09 septiembre 2025

EL URNAZO*

 

Dicen que el general recordó este domingo lo que muchas veces advirtió: “Cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar el escarmiento.” Se comenta que Néstor escuchó las agresiones del Presidente, sonrió y comentó: “Qué te pasha Milei…¿estás nervioso?” 


Un día de sol con forma de urna, en la que millones de bonaerenses decidieron introducir su boleta para expresar pacíficamente una respuesta madura a la guerra que le declaró el gobierno nacional, en una exhibición bochornosa de crueldad, de bullying, de racismo, de desprecio y de infamia.

El urnazo. Un día de sol con forma de urna. Por la boca de la urna se asoma el chico con discapacidad sometido a colas interminables para demostrar que la pierna que perdió no le creció; el joven con parálisis cerebral que la medicina no logra curar, y que debe demostrar que sigue estando discapacitado. Todo para que al final, la motosierra le saque el subsidio arbitrariamente desde una planilla Excel. Asoman las caras con hambre de niños que acudían a los comedores y que la Ministra de Capital Inhumano Sandra Pettovello desabasteció con el pretexto que el comedor no existía por una auditoría inexistente. Ahí están asomando los niños con barbijos de las salas pediátricas del Garrahan desfinanciado, adonde parece que no llega Dios, o que lo hace a través de esos dioses humanos que son los médicos y enfermeros del principal hospital pediátrico de América Latina, con remuneraciones bajo la línea de pobreza. Por la boca de la urna no asoman las sillas de ruedas porque se fueron a través de las coimas para Karina y los Menem. Por la boca de las urnas asoman los científicos del Conicet, ahogados financieramente, insultados con entusiasmo por el gobierno, obligados después de luchar denodadamente a exiliarse muchos de ellos, sabiendo íntimamente que el futuro que se le amputa individual y colectivamente es también la del pueblo que invirtió en ellos y que juntos pueden acercarse a un horizonte promisorio.

Aparecen por la boca de la urna los trabajadores del INTI, del INTA, del INVAP, de la Comisión Nacional de Energía Atómica, del SENASA, del ANMAT, gritando desesperados mientras luchan y muchos son despedidos. 

Asoman por la boca de la urna los jubilados hambreados y reprimidos, los viejos locos de la Plaza de los Dos Congresos, la primera fila de la resistencia; los obreros cesanteados después de perder parte del poder adquisitivo de sus salarios; los negocios que bajan las persianas; las industrias estranguladas sobrevivientes, y las que cierran  por el consumo caído, el dólar atrapado y la importación desenfrenada;  los expulsados por los alquileres y que hoy viven en las calles; los veteranos que lucharon en Malvinas heridos por un Presidente que admira a la homicida de sus compañeros asesinados. 

Dentro de la urna está toda la Argentina moderna, la Argentina que bombardean que es un país de mierda, para debilitar su defensa cuando la quieren convertir efectivamente en un país de mierda. La Argentina que es un país con muchas de sus universidades ejemplares, con centros de salud del primer mundo, que fabrica automóviles, vacunas, reactores nucleares y satélites. Que fue la sociedad más igualitaria y culturalmente más desarrollada de América Latina. Derrotada una y otra vez en el intento increíble, hasta ahora absurdo, de enterrar al peronismo que constituye alrededor del 40% de los argentinos. Milei sosteniendo que venía a clavar el último clavo en el ataúd del peronismo, recoge la tradición de los aviadores que bombardearon Plaza de Mayo, los fusiladores, las proscripciones, y hasta los que desaparecieron y vejaron el cadáver de Evita y le cortaron las manos a Perón. Los que intentaron matar a Cristina Fernández y en juicios amañados y direccionados la encierran y le impiden ejercer cargos públicos a perpetuidad.

El urnazo. Un día de sol con forma de urna. Otra vez, afortunadamente, el subsuelo de la patria sublevada que revienta las urnas. No tiene la espectacularidad del 17 de octubre ni del Cordobazo. No es la conmoción, movilización, la represión y los muertos del 19 y 20 de diciembre del 2001.

Son urnas llenas de dolor, colmadas de las lágrimas de las injusticias múltiples, de los insultos recibidos como el del multimillonario Marcos Galperín que afirma que “el kirchnerismo es una enfermedad mental” o desde el Presidente acusándolos de termos, orcos, marrones, kukas, eufemismos de cucarachas a las que se las aplasta para destruirlas. Son nuevos estigmas para viejos agravios: descamisados, cabecitas negras, gronchos….  

Son urnas llenas de dolor, colmadas de las lágrimas, de la privación de los remedios a los enfermos oncológicos, muchos de los cuales ya murieron. Es el padecimiento inenarrable de sus familiares. De los muertos por el fentanilo. Es Ian Moche, el niño de 12 años que padece autismo, al que el presidente confronta y deja abierta la puerta para que sus brigadas de esbirros mediáticos como manga de langostas se lance a denigrarlo a él y a su madre. 

Son urnas llenas de dolor, colmadas de las lágrimas, de la impotencia de las injusticias exhibidas y celebradas. No hay plata, pero se bajó el impuesto a los bienes personales, mientras se pasaba la motosierra sobre los más desamparados. Son los intereses que se devengan mensualmente de un endeudamiento febril,  que significan cuatro veces más que el monto abonado por jubilaciones y pensiones, pero no se puede aumentar a los jubilados porque quiebra el modelo. Los que lo promueven son para el gobierno degenerados fiscales y genocidas.

Son urnas llenas de dolor, colmadas de las lágrimas, que mientras se eliminaba el Impuesto País que gravaba desde la compra de dólares a las importaciones, simultáneamente para compensar, reducía significativamente los remedios gratis a los jubilados.

