POSTALES DE UN VIAJE ( I)
Después de treinta y siete años vuelvo a Chile. Me recuesto en la butaca de Lan Chile y dejo volar la memoria. Fue en julio de 1970. Hacia siete meses había egresado de Ciencias Económicas y dejaba atrás la militancia universitaria. La política transitaría a partir de entonces por otros ámbitos. América Latina se abría a dorados sueños en Argentina, en Bolivia, en Chile, en Perú, en Ecuador, en Panamá. En nuestro país había acaecido ese hecho histórico que fue el Cordobazo repetido el año siguiente con menor intensidad por el Viborazo. “La Revolución Argentina”, autocalificación del gobierno de Onganía, revelaba en el lenguaje que aún un proceso profundamente reaccionario, debía envolverse con la denominación que caracterizaba a la época: revolución En Chile se acariciaba la vía chilena al socialismo. En Perú un movimiento militar profundamente original encabezado por Juan Velasco Alvarado despertaba la simpatía de los sectores populares. En Bolivia un proceso interesante iniciado por Ovando Candía adquiriría radicalización en octubre cuando Juan José Torres derrocaría a Ovando. En Ecuador, un proceso menos radicalizado era encabezado por José María Velazco Alvarado. En Panamá, Omar Torrijos avanzaba con un gobierno nacionalista hacia la recuperación del canal.
Aquel viaje iniciático con mi compañero Américo Fojo, se inició con un recorrido en tren a Mendoza, el cruce de la cordillera con el mismo medio, la observación de la campaña electoral chilena, un breve paso por Viñas y Valparaíso, el recorrido en precarios colectivos desde Santiago a Lima, deteniéndonos en Arequipa, hasta llegar y permanecer unos cuantos días en la Capital del Perú, la visita a Machu Picchu, el lago Titicaca y la imposibilidad de entrar a Bolivia más allá de Desaguadero. Lo hicimos con escasos recursos, con una mochila de sueños y con todo el futuro por delante.
La vida dice, a veces, tiene un delicado equilibrio. Tal vez eso sea en muchos casos difícil de percibir. Mientras vuelo con mi mujer a mi lado, treinta y siete años después, reflexiono que hoy tengo muchos más recursos económicos que cuando tenía 25 años, pero también mucho más pasado que futuro. El mundo ha cambiado tanto en estas casi cuatro décadas, apenas un suspiro en la historia, y más de la mitad del recorrido de una vida. Lo único inalterable es acunar los mismos sueños, aunque ahora no hay mochilas sino valijas. Mientras los Andes siguen siendo tan impresionantes, mucho más desde aquel tren hoy inexistente que desde este avión. No puedo olvidarme aquél cruce de hace 37 años, cuando todos quedábamos reducidos a unos insignificantes puntos en medio de una geografía a cuyo lado todo se empequeñece
Vuelvo al Chile de las ilusiones juveniles después de treinta y siete años. Pablo Milanés no se aparta imaginariamente de mis oídos y me emociona otra vez cuando recuerdo: “Yo pisaré las calles nuevamente/de lo que fue Santiago ensangrentada/y en una hermosa plaza liberada/me detendré a llorar por los ausentes.
Santiago es una capital moderna y a primera vista pujante. Tiene un poco más de seis millones de habitantes. Sin presencia política callejera y al mismo tiempo sin mayores exteriorizaciones visibles de pobreza. Alguna persona durmiendo en la calle. En algunos semáforos, chicos haciendo malabarismos para recoger algunas monedas. No se aprecia nada de aquel clima político febril de julio de 1970. Paso por la Universidad de Chile, donde hace 37 años le escuché al Chicho prometer un vaso de leche para cada niño chileno. Recorro el Cerro Santa Lucía donde reposábamos entonces de las largas caminatas. De nuevo escucho a Pablo Milanes y su inolvidable canción “Yo pisaré las calles nuevamente” cuando dice “Y evocaré en un cerro de Santiago/a mis hermanos que murieron antes”. La ciudad está surcada por un metro moderno, estatal y de notable eficacia. Difícil que uno espere más de un minuto para que arribe el tren. Hace más de tres décadas recién empezaban los proyectos de lo que hoy es una realidad. Comparativamente se siente no tanto el avance chileno sino el retroceso argentino. Buenos Aires tuvo su primer subte en 1913 (la línea A) y la B de alrededor de 1930. En los últimos años recién se han sumado algunos kilómetros nuevos, pero el material rodante es muy viejo y cuando se lo renueva se compra trenes usados de países del primer mundo.
