Hace más de trece años,
en enero del 2003, cuando en América Latina empezábamos a observar que las
utopías escondidas durante el vendaval neoliberal empezaban a emerger, escribí:
“Desde lo más profundo de las venas abiertas de América Latina, surgen los
rostros mestizos de los eternamente silenciados. Luis Inácio Lula da Silva,
arribó al gobierno de unas de las 10 economías más grandes del planeta desde la
pobreza indescriptible del noreste brasileño. A Lula nadie, absolutamente nadie, le va a contar cómo es la miseria.
Lula sabe muy bien las honduras sin límites de esos lugares abandonados, donde
el mundo no tiene horizonte. Por eso
dice, en este idioma nuevo que debería ser tan viejo como la existencia de la
injusticia: ““Si alguien necesita del
gobierno, es el pueblo pobre.”” Tampoco a Benedita da Silva, que de
empleada doméstica analfabeta, llegó a gobernadora de Río de Janeiro y hoy es
Secretaria de Desarrollo Social. O Marina Silva, analfabeta hasta los 16 años,
hija de la Selva Amazónica, donde tenía que ir con su padre a arrancar el
caucho de los árboles para ayudar a alimentar a su numerosa familia. Hoy tiene
44 años, es Licenciada en Historia, fue la Senadora más joven y es figura
mundial de la ecología. Fue considerada por la revista Time entre las 100
líderes del nuevo milenio. Lula la designó Secretaria de Medio Ambiente. Su
Ministro de Cultura Gilberto Gil sostiene:
““Siempre tuvimos pobreza en el Brasil, pero nunca tuvimos tanta violencia.
Esta violencia viene de las desigualdades sociales. Lo que aumentó en las
últimas décadas es la desigualdad.......Es ese escándalo social el que explica
el carácter que asumió la violencia urbana recientemente, subvirtiendo hasta
los viejos valores del delito brasileño. O Brasil acaba con esa violencia o la
violencia acaba con Brasil””. No son figuras aisladas. Son frutos de la América
Latina profunda que llegaron al poder a través de forjar un instrumento
colectivo: el PT, el Partido de los Trabajadores. Por eso Lula no empezó con el
Déficit Cero, como tanto “progresista de café” que reclutó la Alianza . Lula dijo: hambre cero, favelas
cero. Al asumir afirmó: ““El
pueblo brasileño me eligió para cambiar.... Ante el agotamiento de un modelo
que produjo estancamiento, desempleo y hambre, el fracaso de la cultura del
individualismo y la indiferencia ante el prójimo, la precariedad de la
seguridad, la sociedad eligió cambiar.
Ella misma comenzó a promover el cambio........La
esperanza venció al miedo. No
soy el resultado de una elección. Soy el resultado de una historia. Estoy concretando el sueño de generaciones,
que antes de mí lo intentaron y no lo consiguieron””. Convocó a una
movilización nacional contra el hambre, una causa tan importante dijo, como la
creación de Petrobras o la redemocratización del país. Llevó a sus ministros para que conocieran
las miserias del país real. No es
lo mismo ajustar números que personas. En Piauí, donde el 38% de sus
2,7 millones de habitantes no saben leer ni dibujar la firma le dijo a sus
colaboradores: ““No hay nada más
sagrado que comer todos los días como Dios manda””. Prometió al
finalizar su mandato que todos los brasileños desayunarán, almorzarán y
cenarán. Ha hecho alianza con la burguesía paulista. No es de descartar que
algún grupo fundamentalista de izquierda exija: “Merienda ya”.
TRECE AÑOS DESPUES: EL DESPLAZAMIENTO DE DILMA
Estar del lado de los
débiles, es vivir inviernos prolongados con interrupciones breves de primaveras
cortas. El ciclo latinoamericano iniciado por Hugo Chávez en Venezuela y
extendido a Brasil, Argentina, Bolivia,
Ecuador, Nicaragua y con menor intensidad a Chile, Uruguay y Paraguay está en
claro retroceso. En los dos países mayores, Brasil y Argentina, la restauración
conservadora llega con ferocidad y una pavorosa sed de venganza.
