31 marzo 2013

SALTOS ORNAMENTALES E INCOMPRENSIONES LLAMATIVAS



La transformación del cardenal Jorge Mario Bergoglio en el Papa Francisco ha provocado incomprensiones llamativas y espectaculares saltos ornamentales. Tan cierto es el largo enfrentamiento entre el kirchnerismo  y el ex cardenal, como el respaldo que  el Arzobispo de Buenos Aires realizó en las villas mediante los curas villeros. Son conocidas desde hace décadas  las denuncias que sobre aspectos oscuros del comportamiento hacia dos religiosos del hoy Papa, como el conocimiento reciente de su apoyo para la protección y salvación de perseguidos en los años de plomo. En una institución como la Iglesia que tuvo un comportamiento cómplice con la dictadura establishment – militar, no es extraño encontrar dentro de las mismas actitudes duales de entrega y salvataje, incluso en personajes muy comprometidos con la dictadura como Pio Laghi y Monseñor Emilio Graselli.  Las denuncias de Emilio Fermín Mignone, Horacio Verbitsky, la familia de la primera presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo Licha de la Cuadra; en su momento los religiosos  Orlando Yorio y Francisco Jalics, y el abogado Luis Zamora, colocaron en el banquillo de los acusados al cardenal Bergoglio, que carecía por entonces de defensores tan entusiastas como los hoy enardecidos periodistas  Alfredo Leuco y Jorge Lanata.


Tan conocidas eran las homilías críticas del actual Papa contra el gobierno, su estrecha relación con Elisa Carrió, Gabriela Michetti, Mauricio Macri, su apoyo a las patronales del campo, su encuentro con Cleto, su oposición con argumentos medievales contra el matrimonio igualitario y la identidad de género, como su contención de las víctimas de Cromañón y de la tragedia de Once, su fomento del diálogo inter religioso y la lucha contra la trata de personas.
Personalidad compleja, su designación como Papa dejó descolocados a los soldados oficialistas, que cambiado el escenario seguían enarbolando un discurso que no se correspondía a las nuevas circunstancias. La Presidenta, repuesta del desconcierto inicial, adoptó rápidamente la actitud política que correspondía a la jefa de Estado del país del nuevo Papa.
La posición presidencial originó saltos ornamentales, varios francamente grotescos, de quienes están más cercanos a acatar que aceptar reflexivamente las líneas bajadas.
Desde la radio y desde la nota anterior, “La historia es imaginativa”, sostuve: “Conviene no tomar posiciones apresuradas, en función de un pasado con agujeros negros. Basta pensar en nuestra propia historia reciente donde también se han registrado sorpresas  en la última década. Cuando un cardenal se convierte en papa, en circunstancias que obligan indefectiblemente a un cambio, puede suceder que muera el cardenal y nazca un papa que niegue en su accionar aspectos de su propia historia.  Más si proviene de  una orden con esquema militar, como la jesuita, acostumbrado a obedecer al superior  y ahora encumbrado a mandar sin tener a nadie humano por encima.
Es conveniente no enarbolar un optimismo tonto ni un pesimismo ideologizado.
Como bien sostiene el ensayista Alejandro Horowicz en el diario Tiempo Argentino del 18 de marzo: “El Papa no jugará sus naipes en el tablero global según la lógica local.”
Sus primeros pasos son interesantes y promisorios, poblados de gestos a los cuales ha sido también muy afecto el kirchnerismo.
La historia  es imaginativa y sorpresiva, con la misma frecuencia que suele transitar por los caminos previstos.”

INCOMPRENSIONES LLAMATIVAS
Desde las filas de los críticos exacerbados del gobierno, el periodista Alfredo Leuco en su columna semanal del bisemanario Perfil, con su proverbial exageración consideró que “El (Bergoglio) es la Revolución.” Parece que desde que confió sus ansias juveniles de un mundo mejor en Victorio  Codovilla, el eterno Secretario General del Partido Comunista, infalible para el error, el periodista cordobés transita por un carril similar al de su primer maestro, que lo llevó en su momento a considerar el lock- out campestre- patronal, como “un nuevo 17 de octubre.”
Desde las filas oficialistas, figuras representativas como Luís D`Elía y el diputado Andrés Larroque mostraron su desconcierto, manteniendo el anterior discurso a contramano  del viraje que la situación ameritaba.
 El sólido intelectual Horacio González, reaccionó contra carteles oportunistas que calificaban a Bergoglio como “Papa, argentino y peronista. …. En su intervención en Carta Abierta lamentó que sectores kirchneristas  “entren en esa superchería”   Escribió en Página 12: “Volvamos a la improvisada noción de “papa peronista”. Además de su equivocada inconsistencia histórica, se priva de considerar las hondas implicancias del nombramiento de Bergoglio y su trabajo sobre los nombres, que no incluyen sólo a Loyola sino al poverello Francisco, que intentó cristianizar a los musulmanes….” Junto con puntualizaciones correctas, puede intuirse cierta incomprensión del intelectual sobre la religiosidad popular que llevó a que mayoritariamente en nuestro país y en América Latina la designación del Papa Francisco fue recibida con indudable alegría. Es posible que esa no sea su interpretación ni su intención. De no ser así se caería desde otro campo en la misma incomprensión que impide al poder económico y franjas de clase media entender la inserción de los caudillos populares en el corazón del pueblo.
Con su habitual ironía corrosiva, la revista Barcelona ridiculizó las ondas de amor y paz que despertó el nuevo Papa, sintonizando en alguna medida con las críticas de Horacio González. En su tapa puede leerse: “…..Por qué ahora es progresista pensar que los homosexuales van al infierno, que usar preservativos es pecado, que el aborto es un crimen y que el Estado debe financiar la educación católica.  El país reconciliado y retrógrado que se viene”    

RECONCILIACIÓN


En las filas de la oposición antikirchnerista se levanta la bandera de la reconciliación y de dar por superado el pasado. En ese sentido, una mención ecuménica del Papa Francisco es tomado en nuestro país como un señalamiento contra el gobierno. Eduardo Duhalde corrió a reconciliarse con Carlos Menem.
Julio Bárbaro no se cansa en ejemplificar con el abrazo Perón- Balbín, que a diferencia de lo que sostiene, tenía mucho más de castración del peronismo histórico por parte del radicalismo  que de barajar y dar de nuevo.
Sólo se reconcilian los que están en la misma vereda,  aquellos que tienen intereses contradictorios secundarios como Urquiza y  Rosas. Cuenta Felipe Pigna: “Justo José Urquiza, el enemigo de 1852, causante de su derrota definitiva en la batalla de Caseros, conociendo la delicada situación económica que vivía Juan Manuel de Rosas en Inglaterra, le ofreció en 1858 su ayuda económica: “Yo y algunos amigos de Entre Ríos estaríamos dispuestos a enviar a usted alguna suma para ayudarle a sus gastos, y le agradecería nos manifestase  que aceptaría esta demostración de algunos individuos que más de una vez sirvieron a sus órdenes. Ello no importaría otra cosa que la expresión de buenos sentimientos que les guardan los mismos que contribuyeron a su caída, pero que no olvidan la consideración que se debe al que ha hecho tan gran figura en el país, y a los servicios muy altos que le debe y que soy el primero en reconocer, servicios cuya gloria nadie puede arrebatarle, y son los que se refieren a la energía con que siempre sostuvo los derechos de la soberanía y la independencia nacional.”
Urquiza y Rosas tenían contradicciones secundarias acerca de la distribución de las rentas de la Aduana del Puerto de Buenos Aires entre el Litoral y la Provincia de Buenos Aires, pero ambos se oponían a la nacionalización de la recaudación, que sí pretendían los caudillos norteños. De ahí la posibilidad de su reconciliación.
Cuando Carlos Menem pasó a las filas de la Revolución Fusiladora, adoptando sus lineamientos económicos, se abrazó con el símbolo más odiado por los peronistas como era el Almirante Isaac Francisco Rojas.
Nunca se reconciliaron, porque significaban dos proyectos diferentes, San Martín y Rivadavia.
Nunca se reconciliaron, porque significaban dos proyectos diferentes, Mitre y los caudillos norteños a los  que exterminó.
No hubo ni habrá reconciliación entre las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y los asesinos del terrorismo de estado.
No hay nada que reconciliar entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri.  Pero eso no significa que la Presidente practique gestos de urbanidad y convivencia política que lamentablemente evitó al no invitar al jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a integrar la delegación oficial al Vaticano. En cambio merece mencionarse como un acto de reconocimiento al que no es precisamente propensa la Presidenta, la invitación a Magdalena Ruiz Guiñazú y Graciela Fernández Meijide a la conmemoración del 37º aniversario del funesto golpe del 24 de marzo de 1976.     
SALTOS ORNAMENTALES E INCOMPRENSIONES LLAMATIVAS
El análisis político no se puede realizar con los anteojos del odio y de la bronca. Ambos desconectan la lengua del cerebro. Tampoco desde el prejuicio, definido por Florencio Escardó como “un juicio carente de juicio”, cuando escribía con el pseudónimo de Piolín de Macramé.
El filósofo holandés de origen judío Baruj Spinoza es el que acertaba cuando decía: “En política no hay que reír ni llorar, sólo comprender. Si se sigue su consejo se evitan los saltos ornamentales y las incomprensiones llamativas.       

