanía con el pago al FMI y al
oponerse activamente a la subordinación continental desactivando el ALCA. Pero al mismo tiempo se
aumento la concentración y extranjerización; se potenció la sojización; se
descuidó la planificación de la satisfacción de las nuevas demandas que
sobrevienen a los éxitos; se omitió a niveles injustificables el control a las prestadores privatizados desde la
energía, los ferrocarriles, el transporte colectivo hasta Repsol.
Ruptura y continuidad con la década del noventa es lo
que atraviesa al kirchnerismo. Potenciar las continuidades desde un medio que
las apoyó cuando Carlos Menem las protagonizaba y reducir a mero relato las
disrupciones, es lo que hace con un alto grado de ignorancia o de aviesa
intención el columnista dominical de “La Nación” Jorge Fernández Díaz cuando
escribió el 19 de enero: “ Es que son conscientes de que, en el imaginario
colectivo, cada vez hay una mayor asimilación entre menemismo y kirchnerismo:
antes parecía una ruptura; hoy se interpreta como una desastrosa continuidad”. El autor de “La logia de Cádiz” es capaz
de confundir aserrín con pan rallado.
Se está inmerso en una pulseada intensa y decisoria,
en la que después de muchos años la economía fija la agenda de la
política.
LA RESTRICCIÓN EXTERNA
La Argentina tiene, desde el modelo de sustitución de
importaciones, una economía de dos velocidades. El sector agropecuario genera
las divisas que necesita la industria para proveerse de los insumos y de la
mayor parte de los bienes de capital. En la década del setenta, se sostenía que
para producir 10 dólares de productos industriales se necesitaba un dólar de
insumo importado. Cuando se entraba en un ciclo de de expansión y la industria
demandaba mayor cantidad de insumos que no podían ser provistos por el carácter
rentístico de la producción agropecuaria se producía, lo que en lenguaje de la
época se conocía como estrangulamiento de la balanza de pagos, y lo que hoy se denomina
restricción externa. Se efectuaban entonces los típicos ajustes propulsados por
el Fondo Monetario, con el entusiasmo del establishment agropecuario, con lo
que se lograba bajar significativamente la producción industrial y la demanda
de insumos importados mediante una baja del consumo por la caída del salario
real y el aumento de la desocupación.
Cuarenta años después, con el arrasamiento industrial
perpetrado durante la dictadura establishment militar y el menemismo, el
componente importado de la producción industrial es considerablemente más alto. En la industria
automotriz alcanza entre un 65 y 70%. Esto ha sido compensado relativamente por
las nuevas tecnologías aplicadas en la actividad agrícola, que al tiempo que se
concentró, aumentó en forma considerable los rendimientos.
Los principales drenajes actuales de divisas son la
industria automotriz, que en el 2013, de
acuerdo a la consultora Abeceb.com, “el rubro automotriz cerrará el año con un
rojo comercial de U$S 8.000 millones, a pesar de los esfuerzos del Gobierno
para crear una red de proveedores locales. El sector automotriz fue, junto con
el agro, uno de los motores principales del despegue económico que experimentó
la Argentina desde el 2003. Pero la principal estrella de la industria
argentina no es precisamente un rubro estratégico si de generar dólares se
trata -a diferencia del sector primario- sino más bien todo lo contrario. La balanza comercial del rubro
automotriz generará en el 2013 un déficit de U$S 8.000 millones. El rojo está
explicado principalmente por el agujero de U$S 9.000 millones que surge del
intercambio de autopartes.”. El año 2012 había cerrado con un déficit
de alrededor de 7.000 millones de dólares.
A su vez el intercambio comercial total con Brasil
en el último año “registró en 2013 un déficit comercial de u$s 3.153
millones, más del doble del registrado
un año antes, lo que se explica por un incremento de las importaciones
de vehículos automóviles y una contracción de los envíos de trigo y sus
derivados, tras la escasez del cereal que sufrió Argentina en el año que acaba
de terminar”, informó la consultora Abeceb.com. La participación del sector
automotriz en el comercio exterior argentino es del 12,9 por ciento del total
exportador; cifras que asciende al 37,8 por ciento cuando se analiza su
participación respecto de las manufacturas de origen industrial (MOI).”