Son urnas llenas de dolor, colmadas de lágrimas, de la discriminación hacia las mujeres, las minorías sexuales, de la identificación falaz de la homosexualidad con la pedofilia. 
 Son urnas llenas de dolor, colmadas de lágrimas, contra el uso denigrante del Nunca Más, usado como provocación electoral contra el kirchnerismo, de un gobierno que intenta reivindicar el Terrorismo de Estado, enaltecer a los genocidas y destruir las pruebas de los delitos 

Son urnas llenas de dolor, colmadas de lágrimas, contra el cine argentino, el teatro, los clubes de barrio, las bibliotecas populares  
Son urnas llenas de dolor, colmadas de lágrimas, hartos de un gobierno construido sobre una estafa monumental, mentiras impúdicas, cifras fantasmales, autoelogios superlativos que celebra la destrucción y la muerte de otros argentinos. 

Son urnas llenas de dolor, colmadas de lágrimas, pero también de resistencia y lucha.
Emerge un ganador y posible alternativa que fue el único gobernador que se opuso y planteó una alternativa al modelo demencial de Milei: Axel Kicillof, que lo hizo cuando muchos gobernadores de todas las tendencias, senadores y diputados “colaboraban” con la gobernabilidad de la demolición, concediéndole facultades delegadas a alguien que exhibía como mérito sus desequilibrios y desmesuras.
Pero dentro de la alegría inmensa, que cuando es popular es radiante y conmovedora, de este domingo cercano a la primavera, vale alertar que así como en el 2023 más que ganar Milei, perdió el peronismo, hoy más que ganar el peronismo, perdió Milei. 
Se ha ganado una batalla muy importante pero la victoria necesita aún tiempo, programa, relato y sueños que enamoren. 

Un día peronista con forma de urna. El urnazo. Un no al endeudamiento, a la dependencia, al gobernar para los poderosos, un país reseteado para los sectores más ricos del campo, la minería, la especulación financiera. Un país que se intenta modelar colonial, al que se le quiere imponer una cultura del medioevo.

No lo van a conseguir, más allá de lo mucho que han demolido. Desde el fondo de la historia se vuelve escuchar a Perón: “Cuando los pueblos agotan su paciencia hacen tronar el escarmiento” El gobierno de Milei entra en la dimensión desconocida, inmerso en la crisis que diseñó, una economía que destruyó, de la cual ha quedado prisionero, sentado sobre una bomba financiera. Su sustentabilidad está en duda y sus mandantes también empiezan a dudar. Tal vez le intervengan el gobierno con o sin Milei.
Se escucha decir a Néstor Kirchner: “Qué te pasha Milei…¿estás nervioso?” 

8-09-2025

 *Publicado en La Tecl@ Eñe, Diario Registrado   

06 septiembre 2025

EL ÁRBOL Y EL BOSQUE*



El gobierno tiene un ataque con alto poder de daño, pero una defensa endeble. Donde le entra un golpe, vacila y se desplaza desconcertado sobre un ring del que se cree propietario exclusivo. Ese cuadrilátero que se había apropiado a fuerza de insultos, improperios y propagación del odio, de la mayoría de los legisladores. Disciplinando precisamente desde el odio combinado con la represión. Exhibiendo una crueldad orgullosa e irritante. Lanzando sus brigadas digitales inescrupulosas, conformadas por un seleccionado de primates. En términos boxístico el gobierno tiene una mandíbula de cristal. El karinagate lo dejó groggy, sin capacidad de reacción. El audio del Director Nacional de Discapacidad Diego Spagnuolo, amigo y ex abogado del Presidente, sosteniendo claramente que la Droguería Suizo Argentina era la encargada de concentrar la recaudación de las coimas de los laboratorios por las compras que la Dirección Nacional de Discapacidad realiza con sobreprecios, y esas diferencias eran remitidas hacia Karina Milei y Lule Menem. Ahí el sacrosanto superávit fiscal por los mayores precios pagados se lo deja de lado si es para enriquecer a los abanderados de la lucha anticorrupción. Someter a los discapacitados a penosos trámites, despojarlos a cientos de miles de ellos de su magro subsidio, mediante el miserable recurso de enviarles la citación para presentarse a domicilios equivocados, con lo cual al no enterarse y por lo tanto no presentarse, perdían automáticamente el subsidio, al tiempo que se premiaba a los empleados que realizaban esa tarea en función al número de subsidios que eliminaran. La auditoría era la máscara para ajustar y recortar con motosierra a los discapacitados, congelar el pago a los prestadores obligados a desertar y al mismo tiempo robarles, un mecanismo tan perverso que ni siquiera   la impudicia y crueldad de un gobierno que ha atravesado todos los límites de perversidad podía enfrentar sin consecuencias. El objetivo era dar de baja 600.000 discapacitados, posiblemente una exigencia del FMI, que un gobierno genuflexo con los poderosos cumple con orgullo insuperable 
 En el tercer discurso posterior a la revelación del Karinagate, realizado en la Bolsa de Comercio de Rosario, el Presidente lo inició con un prólogo que incrementó expectativas. Afirmó: “Deseo dar las gracias por haberme invitado a esta disertación. Me llena de orgullo y de honor poder estar aquí y conversar con ustedes sobre un tema que yo creo que es muy importante y sobre el cual hay mucho debate.” El auditorio contuvo el aliento esperando que el Presidente diera la esperada explicación del Karinagate, pero el presidente continuó: “la volatilidad de la tasa de interés”. La imagen se superpuso con otra protagonizada por el ex Presidente Fernando de la Rúa, un cuarto de siglo antes, cuando a fines del 2001 se encubaba una crisis memorable, en el Congreso se ventilaban las coimas, el vicepresidente había renunciado, las urnas habían demostrado un anticipo del “que se vayan todos”,  la conductora Susana Gimenez le preguntó sobre lo que más le preocupaba, y ante la sorpresa generalizada, el presidente que unos meses más tarde huiría en helicóptero respondió:  “En el país pasan cosas “inéditas”,  quiero decir que se acabará la merluza”. Funcionarios como el Ministro de Economía, el endeudador serial Luis “Toto” Caputo y dirigentes cómplices como María Eugenia Vidal sostienen que el incremento de los discapacitados de 75000 en el 2001 a 1.190.013 en el 2025 es insostenible porque la argentina no padeció ninguna guerra. Omiten tendenciosamente para justificar el apoyo a la motosierra y darle veracidad a la falsedad que la mayoría de los subsidios por discapacidad son truchos, es que en el 2001 había un cupo de subsidios por discapacidad de 75.000 subsidios y que sólo se podía obtener el mismo si había una baja o una muerte. En los 24 años posteriores se eliminó el cupo y se fue ampliando con todos aquellos que reunían los requisitos para obtener el certificado de discapacidad. En España por ejemplo el número de discapacitados alcanza al 5% de la población. Argentina está aún lejos de esa cifra. 