24-03-2013
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente. 

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27 marzo 2013

MESA DE PERIODISTAS


El Papa Francisco toma mate 

Mesa de Periodistas con Gabriel Fernandez y Hugo Presman 27-03-2013


25 marzo 2013

UN GRITO SILENCIOSO


Sanción de la ley para trabajadoras de casas particulares     


Limpian las casas. Cuidan a los hijos de sus empleadores. Cocinan. Meten sus manos en el inodoro para que brille, planchan la ropa, riegan las plantas. Se las denomina empleadas domésticas, siervas, sirvientas, mucamas, shikse, muchachas. Tienen  un régimen especial, lejos de los derechos de los trabajadores amparados por la ley de contrato de trabajo. Son alrededor de un millón que tiene un grito silencioso atragantado. Vienen de las villas, de las pensiones precarias con alquileres desmedidos, de las provincias, del conurbano. Cabecitas negras, inmigrantes paraguayas, bolivianas o peruanas. Las que se emplean con cama adentro en exclusividad y las que por hora distribuyen sus energías y sus esfuerzos a varios empleadores. María Elena Walsh las describió con precisión a las primeras, en su poema La Juana: “Cuando una es de tierra adentro/también es de cielo afuera./Si viene pa’ Buenos Aires/un calabozo la espera/y pregunta dónde está/el cielo de la ciudá./ Señora dueña de casa/perdone el atrevimiento:/al pájaro en jaula de oro/le madura el sentimiento /de ponerse a curiosear/la tierra y también el mar./ Sé que ustedes pensarán/qué pretenciosa es la Juana,/cuando tiene techo y pan/también quiere la ventana./Soy como soy,/miro un poquito y después me voy.”
Cuando son muy jovencitas aceptan o sortean con dificultad los acosos sexuales de los adolescentes de la casa.

Las denominan principalmente empleadas domésticas. Fue una de ellas, Casimira Rodríguez Romero quien llegó a Ministra de Justicia de Bolivia en el gobierno de Evo Morales, la que se rebeló contra esa expresión peyorativa afirmando que “domésticos son los animales”. Si se desarrolla el contenido de la acepción, se puede comprender en toda su dimensión la humillación que contiene. La empleada es un animal que necesita ser “domesticado” es decir civilizado. Es el viejo axioma de civilización y barbarie: la empleadora representa a la civilización que a través de determinadas pautas culturales realiza un trabajo de domesticación que transforma a la cabecita negra en un ser parcialmente civilizado.  Por supuesto que se pueden encontrar casos en donde a la empleada del hogar se la trata y se la respeta como una trabajadora. Pero no es precisamente el caso de aquellas empleadoras que le colocan un uniforme y la envían a hacer las compras para que todos perciban que esa mujer es una empleada “doméstica”, un animal en proceso de domesticación.
La licenciada en filosofía Esther Díaz en su libro “Las grietas del control. Vida, vigilancia y caos”, donde analiza los guetos urbanos creados por las políticas neoliberales escribió: “La escena es paradisíaca. Sus protagonistas parecen ángeles solazándose entre el verdor y las flores. Revolotean las mariposas. Gorjean los pájaros. El espejo de agua de la piscina destella en una tarde que se arrastra entre mansiones y arboledas. “Juguemos a las visitas”, propone una nena dispuesta a repartir los roles, “seremos hombres, mujeres y mucamas”, indica. La madre, recostada en la reposera, levanta la vista del catálogo que está hojeando y aclara que “mucamas” entra en la categoría “mujeres”, es decir hombres y mujeres es suficiente. Pero esto no se condice con el imaginario de los pequeños niños-country. Finalmente juegan a ser hombres, mujeres y mucamas. Una aclaración lingüística no puede revertir años y años de prácticas sociales. Las diferencias entre los habitantes del barrio y quienes vienen de afuera para servirlos son tan marcadas que las mucamas, en el imaginario infantil, han perdido su condición de mujeres; son simplemente mucamas”.     
El poema de María Elena Walsh concluye: “Yo vivo en un cuadradito /de oscuridad recortada,/con un corazón de vidrio/por donde no se ve nada./Présteme el televisor/que se ve más y mejor.
Por esa ventana ajena/es propio lo que una mira./Está abierto al mundo entero/aunque sea de mentira,/y mi único balcón/es ver la televisión.”

LA HISTORIA Y LA LUCHA DE CLASES
Lo contó en reiteradas oportunidades Ernesto Sábato. La derrota del peronismo y el triunfo militar de la Revolución Libertadora, lo encontró en Salta. Los anfitriones abrieron botellas de champagne y celebraron con él entusiastamente el derrocamiento del “tirano”. Cuando Sábato se dirigió a la cocina en busca de más bebida, encontró a todas las empleadas llorando desconsoladamente. Una duda atravesó su alegría. Sábato debería haber recordado en esa oportunidad, pero no lo hizo, aquella notable frase de Cesare Pavese: “Hay momentos en la historia que los que saben escribir no tienen nada que decir y los que tienen algo que decir no saben escribir.” El intelectual y escritor intuía que estaba en el lugar equivocado como en otras ocasiones le pasaría. Las empleadas desde sus vísceras comprendían que su vida volvería a cambiar. Que ya no sería factible que muchas de ellas se convirtieran en obreras textiles suplantando la explotación individual y solitaria por otra en donde la explotación colectiva tenía límites, con delegados de fábrica que las defendían de los abusos y abogaban por sus derechos. Las que estaban ahí, como en millones de hogares percibían que otra vez la relación de fuerza se les volvía absolutamente desfavorable. Tres años antes se sintieron huérfanas cuando murió Evita, a la que no había que explicarle nada en materia de pobreza, de exclusión y de discriminación. La padeció desde que nació y nunca lo olvidó porque la llevaba marcada en su notable sensibilidad.
Justamente lo que le sucedió en su casa ese 26 de julio de 1952, lo narra el ensayista José Pablo Feinmann en su libro “Peronismo. Filosofía política de una persistencia argentina”: “En mi casa, que estaba en Belgrano R, en Echeverría y Estomba, en diagonal a la Iglesia San Patricio, y que fue para mí, niño de los “años privilegiados”, el hogar más cálido que jamás haya tenido, había una joven de nombre Rosario. Rosario era lo que se llamaba “la sirvienta”. Era muy buena. Era la cocinera.  Otra señora se encargaba de la limpieza. Bien, voy a esto: el 26 de julio de 1952 se muere Evita. Rosario estaba en la cocina. Dan la noticia por radio. Rosario se pone a llorar.  Yo estaba jugando a no sé qué juego de la época en el comedor. Creo que estaba armando un Mecano o asaltaba un fuerte con unos soldaditos. Mi madre andaba por ahí. De pronto, no sé por qué alternativa del juego, yo me largo a reír. Y se oye la voz de Rosario : “ Que no se ría. ¡Que no le falte el respeto a la señora!” Mi madre me pega un mamporro  durísimo y, en voz baja pero imperativa, dijo: “¡Callate! Salió corriendo hacia la cocina. Me acerqué, paré la oreja y escuché el diálogo. Rosario lloraba y a la vez decía: “Su hijo se está riendo señora. Evita se murió  y él se ríe. Se está burlando.” Mi madre, con miedo trataba de calmarla.: “Es un chico, Rosario. Está con sus juguetes. No sabe lo que pasa” La “patrona” tenía que darle explicaciones a la “sirvienta.” Eso era el nuevo país.”      