Los diarios como en la Argentina no traen temas importantes. La gran preocupación es el Transantiago un proyecto de renovación y rediseño de los colectivos en la Capital. El problema radica que originalmente contemplaba una flota de seis mil quinientos buses. Dice la revista chilena Análisis: “Cuando comenzó en febrero de 2007, se habló de una cifra de cuatro mil. Pocos meses antes, quienes diseñaron el sistema hicieron notar que eran necesarios más de cinco mil. Recientemente el ministro del ramo planteó el aumento de la flota como una de las metas inmediatas de su gestión. Y todo esto tras cinco años de planificación…. Entre las muchas sorpresas, paradojas e incógnitas del más publicitado proyecto de transporte urbano del gobierno, está la ausencia de discusión acerca de las causas, tras la enorme variación de una de las principales variables de diseño del sistema- el tamaño de la flota- que está indisolublemente ligada a la dimensión que más importa a los usuarios: la frecuencia de servicio” El Mercurio, el diario del establishment chileno, propulsor del golpe en 1973, informa que el Transantiago tuvo 358,6 millones de déficit en 2007. Otros Títulos. La crisis norteamericana produce la mayor caída en la Bolsa chilena de los últimos 10 años. Bachelet afirma que “el orden público va a ser una prioridad para el gobierno”. Siento cierta nostalgia por “el desorden” de las calles de Santiago en aquellos años tumultuosos. Se discute si el gobierno debe sostener o no el precio del dólar. El diario “ La Tercera” tituló: “Bachelet pide probidad en cumbre oficialista tras serie de escándalos” En la bajada dice: “El llamado de la mandataria surge una semana después que se interpusiera una querella por malversación de caudales públicos contra el ex titular de ferrocarriles” Bajo el título Gendarmería se transcribe: “ Hace 10 días la Controlaría emitió un informe que obliga al embajador en Madrid, Osvaldo Puccio, a devolver los dineros que recibió por una cuestionada asesoría a Gendarmería”. También se denuncia un caso de leche no apta para consumo importada de Uruguay. Una parte de la misma ya ha sido consumida por chicos en las escuelas
Con la frivolidad que afecta al periodismo mundial, El Mercurio coloca en tapa y en lugar destacado: “Revuelo en Chile y Argentina por nacimiento del hijo de Valenzuela y Juana Viale” o “Ex marido demanda a Pampita por injurias” En páginas interiores “La Tercera” afirma que “Bolocco y Menem llegan a acuerdo para iniciar divorcio y Máximo se queda con ella”. Mis elogios al subte de Santiago no son compartidos por el Presidente del Metro: “Este año fue el peor de la historia. En 2006, el tren transportó 330 millones de personas, cifra que casi se duplica a 601 millones durante 2007, como efecto directo del Transantiago. Los usuarios viajaron hacinados en los vagones, hasta 6,4 por metro cuadrado, y hubo decenas de estaciones por la masiva afluencia”
En las calles me parece escuchar ecos de voces lejanas, de 1970: “Tu verás la victoria del socialismo”, “Caminamos, rompiendo la maraña de los intereses creados”, “Avanzar sin transar” “Los marxistas insultan a las amas de casa”. Pero es solo mi imaginación. El Chile de hoy mira hacia el Pacífico, le gusta considerarse el Primer Mundo en la América Latina devastada por el neoliberalismo y está lejos, por el momento, de la idea de pertenencia a los nuevos vientos que atraviesan el continente. No parece cercano un remake del abrazo Allende- Cámpora y el entrelazamiento de caminos.
