Por Alberto
Kornblihtt y Adrián Paenza
22 de mayo de 2024
Imagen: EFE
Somos conscientes de que lo que vamos a decir llegará
principalmente a quienes piensan más o menos como nosotros. No obstante,
tenemos una necesidad de manifestarnos porque sentimos y pensamos que lo que le
está ocurriendo en nuestro país ha sobrepasado límites insospechados.
A más de seis meses de su asunción como presidente, Milei ha
dado muestras locales, y sobre todo en la arena internacional, de representar
lo peor de los argentinos. Es un individuo arrogante, arbitrario, ególatra,
mentiroso, pendenciero y soez. O sea, es una argentino de aquellos que causan
vergüenza a propios y ajenos.
Le dice al mundo que "él juega en otra liga",
mientras lleva adelante la mayor destrucción conocida de lo público y estatal,
principalmente en el ámbito de la educación, el sistema científico-tecnológico,
la salud y la cultura, sometiendo al país a una recesión inmensa que genera más
empobrecimiento en nuestro pueblo.
El tema es que parece que, porque fue votado por más del 50%
en las últimas elecciones, Milei se cree con licencia para todo, lo cual
incluye la práctica de la intimidación constante. Y, como se ha dicho, una cosa
es la legitimidad del acceso al poder y otra muy distinta es la legitimidad del
ejercicio del poder.
Los integrantes de su gobierno, si bien no vociferan con
insultos, no se quedan atrás. El presidente del CONICET, Daniel Salamone, llegó
a ese cargo sin experiencia previa de gestión en el ámbito de CyT ni de la
universidad, aparentemente por las virtudes que Milei le reconoce como clonador
de animales, en el marco de su cinofilia explícita.
En una reciente reunión en nuestra embajada en Londres con
investigadores argentinos residentes en el Reino Unido, Salamone se vanaglorió
de estar disminuyendo gastos en la mejor institución estatal de CyT de América
Latina, mediante los despidos de empleados administrativos y la reducción de
becas doctorales y se enorgulleció de estar "despolitizando" al
CONICET. Sin tapujos, recomendó a los asistentes a preferir las universidades
privadas sobre las públicas a la hora de establecer convenios de cooperación.
Salamone sabe que, salvo raras excepciones, las
universidades privadas argentinas son meros enseñaderos, donde se repite lo que
está en los libros y no se genera nuevo conocimiento a través de la investigación
científico-tecnológica que, en más del 90%, tiene lugar en las universidades
nacionales estatales. Salamone también sabe que la Tierra es redonda (mejor
dicho cuasiesférica) y sin embargo se fotografía exultante con la diputada
terraplanista Lilia Lemoine y festeja su designación como secretaria de la
comisión de CyT de la Cámara de Diputados. Vergüenza. Parece que la
politización partidista la practica el mismo presidente del organismo que
pretende despolitizar, ya que su sumisión al poder libertario es mucho más
fuerte que las verdades científicas. También en un reportaje reciente, Salamone
dijo que los científicos podían dormir tranquilos porque "el
funcionamiento y presupuesto del CONICET están garantizados". Tanto para
Milei como para Salamone cabe el dicho latino verba volant, es decir, a las
palabras se las lleva el viento.
El problema no son las palabras sino la realidad, tal cual
lo denuncia la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología
(RAICYT) que le responde a Salamone por qué no podemos dormir tranquilos ya que
• * La
inflación interanual (280%) ha licuado los montos de funcionamiento
transferidos a los Institutos y Centros de Investigación.
• * Se han
despedido a más de 200 empleados administrativos que cumplían funciones esenciales.
• * Los
contratos de los empleados que aún revisten en actividad fueron renovados solo
hasta el 30 de junio, creando una situación de profunda incertidumbre y
ansiedad en los trabajadores.
• Se redujo el
número de becas doctorales en 2024 de 1300 a 600 afectando así la formación de
nuevos investigadores y el desarrollo de proyectos de investigación.
• Los nuevos
ingresos a las carreras del investigador y personal de apoyo se encuentran
paralizados.
• Los salarios
de los científicos, técnicos, becarios y administrativos han perdido más del
25% de su poder adquisitivo en los últimos 4 meses.
• El
financiamiento de los proyectos de investigación, licuado por los altos niveles
de inflación, impide la posibilidad de concretar los objetivos aprobados después
de rigurosas evaluaciones.
RAICYT también aclaró que el presupuesto de 450.745 millones
de pesos, invocado por Salamone en el reportaje, no condice con el que figura
en la web oficial del CONICET de sólo 214.821 millones de pesos y que, al día
de la fecha, lo ejecutado por la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología
no alcanza al 2% de su presupuesto anual. Esta subejecución presupuestaria
afecta dramáticamente la dinámica de todo el Sistema Científico y Tecnológico
Nacional.
La evidencia indica claramente que esta gente ha venido a
destruir aquello que costó décadas construir. Que sus herramientas son los
despidos, los recortes, el desmantelamiento y el desprecio por toda actividad
intelectual que no esté enmarcada en "el mercado". Su fascismo radica
en eliminar población sobrante. Los estatales y los jubilados somos población
sobrante para ellos; sin duda no "gente de bien". Por eso Milei, cada
vez que puede, festeja las campañas mentirosas de desprestigio del CONICET que
aparecen en las redes.
Pero el CONICET no es la única institución atacada. Se ataca
a las universidades públicas, a la Comisión Nacional de Energía Atómica, al
INTI, al INTA, a la ciencia y tecnología en general y, por supuesto al INCAA,
al INT y los medios públicos. Se otorgan ayudas a la gente que manda sus hijos
a colegios privados y se mira para el costado ante el escaso presupuesto de las
escuelas estatales. Su proyecto económico destructor del Estado y de la
industria se apoya en promover una economía primarizada donde el valor agregado
proveniente del conocimiento resulte innecesario y el pensamiento crítico sea
cosa de zurdos que hay que eliminar del mapa.
Si queremos que este plan nefasto no perdure y genere daños
irreversibles, no sólo es imprescindible seguir ganando la calle y parar la Ley
Bases sino que también será necesario que las fuerzas democráticas
progresistas, verdaderos radicales, peronistas, socialistas y de izquierda nos
unamos por encima de nuestras diferencias. Si no, para nosotros también valdrá
el verba volant.
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