Este
período histórico es una pesadilla. Pero como bien dice el escritor Juan José
Becerra: “Porque esta pesadilla histórica es un producto de la historia, no
de la pesadilla”
La
Argentina avanza aceleradamente hacia el siglo XIX en una remake anterior a
1816 y donde los españoles son reemplazados por los EE.UU. Avanza el libertariano con cerca de la mitad
de la población que celebra el camino al precipicio, que vitorea a la
motosierra que le amputa derechos obtenidos con tiempo, lucha y sangre, que
grita libertad cuando ella es para otros, para los poderosos, y para los que
apoyan y vitorean, sólo queda la esclavitud, la exclusión, la marginalidad y el
exilio para franjas enormes. Es aún una esperanza para la mayoría de los que
votaron a un presidente que sólo los ve como un número en una planilla de
Excel, que agravó una crisis a niveles superlativos con medidas demenciales,
con una transferencia de ingresos de abajo hacia arriba en apenas noventa días
como no hay antecedentes. Mesiánico, con desequilibrios notorios, ególatra,
embelesado con la crueldad, sostiene con convicción propuestas cuya rapidez e
insensibilidad, no tienen antecedentes de aplicación en el mundo. Los
argentinos son conejillos de indias de un experimento en manos de curanderos. Las
incongruencias son esquizofrénicas: después de definir al Estado como “el
pedófilo en el jardín de infantes, con los nenes encadenados y bañados en
vaselina” y precisar, por si quedara alguna duda, agregó: “El Estado es nuestro
enemigo, es una asociación criminal” y por lo tanto su opción es “Entre la
mafia y el Estado me quedo con la mafia porque al menos tiene códigos, la mafia
cumple, la mafia no miente, la mafia compite”. Si la lógica no ha sido
suprimida significa que por haber ganado las elecciones en el ballotage con el
56 % de los votos, se ha convertido entonces en “El jefe de una organización
criminal”. Es decir, y aquí la racionalidad trastabilla, sería parte de una
organización criminal, el maestro que enseña a tu hijo en la educación pública,
el que lo alimenta en los comedores de las escuelas, el profesor del secundario
y universitario que permiten transitar a tus hijos el camino del conocimiento;
el médico que te atiende en una guardia de un hospital público o la enfermera
que te sonríe en terapia intensiva mientras estás tan imposibilitado que te
limpia el culo; el buen policía que protege tú seguridad; los empleados y
jueces del Poder Judicial a los que recurrís en busca de dirimir conflictos;
los múltiples organismos del Estado donde se intentan reparar las injusticias
que van desde la mujer golpeada, los jardines maternales, el plan para que
termines el secundario, los problemas de vivienda, la entrega de medicamentos
inalcanzables, la asignación y pago de las jubilaciones; o como el Conicet
donde se investiga y se alcanzan niveles de excelencia, al punto que es la
institución pública número uno en América Latina y la 20 de un total de 1870 a
nivel mundial. La lista es interminable, incluyendo empresas estatales
nacionales y provinciales que son orgullo nacional, todos son pedófilos en un
jardín de infantes.
Para
el Presidente Milei todos ellos forman parte de una asociación criminal que él
dirige y que piensa desarticular con una inoperancia proverbial, dejándolas
acéfalas, estrangulándolas presupuestariamente o cerrándolas directamente.
Sería interesante reflexionar unos minutos cómo funciona la cabeza
presidencial.
Es
una obviedad que la derrota cultural oculta: sin Estado la clase media
desaparece y los sectores populares caen en la pobreza y la marginalidad.
Cuenta
la periodista Luciana Geuna en Clarín, un medio tan alineado con el gobierno
como La Nación que llegaron ambos de no poner en tapa la enorme manifestación
del 8 de marzo: “Hay un tema de prioridades. Para vos, por ahí es la gestión.