UN GRITO SILENCIOSO
Limpian las casas. Cuidan a los hijos de sus empleadores. Cocinan. Meten sus manos en el inodoro para que brille, planchan la ropa, riegan las plantas. Las denominan empleadas domésticas, siervas, sirvientas, mucamas, shikse (en las familias argentinas de origen judío, expresión descalificatoria en idish).
Arrastran un grito silencioso de muchas décadas. Pero ahora su grito es sonoro porque el Congreso de la Nación, después de dos años, aprobó con fuerza de ley el proyecto enviado oportunamente por la Presidenta de la Nación que rápidamente había sido aprobado por unanimidad en diputados y de la misma forma, a pesar de la dilación, ahora lo ha hecho la Cámara de Senadores.
Ahora tendrán todos los derechos que los “republicanos y demócratas” le escamotearon con sus “olvidos”.
Y la ley les da la dignidad que los prejuicios y el poder le arrebataron. Lentamente irá penetrando la denominación al lenguaje cotidiano. No son empleadas domésticas, ni sirvientas, ni siervas. Son empleadas de casas particulares o empleadas del hogar. Algún día, cuando esta batalla cultural haya triunfado, argentinos jóvenes preguntarán con estupor cómo fue posible que una trabajadora pudiera haber sido denominada como doméstica o sirvienta. Evita sostenía que donde hay una necesidad hay un derecho. Este tardó demasiado, pero otra mujer, Cristina Fernández lo ha impulsado. Parafraseando a Carlos Marx: “La liberación de las mujeres será obra de las mujeres mismas”.
El peronismo, en sus mejores versiones, como el kirchnerismo, hace muchas veces, posible lo necesario. Encuentren ahí los sociólogos desorientados, los adversarios impenitentes,  la explicación al misterio de su perdurabilidad.



24-03-2013   
Para publicar citar fuente. Hugo Presman. Todos los derechos reservados.   





24 marzo 2013

LA MEMORIA DEL HORROR Y LA DIGNIDAD

A 37 años del 24 de marzo de 1976

                   
En las primeras horas de aquel trágico 24 de marzo de 1976, se cumplían los 90 días de plazo que el General Jorge Rafael Videla dio desde Tucumán, al agónico gobierno de Isabel Perón. Las  TRES A que había creado el siniestro cabo  y aspirante a brujo José López Rega, como organismo parapolicial, se transformarían en la TRIPLE A  del proceso (las tres Fuerzas Armadas) como Estado criminal. La  ceguera y cobardía  de la mayoría de la dirigencia política, las falsas expectativas que alentaba la clase media sobre el orden que establecerían las armas, la indiferencia de los sectores populares ante un gobierno en muchísimos aspectos indefendibles, dieron el marco para que el golpe se recibiera como la caída  de un fruto maduro. Nadie, medianamente informado, podía desconocer, que en la Argentina, de producirse el golpe, largamente anunciado, se reproducirían los métodos criminales que Pinochet venía practicando en Chile desde el 11 de septiembre de 1973, a pesar del repudio internacional.
Como esos tragos amargos que la historia propone, había que sostener el deplorable  gobierno de Isabel, como la soga al ahorcado. Los que no se engañaban, eran los grupos económicos  que mientras saboteaban los últimos atisbos democráticos del gobierno constitucional, se preparaban para ayudar al genocidio, alentando la  represión, actuando posteriormente como delatores de los delegados de fábrica, accediendo a la instalación de centros de detención en las propias instalaciones fabriles como en la Ford, Mercedes Benz y el Ingenio Ledesma entre otros. Esos grupos se enriquecerían luego con la patria contratista, dejando anémico al Estado, y luego se quedarían con sus restos cuando fue desguazado. El proyecto criminal tenia básicamente un basamento  económico y como objetivo una reestructuración profunda de la sociedad. Había que aniquilar toda resistencia política  y trasmitir y propagar el terror. El miedo pasó a ser un compañero cotidiano.


El horror no tuvo límites. El infierno adquirió nacionalidad argentina. Mujeres embarazadas, adolescentes, niños, bebes, nadie quedaba excluido de asesinos vesánicos  como  Suárez  Mason,  Menéndez, Bussi, Acosta, Verplatsen, Camps, Chamorro entre tantos otros, en cumplimiento de un plan criminal orquestado por las Fuerzas Armadas representadas por Videla, Massera y Agosti. Torturas, violaciones, secuestros, prisioneros arrojados desde aviones al río o al mar, reparto de bebes y apropiación de los bienes de los desaparecidos como botín de una presunta guerra. Una historia de ignominia en la sociedad más culta de América Latina. Como en Europa bajo el nazismo, Dachau, Auschwitz, Bergen Belsen, o Treblinka en Argentina se llaman La Esma, El Olimpo, La Perla, o El Vesubio, apenas cuatro de los más de trescientos cincuenta campos de concentración distribuidos sobre una geografía ensangrentada. Todo esto con el pretexto de exterminar un terrorismo agonizante y aislado políticamente Veintidós años más tarde esta afirmación fue compartida por Wayne Smith agregado de la Embajada Norteamericana en nuestro país en aquellos años, quien sostuvo: “La embajada jamás considero  que había una gran amenaza terrorista.


Los militares argentinos eran quienes pensaban que estaban librando la primera batalla de la tercera guerra  mundial. Para mí eso siempre fue una tontería”.
Había  infames que cometían asesinatos en nombre del Estado, y miserables que pegaban calcomanías con aquel slogan tristemente inolvidable “los argentinos somos derechos y humanos”. Un intento de economía de mercado y apertura económica basado en la tracción a sangre generosamente derramada, que lamentablemente tendría su continuidad en democracia con sucesivos gobiernos que siguieron levantando los dogmas neoliberales, continuidad ideológica de Martínez de Hoz.
 El dólar barato, traducido en el “deme dos”, era un  anestésico  que acentuaba la ceguera.
Si fuera necesario rescatar una imagen paradigmática de la crueldad sin límites de aquella época de locura habría que recordar a una joven embarazada, con sus ojos vendados, sus manos engrilladas, sus piernas atadas a la cama, debatiéndose entre el miedo y la incertidumbre, mientras se retuerce entre los dolores del parto, consciente que el nacimiento de su hijo coincidía con su sentencia de muerte. La duda de la joven madre, si su hijo sería criado por sus asesinos, después de haberlo tomado como botín de guerra.
 El horror sin límites ni parangón, de matar y apropiarse de la descendencia. En esa noche sin estrellas, en la profundidad de la oscuridad, unas mujeres sin historia pública, sólo armadas con el coraje de la desesperación, relegaron sus tareas domésticas y se precipitaron hacia la Plaza  de Mayo, que desde entonces y para siempre le dio ubicación geográfica a su dolor y a sus esperanzas. Esas mujeres, caminando en círculos, gastando las suelas y el alma, arrastrando las piernas cansadas de golpear puertas sumidas en la indiferencia, perforaron la coraza de un poder amurallado y todopoderoso, al tiempo que protagonizaban una de las gestas civiles más notables del siglo pasado, portando como único título su condición de Madres y Abuelas y la legitimidad moral de sus reclamos. En sus pañuelos blancos está presente la dignidad de la resistencia. Una lección  en medio de la muerte. Sin venganzas. Sin justicia por mano propia. Con  la vida como estandarte. Y  la memoria como enseñanza.
Es  imprescindible seguir avanzando en el enjuiciamiento de los instigadores civiles y denunciar todo lo que incorporó la dictadura criminal a nuestra cultura diaria. La mano dura, el desprecio hacia el otro, la discriminación, el miedo, la peregrina aseveración que defender la aplicación de la justicia para el que delinque es estar a favor de los delincuentes, la idea que los problemas sociales y de seguridad se los combate exclusivamente con el endurecimiento de las penas del código penal y más policías, el denuesto de la protesta, el privilegiar al consumidor  sobre el ciudadano elevado a la condición de vecino. La concepción que el derrotado en el mercado es alguien que merece su suerte y debe ser abandonado como exteriorización de su fracaso. El haber dejado como Caballo de Troya la deuda externa y los planes económicos de devastación y hambre, que vaciaron la democracia y pulverizaron las representaciones políticas.    
Hay disvalores del 24 de marzo conviviendo después de 37 años de democracia. Extirpar sus concepciones es una forma inteligente  de evitar que la tragedia se repita. Como dice el escritor checo Milán Kundera: “La lucha del hombre contra el poder, es la lucha de la memoria  contra   el olvido” 
Noche y niebla. 24 de marzo. “NUNCA MÁS”. 


