NO ES HORA
PARA HAMLET
Ser o no ser, el dilema que pone
Shakespeare en boca de Hamlet, atraviesa
e inmoviliza a la militancia kirchnerista,
a los que apostaron a un proyecto y
hoy se encuentran entre desconcertados e inmovilizados y muchos
desmoralizados. El gobierno, como se ha venido sosteniendo permanentemente
desde estas columnas, ha cometido infinidad de errores, retrocesos, mala
praxis, llegando simbólicamente a discutir la ley de la gravedad cuando con
eufemismos y ocultamientos se escamotearon problemas que hoy irrumpen
descarnadamente provocando una erosión política palpable. Sólo la inoperancia o
en el peor de los casos la corrupción que el gobierno consintió, puede permitir
entender que el Ministro Florencio Randazzo haya hecho en dos años en materia de ferrocarriles lo que Ricardo
Jaime no hizo en ocho.
Rodearse de chupamedias y alcahuetes
es el mejor camino para alejarse de la realidad. Son los que exhiben coloridos
paraguas los días de sol y desaparecen cuando llega el temporal y la lluvia se
vuelve intensa. Perón lo entendió al final de su segundo gobierno, lo que no le
impidió repetir errores similares en el tercero, cuando su salud y su avanzada
edad flaqueaban.
La construcción política de los
últimos años ha sido un fracaso. Lo he señalado desde antes del 55% y no por
ser un iluminado sino porque era evidente que el camino elegido contradecía
ciertos principios políticos elementales. Si el conductor de un vehículo frena
cuando hay que acelerar y acelera cuando hay que frenar, no hay que ser
demasiado intuitivo para vaticinar que existe una alta probabilidad que choque.
La mala praxis continúa, al punto de seguir Cristina Fernández, amonestando en público a aliados como el
Secretario General de la CGT oficialista Antonio Caló, como antes lo había
hecho con el Secretario de la CTA favorable al gobierno.
Cristina Fernández y muchos de sus
seguidores incondicionales, más cerca
de una fe religiosa que de una organización política, parece no haber leído
nunca aquella frase de San Martín: “Mi
mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis
desaciertos."
Se puede hacer un largo inventario
de errores, omisiones, defecciones e increíbles disparos en los pies. Hay
groseros déficits de comunicación, pero ello no puede encubrir o justificar
errores de gestión.
Pero no son por los errores fundamentalmente por lo que se realiza
este intento desestabilizador que sin eufemismos se puede leer en los medios
dominantes, sino por muchos de los aciertos que han perjudicado o no
beneficiado lo suficiente a criterio de los que hoy realizan esta enorme
embestida.
Insisto: hay un fortísimo proceso de
desestabilización en marcha, pero eso no debe servir para amparar u ocultar los
errores propios. A esos adversarios, algunos; enemigos otros, no se les debe
hacer apelaciones a su corazón, o a su buena voluntad, porque están inmersos en
la más elemental lógica capitalista de la cual el gobierno forma parte por su concepción ideológica. Se les debe
aplicar los instrumentos legales que se poseen y que no son pocos en el
contexto de una inmensa movilización política.
El proyecto kirchnerista retoma una
buena parte de las banderas del peronismo histórico de un desarrollo
capitalista nacional, con buena distribución del ingreso, pleno empleo,
protección social y crecimiento industrial. Eso para el capitalismo del establishment es casi un delito de lesa
humanidad.
Está en juego todo el importante activo de este gobierno, que se enmarca dentro de las conquistas y
avances históricos de los gobiernos populares.
No es una tarea que deba ser
defendida exclusivamente por dos o tres funcionarios que creen que “tienen la
precisa”. Cualquier medida económica, aún las más acertada, quedará diluida en
la pendiente peligrosa por la que se transita, si no se convoca y se
efectiviza, echando realmente el resto, a
ocupar las calles de todo el país.
La presidenta no puede estar físicamente ausente. Si en los mejores momentos su presencia fue abrumadora y en
algunos casos excesiva, resulta mucho más contrastante su alejamiento en
momentos álgidos. En este contexto, su
hobby de la utilización del twiter, como comentarista de medios, incluyendo la inoportuna e inapropiada
utilización de vocablos en inglés, o con apreciaciones para ser compartidas en
la intimidad de su estrecho círculo y no como mensaje público, alimentan las
hasta ahora intencionadas críticas de los medios dominantes de cierta
abstracción de la realidad. El mismo discurso, el del 4 de febrero, anunciando
el incremento a los jubilados que este gobierno fijó por ley dos veces al año,
siendo el actual el menor de los otorgados, exteriorizó ciertos déficits en el
análisis del cuadro de situación. Las actualizaciones hasta ahora superaron los
índices de costo de vida, cualquiera sea la fuente que se tome. Pero no es el
caso actual donde el incremento real de
los precios al consumidor de diciembre, enero y febrero esterilizarán el
aumento del 11% que se cobrará en marzo y el próximo ajuste es en septiembre.