Para nosotros, es desarmar el Estado”. “Mauricio Macri no puede evitar mostrar
su perplejidad con lo que escucha. Es martes a la nochecita, está en las
oficinas de Jefatura de Gabinete de la quinta Presidencial de Olivos reunido
con Karina Milei, Nicolás Posse y Santiago Caputo. El encuentro estaba previsto como un café
para intercambiar personalmente su mirada sobre lo que él entiende que son las
falencias de la gestión Milei. Lo organizó Posse, el jefe de los ministros, al
que Macri más apunta cuando cuestiona ineficacia en el Gobierno. El
expresidente llevaba un intenso listado de sugerencias, pero sobre todo de
alertas sobre los riesgos de no tomar posesión de áreas sensibles del Estado.
Esta vez le prestaron particular atención. Empieza a crecer una convicción
motivada por la necesidad. Van tres meses en el poder y hay demasiados espacios
sin llenar”. Es que los que se cubren, son con gente inadecuada para los cargos
designados o con una multitud de familiares y militantes de las redes que demuestran
hasta qué punto viene a potenciar lo que vinieron a superar.
Hay
una suma de inoperancia y premeditación. En medio de una crisis que avanza a
pasos agigantados hacía una recesión descomunal por las políticas implementadas
desde hace tres meses sobre un territorio heredado complicado, el Presidente
celebra una fiesta.
Aunque
no haya sido explicitado, en los hechos el gobierno de Milei despliega el
concepto de guerra relámpago, lo que se conoció en alemán como Blitzkrieg,
utilizado por Hitler como recurso bélico, que apabulla al enemigo y tiene una
alta eficacia para el logro de los objetivos.
LA CRUELDAD COMO INSTRUMENTO DE DISCIPLINAMIENTO
Todas
las medidas tomadas para llegar al superávit del 5% partiendo de un déficit del
2% son efectuadas con la motosierra, desde una planilla de Excel sin
interesarse en lo más mínimo por las consecuencias sociales. Se toman
medidas de una crueldad extrema y se la exhibe para demostrar determinación y
que se está dispuesto a todo. Es una estrategia de disciplinamiento. Y para los
que no se disciplinen están las políticas represivas de Patricia Bullrich.
Todo ello implementado al grito de ¡Viva la libertad! ¡Carajo! Que tal vez hay
que traducirlo: ¡Viva el país- neuropsiquiátrico! ¡Y los que se opongan, que se
vayan al carajo!
El
Presidente utiliza su lenguaje escatológico con adversarios y también los
propios. Puede insultar a periodistas de medios más que amigos o defender a un
mal estudiante de la Universidad de Belgrano, un colaborador suyo, o denostar a
una maestra jubilada del colegio donde cursó. El efecto intimidatorio se
refleja en la genuflexión bochornosa de dicha Universidad que prescindió de la
docente acusada y del silencio de las autoridades del Colegio Cardenal Copello
donde cursaron los hermanos Milei, ante un discurso presidencial de fuerte tono
propagandístico que no evitó el bullying hacia un alumno que se desmayó o con
su proverbial desubicación hacer chistes sexuales inadecuados ante
adolescentes. Es como si estuviéramos
viviendo un clima de dictadura llevando la democracia a sus márgenes difusos,
donde no se descarta la posibilidad de cerrar el Congreso.
La
motosierra y la licuación caen sobre salarios y jubilaciones; y como es de
Perogrullo, baja estrepitosamente el consumo, la recaudación impositiva, cierran
empresas, aumenta la desocupación, se precipita la recesión, aumenta la pobreza
y la marginalidad. Como contrapartida, el gobierno celebra que los números
macroeconómicos le dan bien, logrando el equilibrio fiscal, haciendo trampas
burdas como suspender los pagos, incluso los multimillonarios en energía,
dejando a salvo los intereses de la deuda, al tiempo que recorta o elimina
todas las prestaciones, amputa subsidios, y despide sin anestesia, operando con
la cuchilla del carnicero.
En
tres meses, mas de un millón de argentinos por mes cayeron en la pobreza, algo
así como 44 estadios de River llenos. Es que se está desplegando la suma de los
objetivos de 1955-1966-1976-Menem y Macri.