Aquí se encajó mi canto/como dijera Violeta, /guitarra trabajadora/con olor a primavera.
Que no es guitarra de ricos/ni cosa que se parezca, /mi canto es de los andamios/para alcanzar las estrellas
Que el canto tiene sentido/cuando palpita en las venas/del que morirá cantando/las verdades verdaderas, /no las lisonjas fugaces/ni las famas extranjeras/sino el canto de una lonja/hasta el fondo de la tierra.
Ahí donde llega todo/y donde todo comienza/canto que ha sido valiente/siempre será canción nueva, /siempre será canción nueva, /siempre será canción nueva.”
Trato de ayudarme en los recuerdos con el relato que hace la revista argentina Sudestada en un número especial dedicado al cantante chileno: “Para entrar al estadio había que cerrar los ojos: potentes reflectores cegaban la visual de los detenidos que se iban acomodando en las tribunas, soportando golpes e insultos. Ametralladoras pesadas sobre trípodes apuntaban hacia las gradas, intimando a los prisioneros, que crecían en número con el pasar de las horas. Desde el megáfono del estadio, una voz marcial recibía a los recién llegados: “Les habla el comandante a cargo de este recinto para decirles que ustedes están presos aquí porque son enemigos de la patria y no merecen ser llamados chilenos. Y esta que tenemos aquí montada, es una ametralladora punto treinta……Les pido por favor que me den un motivo para poder usarla, aunque sea uno pequeño que me justifique, porque ustedes, infrahumanos, no merecen seguir viviendo en Chile ni tampoco en ningún lugar del mundo” …. “Jara estaba en un pasillo cerca de los vestuarios, separado del resto de los cautivos. Incomunicado, maltrecho y desfigurado, sin agua ni alimento, olvidado un rato de sus carceleros. Su única salvación entonces era poder volver a las tribunas con el resto, intentar desvanecerse en la masa prisionera, demorar lo inexorable. Víctor se paró con esfuerzo y, cuando empujó las puertas para escapar al pasillo, se chocó con el temido “Principe”. Aparentemente, segundo a cargo del estadio, se había ganado el odio y el temor del resto de los prisioneros con sus amenazas repetidas y su excitación evidente ante semejante contexto. “El Príncipe” reconoció a Víctor en el acto, y sonrió: “No permitan que se mueva de aquí. Este me lo reservo”, les indicó a los guardias apostados contra la puerta. Las horas transitaron sin cambios. Camiones con su carga de prisioneros llegaban…En las entrañas del estadio, escenas desgarradoras, torturas, muertes, fusilamientos a la vista de todos……Sin tiempo para nada, vinieron a buscarlo. Víctor consiguió sacarse del bolsillo los papeles y dejárselos a Boris Navia, justo cuando los soldados lo tomaban de los brazos y se lo llevaban. Nunca volvieron a verlo.” Cuenta su mujer la bailarina Joan Turner: “Le quiebran las manos. Luego lo acribillan hasta matarlo, y su cuerpo es arrojado a la calle y recogido después por una patrulla, que lo lleva hasta la morgue de la ciudad. Allí lo encuentro yo, entre montones de cuerpos de estudiantes, de trabajadores, de profesores.”
Me parece escuchar el ruido de los disparos en ese estadio inmensamente vacío. Y luego la voz nítida de Víctor Jara cantando “De nuevo quieren manchar/mi tierra con sangre obrera, /los que hablan de libertad/y tienen las manos negras;/los que quieren dividir/a la madre de sus hijos/y quieren reconstruir/la cruz que arrastrara Cristo.
Quieren ocultar la infamia/que legaron desde siglos, /pero el color de asesinos/no borrarán de su cara. /Ya fueron miles y miles/los que entregaron su sangre/y en caudales generosos/
multiplicaron los panes.
Ahora quiero vivir/junto a mi hijo y mi hermano/la primavera que todos/vamos construyendo a diario
No me asusta la amenaza,/patrones de la miseria,/la estrella de la esperanza/continuará siendo nuestra.