El nombre dado al Informe de la Conadep, a propuesta del rabino Marshall Meyer, tomado de los heroicos combatientes del Ghetto de Varsovia. Un puente en el tiempo (1943-1976) une a dos luchas  (Madres-Abuelas- Jóvenes judíos)  memorables en su dignidad como desiguales en su desarrollo.

24-03-2013
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.

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19 marzo 2013

LA HISTORIA ES IMAGINATIVA



El  cálculo de probabilidades para ser elegido Papa, tendía a cero. La sanción de la ley del matrimonio igualitario y de identidad de género en la Argentina, uno de los pocos países en el mundo que lo había concretado, lo desubicó. En términos futbolísticos quedó en off-side.  Disgustado declaró: “Es la destrucción al plan de Dios, es una movida del diablo. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones".
 Viajó a Roma con pasaje de vuelta.  En el avión habrá recordado su apoyo a las patronales del campo o cuando recibió al héroe provisorio del establishment de aquellos días, el pequeño Cleto. Sus encuentros con todo el arco político desde Mauricio Macri a Daniel Scioli, desde Gabriel  Mariotto a  Elisa Carrió, desde Julio Bárbaro a Gabriela Michetti, desde Claudio Lozano a Eduardo Duhalde. El único Tedeum que celebró con la presencia del matrimonio Kirchner, allá por 2004. Sus pedidos de  “diálogo sincero” y a “dejar de lado la confrontación entre diferentes sectores de la sociedad.” La imposibilidad de cohesionar a una oposición deshilachada. Sus encontronazos con Néstor Kirchner, una confrontación entre temperamentos duros. Cada uno quería jugar de local en el encuentro: él en la Curia y el santacruceño en la Casa Rosada. Su relación conflictiva de menor intensidad con Cristina, precedida por un intento de acercamiento.
En este viaje sin esperanzas, tal vez recordó que su gran oportunidad fue en el 2005, cuando fue elegido Ratzinger. En varias votaciones compitió cuerpo a cuerpo con el cardenal alemán hasta que se bajó de la competición. Antes de encerrarse en el cónclave, los artículos de Horacio Verbitsky denunciando su comportamiento dudoso con los curas Jalics y Yorio, que estuvieron desaparecidos en la ESMA, circularon ampliamente en el Vaticano. A los 76 años su vida pastoral parecía cumplida. Seguramente sonrió cuando rememoró el cariño de los curas villeros a los que apoyó incondicionalmente. A 10.000 metros de altura, se sintió acompañado por Pepe Di Paola, Joaquín Giangreco, Martín Carroza, Martín de Chiara, Jorge Torres Carbonell, José Zámolo entre tantos otros que fueron a vivir a las villas a su pedido.
A su regreso de Roma, volvería a viajar en el subte de la línea A, a mirar en Fútbol para Todos a su querido San Lorenzo, a continuar con la vida austera de los jesuitas,  y a recordar, cuando lo acometiera la nostalgia su paso por el grupo Guardia de Hierro del Justicialismo en su ya lejana juventud.  Esa agrupación de la que salieron tantas figuras conocidas, estaba dirigida por Alejandro Alvarez y tomó su nombre de una organización rumana  creada por el capitán Corneliu Zelea Codreanu de fuertes rasgos antisemitas.  Tal vez medite que sus llamados al consenso entraban en contradicción con la aseveración del General Perón que “para hacer una tortilla hay que romper los huevos”
A fin de año se retiraría y se iría a vivir a la casa que posee  el clero  para jubilados. Seguramente una sonrisa le atravesó el rostro cuando recordó una de sus homilías: “Nos acostumbramos a levantarnos cada día como si no pudiera ser de otra manera, nos acostumbramos a la violencia como algo infaltable en las noticias, nos acostumbramos al paisaje habitual de la pobreza y de la miseria caminando por las calles:” Obviamente esto no ayudaba en la relación con el gobierno y era injusto con el kirchnerismo que había bajado significativamente la pobreza.   
Recuerda con una profunda  satisfacción su apoyo al combate de la trata de personas, su contención  a las víctimas de Cromañon, su aliento hacia las víctimas de otras tragedias como la del Once, su apoyo irrestricto sobre la recuperación de las Malvinas y a los combatientes, su promoción del diálogo inter religioso.       
En ese vuelo con pasaje de retorno, al Cardenal Jorge Mario Bergoglio va hacia el ocaso, acompañado por sus recuerdos y los fantasmas de su pasado, hacia una Europa sacudida por la crisis.