Nada
menos que un periodista furiosamente opositor al peronismo como Claudio
Jacquelin, escribió el 8 de marzo en La Nación: “La negativa a autorizar
pagos llega a lugares claves y podría, por ejemplo, hasta poner en riesgo el
servicio y hasta la seguridad de los pasajeros de los trenes, ya que se volvió
a postergar su mantenimiento para no tener que asentar ese costo, según admiten
altas fuentes del Ministerio de Economía. Ese es apenas uno de los rubros donde
operó el lápiz rojo de Caputo, de quien sus colaboradores dicen que “tiene
un ojo de águila para advertir en un pestañeo cualquier nueva erogación que
aparezca en un renglón perdido de una planilla Excel atiborrada de números y,
con la misma velocidad, ordenar sacarla sin atender muchas consideraciones.”
Celebra
la baja del riesgo-país, la caída del dólar paralelo, el achicamiento de la
brecha, mientras la población padece la incertidumbre sobre cómo afrontar
gastos crecientes con ingresos decrecientes por inflación, con un jolgorio de
los sectores financieros, con críticas hacia adentro de las centrales
empresarias y elogios hacia afuera.
El
periodista de La Nación sostiene más adelante: “Caída de horas extras,
suspensiones, despidos, cancelación de changas y trabajos informales, reducción
de compras hasta de productos esenciales son vivencias que se comparten en la
cola del colectivo, la caja del supermercado y los chats familiares y de
amigos. El traspaso de la educación privada a la educación pública en todos
los niveles es una decisión que ya tomaron o están obligados a analizar muchos
padres y madres de los más diversos niveles de la clase media. “¿Qué puedo
recortar?”, es la pregunta crucial que reemplazó en 2024 al “¿a quién voto?”,
de 2023.”
Hay
una sociedad reseteada que explica con un dato el fenómeno Milei: según
encuestas del analista político Raúl Timerman, el 25% de los encuestados elogia
la decisión del gobierno de no enviar comidas a los comedores, algo impensable
hace unos años.
La
crueldad de arriba es recepcionada y ponderada por franjas importantes abajo,
con la ingenuidad de suponer que el ajuste profundizado hasta la desesperación
les tocará a otros.
Escenas
de un dramatismo impensable en la Argentina del Estado de Bienestar se
registran como la que explica el periodista Jorge Liotti en La Nación del 18 de
febrero: “Los comedores agotan reservas y ……se quedan sin insumos; las
madres advierten que no podrán mandar a todos sus hijos a la escuela y terminan
priorizando a los más pequeños; la asistencia estatal queda tan
atrasada que ya no alcanza para cumplir su función original. Y un
destructivo componente adicional, que en la crisis de 2001 no estaba presente:
la profunda penetración del factor narco. “Los pibes de 16 años, que no van a
la escuela, y están en una familia empobrecida, van directo al paco y de ahí
salen de caño. Esto es algo cada vez más generalizado.”
Otro
periodista de La Nación, Joaquín Morales Solá, el 10 de marzo, que después de
afirmar de Milei que “Muchas de sus ideas son homologables por cualquier
dirigente serio” describe acríticamente algunas consecuencias de sus ideas:
“El retroceso del consumo es tan profundo que varias industrias automotrices
decidieron extender las vacaciones del personal que habían iniciado a
principios de año, algunas por tiempo indefinido. Marzo llegó también con
aumentos importantes en prepagas, electricidad, gas y colegios privados, entre
varios más. Con todo, los alimentos y los medicamentos están entre los rubros
que registraron en los últimos meses una mayor caída de consumo. En las
farmacias cuentan que hay enfermos de edad avanzada que deben elegir uno o dos
medicamentos entre cuatro o cinco recetados por los médicos. Son las pócimas
que deciden entre la vida y la muerte.”