El segundo rubro es la importación de energía que
cerró con aproximadamente 12.800 millones de dólares de egresos
El tercero es el turismo que de superavitario pasó,
dado la brecha cambiaria que lleva a que los turistas no vendan sus dólares en
los bancos, a deficitario en una cifra cercana a los 5000 millones de dólares. Según datos del Indec, luego de registrar superávits
desde 2002 hasta 2010, en 2011 el déficit del turismo totalizó US$ 1140
millones, mientras que en 2012 se cuadruplicó hasta alcanzar los US$ 4667
millones. El hecho de financiar el gasto de las tarjetas de créditos de los argentinos que viajan al exterior con reservas del Banco
Central, ha sido un drenaje prolongado e injusto, siendo los beneficiarios
mayoritariamente denostadores exacerbados del gobierno.
El cuarto rubro que incide sobre la salida de divisas
es todo el grupo de electrodomésticos armados en Tierra del Fuego, con un
porcentaje cercano al 100% de insumos importados que redondearon el último año
los 3500 millones de dólares.
Obviamente que
es plausible la fabricación de automotores y electrodomésticos por la cantidad
de empleos y porque importarlo totalmente resultaría mucho más oneroso. Pero
para que el proceso de sustitución de importaciones no implique caer en las
habituales restricciones externas, los empresarios dedicados a estos rubros,
empresas nacionales y multinacionales, deberían ser obligados a un proceso de
integración creciente de producción nacional. El tipo de cambio favorable para
los industriales, debe ser retribuido por estos con un mejoramiento
significativo de sus capacidades competitivas.
Estos son
déficits que el gobierno, seducido por el consumo creciente y explosivo, no
visualizó y ahora se encuentra con lo negativo de los aspectos positivos
alentados. En el caso de los automóviles, implica también planificar las obras
de infraestructura para circular y de
estacionamiento.
UNA PULSEADA INTENSA
A diferencia de otras corridas
cambiarias que el gobierno ha padecido, donde con enviar al mercado entre 1000
y 2000 millones de dólares la misma era desactivada, en la actual, el gobierno
debió claudicar antes las corporaciones que bajo el eufemismo de mercado, lo
obligaron a llevar el dólar a una
paridad con el peso que el gobierno estima competitivo y con el cual espera
calmar las ansiedades devaluatorias. Sorpresivamente, abrió la ventanilla de
compra de dólares para atesoramiento de personas físicas, siempre que los
mismos acrediten ingresos y situación regular ante la AFIP, que es la que
otorga la autorización. Los primeros días han demostrado que la batalla pro
devaluación no ha cesado como lo exterioriza la cantidad de dólares de las
reservas que es necesario sacrificar para mantener anclado el dólar al cambio
de alrededor de $8. En los primeros cuatro días de las nuevas reglas de juego
ha continuado el drenaje y se mantiene estable la brecha con el dólar marginal.
La intencionalidad política quedó reflejada
con claridad en las declaraciones del presidente de Coninagro Carlos Garetto,
al diario Ámbito Financiero del 29 de enero: “El dólar a $ 8 no es un
incentivo para liquidar las cosechas”
Es evidente, que por el momento,
los 10.000.000 de tn de granos,
retenidos en los silos-bolsa, que implican entre 4000 y 6000 millones de dólares se
mantendrán fuera del Dios mercado.
La
apuesta del gobierno es fuerte porque juega buena parte de su suerte en esta
puja donde debe afrontar varios frentes simultáneos. Que
la devaluación significativa no se traslade mayormente a los precios acentuando
la inflación que sufrió un notable impulso en el último mes de año pasado, que
volvería inoperante en poco tiempo la movida cambiaria. Para ello los precios
cuidados como los subsidios, que abarcan el área metropolitana, es fundamental,
como está prometido, que se extiendan a todo el territorio nacional y se proceda
con extrema dureza, aplicando la ley de abastecimiento, a todos los que
incumplen. Hacer una épica del control de precios es imprescindible,
fundamental, para lo cual se requiere hacer uso intensivo
de la televisión, de las radios y de la movilización política. Por otro lado,
se lucha contra un antecedente histórico desfavorable en materia de
devaluaciones y traslado a los precios que sólo reconoce un antecedente positivo
que fue en el 2001, donde la crisis más profunda que se recuerde llevó a que la
transferencia integral de la devaluación a precios, se realizó en un tiempo
prolongado porque la recesión actuaba de enorme freno.