El medio ha sido Dilma
pero el objetivo final es Lula. El espectáculo del Congreso Brasileño ha sido
impúdico. Se han traído al presente hasta la reivindicación de la prolongada
dictadura brasileña. Personajes menores cubiertos de corrupción, marionetas del establishment local y
teledirigidos desde el norte continental, arremetieron contra una presidente al
que no le pudieron encontrar hechos de corrupción.
En un discurso memorable con párrafos que recuerdan al último pronunciado por Salvador Allende
cuando bombardeaban La Moneda, Dilma dijo: “Hoy en día,
el Senado tomó una decisión que entra en la historia de las grandes
injusticias. Senadores que votaron por el juicio político eligieron desgarrar
la Constitución Federal. Se decidió por la interrupción del mandato de un
presidente que no ha cometido ningún delito. Condenaron a un inocente y consumado un golpe parlamentario. Con
la aprobación de mi salida definitiva, los políticos buscan desesperadamente escapar
del brazo de la Justicia tomando el poder unido a los derrotados en las cuatro
últimas elecciones. No acceden al gobierno por el voto directo, como
lo hicimos yo y Lula en 2002, 2006, 2010 y 2014. Ellos se apropian del
poder mediante un golpe de Estado.
Es
el segundo golpe que enfrento en la vida. El primero, el golpe militar, apoyado
por la truculencia de las armas de la represión y la tortura, me encontró
cuando era una joven militante. El segundo golpe parlamentario hecho hoy a
través de una farsa legal, me saca del cargo para el cual fui elegida por el
pueblo. Se trata de una elección indirecta clara, en la que 61 senadores
sustituyeron la voluntad expresada por 54.500.000 de votos. Es un fraude, contra el que
también vamos a pelear en todas las instancias posibles. Causa espanto que la
mayor acción contra la corrupción en nuestra historia, propiciadas por
medidas adoptadas y las leyes promulgadas entre 2003 y profundizadas en mi
gobierno, lleven al poder a un grupo de corruptos investigados. El
proyecto nacional progresista, incluyente y democrático que represento está
siendo interrumpido por una poderosa fuerza conservadora y reaccionaria, con el
apoyo de una prensa partidista y corrupta. Se capturarán las instituciones del
Estado para ponerlas al servicio del más radical liberalismo económico y del
retroceso social. Pero el golpe no se acaba de cometer contra mí y mi partido.
Este fue sólo el comienzo. El golpe golpeará indistintamente cualquier
organización política progresista y democrática.
El
golpe está en contra de los movimientos sociales y sindicales y contra los que
luchan por los derechos en todos sus significados: el derecho al trabajo y la
protección de las leyes laborales; derecho a una jubilación justa; el derecho a
la vivienda y a la tierra; el derecho a la educación, la salud y la cultura;
el derecho a la juventud de protagonizar su historia; los derechos de los
negros, los indígenas, la población LGBT, las mujeres; el derecho a hablar sin
ser reprimido.
El golpe es contra el pueblo y contra
la Nación. El golpe es misógino. El golpe es homofóbico. La estafa es racista.
Es la imposición de la cultura de intolerancia, los prejuicios, la violencia.
Les pido a los brasileños y las
brasileñas que me escuchan. Le hablo a los más de 54 millones que votaron por
mí en 2014. Hablo a 110 millones, lo que apoyó la elección directa como forma
de elección de presidentes. Hablo
sobre todo a los brasileños que durante mi gobierno superaron la pobreza,
hicieron realidad el sueño de tener su casa, comenzaron a recibir
atención médica, entraron en la universidad y ya no son invisibles a los ojos
de la Nación, pasando a tener los derechos que siempre se les negaron.
La incredulidad y el dolor que nos golpeó en momentos como éste son malos
consejeros. No debemos renunciar a la
lucha.