 


El gobierno de Javier Milei construido sobre estafas múltiples donde la mentira adquiere dimensiones colosales, podría decirse, imitando el lenguaje grandilocuente del presidente, es la mayor de la historia. Al término de 20 meses, la economía está en recesión, el consumo cae mes a mes, las empresas cerradas superan las de la pandemia, el superávit fiscal es un pase de magia truculento, el Estado se endeuda criminalmente para sostener un dólar ficticio e intentar ganar una elección de medio termino, las tasas de interés vuelan, las familias se endeudan, la situación financiera es una bomba de la que solo se desconoce la fecha del estallido, el default asoma en el horizonte,  mientras la devaluación inexorable tiene como aspiración gubernamental de máxima concretarla después de las elecciones nacionales de octubre.  

Sobre ese escenario detona el karinagate. El gobierno despide al denunciante, con más de ochenta ingresos entre Olivos y Casa de Gobierno, y ampara a los denunciados. El Presidente tan rápido para insultar a cualquiera que no coincida con sus dogmas y prejuicios, se muestra insólitamente recatado, prudente en el caso de Spagnuolo como había sucedido con sus cómplices del caso Libra. Incluso, más allá de sus amenazas, no denunció judicialmente a Spagnuolo. La primera semana intentó negociar, persuadir que se retracte, ofrecerle abogados. Agotadas estas etapas se espera no irritarlo para que no se presente como colaborador arrepentido que podría hacer estallar al gobierno. Mientras tanto los teléfonos del abogado denunciador han sido invalidados como fuente de información. 

El clima en la Casa Rosada es tenso. El columnista de La Nación Jorge Liotti lo describe: “Si la revelación de los audios de Diego Spagnuolo había dejado al gobierno en estado de shock en los primeros días, la posterior reconstrucción de los hechos que hicieron varios actores le dio paso a una fase más profunda: la de quiebre interno, el desbarranque espiritual….Hay jornadas en la que parece que todo va a estallar por los aires porque no hay un actor ordenador. Porque más allá de la estrategia de la negación pública a la que se aferró el discurso oficial, había funcionarios que sabían que el extitular de la Agencia de Discapacidad (Andis) venía comentando sus penurias con el esquema de contratación de la droguería Suizo Argentina, y otros tantos estaban enterados de la existencia de los audios. Durante meses se incubó debajo de la mesa presidencial la bomba que ahora terminó de estallar sin que se activara ningún mecanismo preventivo, una falencia que la gestión libertaria viene exhibiendo con una extraña vocación por la reincidencia. En un período de tiempo que va desde el fin del verano hasta las primeras semanas de otoño, Spagnuolo mantuvo una serie de charlas reservadas en las que al menos a tres personas distintas del Gobierno les comentó el esquema de coimas que supuestamente regía en su dependencia. A una de ellas le dijo: “Se están llevando 800.000 dólares en mi cara”, a lo que el funcionario que lo escuchaba, en claro conocimiento de la situación, le respondió: “No, se están llevando dos palos”

La droguería Suizo Argentina de la familia Kovalivker pasó de tener contratos con el Estado Nacional en todo el 2024 de $3898 millones incrementándose a $108.299 millones sólo hasta agosto de este año. Hay distintos ministerios involucrados, organismos como el PAMI y los nombres de Karina y los Menem se repiten. La actitud de la empresa es de absoluta falta de colaboración con la justicia a pesar que el Código de Ética de la Compañía como lo reveló el periodista Sebastian Lacunza dice: “Suizo Argentina mantiene una política de tolerancia cero con respecto a los actos de soborno y corrupción… no sólo porque es nuestro deber legal hacerlo, sino también porque apoyamos el compromiso que asumimos para llevar a cabo nuestro negocio con ética y honestamente”,

La agudeza e ironía popular se ha apropiado del 3% con destino a Karina y ha pasado a integrar el lenguaje callejero y la calificación de coimera es una adjetivación que la involucra desde que su hermano apareció en el escenario público con proyección política. A su vez, Diego Spagnuolo no es un héroe sino un cómplice con un trato brutal hacia los discapacitados, al frente de un cargo para el cual carecía de capacidad y que llegó por ser amigo y abogado de Milei. Trató a los discapacitados, en el Boletín Oficial, de idiota, débil mental, imbécil, y retardado, sosteniendo, por otra parte, que eran las familias las que debería hacerse cargo de los discapacitados y no el Estado. Nunca comprendió porque un discapacitado podía tener “el privilegio” de no pagar peaje o tener libre estacionamiento. Un funcionario digno de este gobierno que se regodea en la crueldad. Capaz de contar con un diputado como Agustín Romo, jefe de la bancada por la Libertad Avanza de la Provincia de Buenos Aires, que ante el insólito rechazo del juez del reclamo del niño Ian Moche, con autismo, de que bajara un tweet presidencial que le asignaba una adscripción política partidaria, retuiteo a un descerebrado libertario: “‘La tenés adentro, autista boludo, y tu vieja también’”. El funcionario paraoficial Daniel Parisini, el impresentable Gordo Dan, abrazado y elogiado por el Presidente, que conduce el programa “La Misa” en la Plataforma Digital Carajo de la que es socio y donde concurren frecuentemente el Presidente y todo su equipo económico, ante el voto del aliado y amigo de Milei, el senador Luis Juez, contra el veto de Milei, twitteo con “la elegancia” que lo caracteriza: “Luis Juez acabó dentro de una mujer que no era su esposa y tuvo una hija. No se hizo cargo de la nena hasta que la justicia lo obligó. Y ahora la usa para hacer política poniéndole palos en la rueda al plan para sacar de la miseria de los argentinos del Presidente Milei”. Luis Juez tiene una hija con parálisis cerebral

Aunque se ha escrito y se seguirá escribiendo para interpretar como una buena parte del pueblo argentino decidió votar por una alternativa suicida, con personajes que parecen del Medioevo, cabe la reflexión de Lucas Romero, director de Synopsis Consultores, publicada en el diario El Cronista: “Por más enojados que estemos con el piloto del avión, a ninguno de los pasajeros de la aeronave en su sano juicio se le podría ocurrir sacar al piloto de la cabina y poner allí a un pasajero que sin ser piloto nos diga que cree que puede pilotar el avión.”