LOS FANTASMAS
Se lo ha denunciado periodísticamente por no haber protegido a dos curas que realizaban su tarea pastoral en el bajo Flores; o más grave aún haberlos denunciado. Se trata de Orlando Yorio y de Francisco Jalics (quien vive en Alemania)  y que  estuvieron desaparecidos durante seis meses en la ESMA. Según relata Horacio Verbitsky en su libro “El Silencio”, “Orlando Yorio nunca se recuperó por completo. Trabajó en el Obispado de Quilmes pero se sentía amenazado y se radicó en el Uruguay, donde murió en 2000. Poco antes evocó su relación con Bergoglio: “No tengo ningún motivo para pensar que hizo algo por nuestra libertad, sino todo lo contrario.” Los sacerdotes fueron liberados por las gestiones de Emilio Mignone y la intercesión del Vaticano y no por la actuación de Bergoglio, que fue quien lo entregó” sostiene Angélica Sosa de Mignone. Según la esposa de otro desaparecido, que hizo gestiones ante el nuncio,  Laghi le contó que él fue quien consiguió “sacar de la ESMA a los dos sacerdotes. …Según Yorio “el peligro era obvio para todos. No era necesario que nadie avisara. En mayo de 1974 habían ametrallado a Carlos Mugica, poco después mataron a otros dos sacerdotes villeros, en San Isidro y en Bernal. A comienzos de 1975 yo fui separado de mis cátedras de teología en la facultad de los jesuitas de San Miguel sin proceso y sin razones académicas por adherir a la teología de la liberación. Solamente se me dio un mandato de obediencia, cuando Bergoglio era el provincial. El mismo Bergoglio reconoció luego que eso fue muy injusto, pero lo decía como si él hubiera sido un tercero ajeno. Desde San Miguel y el provincialato se hacía correr por debajo, sin darme lugar a defenderme, que yo era comunista, subversivo y guerrillero y que andaba con mujeres, rumores que llegaban de inmediato a los sectores sociales que en ese momento manejaban el poder y la represión. Francisco Jalics varias veces hizo notar el peligro. En ese sentido advirtió por escrito a varios jesuitas que el responsable era Bergoglio…..En cambio Alicia Oliveira,  ex Secretaria de Derechos Humanos de la Cancillería ,  cree  que su amigo el cardenal, es un hombre noble y valiente: “Cuando comenzó la represión militar hubo quienes sostenían que lo mejor tanto para los militantes como para la gente de la villa era que quienes iban allí a hacer trabajo de alfabetización y evangelización se alejaran por un tiempo. Yo he participado en discusiones con catequistas que se negaban a hacerlo porque decían que tenían mandato de Dios, y en ese caso no había como obligarlos. Con el mismo criterio de preservar a la gente, Bergoglio les ordenó a los sacerdotes que se alejaran de la villa. Pero la Compañía de Jesús es una orden organizada en forma militar desde San Ignacio de Loyola. No le obedecieron y los separó de la Compañía. Yo no afirmo que ésa haya sido la mejor actitud posible, pero no puede confundirse con entregarlos”. ( Páginas 101 y 102)
A su vez el actual Papa, recuerda que se entrevistó dos veces con Videla y Massera y de esa forma le salvó la vida a ambos religiosos. En el juicio en que fue requerido lo hizo como testigo y no como imputado.                     
La parte más dura de la denuncia de Verbitsky contra Bergoglio es aquella que figura en su extensa historia de la Iglesia Argentina en varios tomos  y que consta en numerosos artículos periodísticos: “Al quedar en libertad, en noviembre de 1976, Jalics se marchó a Alemania. En 1979 su pasaporte había vencido y Bergoglio pidió a la Cancillería que fuera renovado sin que volviera al país. El Director de Culto Católico de la Cancillería, Anselmo Orcoyen, recomendó rechazar el pedido “en atención a los antecedentes del peticionante”, que le fueron suministrados “por el propio padre Bergoglio, firmante de la nota, con especial recomendación de que no se hiciera lugar a lo que solicita”. Decía que Jalics tuvo conflictos de obediencia y una actividad disolvente en congregaciones religiosas femeninas, y que estuvo “detenido” en la ESMA junto con Yorio, “sospechoso de contactos con guerrilleros”. Es decir, los mismos cargos que le habían formulado Yorio y Jalics (y que corroboraron muchos sacerdotes y laicos que entrevisté): mientras aparentaba ayudarlos, Bergoglio los acusaba a sus espaldas. Es lógico que este hecho de 1979 no alcance para una condena legal por el secuestro de 1976. El documento firmado por Orcoyen ni siquiera fue incorporado al expediente, pero perfila una línea de conducta. Sumar al Director de Culto Católico de la dictadura a una conspiración contra la Iglesia sería demasiado. Por eso, Bergoglio y su portavoz callan sobre estos documentos y prefieren descalificar a quien los encontró, preservó y publicó.”
El otro caso que no deja bien parado al Papa Francisco, está vinculado a la primera presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Licha de la Cuadra, que perdió a un hijo de nombre Roberto José, a una hija de nombre Elena, la cual  tuvo a su bebe en cautiverio a la que le habría dado el nombre Ana Libertad. El esposo de Licha hizo gestiones ante Bergoglio en octubre de 1977. Éste escribió una nota al obispo auxiliar de La Plata Mario Picchi  y se desentendió del caso. Estela de Carlotto agregó que  la respuesta fue: “No busquen más que la niña está en buenas manos.” Estela, la tía,  declaró esto en sede judicial. La presidenta de las abuelas de Plaza de Mayo agregó: “Él tuvo que ir a declarar y dijo desconocer la charla. Además aseguró, ya en los noventa, que desconocía el tema de los desaparecidos”
Queda claro entonces que Bergoglio, como muchos otros religiosos tuvo una actitud  contradictoria, en una institución como la Iglesia cuya complicidad con la dictadura establishment- militar no ofrece dudas.   
Ya cardenal no adoptó ninguna medida de orden religioso contra el cura Cristian Von Wernich condenado por la justicia en virtud de delitos de lesa humanidad,  y otro tanto hizo con el cura Julio Grassi condenado por delítos en perjuicio de menores.  

LA SORPRESA  

Contra todos los pronósticos, Jorge Bergoglio fue coronado Papa, y la alegría y el estupor cubrieron el territorio nacional. La oposición y los medios dominantes lo tomaron como un triunfo, mientras en el gobierno la sorpresa desconcertó y dividió a sus seguidores. La Presidenta reaccionó con rapidez y emitió un comunicado preciso y carente de adjetivaciones elogiosas para su destinatario.
En el Frente para la Victoria hubo un sector alineado con la Presidenta que reivindicó el pasado peronista de  Bergoglio y el hecho de ser argentino, el primer Papa no europeo. Un sector minoritario, recordó el rol opositor del ex Cardenal y su complicidad durante la dictadura establishmet- militar. De éste sector surgió la hipótesis que su papado sería para los gobiernos populares de América Latina el equivalente al papel que cumplió Juan Pablo II  en la demolición  del bloque soviético. Y desde las filas opositoras, hay quienes alientan las mismas expectativas, como el periodista  Roberto García quien en Perfil escribió: “El recuerdo de otro papa que, luego de ser ungido volvió a su tierra polaca, hizo más líder a un sindicalista como Lech Walesa y sin duda contribuyó al desmoronamiento del gobierno comunista. Repasar la historia, a veces genera estremecedoras pesadillas, hasta en los iniciados en el relato”
Tal vez no toman en cuenta la importante influencia que sobre Bergoglio ha ejercido el ensayista Alberto Methol Ferrer, un referente de la izquierda nacional uruguaya, que siempre levantó la bandera de la unidad latinoamericana. 
La oposición al kirchnerismo acaricia la esperanza que la vertebración de su unificación será conducida y bendecida desde San Pedro. La idea de un nuevo Corpus Christie, 57 años después, circula por algunas cabezas calenturientas, entre los que se encuentran los terroristas de estado sometidos a juicio. ´Sería conveniente advertirle que a Bergoglio no se le reconocen aún milagros. La sobreactuación superlativa quedó evidenciada por el habitualmente inexpresivo jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que exhibiendo una alegría superlativa formuló declaraciones estruendosas : “ Es la noticia más importante de la historia argentina.” Y decretó el asueto escolar para el día martes en la ceremonia de asunción, que empieza a una hora desusada para la audiencia televisiva infantil y juvenil.

LA HISTORIA ES IMAGINATIVA
La historia es imaginativa y muchas veces sorpresiva. Bergoglio deberá cancelar su pasaje de retorno. Es una personalidad compleja, un conservador popular, un cuadro político. Eso ha dividido el posicionamiento de mucha gente vinculada a los derechos humano: Graciela Fernandez Meijide, Pérez Esquivel, Alicia Oliveira, el reconocido religioso brasileño Leonardo Boff se han manifestado positivamente.  El cura Eduardo de la Serna, que no es precisamente un admirador del pontífice escribió: “Sabe moverse en los pliegues como nadie…te entrega los alfiles y la reina porque tiene el jaque mate en la cabeza…….Mirando los cardenales de San Pablo, Budapest, Milán, que resonaban, uno tiene la tentación de decir que al lado de ellos Bergoglio es Messi, Maradona, Cristiano Ronaldo y Pelé juntos.”
Sin caer en el ombliguismo, su papado tendrá repercusiones en la política de nuestro país. El periodista Carlos Barragán imaginó una escena tal vez fantasiosa, tal vez un adelanto de alguna foto futura: “….. un sueño, no un sueño mío porque últimamente la realidad parece sueño y pesadilla, lo cual me viene quitando las ganas oníricas. Se trata de un sueño evidente, elemental. Un sueño que podría ser de Carrió, o Biolcatti, o Morales Solá, o Binner, o Aguad, o Altamira, o todos ellos juntos. Sería así: que dentro de unos años, 2015 sería una fecha a soñar, antes de las elecciones, venga el Papa Francisco a la Argentina, y en una multitudinaria misa en el monumento a la bandera –Rosario sería el lugar ideal- hablara sobre los pobres, los desposeídos, los que no tienen justicia, los que sufren, los que son víctimas de la violencia y la corrupción de los políticos, de un gobierno autoritario, antidemocrático, que no escucha ni dialoga, que no atiende a los más débiles, que quiere el poder eterno, que es soberbio, y que degrada la vida y las almas de los ciudadanos. Amén. Y los stickers en los autos “Yo voto al Papa porque soy argentino”. Porque como Dios no los viene ayudando, el Papa parece ser una esperanza.
A su vez, periodistas  que no se había pronunciado durante años por la seriedad de la investigación de Horacio Verbitsky sobre Bergoglio, salieron a defender al Papa y a atacar despiadadamente al autor de “Robo para la Corona.” Desde esa vereda, disparó Alfredo Leuco en el bisemanario Perfil del 17 de marzo: “Horacio Verbitsky se convirtió en el mariscal de la derrota del ala más impopular y dogmática. Impulsado por sus odios ancestrales, intenta manchar las manos de Bergoglio con sangre, pero está flojo de papeles.” Clarín ha salido a blanquearlo, elevándolo casi a la condición de santo. Joaquín Morales Morales, desde La Nación del 17 de marzo, calificó a las denuncias como “Una campaña argentina contra el Papa.”  
Bergoglio llega a dirigir una organización que pierde adeptos, que está involucrada en hechos penosos que van desde violaciones a protección de pederastas,  lavado de dinero,  escándalos financieros, asociaciones con la mafia, que sufre además  la falta de vocaciones sacerdotales. Una religión que atrasa, con práctica de reminiscencias medievales.
Un milagro digno de su fe lo ha puesto en un lugar privilegiado en circunstancias particularmente adversas.
Conviene no tomar posiciones apresuradas, en función de un pasado con agujeros negros. Basta pensar en nuestra propia historia reciente donde también se han registrado sorpresas  en la última década. Cuando un cardenal se convierte en Papa, en circunstancias que obligan indefectiblemente a un cambio, puede suceder que muera el cardenal y nazca un Papa que niegue en su accionar aspectos de su propia historia.  Más si proviene de  una orden con esquema militar, como la jesuita, acostumbrado a obedecer al superior  y ahora encumbrado a mandar sin tener a nadie humano por encima.
Es conveniente no enarbolar un optimismo tonto ni un pesimismo ideologizado.
Como bien sostiene el ensayista Alejandro Horowicz en el diario Tiempo Argentino del 18 de marzo: “El Papa no jugará sus naipes en el tablero global según la lógica local.”
Sus primeros pasos son interesantes y promisorios, poblados de gestos a los cuales ha sido también muy afecto el kirchnerismo.
La historia  es imaginativa y sorpresiva, con la misma frecuencia que suele transitar por los caminos previstos.


