Un capitalismo subdesarrollado es aquel que no ha podido realizar la revolución que las burguesías de los países desarrollados realizaron en el siglo XIX tomando el gobierno y produciendo un notable crecimiento de las fuerzas productivas. Nuestra burguesía nacional es tan torpe que ha consentido con desagrado o se ha opuesto visceralmente a los gobiernos populares que han intentado concretar las tareas históricas que ella no ha podido realizar por su endeblez y cobardía. Una clase social no tiene destino histórico si actúa como el perro del hortelano: es impotente para hacer y ciega para reconocer los que otros hacen en su nombre. Es obtusa cuando sólo ve las limitaciones que se le imponen y no las ventajas que obtiene y que los balances reflejan significativamente aún en su versión diminutiva. Toda limitación al derecho de propiedad le produce un efecto similar a los perros doberman cuando se enojan: se enfurecen y no distinguen a los amigos.
Esas restricciones hoy se producen por arriba y por abajo. Por arriba, a través de la designación de directores activos en las empresas privadas con importantes participaciones accionarias heredadas de estatizarse las AFJP, lo que resultó posible a través de la eliminación- por un decreto de necesidad y urgencia- de la ominosa limitación impuesta por la ley que establecía un tope del 5% de representación con independencia del total accionario que se detentara; una rémora de los noventa que determinaba una discriminación irritante entre participación accionaria y representación política en contra del pueblo argentino. El barullo mediático del clarín que potencia el disgusto empresarial de Techint demuestra la pequeñez de una burguesía que suele referenciarse en sus similares europeas y norteamericanas.
Esas que aceptan que el Estado alemán tenga 12,7% de participación en la Wolkswagen, el 32 % en la Deutsche Telekom, el 30,5% de Deutsche Post que controla el 100% de los servicios postales de DHL. En Francia el Estado tiene el 26,97 % de France Telecom, el 15% del capital social se Renault y el 18% de las acciones con derecho a voto. En la principal empresa de generación y distribución eléctrica, Electricité de France controla el 84% de las acciones. En Inglaterra el Estado posee el 84% del Royal Bank of Scotland. En EE.UU, el Estado tiene el 8,6% del Chrysler Group y el 60,8% de la General Motors.(1) Sólo algunos de los muchos ejemplos que se pueden dar sin suponer que Alemania, Francia, Inglaterra, o Estados Unidos se estén chavizando como gritan histéricamente los colonizados burgueses argentinos.
Por abajo, temen que finalmente se convierta en ley el proyecto propulsado por el diputado Héctor Recalde con el apoyo de Hugo Moyano, cumpliendo lo que está en la Constitución desde 1956, cuando un gobierno profundamente antipopular impulsó en la reforma de 1957 el artículo 14 bis, con objetivos decorativos, que establece entre otras cosas: “Participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección”
El periodista Alfredo Zaiat se refirió al tema en Página 12 del 8-09-2010: “Corporaciones estadounidenses, en especial grandes bancos, tienen un régimen de premios denominados bonus para ejecutivos y empleados jerárquicos si se superan objetivos de rentabilidad preestablecidos. Esos incentivos no son otra cosa que el reparto de utilidades entre trabajadores, aunque restringido al núcleo privilegiado de la plantilla.
La fabricante de neumáticos Firestone en su planta de Llavallol definió con el gremio del sector que sus 1300 trabajadores tienen el derecho a un ingreso adicional en cada año que la rentabilidad de la compañía supera determinado nivel. Esa condición se aplicó en 2003, 2004 y 2005, siendo ese primer año el mejor, al recibir cada empleado 10.500 pesos. En el siguiente ese monto se redujo a menos de la mitad. En los últimos años no hubo dinero a distribuir porque no se alcanzó la rentabilidad prefijada, establecida por encima del 6 por ciento luego del pago de impuestos. Del excedente de esa ganancia, se distribuye el 33 por ciento. Pedro Wasiejko, secretario adjunto de la CTA y titular del Sindicato del Neumático, señala “la importancia de que la participación en las ganancias se instale no sólo en los Convenios Colectivos de Trabajo, sino también por ley para todas las empresas que están en el país”. “Es un instrumento que favorece los procesos de inversión a nivel local, sobre todo en las multinacionales”, explica Wasiejko.
En Alemania, los trabajadores de Opel, filial de la estadounidense General Motors, negocian con la dirección de la compañía su participación en el beneficio de la empresa, que podría alcanzar el 10 por ciento. El diario Die Welt aseguró que a partir de 2014 se prevé repartir a los empleados un 3,75 por ciento del beneficio antes de impuestos. A partir de 2015 el monto ascenderá de 7 a 8 por ciento.
