Esa
noche del 25 de octubre María Eugenia Vidal no podía contener la emoción; y era
lógico: se alzaba con un triunfo que no estaba ni siquiera en sus expectativas.
A la hora de las celebraciones y de los discursos, un acto fallido que superó
con elegancia le jugó una premonitoria mala pasada: “Cambiamos futuro por
pasado”. Empardó aquella protagonizada por Deolindo Felipe Bittel en la campaña
electoral de 1983, en la cancha de Vélez, cuando afirmó: “La opción es liberación o dependencia y nosotros optamos por la
dependencia”. Seis años después, Menem comenzaría a hacer realidad este
fallido. En el caso de “Cambiemos”, la distancia fue mucho más corta: sólo del
22 de noviembre al 11 de diciembre.
LA
VENGANZA SERÁ TERRIBLE
El
discurso de “la reconciliación de los argentinos” resulta tan falso como en su
momento fue el de Justo José de Urquiza después del triunfo en Caseros; y el de
Eduardo Lonardi quien plagió al entrerriano el 23 de septiembre de 1955: “ Ni
vencedores ni vencidos”. Siempre hay
vencedores y vencidos. Lo que cambia, según sea el modelo que se imponga, es
quiénes son los que celebran y quiénes padecen la alegría de los victoriosos.
Es inútil maquillar o soslayar que la Argentina tiene la particularidad que dos
concepciones de país se alternan, no teniendo ninguno la posibilidad hasta
ahora de un triunfo definitivo de una sobre la otra.
Esa
es la brecha o la grieta que se ha enarbolado como una consecuencia del
kirchnerismo y que tiene en realidad doscientos dieciséis años. La diferencia
es que cuando gana el modelo agroimportador cruzado con el de rentabilidad
financiera, las venganzas que perpetran son
infames y repulsivas, con una impudicia y desfachatez que producen tanto
dolor como perplejidad. El daño que consuman necesitan publicitarlo como ejemplo
y para desmovilizar a los sectores populares. Si después de Caseros (y
fundamentalmente con Mitre) se llevó a cabo una persecución criminal contra los
caudillos del norte argentino -como una avant premiere del siglo XIX de lo que
se concretaría en escala superlativa en el siglo XX con la dictadura
establishment militar-, en la Revolución Fusiladora se realizó bajo un discurso
republicano y democrático, lo que Américo Ghioldi expresó con notable
sinceridad y precisión: “Se acabó la leche de la clemencia”: en el exilio y la
proscripción de Perón, se sintetizaba la proscripción de las mayorías populares.
El
triunfo democrático de un partido de derecha en el 2015 enarbolando un discurso
de institucionalidad, republicanismo, división de poderes, reconocimiento de
las muchas cosas que se hicieron bien durante los 12 años del kirchnerismo, la
necesidad de superar la idea refundacional de cada gobierno de signo contrario,
agonizó desde las primeras horas del 11 de diciembre. Como ya puede deducirse, no se trata de un cambio de gobierno sino
de régimen que incluso quiere formatear a la oposición apuntando a un
peronismo descafeinado y light de matriz socialdemócrata, en donde la
alternancia no cuestione la matriz económica (como sucede por ejemplo en Chile)
y los dos modelos queden reducidos a uno solo triunfante. Si el Congreso
era una escribanía, pero cuyas mayorías habían sido elegidas por el pueblo,
ahora permanece cerrado. Si el INDEC adulteraba las cifras, ahora para no
reflejar la inflación galopante directamente no habrá información oficial hasta
el mes de septiembre. Si la justicia no iba a ser macrista, en la tercera
semana de gobierno el presidente dejó de estar procesado, mientras designaba
dos jueces de la Corte Suprema por decreto de necesidad y urgencia. Si las
formas de la ex presidenta irritaban a los votantes de Cambiemos y del Frente
Renovador, ahora el Presidente invita a
la oposición no kirchnerista a tomar el té; y luego altera en forma
significativa a favor de CABA el porcentaje de la coparticipación y en forma
brutal y sin anticiparles, autoriza el derribo de aviones por un simple
decreto. Ésta última una medida maquetinera posiblemente abstracta mientras lo
concreto es que derriba el poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones. Macri
define su política como espejo invertido del kirchnerismo. Apenas unos
ejemplos: si la Presidenta no hacía conferencias de prensa el nuevo presidente
sí las realiza; si Cristina Fernández viajaba en el avión presidencial, Macri
lo hace en avión de línea; si la Argentina estableció relaciones estrechas con
Rusia y China, el nuevo presidente argentino las congela privilegiando a EE.UU
y a la Comunidad Económica Europea; si el gobierno anterior no aceptaba las
revisiones periódicas del FMI, el nuevo gobierno las propone; si anteriormente
se bajaba drásticamente la relación deuda externa-PBI, ahora se intenta
recurrir al endeudamiento; si antes se trataba de intervenir en el mercado y
acotar a las corporaciones, ahora se desmantela al estado y se coloca a los
CEOS de las corporaciones o sus
representantes directos en el gobierno; si el Fútbol Para Todos lo centralizaba
la televisión pública, ahora los costos seguirán siendo del estado y los
beneficios para Canal 13 y en menor medida para el 11 quienes se quedarán con
la televisación de los partidos principales; si antes en la mayor parte de los
casos se evitó la criminalización de la protesta social, ahora se la reprime y
se la criminaliza; si antes las
jubilaciones se actualizaban dos veces por año, siempre por arriba de la
inflación calculada incluso por las consultoras privadas, ahora se adelanta que
en marzo el aumento será del 15% lo que quedará por debajo de la inflación de
los últimos seis meses. Y así se podría seguir en forma interminable.