Así como la tecnología les permite a los grandes productores con enormes espaldas y acceso al crédito barato a través del invento de los silo-bolsa, retener producción y presionar a la devaluación, la informática debe auxiliar al gobierno para destinar los subsidios de los servicios públicos hacia quienes realmente lo necesiten. Aquellos que compren dólares, deberían perder automáticamente los subsidios, porque evidentemente no lo necesitan.
La necesidad de que el país obtenga la totalidad de
los dólares que genera, tropieza con la dificultad de los delitos que se
perpetran con la concentración de los exportadores y las maniobras de
triangulación que cometen sistemáticamente. Con precisión, el periodista
Eduardo Anguita escribió al respecto en Tiempo Argentino del 28 de enero:
“Siete grandes empresas concentran el 72% de la exportación de aceites:
Cargill, Molinos, Dreyfus, Bunge, Vicentin, Oleaginosa San Lorenzo y Terminal (
datos del Ministerio de Economía 2011). Estas empresas están integradas
verticalmente, tienen intereses cruzados entre sí y lograron liderar varias de
productores rurales. Tienen una serie
de puertos- desde los noventa- en el Paraná desde Zárate hasta San Lorenzo. El
Estado no tiene todavía ni una empresa pública con un puerto propio que pueda
de algún modo salir de la lógica de estas multinacionales y tratar de fijar
aunque sea de poco, otro rumbo.”
El no haber descentralizado el Mercado Central por
barrios de las grandes ciudades y por provincias, deja el 75% del mercado
minorista en unas pocas cadenas de supermercados extranjeros.
Si los especuladores desestabilizadores consiguen
su objetivo, lo dijo con precisión Aldo Ferrer, todo conduce al retorno de las
más crudas políticas neoliberales.
Es posible que detrás del gigantesco combate en que
está en juego la distribución del ingreso, el poder económico concentrado
intente un final penoso y desordenado de Cristina Fernández que aleje por mucho
tiempo la posibilidad de gobiernos populares. Los columnistas de los diarios
dominantes lo expresan descarnada e impúdicamente.
No suscribo en general teorías conspirativas, pero
quién por ingenuidad o complicidad en este contexto, afirme que todos quieren que el gobierno
termine normalmente, prescinde o ignora la confrontación de intereses.
No está en juego sólo el gobierno, sino una serie
de posiciones y conquistas que se han obtenido.
Es importante que los funcionarios eviten las
contradicciones y contramarchas. Es difícil, pero el escenario está minado y
cada error se paga con creces.
También que no actúen como comentaristas de la
realidad. Cuando Axel Kicilof , en un reportaje en Página 12 del 26-01-2013
declaró: “Frente
a las medidas de protección se gestaron nuevos mecanismos de especulación
financiera. Lo hicieron al costado de las medidas precautorias y recurrieron a
canales ilegales y legales muy creativos. Armaron una enorme bicicleta
financiera al costado de la economía legal y formal. Crearon lo que denominamos
un “Banco Central paralelo”. A través de operaciones financieras sofisticadas
con títulos públicos, el sector financiero, junto con los sectores económicos
más concentrados, consiguió sacar y entrar dólares de la Argentina por un total
de 30 mil millones de dólares desde que se implementaron las medidas hasta
ahora. Los peces gordos que eludieron las restricciones hicieron sus negocios a
través del contado con liquidación, una maniobra legal. Esa operación consiste
en comprar con pesos títulos denominados en dólares para luego venderlos en el
exterior y la operación inversa convirtiendo dólares en pesos, pero a una
cotización por encima de la oficial. Lo más triste de ese negocio es que
volvieron muy rentable conseguir dólares al tipo de cambio oficial y venderlos
en mercados ilegales. Muchos de los que operaban en el mercado oficial
empezaron a volcarse hacia estos mercados paralelos. Generaron así el peor de
los mundos, una bicicleta que benefició mucho al sector financiero, pero que
comenzó a distraer recursos de la economía real. El mercado ilegal que se armó
es mucho más pequeño y utilizado con fines políticos. Como la diferencia entre
el dólar oficial y el ilegal, llamada brecha, les sirve para hacer su negocio
especulativo, la brecha fue tomada por los medios como sucedía en la época de
De la Rúa con el Riesgo País. Buscan desestabilizar el Gobierno y decir que el
dólar está a 13 pesos.” Las
operaciones de contado con liqui son legales y consentidas por el gobierno. Si
hay aristas especulativas, el gobierno tiene que actuar y no meramente
comentarla con la sorpresa de un ingenuo.