Bergoglio y Cristina no se reunían cuando estaban a pocos metros de distancia, distanciados políticamente, y se encontraron en Roma, el primero convertido en el Papa Francisco, en la primera y extensa audiencia papal. La historia es imaginativa.
Como dicen en el campo hay que esperar que el Papa camine. Al rengo sólo se lo advierte cuando se echa a andar.



19-03-2013
Hugo Presman. Todos los derechos reservados. Para publicar citar fuente.

18 marzo 2013

RIESGO PAIS


Durante el gobierno de Fernando De la Rúa la sociedad argentina fue sometida al disciplinador infalible que es  el miedo. La amenaza era el default y el termómetro que nos alejaba o acercaba  a esa situación era el índice del riesgo-país. El economista Ricardo Aronskind en su libro que lleva el mismo nombre que esta nota y un subtítulo: “La jerga financiera como mecanismo de poder”, define al mencionado índice como  “la expresión utilizada en el ámbito financiero internacional para aludir a los peligros que corren los prestamistas de no poder cobrar las acreencias a un país determinado.” En una notable transferencia de su temor de no cobrar del prestamista, era inyectado diariamente a los deudores a través de los medios hegemónicos, los pasquines económicos y los gurúes de la city. El  índice determinado es la sobretasa que el tomador del crédito  tiene  que pagar por la presunta inseguridad que despierta.  Los que determinan dicho índice son las calificadoras de riesgo como Standard & Pools, Moody`s,  Fitch, las tres de EE.UU. Su asociación con los prestamistas ha dado lugar a múltiples fraudes, inflando la inseguridad y de esa manera poder aumentar el beneficio de los acreedores a expensas de esquilmar a los deudores.


Como dice Joan Manuel Serrat en “Las Macarras de la Moral”:  “Y te acosan de por vida/azuzando el miedo,/pescando en el río turbio/del pecado y la virtud,/vendiendo gato por liebre/a costa de un credo/ que fabrica platos rotos/que acabas pagando tú.”


DENUNCIADOS EN  EE.UU
En Página 12 del 9 de febrero del 2013, puede leerse:  “El fiscal federal de Nueva York, Eric Schneiderman, comenzó a investigar la actuación reciente de Standard & Poor’s, Moody’s  y Fitch, las tres principales calificadoras de riesgo. La decisión de Schneiderman se conoce tres días después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos junto con distintos estados de ese país iniciaron una demanda civil contra S&P por subestimar los riesgos de los instrumentos financieros estructurados con hipotecas y afirmar que se trataba de evaluaciones objetivas. El reclamo supera los 5 mil millones de dólares………“La conducta de Standard & Poor’s es escandalosa y va al corazón de la reciente crisis financiera”, afirmó el martes el fiscal general Eric Holder al anunciar los cargos contra la calificadora y el reclamo por más de 5 mil millones de dólares. El gobierno de Estados Unidos argumenta que S&P subestimó el riesgo de los Collateralized Debt Obligations (CDO, obligaciones de deuda colaterales que están estructuradas por tramos) e infló sus ratings otorgándoles las mejores calificaciones y así causó que diferentes instituciones perdieran miles de millones de dólares. La demanda no alcanza a las otras dos empresas Fitch y Moody’s, aunque  la investigación de la fiscalía neoyorquina incluye a las tres firmas que controlan más del 80 por ciento del mercado de calificaciones. Las calificadoras de riesgo jugaron un papel activo en el crecimiento de la inestabilidad financiera que detonó con la crisis de las hipotecas subprime. Las irregularidades y los abusos cometidos por las principales empresas del sector están documentados en un informe de 2008 de Securities and Exchange Commision (la SEC, el ente de regulación del mercado bursátil de Estados Unidos) y en las conclusiones de las investigaciones realizadas por la Comisión de Investigación sobre la Crisis Financiera, creada por el gobierno y el Senado estadounidenses. Ambas investigaciones son insumos de la demanda realizada por el Departamento de Justicia contra S&P. Hasta ahora, el único lugar donde las calificadoras fueron juzgadas y sentenciadas por mentir es en Australia, donde un juzgado determinó que S&P había engañado a doce municipios, generándole pérdidas por más de 17 millones de dólares.”
Sin conocimiento académico, pero con un profundo olfato popular, el canta autor Ignacio Copani escribía, mucho antes que el descubrimiento del fiscal federal norteamericano: “En una oficina hay un pobre infeliz /que se siente un genio cuando califica,/ poniéndole nota de riesgo a un país/que ignora en qué parte del mapa se ubica./ En una oficina muy lejos de aquí, /
a los consultores ¨todopoderosos¨, /les sugeriría: pregúntenme a mí,/qué lado del mundo se ve más riesgoso./Por mucho que digan que es muy peligroso/prefiero arriesgarme en mi propio país……../
En una oficina que yo nunca vi/como no vi nunca/lo que me han prestado/calculan la deuda que siempre sufrí/y quieren cobrarla/aunque ya la he pagado…..”

CURIOSIDADES SOBRE LAS CALIFICADORAS
Ricardo Aronskind señala algunas particularidades en el libro mencionado: “Un buen análisis del riesgo crediticio debería incorporar los diversos elementos que permiten volver sustentable una política económica en el largo plazo, y por lo tanto viables los pagos de sus compromisos externos, criterio muy poco frecuente en los 90. En general, el sector financiero internacional tiene serias dificultades para efectuar un análisis equilibrado, ya que está penetrado por una visión sesgadamente ideológica de la economía, que lo lleva a calificar como buenas políticas económicas a las que crean negocios para el sector a corto plazo, independientemente de su impacto en la viabilidad macroeconómica y social del país.  Tras la apariencia de “profesionalismo”, las empresas calificadoras de riesgo son entes fuertemente ideologizados que muchas veces analizan “desde afuera” a determinado país, a pesar de  que son parte del propio proceso analizado, ya que integran de alguna manera sus actividades y también sus ingresos, toda vez que dicho proceso consiste en intermediar activos financieros, canalizar fondos hacia dichas economías e incluso invertir fondos propios en las mismas. Este sector está claramente alineado desde el punto de vista ideológico con un neoliberalismo sumamente precario desde el punto de vista intelectual y pero sumamente aventurero desde el punto de vista económico, lo que lo diferencia del viejo liberalismo, más prudente y realista a la hora de las recomendaciones económicas. El ideologismo de estas entidades las ha llevado a cometer gruesos errores  a la hora de evaluar el riesgo, a pesar de la enorme información que poseen, muchas veces provenientes de los más encumbrados círculos gubernamentales. En todo caso, no es precisamente una versión sofisticada del análisis de riesgo lo que se conoció en la experiencia argentina como índice del Riesgo País.”