Escuchen bien:
creen que nos ganaron, pero están equivocados. Sé que todo el mundo va a
luchar. Habrá contra ellos la más firme, incansable y llena de energía
oposición que un Gobierno golpista puede sufrir. Cuando el presidente Lula
fue elegido por primera vez en 2003, llegamos al gobierno cantando juntos que
nadie debe tener miedo de ser feliz. Por más de 13 años, llevamos adelante
el proyecto más exitoso en la historia de nuestro país,
promoviendo una mayor inclusión social y la reducción de las
desigualdades. Esta historia no termina así. Estoy seguro de que la
interrupción de este proceso por el golpe no es definitiva. Estaremos de
vuelta. Volveremos a continuar nuestro viaje hacia un Brasil, donde el pueblo
es soberano. Espero que sepan unirse en defensa de las causas
comunes para todos los progresistas, independientemente de su partido o
posición política. Propongo luchar todos juntos contra el retroceso, contra
la agenda conservadora, contra de la extinción de los derechos, de la soberanía
nacional y por el pleno restablecimiento de la democracia Dejo
la Presidencia como cuando entre: sin haber incurrido en ningún acto ilegal;
sin haber traicionado ninguno de mis compromisos; con dignidad y presionando el
pecho el mismo amor y admiración por los hombres y las mujeres brasileñas y la
misma voluntad de seguir luchando por Brasil. Esta es mi verdad. Di lo
mejor de mi capacidad. Yo no huyo de mis responsabilidades. Me conmovió el
sufrimiento humano, me conmovió la lucha contra la pobreza, el hambre
y la desigualdad. Dimos
buenos combates. Perdimos algunos, gané muchos y en este momento, me
siento inspirada por Darcy Ribeiro: No
me gustaría estar en el lugar de los que se creen ganadores. La historia
será implacable con ellos.
A
las mujeres brasileñas, que me cubrían las flores y el afecto, les pido
que crean que se puede. Las futuras generaciones de brasileña
sabrán que la primera vez que una mujer ocupaba la Presidencia de Brasil,
el machismo y la misoginia mostraron sus caras feas. Hemos abierto un
camino de una sola vía hacia la igualdad de género. Nada nos hará
retroceder.
En este momento, no voy a
decirles adiós. Estoy segura de que se puede decir "hasta dentro
de un rato".
EL ANÁLISIS POLÍTICO
Para llegar al gobierno, después de tres derrotas electorales, Lula
realizó alianzas muy amplias con diferentes sectores del establishment. Llegó
con las manos atadas que le impidieron afectar mínimamente al poder económico.
Pero una coyuntura económica muy favorable de aumento de los productos
primarios le permitió concretar avances sociales muy significativos, sin
afectar al poder económico. Esto sucede muy excepcionalmente, porque para
mejorar el nivel de vida de los pobres es necesario afectar poderosos
intereses. Aquello tan conocido que para hacer una tortilla es imprescindible romper
los huevos Las clases altas y muchas franjas medias vieron con preocupación en
algunos casos y con odio en la mayoría de los casos, cómo treinta millones de pobres se convertían
en clase media baja. En la Argentina durante el kirchnerismo, se usó hasta la
saturación el ejemplo de Brasil: la distancia permitía evitar el malestar del
ascenso de los sectores populares que produce tanta irritación también en
nuestro país, y elogiar su poca o nula afectación del poder económico
El PT que se conformó y llegó con importante clase obrera, se fue
transformando en el partido que ganaba
en las provincias más pobres adonde por primera vez llegaba la mano del estado.
La política social y la exterior integrando el BRIC, pero con la mirada y la
orientación hacia la Patria Grande, fueron hitos de los gobiernos de Lula y
Dilma.
Cuando esta fue por la reelección que ganó por una exigua diferencia,
cometió el enorme error de aplicar la política económica conservadora y neoliberal
del derrotado competidor Aecio Neves.
Un gobierno popular debería o debe saber que nunca tendrá la confianza
del establishment, aunque claudique y realice sus políticas. No seducirá al
adversario, pero irá erosionando su base de sustentación con decisiones
antipopulares. Eso es lo que vivió Dilma, junto con denuncias de corrupción que
no la involucraban, cuyo apoyo cayó muy
rápidamente debajo del 10% lo que creó las condiciones para su fraudulento,
aunque formalmente legal,
desplazamiento.
Durante muchos años el poder económico argentino y sus voceros
mediáticos contraponían el Brasil de Lula a la Argentina del kirchnerismo. A la distancia, el ascenso social de los
pobres no molestaba y en cambio la entronización de políticas económicas
compartidas por el establishment, era
otro argumento para enfrentar al populismo kirchnerista.