Los funcionarios no deben hacer su contribución al rio revuelto que incitan
los pescadores que pescan en esas aguas.
El incremento de las tasas de interés, más que retener los pesos,
posiblemente tenderá a enfriar la economía.
Las centrales sindicales deberían entender que es el momento de defenderse
apoyando y no concretando encuentros contra natura. Cuando Hugo Moyano critica
la presencia de Cristina Fernández en la Celac y su ausencia en el Foro de
Davos, no habla como dirigente sindical sino como empresario. Mucho más cuando
hasta juguetea sobre una fórmula conjunta con Mauricio Macri. Cuando el
oprimido adopta el lenguaje del opresor, el círculo de la servidumbre se ha
completado.
La presencia visible de Cristina al frente de un
gobierno erosionado, resulta imprescindible.
Debe convocar a la ciudadanía explicando los temas
que preocupan y que se deben afrontar, y
la forma de hacerlo. Así es el trabajo presidencial, que supera largamente el
protagonizar los momentos felices.
Es una pulseada intensa. Decisiva. Hay mucho más
que un gobierno en juego. La política debe recuperar el centro de la escena,
para despejar los nubarrones económicos y apropiarse nuevamente del centro del
escenario. El ajuste indeseado y rechazado está en desarrollo, que facilita el
terreno desestabilizador. Avanzar retrocediendo es protegerse contra las
cuerdas. Es posible que sea imprescindible dar pasos más importantes que los
hasta ahora concretados. Aunque superen
los propios límites que tiene el
gobierno.
31-01-2014
Es triste que sean los mismos de siempre los que quieren de nuevo sopa
ResponderEliminarImpresionante el nivel de delirio y falta de comprensión absoluta de la realidad.
ResponderEliminarLa culpa no es del gobierno, es toda culpa de su base política que vive en la más absoluta irrealidad ¿tantas décadas de sufrimiento y no aprendieron nada?
Para que piensen: un kit para ensamblar en Tierra del Fuego cuesta más dólares que el aparato entero importado, repito: cuesta más.
En Tierra del Fuego, por cada aparato "fabricado" se pierden más dólres que importando directamente, eso sin contar las roturas que pudieran ocurrir durante el manipuleo. Piensen, ése es el epítome del desarrollo industrial K.
La crónica es impecable, la situación es repetida de otros momentos históricos. La pregunta que surge es si hay una madurez social que aún en las diferencias pueda, partiendo de lo hecho, avanzar hacia una sociedad mejor. Las críticas son aceptables siempre. La violencia y el individualismo son lo corriente en los discursos opositores al gobierno y no construyen. Los que hacen las corridas no son opositores al gobierno sino a un sistema democrático.
ResponderEliminarJosé Luis De Los Santos
Caí de casualidad en este blog y ya me lo anoté en favoritos.- Un análisis sensato, profundo y lúcido.- Muy interesante.- Saludos
ResponderEliminarestimado porque del 2003 al 2007 tuvieron un dolar alto y superavits gemelos y a partir del 2008 hicieron todo lo contrario.Se enamoraron de un dolar retrasado y emitieron a lo pavo para financiar los gastos corrientes . Si usted en una economia, retrasa el precio de un bien en forma artificial y luego se queja porq todo el mundo va y lo compra de quien es la culpa? .Solo el gobierno se metio en este laberinto y lo peor no sabe como salir y lo unico q hace es echar culpas a terceros.Usted es grande y sabe que llegamos a esta situacion por mala praxis, no arriesgue prestigio personal para defender horrores de gestion. Ya lo dijo Ferrer y fue muy claro .
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