Vientos del pueblo me llaman,/vientos del pueblo me llevan,/me esparcen el corazón/y me avientan la garganta./Ahí cantará el poeta/mientras el alma me suene,/por los caminos del pueblo/desde ahora y para siempre”
Está ubicado entre dos amplias plazas. Una de ellas, denominada De la ciudadanía fue inaugurada en diciembre del 2005 como parte de las obras del Bicentenario. Por su entrada sobre la calle Moneda y en la esquina de Morandé se levanta la estatua de Salvador Allende Gossens (1908-1973). Tanto al frente como a su espalda se consignan frases de su discurso póstumo: “Tengo fe en Chile y su destino 11-09-1973 ““Mucho más temprano que tarde de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.
Entramos ahí donde luchó y finalmente se suicidó Salvador Allende. Solo se pueden visitar los patios. Nada recuerda a la vista del público el hecho histórico. Recordemos por un momento esas horas finales de la pluma de Catriel Etcheverri en “Salvador Allende La Revolución desarmada”: “A primera hora del martes 11 de septiembre un llamado telefónico alertó que el Almirante José Toribio Merino estaba sacando las tropas a la calle y que el regimiento Maipú del Ejército también abandona el cuartel. El Presidente ordenó cerrar los caminos que llevaban a Santiago al tiempo que se vestía apresuradamente y le pedía a un joven oficial de Carabineros que lo llevase a La Moneda. Una vez allí, poco antes de las 8 de la mañana, dirigió al pueblo chileno sus primeras palabras en ese fatídico día. Advirtió sobre el levantamiento militar contra “el gobierno legítimamente constituido, el gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano. Allende estaba decidido a resistir, pero no a que corriera sangre de la gente del pueblo, y por ello pidió a todos los trabajadores que ocuparan sus puestos de trabajo. Confiaba aún sin saber que era el principal responsable del alzamiento, que el General Pinochet cumpliría con su deber.
Apenas terminó de decir su mensaje, el edecán aéreo, Comandante Roberto Sánchez, le acercó una oferta: un avión DC-6 lo estaba esperando para escapar junto a su familia hacia el destino que él indicase. En ese momento debe haber recordado Allende al ex presidente radical Aguirre Cerda, y furioso respondió, como aquél, que no abandonaría el cargo que el pueblo le había encomendado. Años más tarde, el libro Interferencia secreta, de Patricia Verdugo, revelaría la grabación de la comunicación que había captado un operador de radio entre los militares golpistas, en la que Pinochet indicaba “el avión se cae, cuando vaya volando” y, en una segunda intervención, se le escuchó ordenar “En el camino lo van tirando abajo”. Poco antes de las 9, un mensaje radial indicaba que “ el señor Presidente de la República debe proceder a la inmediata entrega de su alto cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile” y amenazaba que, de no acatarse la orden “ recibirán castigo aéreo y terrestre” Allende respondió por radio una vez más: “…Hago presente mi decisión irrevocable de seguir defendiendo a Chile en su prestigio, en su tradición, en su forma jurídica, en su constitución” “Pronto llegaron a la Moneda decenas de las personas más allegadas al presidente, dispuestas a brindar su ayuda para defender al gobierno. Entre ellas, sus hijas Isabel y Beatriz, embarazada de ocho meses, la Payita y los integrantes de la guardia presidencial conocida como GAP (Grupo de Amigos del Presidente) entre quienes se contaba Enrique Ropert, el hijo de la Payita.
