POR LAS VENAS ABIERTAS, CIRCULA LA ESPERANZA
Desde lo más profundo de
las venas abiertas de América Latina, surgen los rostros mestizos de los
eternamente silenciados. Luis Inácio Lula da Silva, arribó al gobierno de unas
de las 10 economías más grande del planeta desde la pobreza indescriptible del
noreste brasileño. A Lula nadie,
absolutamente nadie, le va a contar como es la miseria. Lula sabe muy bien
las honduras sin límites de esos lugares abandonados, donde el mundo no tiene
horizonte. Por eso dice, en este idioma nuevo que debería ser tan viejo como la
existencia de la injusticia: “Si alguien necesita del gobierno, es el pueblo
pobre”. Tampoco a Benedita da Silva, que de empleada de casas particulares,
analfabeta, llego a gobernadora de Río
de Janeiro y hoy es Secretaria de Desarrollo Social. O Marina Silva, analfabeta
hasta los 16 años, hija de la Selva Amazónica, donde tenía que ir con su padre
a arrancar el caucho de los árboles para ayudar a alimentar a su numerosa
familia. Hoy tiene 44 años, es Licenciada en Historia, fue la Senadora más
joven y es figura mundial de la ecología. Fue considerada por la revista Time
entre las 100 líderes del nuevo milenio. Lula la designó Secretaria de Medio
Ambiente. Su Ministro de Cultura Gilberto Gil sostiene:” Siempre tuvimos
pobreza en el Brasil, pero nunca tuvimos tanta violencia. Esta violencia viene
de las desigualdades sociales. Lo que aumentó en las últimas décadas es la
desigualdad.......Es ese escándalo social el que explica el carácter que asumió
la violencia urbana recientemente, subvirtiendo hasta los viejos valores del
delito brasileño. O Brasil acaba con esa violencia o la violencia acaba con
Brasil”
No son figuras aisladas.
Son frutos de la América Latina profunda que llegaron al poder a través de
forjar un instrumento colectivo: el PT, el Partido de los Trabajadores. Por eso
Lula no empezó con el Presupuesto Cero, como tanto “progresista de café” que
reclutó la Alianza . Lula dijo: “hambre
cero, favelas cero”. Al asumir
afirmó: “ El pueblo brasileño me eligió para cambiar.... Ante el agotamiento de
un modelo que produjo estancamiento, desempleo y hambre, el fracaso de la
cultura del individualismo y la indiferencia ante el prójimo, la precariedad de
la seguridad, la sociedad eligió cambiar.
Ella misma comenzó a promover el cambio........La
esperanza venció al miedo. No soy el
resultado de una elección. Soy el resultado de una historia. Estoy
concretando el sueño de generaciones, que antes de mí lo intentaron y no lo
consiguieron”. Convocó a una movilización nacional contra el hambre, una causa
tan importante dijo, como la creación de Petrobras o la redemocratización del
país. Llevó a sus ministros para que
conocieran las miserias del país real. No es lo mismo ajustar números que
personas. En Piauí, donde el 38% de sus 2,7 millones de habitantes no saben
leer ni dibujar la firma les dijo a sus colaboradores: “No hay nada más sagrado que comer todos los días como Dios manda”. Prometió al finalizar su mandato
que todos los brasileños desayunarán, almorzarán y cenarán.” Ha hecho alianza
con la burguesía paulista. No es de descartar que algún grupo fundamentalista
de izquierda exija: “ Merienda ya”.
Las herramientas del
cambio están proclamadas: reforma agraria y reindustrialización. Y el pueblo
como el centro de toda la asignación de recursos a través del presupuesto. Se
rompe aquí la zoncera acuñada en nuestro país por Nicolás Avellaneda,
calificada así por Arturo Jauretche, transmitida de generación en generación,
enaltecida por el establishment y seguida a pie juntillas por los neoliberales
y conversos: “Pagaré la deuda sobre el hambre y la sed de los argentinos”. Los virreyes
después acreditan como éxito que los acreedores aplaudan. No son estúpidos, sino
que nos toman por estúpidos.
Lula tiene un sueño que es compartido por millones y millones de
latinoamericanos. Lo dijo en el Foro de Porto Alegre, tal vez recogiendo el
memorable discurso de Martín Luther King en las escaleras del Congreso
norteamericano, donde culminaba la lucha por los derechos civiles de los
negros, iniciada por Rosa Park que se negó a dejarle su asiento a un blanco en
1954. “Mi sueño es cumplir con la reforma agraria. Mi sueño es contar con una
escuela pública eficiente. Con una universidad que no sea un privilegio para
tan sólo el 8% de la población sino un derecho para todos. Sueño que no muera
nadie frente a ningún hospital público por falta de atención médica. Sueño con
una sociedad más justa, más libre e igualitaria en la que la riqueza se
distribuya con mayor equidad. ... Nosotros no podemos aceptar lo que está
aconteciendo en el mundo. No podemos aceptar el bloqueo a Cuba. No podemos
aceptar que haya países marginados durante siglos. No podemos aceptar que
Brasil, teniendo el tamaño que tiene, tenga los mayores índices de pobreza y
miseria. Yo no puedo dejar de venir acá y decirles : “gente valió la pena”. Y
valdrá mucho más la pena cuando la gente pueda venir aquí el último día de mi
gobierno y con los datos en la mano, comprobar que nosotros hicimos en cuatro
años más de lo que otros no hicieron en decenas de años en este país. .....
Hasta la victoria, si Dios quiere.” Más
allá de la voluntad de Dios, que así sea.
28-01-2003
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