Por
eso no es de extrañar que un estudio de investigadores de la Facultad de
Psicología de la UBA hecha a más de 3000 argentinos de todo el país, indagaron
sobre diversos ítems que hacen a la buena salud mental. Encontraron que el 9,4%
está en riesgo de padecer un trastorno de este tipo. Comprobaron ansiedad y problemas de insomnio
en un 45% de los encuestados. Casi la mitad afirmó que está padeciendo una
crisis. El porcentaje actual prácticamente duplica la cifra similar previa a la
pandemia del 2020 (Perfil 24-02-2024)
“Esta
pesadilla histórica es un producto de la historia, no de la pesadilla”
EL PACTO DE MAYO
El
presidente Milei se caracteriza por denostar con la profusa retahíla de
procaces adjetivos a gobernadores y legisladores a los cuales necesita para
aprobar legislativamente sus proyectos. En un ambiente crecientemente
desfavorable después del rechazo del proyecto de ley ómnibus, el DNU vigente
fue rechazado en el Senado y en diputados corre la misma probabilidad. Ese es
el verdadero origen del Pacto de Mayo, buscar una alternativa a un camino
fallido, con los mismos objetivos, que encubre una rendición incondicional de
los gobernadores y legisladores. A cambio de los recursos retaceados para las
provincias, el gobierno pretende obtener el meollo de lo que fue rechazado en
el Congreso y un poco más. De concretarse se habrá consumado una de las
páginas más negras de la historia nacional y una derrota de consecuencias
insondables.
Sólo
me detendré en algunas de las falacias del pretendido pacto.
El
primero es el equilibrio fiscal. Si bien es aconsejable, de ninguna manera el
mismo es una batalla para sacrificar en el intento a la mayoría de la población
y mucho menos el superávit que coloca al Presidente muy a la derecha del FMI,
curiosidad también mundial. Tomando el período 2010-2023, según el Instituto de
investigación Social Económico y Política Ciudadana (ISEPCI), considerando 189
países, 89 registraron déficit fiscal en los 10 años evaluados. La mitad de los
países en el mundo tiene déficit fiscal total permanente. El conjunto de países
del G20, en donde están representadas las veinte economías de mayor dimensión
mundial, 15 países registraron déficit fiscal durante más de los diez años
analizados. Entre ellos se incluye, además de Estados Unidos, un país
emblemático de los que habitualmente se lo levanta de ejemplo como Australia.
Otro
punto es reducir el gasto público al 25% del PBI. Eso implica un nuevo ajuste
de proporciones considerables. No existe país al cual podemos aspirar con esa
participación estatal. Por ejemplo: En los países nórdicos, el gasto público
oscila alrededor del 50% del PBI; aquí se inscriben Finlandia (58%), Dinamarca
(57%), Suecia (50%) y Noruega (45%). En países como Australia (40%), Canadá
(37%) o Estados Unidos (36%), el gasto público se ubica en el orden del 40% del
PBI. Israel, otro de los países tomados como referentes por Milei tuvo un gasto
público del 40,15% de su PBI en el 2021 y del 36,59 % en el 2022.
Es
difícil conservar la mesura en el neuropsiquiátrico que Milei ha convertido a
la Argentina. En general los países que toma como ejemplo Milei, hacen lo
contrario de lo que pregona con su convicción fundamentalista.
Su
admirado Donald Trump es fuertemente nacionalista y proteccionista, exactamente
lo contrario de lo que el anarco capitalista pregona. Ni hablar cuando propone
volver a implantar la jubilación privada, es decir la estafa de las AFJP, que
es un drama también en Chile.
LAS FUERZAS DEL CIELO
El
Presidente invoca libros sagrados del judaísmo y su intención de convertirse en
judío. Invoca y critica acertadamente el horror del Holocausto, se emociona en
el Muro de los Lamentos y visita el Museo Yad Vashem en recuerdo de las
atrocidades y crímenes de lesa humanidad perpetrada por el nazismo contra los
judíos. Sin embargo, cuando tiene que pronunciarse sobre la dictadura
establishment -militar, quien fue asesor del genocida Antonio Domingo Bussi,
pone en duda la cifra de detenidos- desaparecidos de 30.000 que es una cifra
simbólica como la de 6.000.000 de judíos asesinados por los nazis. Sostiene que
durante los años 70 “hubo una guerra en la que las fuerzas del Estado cometieron
excesos”, mientras que “también los terroristas mataron, asesinaron y
torturaron gente, pusieron bombas y cometieron delitos de lesa humanidad”.