Cuando los aviones comenzaron a sobrevolar de manera amenazante La Moneda, y Allende supo que no había salida posible y que todas las fuerzas de seguridad lo habían traicionado, se dirigió una vez más al pueblo: “…Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros en este país” Más tarde, cuando el bombardeo era inminente pronunciaría su célebre y conmovedor discurso. Luego pidió a todos los que no fueran su guardia personal que se retiraran. Hubo que sacar a la fuerza a sus hijas. Cuando su amigo Augusto Olivares se suicidó en medio de las bombas, pidió un minuto de silencio a sus compañeros y les dijo: “Ya es hora de rendirse y salir”. “Todos accedieron Allende los llevó hasta la puerta y los hizo poner en fila “Primero la Payita” ordenó. El saldría último. Jamás lo hizo. Comenzaba, dice Etcheverri, la época más negra de la historia chilena. Una época que se adivinaba desde el mismo momento en que la Payita salió de La Moneda con el Acta de la Independencia en sus manos – Allende le había entregado la reliquia para salvarla del fuego- y un soldado anónimo, representante de quienes gobernarían con mano de hierro por casi dos décadas, se la arrebató para romperla en pedazos”
FIN DE LA PRIMERA PARTE
03-02-2008
POSTALES DE UN VIAJE (II)
Apenas algunos esbozos de un proceso complejo y lejos de la linealidad que habitualmente propagandizan los liberales argentinos. El gobierno iniciado en septiembre de 1973 tiene un primer período que concluye en una crisis de gigantescas proporciones en 1981, y se extiende hasta 1983, con algunos rasgos identificatorios con el abismo argentino del 2001. Una caída del PBI de aproximadamente del 16% y con un Estado haciéndose cargo de la deuda privada.
En esta primera etapa se aplicó el programa de estabilización de la ortodoxia monetarista. El gobierno se abocó a combatir la inflación, mientras se daban los pasos iniciales a la liberalización de algunos sectores económicos claves, como los mercados de capitales internos y el comercio internacional y la privatización de algunas empresas nacionalizadas.
Como el combate antiinflacionario tenía progresos muy menguados, en 1975 el Ministro de Hacienda Jorge Cauas efectuó una política de shock acompañada de una orientación monetaria restrictiva, sosteniendo la tradicional posición monetarista que la creación de dinero para financiar el déficit fiscal era la causa básica de la inflación al tiempo que se efectuaba una apertura de la economía. La deuda externa creció entre 1973 y 1982 de 3667 millones a 17153 millones según datos del Banco Central de Chile. La economía se concentró. La seguridad social quedó a partir de 1980 en las AFP, del cual derivarían las AFJP argentinas durante el menemismo. En el libro “Monetarismo y liberalización. El experimento chileno” de Sebastián Edwards y Alejandra Cox Edwards se sostiene: “En 1981-1982, la economía chilena fue embestida por tres choques negativos de considerable magnitud provenientes del exterior. En primer lugar, la relación de intercambio cayó en 30% entre 1980 y 1982. En segundo lugar, se dispararon las tasas de interés mundiales. Esto, más el menor valor de las exportaciones chilenas y la acelerada acumulación de la deuda externa en los años anteriores, condujo al incremento en la proporción del servicio de la deuda con respecto a las exportaciones, proporción que aumentó del 37% en 1980 a cerca del 60% en 1982. En tercer lugar, la repentina suspensión de las entradas de capital provenientes del exterior dio lugar a una gran disminución del gasto real……El papel clave desempeñado por el fracaso del sector financiero ….ha planteado la necesidad de comparar los males de una reglamentación excesiva con los de una falta casi absoluta de supervisión efectiva del sector financiero…….De hecho la situación financiera de la mayoría de los grupos más grandes fue tan débil que ya en 1980 muchas de sus empresas solo pudieron evitar la quiebra mediante la inyección continua de deuda…En enero de 1983 el gobierno reforzó su intervención y liquidó dos bancos a la vez que nacionalizó otros. Los dos grupos principales fueron también intervenidos y los funcionarios de uno de ellos fueron acusados de fraude. En ese tiempo se descubrió, para sorpresa de algunos, que la proporción de préstamos que los bancos habían hecho a las empresas propiedad de los grupos era extraordinaria. Por ejemplo, casi el 50% de los préstamos del mayor Banco Privado (el Banco de Chile) se había concedido a empresas que eran propiedad de ese grupo. Acaso la medida más controvertida que se adoptó para esas fechas fue la nacionalización de la deuda externa de los bancos liquidados, deuda que se había contraído con el exterior sin garantía gubernamental. Como respuesta a las presiones de los bancos internacionales, el gobierno chileno decidió asumir esa deuda, garantizando ahora su pago.” Todo esto además produjo una notable desocupación.