RIESGO- PAÍS
La Argentina tiene actualmente uno de los índices más bajos de endeudamiento que surge de comparar la deuda externa con el PBI. Sin embargo, las empresas evaluadoras sitúan el riesgo-país nuestro, mucho más alto que el de España, cuya situación de endeudamiento es muy superior.
No es una evaluación económica sino que incorpora  un alto contenido de castigo político donde se incluye el default del año 2001 y el notable crecimiento posterior sin endeudamiento externo.
Es un pésimo ejemplo, donde queda clara la necesidad de un escarmiento. Es un índice mucho más político que económico, como queda demostrado comparativa y contrastantemente si se recuerda que en septiembre del 2001, a 60 días de la peor crisis económica, el índice de riesgo-país no mostraba signo específico de alarma, cuando el FMI intentó uno de sus salvatajes.
Cristina Fernández lo expresó con claridad en su discurso en el Congreso del 1º de marzo: “En verdad, lo que quieren es que nos sigamos endeudando, porque lo que no le perdonan a la Argentina no es- como algunos dicen- la expropiación de Aguas Argentinas o de YPF. Miren: hay un gran amigo nuestro, Evo Morales, que ha expropiado hasta el pasto y, sin embargo, consigue dinero al 4,4% anual. El problema es que no hemos vuelto  a ser negocio financiero, ese es el problema. Nos quieren volver a endeudar.” Y refiriéndose al fallo del juez norteamericano Thomas Griesa que va en auxilio de la parte más carroñera del sistema financiero que son los fondos buitres, expresó: “Si hay un sistema o una justicia que elige beneficiar a un 7% en desmedro del 93% y perjudicar el equilibrio financiero en el mundo, tengo muchas dudas en llamarla justicia.”  Advirtió que Argentina no aceptará tamaño dislate que haría realidad  el epitafio irónico del escritor uruguayo Eduardo Galeano: “Aquí yace la Argentina, vivió pagando, murió debiendo.”   

Como dice Ignacio Copani: “En una oficina hay un hombre tan vil/que cuando lo ordena el imperio del norte,/diseña la mortalidad infantil/con su recetario de ajuste y recorte……..  En una oficina que yo nunca vi/como no vi nunca/lo que me han prestado/calculan la deuda que siempre sufrí/y quieren cobrarla/aunque ya la he pagado…”


3-03-2013

Hugo Presman. Todos los derechos reservados. Para publicar citar fuente.

14 marzo 2013

Mesa de Periodistas 13-03-13

El 11 de marzo de 1973, Cámpora, Perón y las organizaciones





11 marzo 2013

LA INCOMPRENSION ETERNA





Se convencieron que Perón ganaba las elecciones porque sobornaba y manipulaba a los pobres. Que el kirchnerismo triunfó en reiteradas elecciones con un importante fraude. Que Evita era la encarnación de la demagogia que utilizaba fondos públicos para hacer beneficencia. Que Hugo Chávez era un dictador que aunque ganara sorprendentemente casi todas las elecciones era el fruto de una ilusión que encandilaba a las masas.
Por eso quedaron perplejos cuando en los 18 años de proscripción, el peronismo resistió en condiciones extremadamente adversas, resultaba imbatible en las urnas, hasta que las luchas populares facilitaron el regreso de Perón y en septiembre de 1973 arrasó con el 62% de los votos. Evita, a su muerte, convocó a multitudes en una expresión de dolor imborrable. Y su recuerdo se venera por los que la conocieron y por lo que perduraron su recuerdo a través de la transmisión oral.
Y ahora la muerte de Hugo Chávez movilizó a millones de venezolanos a los que les devolvió la dignidad.

LA TARDÍA COMPRENSIÓN DE ERNESTO SÁBATO
Escribió Ernesto Sábato en un libro titulado “El otro rostro del peronismo” que nunca volvió a reeditar: “Aquella noche de setiembre de 1955, mientras los doctores, hacendados y escritores festejábamos ruidosamente en la sala la caída del tirano, en un rincón de la antecocina vi cómo las dos indias que allí trabajaban tenían los ojos empapados de lágrimas.
Y aunque en todos aquellos años yo había meditado en la trágica dualidad que escindía al pueblo argentino, en ese momento se me apareció en su forma más conmovedora.
Pues ¿qué más nítida caracterización del drama de nuestra patria que aquella doble escena casi ejemplar? Muchos millones de desposeídos y de trabajadores derramaban lágrimas en aquellos instantes, para ellos duros y sombríos. Grandes multitudes de compatriotas humildes estaban simbolizadas en aquellas dos muchachas indígenas que lloraban en una cocina de Salta.
La mayor parte de los partidos y de la “intelligentzia”, en vez de intentar una comprensión del problema nacional y de desentrañar lo que en aquel movimiento confuso había de genuino, de inevitable y de justo, nos habíamos entregado al escarnio, a la mofa, al bon mot de sociedad. Subestimación que en absoluto correspondía al hecho real, ya que si en el peronismo había mucho motivo de menosprecio o de burla, había también mucho de histórico y de justiciero.”
Cabe consignar que la comprensión de Sábato fue pasajera, pues posteriormente volvió a transitar a contramano, con rectificaciones oportunas.

EL CAMBIO EN  LAS RELACIONES  SOCIALES
Lo  cuenta José Pablo Feinmann a través de una anécdota personal en “Peronismo. Filosofía política de una persistencia argentina”, tomo 1, página 59: “En mi casa, que estaba en Belgrano R, en Echeverría y Estomba, en diagonal a la Iglesia de San Patricio, y que fue, para mí, niño de “los años privilegiados”, el hogar más cálido que jamás haya tenido, había una joven de nombre Rosario.
Rosario era lo que se llamaba “sirvienta”. Era muy buena. Era la cocinera. Otra señora se encargaba de la limpieza. Bien, voy a esto: el 26 de julio de 1952 muere Evita. Rosario estaba en la cocina. Dan la noticia por la radio. Rosario se pone a llorar. Yo estaba jugando a no sé qué juego de la época en el comedor. Creo que armaba  un Meccano o asaltaba un fuerte con unos soldaditos. Mi madre andaba por ahí. De pronto, no sé por qué alternativa del juego, yo me largo a reír. Y se oye la voz de Rosario: “Que no se ría  ¡Qué no le falte el respeto a la señora! Mi madre me pegó un mamporro durísimo y, en voz baja pero imperativa dijo: ¡Cállate! Salió corriendo para la cocina. Me acerqué, paré la oreja y escuché el diálogo. Rosario lloraba y a la vez decía: “Su hijo se está riendo, señora. Evita se murió y él se ríe. Se está burlando. Mi madre, con miedo trataba de calmarla: “Es un chico, Rosario. Está con sus juguetes. No sabe lo que pasa. La “patrona” tenía que darle explicaciones a la “sirvienta”. Eso era nuevo en el país”

