Hola, Mauricio. Soy
Tom, el nieto menor de Francisco, uno de los sobrevivientes del Holocausto de
la Segunda Guerra Mundial agasajado por vos el último lunes, en la Casa Rosada.
Gracias, muchas gracias por el reconocimiento y por recibirlo: le sacaste una
sonrisa, que no es poco, a su edad y con su historia a cuestas. ¿Leíste el
libro que te regaló, cuando la Ciudad lo declaró “Personalidad Destacada de los
Derechos Humanos”? Ahí cuenta por qué lo escribió:
para que no se repitan hechos semejantes, textual, tal como lo replicaste vos
en las redes sociales. Y es que el testimonio de los sobrevivientes es lo único
que queda. Todavía se puede seguir luchando por la memoria de esos millones de
muertos, pero a ellos la verdad y la justicia les pasó por arriba: ya no dan
los tiempos.
Mi abuelo nunca supo
ni sabrá cómo murieron muchos de sus familiares. “Bueh, ya está”, suele decir,
como una muletilla resignada. Pero en Argentina no está nada. Todavía se puede
buscar la verdadera Verdad y la justa Justicia. Hay juicios que no prescriben,
cientos de nietos por recuperar, más de 30 mil razones que Lopérfido intenta
minimizar. Y vos, como presidente, alguna mano podrías dar. Por eso me dolió,
al día siguiente del acto, escuchar que le negaste una reunión a Estela por
falta de tiempo. A Estela.
Ella nunca me cocinó
como la abuela Hinda, pero si en 1977 un milico se hubiera apropiado de mi
hermano, hoy Estela también lo estaría buscando. Por eso es un poco mi abuela,
la de todos. La tuya también, porque todos los argentinos somos un poco primos.
Y entonces, de primo a primo te lo digo: a las abuelas no se les niega una
visita. A las abuelas se las escucha. Se las ayuda. Ahora, si estás enojado con
Estela, blanquealo, que ella igual es fuerte, más fuerte que el dolor.
Eso sí, mientras sigas
postergándola por falta de tiempo, tal vez no sea tan conveniente que vuelvas a
subir fotos jugando al lego en la casa de una señora que elegiste entre tus
seguidores en Facebook, porque alguien podría sospechar que te sobra tiempo
para cosas menos relevantes. O que, quizás, algunos genocidios no te parecen
tan importantes.
Saludos cordiales,
Tom Wichter.
Nieto de Francisco
Wichter,
Personalidad Destacada
de los Derechos Humanos.
Como la bobe Estela.
Qué se puede comentar, está todo dicho en la carta. Aunque la infamia de cierta gente excede calificaciones. Disfraza de amplitud de criterios lo que no es más que marcar la cancha de a quienes quiere proteger y a quienes piensa destruir. También se reunió con los familiares de los muertos por la guerrilla, no sólo Lopérfido ofendió nuestra memoria, sino el presidente, reactualizando la teoría de los dos demonios.
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