La
discriminación y la persecución ideológica se observa en diferentes aspectos, a
veces en forma grosera cuando se revisan los correos de los empleados públicos;
y otra en forma ladina cuando en forma indiscriminada se los acusa de ñoquis y
militantes, pero alcanza para
ejemplificar con dos casos: el de Milagros Sala y el del nuevo nombre del
CENARESO.
Milagros
Sala ha realizado una obra notable iniciada cuando el Estado estaba en retirada
al inicio del siglo XXI, que incluye viviendas, hospitales, fábricas y rescatado
de la marginalidad y la droga a miles de jujeños, de esa marginalidad que ella
misma transitó. Pero les dio a sus seguidores algo superior a todo eso:
dignidad y autoestima.
Sus
construcciones siempre incluyen piscinas de tamaños monumentales, posiblemente
como una forma de reparar la discriminación que padeció a raíz del color de su
piel por la que no la dejaban ingresar a las piletas públicas.
Tiene
acusaciones por autoritarismo, manejo discrecional de fondos, patoterismo, y
por apropiación de fondos públicos. Pero está presa por un acampe en una plaza
pública con la imputación de promoción de tumultos. Por un momento, y como en
el método de resolver un teorema por el absurdo, demos por buenas todas las
acusaciones que pesan sobre ella; pero el hecho de clausurar algunas de las
piletas construidas o vaciar otras, revela con claridad que como en el caso de
Perón en su oportunidad, que se castiga en su persona a los que representa y lo
que ha hecho. Es la clara exteriorización de un odio de clase que ubica a
Gerardo Morales en la misma vereda de los coroneles de Mitre, o los Sanmartino,
Rojas y Aramburu en 1955.
En la Cámara de Diputados se había aprobado darle al
CENARESO (Centro Nacional de Recuperación Social) el nombre de Laura Bonaparte
quien fuera psicoanalista e
incansable luchadora en el trabajo de defender la salud mental y la
memoria social como pilares fundamentales de una sociedad más igualitaria.
Madre de Plaza de Mayo, padeció la desaparición de tres de sus cuatro hijos, al
igual que su compañero y padre de los
mismos.
Faltaba para concluir el trámite de la
denominación, la aprobación del Senado (la que se daba por descartada), por lo
cual los directivos del hospital en acuerdo con el Ministerio de Salud
anterior, habían sido autorizados a
utilizar el nombre de Bonaparte en la web oficial y en las ambulancias del
nosocomio y así se estaba haciendo.
El actual Ministro de Salud, Jorge Lemus intimó a sus autoridades a retirar tanto de la
web como de las ambulancias del hospital
cualquier referencia a la Madre de Plaza de Mayo.
Sólo
dos casos de decenas. Organización social y derechos humanos personificados en
Milagros Sala y Laura Bonaparte. Dos
banderas del kirchnerismo que deben ser extirpadas dentro del discurso de la
reconciliación de los argentinos y el arte del acuerdo.
LA
BANDERA DE LA GUERRA AL NARCOTRÁFICO
La
lucha contra el narcotráfico es una bandera
plausible que merece ser apoyada partiendo de la base que en el mundo se
la viene perdiendo por goleada. El derribo de aviones ahora adoptado mediante
un decreto simple, lo tienen muy pocos países entre los que no se cuentan
siquiera los EE.UU con toda su parafernalia bélica. Los primeros pasos dados en
esta materia se encaminan a lo que bien apunta el escritor Mempo Giardinelli: “Reposicionamiento
del poder militar, la represión interna, …sin resolver el problema puesto que
no piensan tocar a la maldita justicia ni a las malditas policías”; a lo que
habría que agregar las complicidades políticas. El gobierno posiblemente
acentúa los aspectos negativos del
escenario para sacar de la luz pública otros problemas que van desde la
inflación galopante, el endeudamiento, la caída de salario real, la
desocupación, la recesión, y el cierre de empresas.
La
lucha contra el narcotráfico será un caballito de batalla central del relato
macrista. El otro será la destrucción del kirchnerismo para lo cual se basará
en el tema narcotráfico, el triple crimen de General Rodríguez y la muerte del
fiscal Nisman que se intentará atribuirle a Cristina Fernández como homicidio. Para lo primero pueden jugar
la carta Pérez Corradi negociando un trato favorable a cambio de imputaciones a
Aníbal Fernández; y para lo segundo las nuevas declaraciones del ex hombre
fuerte de los servicios Jaime Stiuso.