LA COMPRENSIÓN DE HUGO YASKY 

Escribió en Página 12 del 9 de marzo: “Cómo no emocionarse. Cómo evitar las lágrimas, la piel de gallina, el estremecimiento. Cómo no querer fundirse, abrazarse, rezar, llorar y reír, como ríen los que se saben eternos, en esa marea roja de cientos de miles de venezolanos que en las calles de Caracas le dan el último adiós a su comandante, a su compañero, a su compadre, a su presidente, Hugo Chávez. Porque ahí está Chávez. En ese pueblo dolido, pero inconmovible.
Cómo no ver las transformaciones en favor de los humildes, de los olvidados por la oligarquía que antes de Chávez se quedaba con la renta petrolera, en aquella joven de rostro oscuro y remera roja que golpea dos veces su corazón con el puño cerrado al pasar frente al féretro.
Cómo no encontrar las misiones que llevaron los centros de salud a los barrios más pobres en esa anciana de piel curtida y arrugada que se resiste a dejar su lugar frente al cajón, que intenta dejar una última carta para su presidente.
Cómo no entender a aquella niña de anteojos gruesos y en silla de ruedas que es levantada en andas por dos guardias para que pueda verlo por última vez, si el plan de alfabetización coordinado junto a Cuba hizo posible que cientos de miles aprendieran a leer y a escribir, que los libros fueran tan baratos como comprar un diario.
Cómo no acompañar a todas aquellas madres que se toman de las manos y derraman esas lágrimas sin consuelo, si ellas y sus maridos y sus niños no saben de estadísticas, pero sí aprendieron que en quince años la desocupación bajó a menos de la mitad (del 15 al 7 por ciento), la pobreza extrema se redujo a casi una cuarta parte (del 26 al 7 por ciento) y la informalidad laboral descendió del 53 al 43 por ciento.
Cómo no entender la comunión del ejército bolivariano con el pueblo, su transformación de verdugo durante el Caracazo a ejército antiimperialista y garante de la voluntad popular, al ver a ese soldado que hace una venia histriónica y emocionada frente al cristal que lo separa de su comandante. Y a ese que se persigna. Y a aquel otro que llora. Y al de más allá que no se resigna ante la muerte y la odia, la escupe, la maldice.
Cómo no saber que en los rostros compungidos y al borde del llanto de Cristina, Evo, Correa, Pepe Mujica, Ortega, Lula y Dilma está la unidad latinoamericana que convirtió a Chávez en Chávez y a cada uno de ellos, también, en Chávez. Cómo no distinguir, mezclado entre todos ellos, a Néstor Kirchner.
Cómo no sentir que en estas calles vive la historia de las luchas de América latina. La militancia y la resistencia al neoliberalismo y a las dictaduras genocidas programadas desde el Norte. El rechazo al ALCA, a Bush (el que huele a azufre) y al rey de España (que quiso callarlo con la soberbia del monarca que aborrece la rebeldía del plebeyo). La construcción de la UNASUR, el ALBA y la CELAC. La mística del nuevo tiempo que vivimos en la Patria Grande.
Cómo no reconocer que aquí existe la fuerza necesaria para seguir, para enfrentar a los escuálidos, a los gorilas, a los cipayos, a las oligarquías de este continente que buscan atarnos al carro del imperialismo.
Cómo no distinguir, en algún lugar de este cielo triste, la sonrisa de Juan Domingo Perón, cuando decía que “para conducir un pueblo, la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo”.
Cómo hacemos, ahora, quienes tuvimos la oportunidad de compartir con Hugo Chávez Frías momentos memorables, hechos que nos van a dejar una huella profunda, para no romper en un solo grito: ¡Hasta siempre, comandante! Grito que es desahogo, pero también vida. Compromiso y militancia. Memoria y futuro. Por ahí también está Chávez.”

LOS CREYENTES DE BUENA FE
Lo escribió Eduardo de la Serna, del grupo de “Curas en opción  de los pobres de la Argentina”: “Debo comenzar con una serie de sensaciones personales, me parece que es justo: Nunca me consideré “chavista”, había cosas del Comandante que no me “cerraban del todo”: a lo mejor su estilo caribeño, exuberante; a lo mejor cosas que “sabía de oídas”; a lo mejor saber que algún teólogo de la liberación al que respeto enormemente era muy crítico. Sin duda alguna en las elecciones lo hubiera votado; no se me hubiera ni por asomo ocurrido votar a Capriles (no sé cómo puede durar un segundo más en el “Partido Socialista” Hermes Binner…o a lo mejor lo sé, porque también allí estuvo Américo Ghioldi)……. ¡Los pobres están en la calle, llorando! ¡¡¡Listo!!! Para mí está claro, y sin ninguna duda, dónde tengo que estar. Podré no estar de acuerdo con esto o con aquello, pero los pobres están llorando. Y mientras crea que allí estaría Jesús, no tengo dudas. El que nació en un pesebre, se anunció a pastores, predicaba a los pobres, comía con despreciados, elegía desclasados, y lo mataron como a un esclavo, ese no estaría ni en el hotel 5 estrellas de Las Termas, ni festejando en Miami. Estaría confundido con la gente, llorando. Puede ser que a Chávez le hubiera dicho “no peques más”, pero después de haberle dicho “no te condeno”.  Y mientras tanto, estaría llorando con los que lloran.” 

LA INCOMPRENSIÓN ETERNA


Donde el pueblo comprende que vive “el tecnicolor de los días gloriosos”, el poder percibe la decadencia, el despilfarro, el ascenso temido de los de abajo.  
Morales Solá, en La Nación del 8 de marzo descalifica la tarea revolucionaria inconclusa del siglo XIX enarbolada por Chávez como “la vana retórica latinoamericana.” Rivadavia que saboteó la gesta libertadora intentando sacrificarla en los intereses portuarios, no lo hubiera dicho en forma diferente.
El hito histórico del NO al ALCA, consumado con la complicidad notable de Kirchner y Chávez con el respaldo de Lula, un hito de indudable proyección histórica, una batalla de Ayacucho del siglo XXI, para el escriba de La Nación  interpreta bajo el título “Néstor, Cristina y Chávez, los trazos de una amistad inexplicable”: “ Kirchner hizo con Chávez cosas de política exterior de una gravedad que su esposa no repitió todavía. La cumbre americana en Mar del Plata en 2005. Uno hizo la cumbre y el otro la contracumbre. Poco después Chávez vociferó desde la Argentina contra Bush. Que estaba de visita en Uruguay. Kirchner ponía el lugar donde Chávez ubicaba su verbo encendido. Eran dos compinches haciendo travesuras de potrero. Pero Kirchner tiraba la piedra y escondía la mano…..Tal vez Chávez le enseño al kirchnerismo cómo fracturar la sociedad, echar jueces y perseguir al periodismo. También es cierto que esas son las recetas irremediables de cualquier populismo.” Bartolomé Mitre, que arrasó con el Paraguay y los caudillos populares  no lo hubiera dicho en forma diferente.
Por derecha, Mauricio Macri sostiene: “Esperamos que nosotros no sigamos nada de Chávez” abrazado a La Nación y Clarín  y el candidato del Frente Amplio Progresista, Hermes Binner, sostuvo que en la alternativa Chávez o Capriles hubiera votado por el candidato del poder económico, como si 66 años no hubieran pasado y perpetraría nuevamente los mismos errores de los socialistas juanbejutistas, apoyando a Tamborini- Mosca, la fórmula de la Unión Democrática en las elecciones de febrero de 1946.
Incluso un político que suele hacer algunos aportes interesantes como Rodolfo Terragno, aunque su paso por el gobierno de la Alianza fue de una notable opacidad, escribió en Clarín del 7 de marzo, el medio del cual es cada día es más tributario: “La herencia de Chávez no es una Venezuela más justa ni más independiente”.  Su confesión inicial permite entender su tergiversación: “Confieso que no tengo, para escribir sobre Hugo Chávez la necesario objetividad. Lo recuerdo conspirando desde los cuarteles, contra el gobierno democrático que nos salvó la vida. Me refiero al gobierno de Carlos Andrés Pérez…..” El caracazo que fue la respuesta a las medidas de ajuste de su protector ha quedado diluido en su memoria.
Mariano Grondona, el intelectual orgánico e histórico del establishment, en su poca digna senectud, donde los prejuicios reemplazan a los argumentos, escribió en La Nación del 10 de marzo: “El populismo exalta la irracionalidad.” 
El miércoles 6 de marzo, en los juicios por delitos de lesa humanidad en Córdoba, el asesino Pedro Vergez se puso a cantar en la audiencia “Viva la muerte de Chávez”. No estaba solo: muchos hicieron lo mismo en Miami, Caracas y Buenos Aires.
Los gobiernos populares tienen la virtud de desnudar la brutalidad de la derecha, las imposturas de muchas izquierdas y el falso concepto de democracia de muchos progresistas, penetrado del falaz republicanismo de aquellos que sólo lo recuerdan cuando gobierna el populismo.
Hacen oportuna aquella frase de William James:Un gran número de personas piensan que están pensando cuando no hacen más que reordenar sus prejuicios”

10-03-2013                  
Hugo Presman. Todos los derechos reservados. Para publicar citar fuente.