Está claro entonces que esta época puede ser asimilada económicamente al menemismo, impuesto con terrorismo de estado, que culmina con la crisis de la deuda y la solución adoptada es parecida a la que implementó Cavallo cuando era presidente del Banco Central durante la dictadura criminal. Pero los carniceros chilenos tuvieron el tacto y el interés propio de no privatizar Codelco, la empresa estatal del cobre que para Allende era el sueldo de Chile y para el grupo económico- militar que asalto el poder implicaba para este último un desvío del 10% de las exportaciones del cobre como aprovisionamiento de recursos.
La segunda etapa es 1982 -1997, donde se cambia la política cambiaria y alrededor de ella la política económica. Al principio del período hay una modificación del tipo de cambio y luego ajustes periódicos menos significativos. Entre 1982 y 1988 la devaluación real del peso ronda el 90%. Se realizó una intensa política de fomento de las exportaciones a través de incentivos fiscales. A la vera del tipo de cambio se desarrolló la construcción industrial y la especialización en la exportación de salmón a Japón, celulosa, papel, minería y vinos.
Entre 1984 y 1988 la economía creció a un 7,5 % promedio anual. Disminuyó en forma considerable la desocupación Hay en esta segunda etapa, salvando las distancias, algunos parecidos con el kirchnerismo. En una tercera etapa 1998-2007, los números macroeconómicos se mantienen favorables pero el ritmo de crecimiento no supera un 5% promedio. Ha bajado la pobreza, pero se mantiene altos índice de inequidad entre los sectores más y menos pudientes. De manera que el elogio en bloque al modelo chileno como si fuera una política inequívoca a lo largo de 34 años es una falacia interesada.
Según Jorge Liotti en la revista Debate de septiembre del 2007: “El modelo económico no ha sido eficaz para reparar las profundas inequidades generadas por las políticas neoliberales. La salud en Chile está altamente privatizada y las diferencias que existen en la calidad de los servicios con los prestadores públicos es abismal…. . La CUT, la Central única de trabajadores solicita un régimen de indemnización por despidos- hoy casi inexistente-, y la posibilidad de encarar negociaciones colectivas, un derecho vedado desde el pinochetismo….. A la vez el Estado aporta estabilidad y calidad institucional, defensa del territorio y acompañamiento para la estrategia exportadora del país. ….La revuelta de los pingüinos fue un fuerte llamado de atención sobre el sistema educativo. Los estudiantes secundarios reclamaron la reforma de la ley establecida en la época de Pinochet, la gratuidad del boleto escolar y del examen de ingreso a la Universidad. En Chile hay escuelas públicas, en general para los sectores pobres; escuelas subvencionadas por el Estado, en la que los padres deben pagar una cuota de aproximadamente 30 dólares; y colegios privados que son los más caros y exclusivos. En estos últimos la cuota es de entre 400 y 500 dólares mensuales a los que accede sólo el 10% de los chilenos ……Por todo ello según el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), Chile es el país más desigual de América Latina, después de Brasil, en virtud que el 10% más rico de la población goza del 47% de los ingresos, y el 10% más pobre apenas recibe el 1,2%. Siempre se habló del Chile del Primer Mundo, con sus autopistas inteligentes y su desarrollada política exportadora, y el Chile del Tercer Mundo, con sus bolsones de pobreza y marginalidad, semejante a cualquier otro país de la región. Si bien esta fragmentación no es nueva, es mucho más difícil de sostener en tiempo de bonanzas, como la que vive el país trasandino. Hoy hay una disputa feroz por la distribución del excedente de la renta”
El Prof. Pedro Godoy Presidente del Centro de Estudios Chilenos es lapidario con relación a las dos últimas presidencias presentadas como socialistas. Afirma: “Lagos y Bachelet son la expresión más típica de este socialismo que denominan "renovado" y sus adversarios "repodrido" que es socialdemocracia a la europea, neoliberal y pronorteamericana.”
NERUDA
Gracias, Hugo.
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