GETULIO
VARGAS
No es la primera vez que ocurre algo parecido en Brasil. Getulio Vargas,
que fue presidente cuatro veces, en su última presidencia fue obligado a
renunciar y al suicidio. En
la madrugada del 24 de Agosto de 1954, se realizó un dramático Consejo de
Ministros. Se usó un argumento trillado: el alejamiento del presidente podía
dar solución a la crisis, de lo contrario, el país corría el peligro de
precipitarse en una guerra civil.
Vargas accedió. Era
necesario evitar el derramamiento de sangre. Instantes después reunió a su
familia: “Voy a descansar”, le dijo a su hijo. Y a las 9.35, una detonación de
bala puso fin a su vida. La noticia corrió como reguero de pólvora.
Antes de hacerlo escribió una carta que entre otras cosas decía: “Una vez más las fuerzas que los intereses contra el pueblo coordinaron,
se desencadenan sobre mí. No me
acusan, me insultan. No me combaten, me calumnian. No me dan derecho a defensa.
Necesitan sofocar mi voz e impedir mi acción, para que no siga defendiendo al
pueblo y principalmente a los humildes. Sigo el destino que me es
impuesto. Después de decenios de dominio y explotación de los grupos económicos
y financieros, fui jefe de una revolución y
triunfé…A la campaña subterránea de
los grupos internacionales, se juntó la de los grupos nacionales rebelados
contra el régimen de garantía del trabajo. La ley de lucros extraordinarios ha
sido detenida en el Congreso. Contra la justicia de la revisión del
salario mínimo, ha desencadenado odios contra mí”.
Luego añade: “Hice crear la libertad nacional de potencialidad de
nuestras riquezas a través de Petrobras y fue entorpecida hasta la
desesperación. No quieren que el trabajador sea libre… Ganancias de empresas
extranjeras del 500% anuales, fraudes comprobados de 100 millones de dólares……..Os
di mi vida y ahora ofrezco mi muerte.”
A su heredero político Joao Goulart que asumió en su carácter de
vicepresidente más de una década después, fue derrocado por el sangriento golpe
del 31 de marzo de 1964 y posiblemente asesinado mientras era sometido a una
intervención quirúrgica.
BRASIL DESDE LA POESÍA
El periodista mendocino Julio Rudman ha escrito un poema bajo el título
“Han vuelto a matar” dedicado a Raúl Fitipaldi, que refleja con precisión, esta
hora muy dolorosa. Dice así:
“A las
13,35 de hoy, miércoles 31 de agosto de 2016/han vuelto a matar.
Sesenta
y un crápulas, rencorosos y corruptos/han vuelto a matar./
A Luiz
Carlos Prestes y su Columna libertaria/a Jorge Amado y los subterráneos de la
libertad./
A
Gabriela, a Doña Flor y sus dos maridos,/a Francisco Juliao, el maestro rural./
A Paulo
Freire, abrazado a sus discípulos./A Guimaraes Rosa y a su sertón./
A
Drummond de Andrade y a su rosa del pueblo./Han vuelto a matar Antonio Carlos
Jobim./
Han
matado también al obrero albañil de Chico Buarque,/han destrozado el
andamio de su poesía./
Hoy, a
esa hora, murió otra vez Elis Regina./Mataron a Monteiro Lobato nuevamente
en su
rancho del pájaro amarillo./Mataron a Vinicius, enamorando a la garota en las
arenas
de
Ipanema../Han asesinado en vida a Nélida Piñón/y a su corazón andariego./
José
Mauro de Vasconcelos volvió a morir/al pie de su planta de naranja lima./
Gilberto
Gil llora su propia muerte./Caetano muere su propio llanto y María Bethania
acaricia un pentagrama mutilado./
Naná
Vasconcelos los espera para soñar juntos que esta pesadilla pasará./
Y que
Joao Ribeiro vuelva a escribir
Viva o povo brasileiro.”