Fueron
sólo excesos para el Presidente, las torturas inenarrables, los asesinatos, las
violaciones de mujeres, la apropiación de bebés, quedarse muchas veces con sus
propiedades; arrojar seres vivos al río o al mar. Fueron sólo “excesos” los
cerca de 700 campos de concentración distribuidos en todo el territorio
nacional. No se conoce ninguna visita del Presidente a la Ex ESMA o al Parque
de la Memoria. Resulta entonces una hipocresía irritante, esa especie de rezo
laico liberal que repite hasta la saturación: “El liberalismo es el respeto
irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión
y en defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada”
Es
dudoso que finalmente las fuerzas del cielo lo absuelvan.
CAMINO AL PRECIPICIO
El
camino al precipicio puede acercarse o alejarse pero más tarde o más temprano
es el destino de un gobierno que ha decidido arrojar una bomba neutrónica
aboliendo en economía la ley de gravedad que significa transferir de abajo
hacia arriba, sacrificar a la inmensa mayoría de la población para que cierre
una planilla de Excel, entregar el territorio nacional y sus recursos naturales
como camino a la riqueza, destruir el Estado para que gobierne el mercado,
aniquilar la industria para ser un país mezcla de exportador de productos
primarios y timba financiera, alinearlo como perrito faldero de EE.UU e Israel,
arrasamiento de la educación y la salud, de la ciencia, la cultura, el cine, el
teatro y el libro.
Sería
practicar la lógica Milei, si después de semejante vaticinio dijera sin ponerme
colorado que “quiero que al presidente le vaya bien, porque eso significa que
le va a ir bien a todos los argentinos”. Es exactamente al revés, aunque vaya
en contra de las declaraciones envasadas envueltas en hipocresía.
Milei
tiene como virtudes, la capacidad para apuntar con frases certeras y
rimbombantes sobre inquietudes de larga data de la ciudadanía, haberse
apropiado de la agenda pública con propuestas,
tan impactantes como estrafalarias , que lo coloca a él en el centro del
debate entre los que lo apoyan y lo critican, la capacidad de mantener la
ofensiva al punto de poner todos los días en el tapete alguna iniciativa que
desvía el eje de discusión sobre los aspectos terriblemente adversos de sus
políticas. Tiene una fe mesiánica en sus convicciones y un dogmatismo que lo
acoraza contra las dudas
Enarbolando
un discurso político que parece un cadáver resucitado de la época de la guerra
fría, simplificando hasta el absurdo a que todos los que admiten la necesidad
del Estado son para él, socialistas o comunistas, con lo que arriba a un relato
de un primitivismo irracional carente de matices
El
peronismo se debate en su acefalía. Sobre el fracaso y la exageración crítica
del último gobierno, que ligeramente se lo califica como el peor de la
historia, sobre el hastío hacia la política en general, Milei puede continuar
con una masacre social.
Sólo
con un Frente de Salvación Nacional, que agrupe a todos los afectados por esta
política suicida y proponga una de cambios profundos, aunando las antiguas
banderas con los nuevos tiempos escenarios y protagonistas, con un diagnóstico
adecuado de la nueva estructura económica emergente y la conformación social
conformada, el horizonte tendrá visibilidad y el futuro será deseable y no una
amenaza. Un Frente en contra de este gobierno que intenta resetear
definitivamente la Argentina, pero con un plan de reformas profundas que
enamore y transforme la estructuras económicas y sociales de la Argentina. Un
proyecto de Nación, no de colonia que hoy nos condenan.
Una
frase de Benjamín Franklin es un verdadero GPS, el escalón mínimo indispensable
para esta época gélida: “O caminamos juntos o nos ahorcarán por separados”
Este
periodo histórico es una pesadilla. Pero como bien dice el escritor Juan José
Becerra, “Esta pesadilla histórica es un producto de la historia, no de la
pesadilla”
Ninguna
pesadilla es eterna. Incluso la oscuridad más profunda es la que precede al
amanecer. Aunque hoy ese amanecer no se perciba. Toda pesadilla termina cuando
nos despertamos
14-03-2024
*Publicado
en La Tecl@ Eñe, Diario Registrado