Mientras tanto se va abonando el terreno, exagerando geométricamente la
herencia recibida. Una situación con unas cuantas variables desajustadas es un
escenario complicado pero lejos de ser una crisis, tanto considerado
individualmente como en comparación con los traspasos realizados en democracia.
Hasta Javier Calvo, el jefe de redacción de un medio tan crítico como el
bisemanario Perfil, escribió el 17 de enero: “La herencia recibida no es catastrófica, ni mucho menos”. En su
momento el columnista estrella de La Nación Joaquín Morales Solá mostraba su
preocupación de cómo hacer un ajuste cuando la sociedad no percibía la crisis.
En estos primeros 45 días el gobierno de Mauricio Macri decidió mostrar un
panorama funesto, que acentuará hasta el infinito el día que lea su discurso en
la apertura del año parlamentario. Entonces el Plan Prebisch que fue redactado
por el economista Raul Prebisch a pedido del gobierno de la Revolución
Fusiladora parecerá una obra de terror light. Es el mismo al que Arturo
Jauretche calificó como “El estatuto legal del coloniaje”.
Todo
esto se hace con la benevolencia y el entusiasmo de la prensa en general que ha
archivado sus preocupaciones centrales que expusiera sistemáticamente hasta el
10 de diciembre: la inseguridad, la inflación (aunque se haya triplicado), la
corrupción. Programas como “Intratables” actúan como pantalla de distracción
dedicando programas enteros a la triple fuga o “la mafia” de los trapitos.
La
prensa que se autocalifica de independiente y cuando se pone colorada pasa a
denominarse crítica, tiene al kirchnerismo como la presa a cazar. Osvaldo Pepe,
quien en su juventud fue peronista pero que desde hace mucho actúa como mullida
alfombra de su mandamás, escribió el 25 de enero: “Los K antes golpeaban con
prepotencia las puertas de los medios críticos para meterse en ellos a como
diera lugar pisoteando a sus directivos, amedrantar a sus periodistas, acusar
falsamente de latrocinios institucionales. Señores: han mentido. Y la historia
perdona el error, jamás el engaño. Ahora se quedaron pataleando del otro lado
como un grupo “guerrillero” menor sin destino relevante en política. Y acaso
sin lugar en el peronismo”. Desde las filas de “La tribuna de doctrina”, cuyos
editoriales son hoy un house organ del gobierno, su periodista económico Jorge
Oviedo escribió el 25 de enero: “Se
trata ahora de lograr un cambio histórico no sólo respecto del kirchnerismo
sino de muchísimas gestiones de muy distinto signo de dictaduras incluidas”
Desde
un ejercicio de humor precario, Alejandro Borenstein bajo el título “Es ahora o
nunca” escribió el 12 de diciembre del 2015: “Si queremos tener una República,
tal vez ésta sea la última oportunidad de nuestra generación…..Hay que saber putearlos a tiempo. Vamos
amigo lector. Lávese la cara que ya terminó la pesadilla. Elongue y saque
pecho. Es ahora o nunca.”
Con
relación al humor, Freud escribió: “Un preso va
a ser colgado en la horca un lunes y, ante esta situación, el reo dice “¡Bonita
manera de empezar la semana!”. Este ejemplo mostraría la diferencia esencial
del chiste y del humor: mientras que el chiste supone el afloramiento de
elementos inconscientes en la realidad, el humor supondría precisamente la
negación de esa realidad.”
Aún en medio de un jolgorio que apunta a un libre mercado
fundamentalista se encuentra información en sentido contrario que perdura en el
centro del capitalismo como es EE.UU. Así el director del Clarín Rural, el
ingeniero Héctor Huergo, talibán de la soja, nos informa críticamente el 23 de
enero: “Desde 1920 rige la Jones Act introducida por el Senador Wesley Jones, una
reglamentación federal destinada a proteger a la marina mercante local. Regula
el comercio fluvial en aguas interiores y entre puertos marítimos de los EE.UU.
Exige que todo el transporte de cabotaje sea realizado por barcos de bandera,
que además deben haber sido construidos en astilleros locales y operados por
ciudadanos estadounidenses con residencia permanente”
CAMBIAR
FUTURO POR PASADO
Según
Wikipedia “Se llama acto
fallido (también conocido
como desliz freudiano) a
aquel acto que pone de manifiesto una
expresión diferente e incluso contraria a la intención consciente del sujeto. Puede
presentarse en la acción, en el discurso verbal o en un gesto. El resultado
obtenido no es el que explícitamente se perseguía alcanzar, sino que ha ocurrido un reemplazo que
escapa a la consciencia del sujeto actuante.”
Sigmund
Freud escribió extensamente sobre los actos fallidos y se preguntaba sobre qué sería aquello que ocasionaba
este cortocircuito entre lo que quería surgir desde lo interno y la conducta
externa, concluyendo que de alguna
manera ese decir o hacer entraba en conflicto o interfería con algún deseo o
cadena de pensamientos inconscientes.
En
el caso del fallido de Bittel se cumplió aunque con retardo. El de la simpática
gobernadora bonaerense es dable preguntarse ¿es el programa real detrás del
discurso minuciosamente elaborado por Durán Barba?
25-01-2016