Además, si ese piloto tiene como referente a sujetos como Murray Rothbard, a quien suscribe sin beneficio de inventario en textos como este: “En una sociedad libre ningún ser humano tiene la obligación legal de hacer nada por otro, ya que esto violaría sus derechos. Un padre no debería tener ninguna obligación legal de alimentar, vestir ni educar a sus hijos, ya que esta le quitaría al padre sus derechos….Los padres deberían tener el derecho legal de no alimentar a sus hijos, es decir, dejarlos morir……Si un padre es dueño de su propio hijo – con la responsabilidad de no agresión y la libertad del niño de escapar- entonces también puede transferir esa propiedad a otra persona. Darlo en adopción, o vender los derechos del niño, en un contrato voluntario” (La ética de la libertad) citado por Carlos Rozansky en su libro “De Hitler a Milei”


EL GOBIERNO EN SU LABERINTO



El comportamiento habitual del presidente escapa el ámbito de la política y entra en el análisis de un Congreso Mundial de Psiquiatría. Acusa de chorros a todos, mientras las denuncias de coimas involucran a su hermana que no es meramente su hermana sino es la Secretaria General de la Presidencia y virtual presidenta.  Habla contra la casta política y su gobierno está integrado por la casta. Fabrica números irreales de bienestar económico, se regocija de su crueldad, se ensaña con jubilados, enfermos oncológicos y discapacitados, ignora a la industria, reduce la economía a lo financiero, desconoce la producción, solo concurre a reuniones empresariales, visita mucho más a EE. UU que a cualquier provincia argentina y en 20 meses no ha construido una escuela, un hospital ni un camino. 
Hay comportamientos que escapan a la elemental lógica política y de justicia elemental: hacerle bullying a un niño de 12 años autista, retuitear un comunicado de la droguería acusada de recaudar las coimas que lo involucran, regalarle a un chico de 10 años que lo admiraba y al que excepcionalmente recibió en Casa Rosada, los libros de economía que escribió, o regalarle al Papa Leon XIV libros de su admirado Jesús Huerta de Soto en los que considera que el Papa es el maligno en la tierra. En medio del delirio de su seleccionado de colaboradores, su Ministra de Seguridad reitera la existencia de un complot ruso-venezolano- iraní, de dos bancos nacionales, uno de origen chino, la AFA, los periodistas Jorge Rial y Mauro Federico, y sigue la lista, sin dar una sola prueba, y después que no advirtiera la presencia de un empresario de Singapur que se fotografió con el Presidente con nombre falso y que no se enterara que el vicepresidente de Irak hizo turismo en la Argentina. Pero eso sí, los miércoles se desquita pegándoles a los jubilados o reprimiendo periodistas y fotógrafos.  Mientras los negociados cercan a su hermana, la necesidad de protegerla no solo judicial sino políticamente, producen la imposibilidad que cuando la situación se torne insostenible pueda saltar el fusible que es Karina. Sin la hermana, Milei no puede ser presidente.
A su vez Karina tiene extrema dependencia de Martin y Lule Menem. De manera que, sin llegar al dramatismo anterior, Karina no quiere y aparentemente no puede deprenderse de los Menem. Si esto permanece solidificado, es una instalación sin fusibles. 
A su vez, el poder económico que había encontrado el personaje desequilibrado para cumplir su sueño de terminar con el empate hegemónico que sin embargo venían ganando por goleada, cree que el fundamentalismo mesiánico de Milei lo llevan a una destrucción generalizada a la que difícilmente escapen. Ahí empieza cierta toma de distancia de imprevisibles consecuencias, atravesado por el resultado de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires.  . 
Lo que sí es posible pronosticar es que la repetición de las políticas de las 4 M, Martinez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei, con diferentes extensiones de tiempo, termina en la doble D: devaluación y default.  Con un país mucho más pobre, con otra doble D: Destruido y más Desigual 

EL ÁRBOL Y EL BOSQUE 

La corrupción iluminada, con lo criticable que resulte, es apenas un cubito al lado del iceberg del proyecto colonial de entrega y sumisión. Si recordamos que el decreto 70-2023 que la Corte no se pronuncia sobre su constitucionalidad, aunque sea ahora tarde, las facultades delegadas a un desequilibrado con motosierra, la ley RIGGI, todas escritas en los grandes estudios contratados por las grandes empresas encierran una corrupción mayúscula de proporciones monumentales. Como en el teatro, la iluminación hace visible lo que el director programa y deja fuera del ángulo de observación lo que permanece en penumbras. El árbol de esta ignominiosa corrupción no puede dejar oculto el bosque de la corrupción mucho menos explícita que ata al país a la dependencia programada y a la mayoría de su población a la miseria planificada.
El autor de esta nota no hace habitualmente análisis por la mirilla de la corrupción, sin dejar de criticarla y cuando puede y tiene elementos, denunciarla. Pero siempre tengo presente una frase de Carlos Marx: “En la naturaleza como en la historia, la podredumbre es el laboratorio de la vida”

06-09-2025 

Publicado en La Tecl@ Eñe, Diario Registrado        

05 septiembre 2025

La verdad sobre el caso del régimen Milei

El régimen de Milei funciona como un experimento hipnótico: sustituye la realidad por simulacros, la fe por la evidencia y los intereses públicos por negocios y negociados.                      
 