Hay en esa mirada una exaltación de
las muchas medidas positivas que el gobierno ha concretado y a la que dedicó la
mayor parte del discurso y poco de medidas coyunturales y nada de las
estructurales para afrontar un escenario peligrosamente inclinado.
El discurso presidencial adolece de
la misma carencia que el índice de actualización, en esta oportunidad: eficaz
hacia atrás, insuficiente en el presente. Se reitera el error de hablar para
seducir a los convencidos cuando el gobierno necesita ampliar sus bases de
sustentación.
El gobierno intenta denodadamente
evitar un ajuste al más crudo estilo liberal, pero el incremento de las tasas
de interés para evitar el deslizamiento de los pesos hacia el dólar, el freno a
las importaciones de insumos, la pérdida del poder adquisitivo de trabajadores
y jubilados tienden a producir un enfriamiento de la actividad económica. En el
camino contrario y positivo va el aumento significativo de la ayuda escolar
anual.
El gobierno apuesta a mantener el dólar a $8,
perdiendo reservas, hasta que en abril
empiecen a entrar los dólares de las exportaciones de cereales, mientras que
los que juegan a la desestabilización acentuarán en estos dos meses la corrida
cambiaria. Para entonces se sumará otro frente de tormenta que son las
paritarias donde se librará otra batalla en la puja por la distribución del
ingreso.
No es hora para Hamlet. Hay que SER,
retomando lo mejor del kirchnerismo,
apropiarse del centro del escenario. Hay que sacar la política del
quirófano donde sólo entran unos pocos. Tal vez sea el momento de evaluar la
posibilidad de la nacionalización del comercio exterior, de la reforma
impositiva y la descentralización del mercado central; de un control exhaustivo
en la minería; de una discriminación racional de los subsidios que permitirá
reasignar gastos. Desplegar una política
hacia la oposición, que permita dispersar los incipientes alineamientos
adversos, al tiempo que permita ampliar las estrechas alianzas gubernamentales.
Se debe ser muy claro en los fines y flexibles en los medios, escapando del
sectarismo y la soberbia. La Presidenta dio un claro ejemplo político de lo que
sostengo en su correcto viraje, al cambiar las características de la relación
cuando Jorge Bergoglio se convirtió en el Papa Francisco.
Cuando se considere adecuado, reconocer
errores, para ampliar las bases de sustentación imprescindibles y poder
afrontar el camino empinado a transitar.
La Presidenta es un cuadro político
considerablemente superior a la media política con una excepcional capacidad
expositiva. Tiene materias pendientes cuya aprobación debería exponer a
examen en la mesa más exigente que es la realidad.
No SER es administrar la crisis para
intentar en el mejor de los casos llegar a
un penoso empate.
O peor todavía, que la salida la
monitoreen los de la vereda de enfrente con su farmacopea.
No sólo la disyuntiva de Hamlet atraviesa la hora. San Martín increpa desde sus convicciones del siglo XIX, que
tienen una llamativa actualidad: “Serás
lo que debas ser, o no serás nada”
6-02-2014
Gran analisis Hugo. Impactante, muy detallado y explicito.
ResponderEliminarOjala se reflexione mucho, y que verdaderamente tengan consideracion los que pueden llevar a cabo esas medidas o ideas necesarias para seguir seguir progresando y puliendo imperfecciones!!!.
Un fuerte abrazo :)
@macsifer
la presidenta es un cuadro superior a la media politica, creo que esta en duda, sino no hubieramos llegado a esta situacion.Me parece que ese es el error de muchos, pensar que es mas de lo que realmente es.
ResponderEliminarComparto mucho de sus conceptos vertidos, uno se enriquece en la discusion en privado con los sullos. cuando te rodeas de adulones y alcahuetes es dificil llegar a buena tomas de decisiones. Hubo una generacion que tubo cojones, cuantos deben estar desperdiciados por ahi, que si sirven para el debate o para la conduccion de algun tema especifico. donde estan.????
ResponderEliminarMe parece muy acertada la nota en gral. y sumamente oportuna dada la hora,estamos a tiempo para esos virajes?el movimiento se demuestra andando.
ResponderEliminarHugo, coincido de pe a pa con el artículo (para hacerla corta) , No se si este comentario entra en el blog o como respuesta al último (de Horacio V) Saludos . Patricia
ResponderEliminar