En México, la participación de utilidades es un derecho de los trabajadores establecido en la Constitución Política. Esa norma fue introducida al considerar que la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas es, además de un importante instrumento para contribuir a la redistribución de la riqueza y a la justicia social, un mecanismo que estimula la productividad.
En Brasil también se prevé un sistema similar, donde las pautas se establecen en negociaciones entre las partes.”
También es preciso señalar que el gobierno al estatizar las AFJP y la movilidad de las jubilaciones, reparó una violación de la constitución que el mismo artículo 14 bis establece: “ El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable….( Establece también) jubilaciones y pensiones móviles”.
Tal vez no resulte ocioso señalar que el artículo 14 bis se mantuvo con la misma redacción en la actual Constitución del año 1994. Ninguno de los periodistas y políticos republicanos se mostraron preocupados por estas flagrantes violaciones a la justicia, a la equidad y la Constitución perpetrado durante muchas décadas.
INFORME DEL CONSEJO PROFESIONAL DE CIENCIAS ECONÓMICAS
El informe titulado “Participación de los empleados en las ganancias de las empresas”, sostiene: “La participación de los empleados en las ganancias empresariales es un tópico de interés de alta relevancia. En numerosos países estos esquemas de participación han sido largamente promovidos como una forma de incrementar la productividad y la performance empresarial….Entre los distintos esquemas o sistemas de participación existentes, la división principal se hace entre aquellos que participan a todos los empleados en los beneficios de las empresas( PB) y aquellos sistemas que implementan un esquema de distribución por resultados (PR)………Dado que los esquemas de tipo PB el fruto del esfuerzo individual debe ser coparticipado con el resto de la planta de empleados, cuanto mayor es el número de trabajadores ( tamaño de la firma) menor será la participación y, en consecuencia, menor el incentivo a mejorar y la performance. Por este motivo, se esperaría que en las empresas de mayor tamaño el impacto de estos esquemas sea menor a aquel observado en empresas de menor tamaño…..Chile, Méjico, Perú, Venezuela y Brasil lo aplican de una u otra forma…..Francia es el único país europeo donde los esquemas de participación son obligatorios para empresas que sobrepasan un cierto tamaño. Aquellas cuyo número de trabajadores empleados exceden los 50, deben ofrecer a los trabajadores algún esquema de participación. Los trabajadores, a su vez, solo pueden disponer de su parte después de tres o cinco años…..El Reino Unido es otro país donde los esquemas de participación son más que fuertemente incentivados por el gobierno….Al contrario de Francia los esquemas son adoptados en forma voluntaria por las empresas y por los empleados…….Méjico es el único país donde rigen los sistemas llamados “puros” de participación. En este caso, y por Ley, se establece un porcentaje fijo para la determinación de PB que es revisado cada diez años. La mitad del valor PB se distribuye igualmente entre los trabajadores, y la otra mitad se hace conforme al cargo que ocupan….En Brasil, desde el año 2000, la participación en las ganancias debe ser objeto de negociación entre la empresa y sus empleados…En ese sentido la ley simplemente impone las condiciones mínimas que deben contener los acuerdos privados…..”
LOS TEMORES DE UN CAPITALISMO SUBDESARROLLADO
Un cable recibido en la última semana de abril, nos informa que el presidente francés se ha chavizado.
Dice: “Nicolas Sarkozy anunció una ley que impondrá a las empresas privadas de más de 50 empleados el pago de una prima anual obligatoria si aumentan sus dividendos. "En todas las empresas de más de 50 empleados sometidas a la ley sobre la participación, si los dividendos distribuidos superan los del año anterior, tendrán la obligación de pagar una prima, negociada con los interlocutores sociales", es decir los sindicatos, indicó una fuente del Gobierno al término de una reunión gubernamental celebrada el miércoles para definir la medida. La prima beneficiaría a los ocho millones de trabajadores de las 30.000 empresas privadas francesas que cuentan con más de 50 empleados. El plan oficial es que entre en vigor este mismo año”
La histeria que produce en los empresarios la presencia y representación de los directores del estado en las empresas privadas en proporción a sus tenencias accionarias, y la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas es porque fijan limitaciones al derecho de propiedad por arriba y por abajo. Indudablemente el país concreta pautas del capitalismo de Ángela Merkel, Nicolás Sarkozy, Silvio Berlusconi, Barack Obama. Los ciegos ideológicos en cambio sólo ven el fantasma de Hugo Chávez.
(1) Para más información ver la excelente nota de Fernando Krakowiak en Página 12 del 22-04-2011
05-09-2011
PARA PUBLICAR CITAR FUENTE. Hugo Presman. Todos los derechos reservados.