AGOSTO 28, 2025 REVISTA ZOOM /  POR  ERIC CALCAGNO

En efecto, le pedimos prestado el título a Edgar Allan Poe, quien nos regaló en 1845 “The facts in the case of M. Valdemar”, publicado en diciembre de ese año tanto en el American Review como en el Broadway Journal. Resulta que el Sr. Valdemar, aquejado de una tuberculosis terminal, accede a ser hipnotizado en el trance mismo de la agonía. En la cama yace ahora un cadáver que habla. En esa perspectiva, y como lo escribiera Julio Cortázar en la traducción de Poe, “…no pretendo considerar motivo de asombro el que el extraordinario caso del” régimen de Milei “haya suscitado discusión. Hubiera sido un milagro que no lo hiciera, dadas las circunstancias”. Cambiamos Valdemar por “régimen” (queremos tanto a Edgar), y vayamos a las circunstancias.

Al principio de la hipnosis fueron los insultos, que ocuparon el lugar de los argumentos. Son demasiado conocidos como para repetirlos aquí, aunque Poe apunta “que el sonido consistía en un silabeo clarísimo, de una claridad incluso asombrosa y aterradora”. Luego fueron los instrumentos, que ocuparon el lugar de los objetivos. Por cierto, no era la primera vez. Ya había existido el Consenso de Washington, que recetó cómo transformar el Estado de Bienestar en un lucrativo asunto entre privados. Pero por entonces la narrativa dominante pretendía una indiscutida e indiscutible base técnica, a la manera de un infalible menú para el desarrollo que suplantara los proyectos estructuralistas de décadas pasadas. Los objetivos ya no eran el Bien Común, el desarrollo industrial, la distribución del ingreso sino el equilibrio fiscal, las medidas contra la inflación y la privatización generalizada de los bienes y servicios públicos. Pusieron como axiomas indiscutibles hipótesis que había que demostrar. Pero no funcionó, lo que era previsible. Tan lejos de la realidad como esa perspectiva, el actual hipnotismo está basado en el mesianismo. Ya no hay nada que probar: es una cuestión de fe. Y los que dudan son herejes. En la constelada economía nacional brillan las estrellas de los perros de Milei. Astros fijos en el firmamento de la empuñadura del bastón presidencial. Ah, los instrumentos son los mismos, pero esta vez están justificados, amparados y legitimados por las fuerzas del cielo. El superávit fiscal adquiere características de imperativo moral. Quien lo discuta sólo puede ser un “degenerado fiscal”, como si tal cosa existiese.

Después viene el simulacro, que ocupa el lugar de la realidad. “Hemos sacado a doce millones de argentinos de la pobreza”, “hemos controlado la inflación”, “la economía argentina crece”, “los niños comen” son algunos de los mantras que repiten desde el régimen y que propalan los medios. Sin embargo, los hechos son tercos. Es patente la utilización generalizada del poder estatal en la transferencia de ingresos de los sectores populares a las élites, cuando vemos que bajan los consumos de primera necesidad y crecen las compras suntuarias en autos de lujo y viajes al exterior. Para no hablar de las retenciones cero a la minería, por ejemplo. El desmantelamiento de todo lo que tenga que ver con la producción y distribución de conocimiento afecta las capacidades de existir como sociedad. El ataque a toda forma de salud pública, desde la precarización de los trabajadores hasta el abandono de vacunas, afecta las condiciones de vida como personas. El deterioro de las instituciones políticas, que ya existía, adquiere una nueva dinámica de ridiculización, cuando no de sabotaje y vaciamiento, con el fin de bloquear cualquier opinión ciudadana. Y en caso de manifestación callejera, entonces aparece el aparato represivo, que actúa de manera arbitraria con medios desproporcionados. Hay que sembrar el terror. El odio legitimado hacia lo distinto, las mujeres, los pobres anula cualquier rasgo de afecto social, sin el cual nada es posible.

Estos son los resultados del Decreto 70/23 y de la Ley Bases, que establecieron de facto una nueva constitución para la Argentina. Y las constituciones, lo sabemos desde Ferdinand Lasalle y Arturo Sampay, reflejan las relaciones de fuerza dentro de una sociedad en un determinado momento. Se dijo con razón que cada artículo de esos textos fue redactado por y para grandes empresas, potencias extranjeras o ambas a la vez. La suma del poder público ha sido privatizada, con el agrado de una Corte cada vez menos Suprema. Y dos años sin presupuesto votado. “No bastaba esto para satisfacerme, sin embargo, sino que continué vigorosamente mis manipulaciones, poniendo en ellas toda mi voluntad, hasta que hube logrado la completa rigidez de los miembros del durmiente, a quien previamente había colocado en la posición que me pareció más cómoda. Las piernas estaban completamente estiradas; los brazos reposaban en el lecho, a corta distancia de los flancos. La cabeza había sido ligeramente levantada”, nos refiere Poe.

Así, los monopolios locales e internacionales fijan precios y cantidades desde lo material hasta lo simbólico. Son los dueños. Para ellos la Patria es un plan de negocios. Nombran gerentes en los puestos de decisión pública, que llamaremos adueñados. Por eso, el contrato social realmente existente entre los dueños empresarios y los adueñados políticos es que los dueños se llevan los negocios y a los adueñados les tocan los negociados. De algún modo es comprensible, los testaferros del poder real viven de la intermediación, de las comisiones por venta de activos públicos, las coimas en la concesión de servicios públicos, las compras del Estado y los porcentajes producidos por el endeudamiento externo, entre otros.