UNA DERROTA CON PROYECCIÓN CONTINENTAL
Como Simón Bolívar en el
siglo XIX, el sueño de la Patria Grande naufraga en la virulenta contraofensiva
neoliberal que hace de la fragmentación una política de dominación. El político, ensayista e historiador
Jorge Abelardo Ramos, autor de La
historia de la Nación Latinoamericana sostenía: "América Latina
no se encuentra dividida porque es subdesarrollada. Sino que es subdesarrollada
porque está dividida…….. Somos un país porque no pudimos integrar una Nación y fuimos argentinos porque fracasamos en ser latinoamericanos. " La Patria Grande fue una idea revolucionaria en el siglo XIX y lo
sigue siendo imperiosamente en el siglo XXI.
Por eso, en el retroceso pasamos del NO al ALCA, el Mercosur, la UNASUR,
al intento manifestado de firmar el Acuerdo Transpacífico de Cooperación
Continental, y lo convenios de libre comercio bilateral con los EE.UU.
La política que esboza el presidente de facto del Brasil, Michel Temer,
es brutal con propuesta inédita como congelar los gastos de salud y educación
por dos décadas, ampliar la edad jubilatoria, avanzar en las privatizaciones,
considerar que las manifestaciones deben ser reprimidas porque según el
Secretario de Seguridad, “los manifestantes deben ser tratados como integrantes
de grupos de guerrilla urbana, vándalos o terroristas”, entre otros adefesios.
La caída por diferentes caminos de Argentina y Brasil, parece precipitar
la situación en Venezuela.
La mano invisible del mercado, que en realidad significa cortarle las
manos al Estado para que no pueda ir en auxilio de los necesitados e
implementar políticas liberadoras como país, dejándolo como garantía de los
derechos de los poderosos, avanza sobre nuestro continente. Es un reflujo
brutal y despiadado.
Horas aciagas, nubes negras, se perciben en el horizonte. En algunas
zonas la tormenta devastadora ya ha llegado. Es imposible pronosticar cuanto
tiempo tardará para que los tiempos cambien. Las luchas y políticas
inteligentes son imprescindibles para capear y amortiguar la tormenta y empezar
nuevamente avizorar aquello que Shakespeare puso en boca de uno de sus
personajes: “La oscuridad más profunda es la que precede al amanecer”
Pero tanto Dilma hoy, como Salvador Allende hace 43 años, en los momento
más dramáticos, no perdieron el optimismo sobre el triunfo final de sus
propuestas. Después de más de cuatro décadas, el discurso del Chicho emociona:
“Trabajadores
de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este
momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse.
Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las
grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad
mejor.” No se puede adelantar cuando, pero seguramente algún día esta oscuridad se disipará y por las grandes alamedas de nuestra América Latina, otros hombres asumirán la bandera de Bolívar, San Martín, Martí, Morazán, Monteagudo, Artigas, Sucre, Belgrano, Juana Azurduy, Sandino, Zapata, Allende, Chávez, Correa, Lula, Evo, el Pepe Mujica, Néstor Kirchner, Jorge Abelardo Ramos, Juan Domingo Perón, Manuel Ugarte, Jorge Enea Spilimbergo, Francisco Solano López, Felipe Varela, el Chacho, en una escueta, mínima lista de aquellos que acariciaron un sueño compartido
Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las
grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad
mejor.” No se puede adelantar cuando, pero seguramente algún día esta oscuridad se disipará y por las grandes alamedas de nuestra América Latina, otros hombres asumirán la bandera de Bolívar, San Martín, Martí, Morazán, Monteagudo, Artigas, Sucre, Belgrano, Juana Azurduy, Sandino, Zapata, Allende, Chávez, Correa, Lula, Evo, el Pepe Mujica, Néstor Kirchner, Jorge Abelardo Ramos, Juan Domingo Perón, Manuel Ugarte, Jorge Enea Spilimbergo, Francisco Solano López, Felipe Varela, el Chacho, en una escueta, mínima lista de aquellos que acariciaron un sueño compartido
Como sostenía el obispo
brasileño Helder Cámara: “Cuando sueñas solo, sólo es un sueño; cuando sueñas con
otros, es el comienzo de la realidad.”
06-09-2016
en la lista te faltó Cristina.
ResponderEliminarCreo que solo nombró a los que murieron fisicamente.
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