En este esquema, el endeudamiento externo es fundamental la coordinación entre dueños y adueñados, encargados de proveer los dólares que precisan los especuladores para la “bicicleta financiera”, cuya comercialización merece el noble nombre de “carry-trade”. La genialidad del negocio es que esas divisas son tomadas a nombre de la República Argentina para abastecer la timba privada. De tal modo y como suele suceder, cuando el esquema Ponzi termina en el derrumbe, los beneficios están a salvo en las off-shores y al pueblo le queda la obligación moral de pagar la deuda contraída por los criminales. Por eso es preciso el Estado, que debe ser reducido a ser el garante de la deuda. Dicen que el superávit fiscal es necesario, no sabemos si eso detiene la inflación, pero sirve para conseguir plata que pague el endeudamiento. Allí van a parar todos los recursos que sacan del cuerpo social. Como el sistema es insostenible y cae cada tanto -los ciclos plata dulce, recesión, crisis- el Estado debe asegurar la socialización de las pérdidas y de la privatización de las ganancias en los momentos de zozobra. “Volvimos por la tarde a ver al paciente. Su estado seguía siendo el mismo. Discutimos un rato sobre la conveniencia y posibilidad de despertarlo, pero poco nos costó llegar a la conclusión de que nada bueno se conseguiría con eso. Resultaba evidente que hasta ahora, la muerte (o eso que de costumbre se denomina muerte) había sido detenida por el proceso hipnótico”.

Es un sistema que funciona, aunque tiene debilidades. La mayor de ellas es la voracidad de los adueñados por parecerse a los dueños. Si ejercen la intermediación como modo de financiamiento, una forma de proxenetismo político, tratarán de aumentar la cantidad de intermediaciones posibles, sin que nada importe. ¿Es necesario destruir las rutas argentinas para privatizarlas después? No importan los accidentes fatales. ¿Hay que desfinanciar la salud para promover los negocios privados? Que se muera el que no pague. Afuera los medicamentos oncológicos, afuera los cuidados, afuera cualquier forma de asistencia al prójimo que no pueda convertirse en negociado. El problema es que si los miles de millones de dólares con los cuales tanto Macri como Milei han endeudado a la Argentina son números demasiado grandes como parecer reales, el reciente escándalo de “las coimas del ANDIS”, unos 800.000 dólares por mes, es algo tangible, sobre todo cuando los adueñados tienen nombre y apellido. Es algo real, existe. Así como sucedió con el fentanilo adulterado, que en una perfecta metáfora del mileiato, fue inyectado como calmante y en realidad era veneno en más de cien personas y contando. ¿Controles? ¡Afuera! Fenómenos como estos hacen tambalear -un poco- la estructura del poder real. Conseguidos nuevos negocios, ampliados otros, blindados todos (pues la jurisdicción es extranjera) molesta el ruido de los adueñados en la pelea por las migajas. No hay nada nuevo, ya pasó en los noventa cuando la victoria de la Rúa se basó en la hipnosis de tener “convertibilidad sin corrupción”.

¿Tendremos mileísmo de buenos modales?

Igual será el modelo liberal, neoliberal, libertario, que para ahorrar palabras llamaremos oligárquico, ya que concentra el poder en pocas manos. Fue a sangre y fuego en la dictadura; en un lecho de Procusto con la convertibilidad en los noventa; con la desesperación del macriato y el delirio místico del régimen de Milei. Por ello la pertinencia de la hipnosis, que permitirá creer en cosas que no se verán, ya que no se ven porque no existen. De allí la importancia de provocar una alucinación colectiva, ayudada por los monopolios privados de la comunicación, más manipuladora que el amigo hipnotista del Señor Valdemar, aunque con similares efectos. Pero todo tiene un final, ya sea por la movilización popular o por la incapacidad del régimen en durar, puesto que negocios y negociados son rentables pero carecen de sustentabilidad. Todo sistema basado en el endeudamiento dura hasta que les dejan de prestar. El despertar del muerto hipnotizado no es agradable: “todo su cuerpo, en el espacio de un minuto, o aún menos, se encogió, se deshizo… se pudrió entre mis manos. Sobre el lecho, ante todos los presentes, no quedó más que una masa casi líquida de repugnante, de abominable putrefacción”. Una vez desechado el experimento libertario, ¿de quién será el moribundo cuerpo político-partidario que el establishment habrá de acostar para hipnotizarlo? ¿O acaso romperemos ese maleficio macabro?

04 septiembre 2025

PROGRAMA EL TREN DEL 2 DE SEPTIEMBRE DEL 2025


El martes 2 de septiembre del 2025 se subió a EL TREN, en la segunda hora, Claudio Katz, Doctor en Economía, docente universitario, autor de “El porvenir del socialismo”, “Las disyuntivas de la izquierda en América Latina”. Integra el grupo de “Economista de izquierda EDI)” y es asociado regular de la cátedra “Economía para historiadores” de la Facultad de Filosofía y Letras. Un viaje intenso con reflexiones profundas. Algunas de las recogidas: “Hay una herida muy fuerte”, “Robar a los discapacitados parece ser la gota que desborda el vaso”, “Hay cambios en el humor social”, “Lo de Karina parece ser algo similar a los bolsos de López”,  “La película recién comienza”,  “ Gobierno desgastado atravesada por una interna feroz”,  “Son internas diferentes a las de Menem y a las de Macri”, “Macri maneja la justicia, tal vez por eso se aceleran los tiempos”, “Milei perdió el Congreso y a los gobernadores”, “Se quiere marchar hacia un gobierno autoritario del tipo Perú”, “Se le están yendo los medios afines”, “No ase produjo un movimiento como el 19 y 20 de diciembre”, “El elemento definitorio son las elecciones”, “Una buena elección del gobierno produciría la cohesión de la alianza de los distintos sectores oportunistas del gobierno”, cohesionaría la banda”, “Ante el fracaso económico de Milei se va al default de la deuda o a un reseteo de Milei”, “Hay una presión del poder económico sobre Milei, de cambiar este rumbo hacia el precipicio”, “Karina trajo a los Menem por la experiencia de estos en robar”, “O los sacan o el poder económico le interviene el gobierno”,  “El discurso de Milei degrada al país”,  “Los empresarios prefieren empresas chicas sin sindicatos que grandes con sindicatos”. Apenas algunas de las muchas consideraciones en un recorrido sin desperdicios.



En la primera hora, el programa abordó la situación de un gobierno acosado por los audios, sin capacidad de respuesta, con el humor popular erosionando al gobierno de los hermanos Milei. La febril imaginación de la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich que denuncia una conspiración rusa-venezolana-Bindi- AFA. La capacidad de la Ministra por transitar el ridículo. Algunos de sus antecedentes insólitos. El clima que se vive en la Casa Rosada. Comportamientos insólitos de Javier Milei. Cuatro ejemplos

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02 septiembre 2025

¿Dónde está el piloto de este gobierno?

 

                                                                          Lucas Romero

                                                                       Jueves 28-08-2025

El piloto. Javier Milei afronta el desafío político, además de controlar la economía. | captura video

Richard Neustadt, uno de los politólogos que más estudiaron la presidencia de los Estados Unidos y que retrató buena parte de esa sabiduría en su gran obra Presidential Power, uno de los libros más influyentes sobre liderazgo político, solía decir que nos gusta pensar al presidente como el hombre que toma decisiones, pero la mayoría de las decisiones que toma no son exclusivamente suyas, sino el producto de su poder para persuadir a los demás para tomarlas.

Siguiendo esa línea, uno podría decir que el liderazgo presidencial no depende tanto de las ideas del Presidente, sino de su capacidad para tomar decisiones, ya que la única forma de que las ideas produzcan los cambios deseados, es que estas se transformen en decisiones colectivas. Allí radica la razón de ser del liderazgo presidencial.

Los regímenes presidencialistas son por naturaleza regímenes en donde el liderazgo suele concentrarse más en una persona que en un conjunto de individuos (el partido o la coalición de gobierno). El presidente es quien define el rumbo del gobierno, y para ello requiere disponer una serie de habilidades y destrezas que son sumamente necesarias.

El liderazgo presidencial no viene dado con el cargo. Si bien se puede desarrollar, es necesario que haya cierta materia prima insoslayable para desarrollarlo. Pero, por sobre todas las cosas, es un liderazgo que se debe desear tener, porque, como dice aquel viejo refrán, más hace el que quiere que el que puede.

Pero hay otra particularidad del liderazgo presidencial, y es que es un liderazgo mediante el cual se ejerce un rol político. No hay liderazgo presidencial si no se asume que se ejecutará un rol político. Es decir, una tarea que consistirá en convencer a una mayoría de tomar una decisión, que es precisamente la tarea que desarrolla todo político.

¿Se puede tener liderazgo presidencial si no se desea asumir un rol político? La respuesta es: no. No es posible ser presidente y al mismo tiempo no querer ser un político, porque la naturaleza de ese cargo es esencialmente política. No se es presidente para demostrar que se tienen ideas, se es presidente para producir decisiones colectivas que se crean necesarias para resolver los problemas de la gente. Si lo que se busca es reconocimiento intelectual o premios, el ámbito para buscarlo es otro.

Dicho todo eso, uno podría preguntarse: ¿hay en Javier Milei un liderazgo presidencial? ¿Quiere Milei producir decisiones colectivas o simplemente quiere que le den la razón? ¿Quiere Milei ser un político o simplemente quiere seguir siendo un economista? ¿Quiere Milei persuadir a los demás de lo que piensa, o solo reclama que los demás piensen como él? Todas estas preguntas son centrales para entender la naturaleza de este proceso político, porque si las respuestas son negativas, entonces estamos en un problema, porque el liderazgo presidencial es necesario y es indelegable.

Algunos podrían sostener que estas dudas carecen de fundamento. Sin embargo, si uno repasa el discurso que dio Javier Milei ante las Naciones Unidas el año pasado –primera vez que el Presidente se dirigía al mundo en ese ámbito tan especial–, él allí se presentó diciendo con convicción: “Yo no soy político, soy economista”. ¿Puede realmente sostener eso alguien que se postuló para ocupar el cargo político más relevante del país?

Es cierto, en un contexto en el que la sociedad argentina viene expresando un profundo enojo hacia la clase política, resulta comprensible que Milei, por estrategia, prefiera no ponerse ese sayo. Pero también es cierto que, en la práctica, ese sayo no puede quitárselo. No solo es un político, sino que, desde el comienzo de su gestión, iba a necesitar de la mejor práctica política para intentar resolver el desafío que más lo desvela: el económico.

Este ciclo nos ha dado sobradas muestras de que este es un gobierno que carece de praxis política, es decir, de capacidad de llevar adelante el conjunto de acciones necesarias para producir decisiones. Esa carencia no debería sorprender, Javier Milei llegó al poder con dos diputados, sin ninguna experiencia ejecutiva en la administración de la cosa pública y sin un equipo de personas y profesionales que tengan experiencia en administrar el Estado.

Pero tampoco debe sorprender que parte de esa mala praxis haya obedecido a la ausencia de un liderazgo que ordene, coordine y haga funcionar al equipo de gobierno. El propio Milei suele decir que no le interesa la política, y la realidad parece confirmar esa falta de interés en involucrarse en una parte esencial de su acción de gobierno.

¿Cómo se entiende que habiendo Milei definido un esquema de funcionamiento tan simple y sencillo, reducido a tres personas (triángulo de hierro), ese miniequipo haya quedado envuelto en peleas intestinas que provocaron tanto daño al Gobierno? ¿Se puede manejar un equipo de cientos de personas si no se puede manejar un equipo de dos personas que controle todo lo demás? Estos interrogantes llevan a uno a hacerse una pregunta: ¿dónde está el piloto?

De todos los candidatos a presidentes de 2023, Milei era el único que al desafío económico le iba a agregar un desafío político. Porque era el único que iba a quedar muy lejos de garantizar condiciones mínimas de gobernabilidad para tomar decisiones. Esa dificultad quedaba agravada por el hecho de que se trataba de un presidente sin experiencia política.

Por más enojados que estemos con el piloto del avión, a ninguno de los pasajeros de la aeronave en su sano juicio se le podría ocurrir sacar al piloto de la cabina y poner allí a un pasajero que sin ser piloto nos diga que cree que puede pilotar el avión.

Uno podría confiar en que Milei tenga las soluciones a los problemas de los argentinos, pero no será posible confiar si este presidente nos dice que no quiere ser un político; si no termina de asumir el rol político que conlleva ser presidente; y si no demuestra que tiene el liderazgo presidencial que se necesita para conducir esta nave que es el Estado nacional.

*Director de Synopsis Consultores.

**Esta columna se publicó en El Cronista. PERFIL la publica con autorización del autor.


01 septiembre 2025

El problema

 

Jorge Fontevecchia
30-08-2025
FOTO OFICIAL
Con banda presidencial, Javier Milei en el sillón de Rivadavia. | presidencia Siempre pensé que no se alcanza a saber bien lo que no se ama.

Es el corazón el que decide a qué temas dedicará el cerebro la energía de pensar.
Y quien no ama la política y –peor aún– odia al Estado no es el adecuado para el cargo político más importante, que es presidir un país.

Este es el problema irreductible de Javier Milei: no puede y no sabe porque no quiere ser lo que debe ser un presidente: un político. Una persona con capacidad de convencer y llegar a acuerdos para que se instrumenten las decisiones necesarias para avanzar en alguna dirección.

Nuevamente la etimología nos dice mucho: acordar deriva de cordis, corazón en latín, es unir corazones, querer al otro (querer algo del otro).

Dice el refrán: “Hace más quien quiere que quien puede”. Entonces, ¿qué quiere Milei?

En una de las mejores columnas del año, que publicó el jueves en el diario El Cronista (y republicamos hoy en PERFIL con expresa recomendación de lectura completa), el director de la consultora Synopsis, Lucas Romero, escribió lo siguiente: “¿Quiere Milei producir decisiones colectivas o simplemente quiere que le den la razón? ¿Quiere Milei ser un político o simplemente quiere seguir siendo un economista? (...) No se es presidente para demostrar que se tienen ideas, se es presidente para producir decisiones colectivas que se crean necesarias para resolver los problemas. Si lo que se busca es reconocimiento intelectual o premios, el ámbito para buscarlos es otro”.

No es necesario ni conveniente esperar a convencer a todos ni acordar con casi todos (lo que es imposible) sino con la cantidad necesaria para que se puedan ejecutar las decisiones que precisan consensos.

¿la decisión de Milei de confrontar y enemistarse con todos demuestra que no quiere ser político, o sea presidente. Que usa la presidencia como herramienta para otros fines personales.

El problema no es que las ideas del presidente sean malas, muchas de las cuales lo son. El problema de Milei no es su doctrina además de que en parte lo sea.

El problema es anterior a sus ideas o doctrina, el problema de Milei es existencial. ¿Cuál es el ser-para-sí de Javier Milei? Ser un profeta que cambie la cultura argentina por décadas no es el propósito de un presidente.

Cuando habla de la Argentina potencia de 2045, huye hacia un futuro incomprobable de un presente impracticable. Y evidencia su predilección por el mundo de las razones teóricas cuando la función de un presidente es el mundo de las razones prácticas.

El problema de Milei, antes que ideológico, es metodológico y antes que metodológico es psicológico. No hubiese aprobado un test laboral para el cargo para el que se presentó. Carece de la inteligencia emocional necesaria que requiere la función.

Escribió también Lucas Romero: “Este ciclo nos ha dado sobradas muestras de que este es un gobierno que carece de praxis política, es decir, de capacidad de llevar adelante el conjunto de acciones necesarias para producir decisiones. Esa carencia no debería sorprender, Javier Milei llegó al poder con dos diputados, sin ninguna experiencia ejecutiva en la administración de la cosa pública y sin un equipo de personas y profesionales que tengan experiencia en administrar el Estado. (...) De todos los candidatos a presidentes de 2023, Milei era el único que al desafío económico le iba a agregar un desafío político. Porque era el único que iba a quedar muy lejos de garantizar condiciones mínimas de gobernabilidad para tomar decisiones. Esa dificultad quedaba agravada por el hecho de que se trataba de un presidente sin experiencia política. (...)Por más enojados que estemos con el piloto del avión, a ninguno de los pasajeros de la aeronave en su sano juicio se le podría ocurrir sacar al piloto de la cabina y poner allí a un pasajero que sin ser piloto nos dijera que cree que puede pilotar el avión”.

“Sano juicio”. Ya se escribió lo suficiente sobre cómo la pandemia afectó el juicio de una parte significativa de la población. Y sobre cómo pudo haber empatizado esa afección de la sociedad con la afección del propio Milei.

Lo que ahora se precisa son copilotos que colaboren para aterrizar el avión sin estrellarse.
Las elecciones del domingo próximo en la provincia de Buenos Aires funcionarán como una especie de primera vuelta y las nacionales de octubre, como un balotaje. La sociedad tiene la posibilidad de confirmar o reformular la autonomía del piloto. No solo el rumbo y el destino, también el modo de conducir, con o sin turbulencias adicionales, consensualista o divisionista, aplacando la intranquilidad innata de nuestro conductor.

Conducir y conducta comparten su misma raíz lingüística referida a guiar, a dirigir (dirección). Cuando el problema es la conducta de quien conduce, el rumbo y el destino pasan a segundo plano.

En psicología, la neurosis de destino se asocia a la compulsión al fracaso, a la repetición de conductas inapropiadas para los fines y autoimpuestas inconscientemente como una forma de autocastigo.

Siempre somos responsables de nuestras elecciones. Siempre podemos hacer otras elecciones. No estamos determinados al autoboicot y continuar perpetuando la decadencia.

La democracia no pone a salvo de elecciones erradas a los votantes pero la democracia permite corregirlas de manera pacífica. Nosotros, los ciudadanos, somos los actores.

Milei retroalimenta la crisis de representación que creó a Milei. El no puede superarla porque es parte de ella. Pero como decía el papa Francisco, no hay que personalizar los conflictos y cosificar los vínculos sino cosificar los conflictos y personalizar los vínculos. El problema Milei fuimos nosotros con nuestras elecciones y si no lo solucionamos con nuestro voto el problema Milei volveremos a ser nosotros.