CONTRA EL OPERATIVO DOMINÓ
La ofensiva golpista contra el gobierno de Nicolás Maduro aumenta su intensidad. La muerte de Hugo Chávez, una figura histórica de las que aparecen muy de vez en cuando, ha producido un vacío inmenso en Venezuela y en toda América Latina con la consiguiente paralización de los pasos de la unidad latinoamericana. Pero el chavismo ha demostrado una fortaleza notable mostrándose imbatible en las urnas, incluso en las dos elecciones protagonizada por su sucesor Nicolás Maduro. El apoyo a la oposición por parte de las clases medias y pequeñas franjas populares, es importante y sobre ellas se montan los intentos desestabilizadores. No está en disputa la democracia ni la libertad de expresión en Venezuela como insiste la prensa que se opone a Evo Morales, a Rafael Correa, a Dilma Rouseff, a Pepe Mujica, a Cristina Fernández.
Miente la jauría mediática en una forma tan alevosa y
con una falta de escrúpulos de las cuales la historia latinoamericana tiene
abundantes ejemplos. Lo hicieron con Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón,
con Getulio Vargas y Juan Velazco Alvarado, con Joao Goulart y Salvador
Allende, con Juan Bosch y Gualberto Villarroel, con Julio César Sandino y Juan José Torres, con Arturo Illía y Raúl
Alfonsín, con José María Velazco Ibarra y Omar Torrijos, para citar una lista
minúscula y meramente a título de ejemplo.
Mienten a pesar que Internet permite acceder
diariamente a los numerosos diarios venezolanos como El Universal, El
Nacional, Tal Cual, Últimas Noticias, entre otros virulentamente opositores.
YVKE mundial es una radio equivalente a Radio Mitre y Venevisión de Gustavo
Cisneros puede parangonarse a Canal 13 y TN.
Eso no impide a que el
empleado mejor pago de Clarín, Jorge Lanata, diga que sólo queda el twiter como forma de oposición periodística en
Venezuela. La prensa opositora en todos los países en que se han dado
gobiernos que han recuperado con diferentes grados de intensidad su soberanía,
encuentran en la oposición venezolana brutal y violenta el caballo de Troya
para incrementar sus ofensivas en sus respectivos países. No les importa la
menor cercanía con la verdad. Libran una batalla despiadada como la expresión
clara de intereses económicos afectados o que no están conformes con sus notables
tasas de ganancias, con el fogoneo y los recursos norteamericanos.
Pueden usar los medios más deleznables como utilizar fotos con cadáveres de
otros países o twits falsos.
En Venezuela lo que está en juego es la
fenomenal renta petrolera que el chavismo recuperó para el país. La derecha ha encontrado
un referente sin las formas más moderadas de Capriles que las adoptó para tener
posibilidades en las contiendas electorales en las cuales ha logrado buenas
performances. Pero el poder económico ha perdido la paciencia ante la
certidumbre, después de las últimas elecciones en que el chavismo amplió las
diferencias, que el desplazamiento no puede pasar por las urnas. Situación con
alguna semejanza a las últimas elecciones anteriores al derrocamiento del Chicho
Allende en Chile, cuando la
Unidad Popular incrementó sus porcentajes electorales y
decidió a los momios y a EE.UU redoblar los intentos desestabilizadores, que
finalmente coronaron con éxito. También como en el país trasandino, hay una
intensa prédica disolvente sobre las fuerzas armadas que permanecen fieles al
proceso bolivariano.
Leopoldo López, la nueva esperanza escuálida, no engaña ni busca eufemismos cuando declara:
“Hay que salir de este desastre. Hay
que salir de Maduro”. “Este
proceso concluye cuando logremos sacar a este gobierno”. A este
personaje siniestro, el presuntuoso analfabeto Marcelo Longobardi y el embrutecido a pedido Jorge Lanata, lo
consideran una mezcla de Nelson Mandela y Juan Domingo Perón. A su vez el
escritor y periodista Jorge Asís
enrolado en el menemismo póstumo escribió: “Vaya entonces, como principio ético, la solidaridad
con los hartos de la
Venezuela Bolivariana que agoniza.”
El módico y payasesco transgresor y escritor peruano Jaime Bayly, cuando
oficia de periodista alienta a López a avanzar en el derrocamiento de Maduro
desde lejos, integrando los batallones que Arturo Jauretche denominaba con
precisión de “Animémonos y vayan”.
Es lamentable, pero coherente, que el PRO, el radicalismo, el Peronismo
Renovador en la persona de Sergio Massa, Carrió, seguramente Francisco de Narváez, apoyan al golpista venezolano. Si no estaría
dentro del ámbito del kirchnerismo, no es aventurado imaginar que Daniel Scioli
estaría en la misma posición. Binner que había optado por Capriles, hoy se muestra más contenido en su habitual
discurso con sabor a nada.
Hay
muchas limitaciones y errores en el chavismo. Pero la ofensiva que hoy afronta es por sus
muchos logros, los cuales más del cincuenta por ciento de los venezolanos están
dispuestos a defender para no volver a
un pasado que los excluía.
Hoy no
hay espacio para las dudas. Defensa incondicional del gobierno de Nicolás
Maduro.
La mejor forma de recordar a Hugo Chávez y Néstor
Kirchner es que se accione la
CELAC y la
UNASUR , lo que permitió parar intentos desestabilizadores en
Bolivia o aislar a los golpistas ecuatorianos. No alcanza con mensajes de
apoyo, sino con una reunión de presidentes en Caracas apoyando al gobierno
constitucional y legítimo venezolanao.
Ayudar a la democracia venezolana, no es hacerse
autobombo y ocupar titulares periodísticos con declaraciones rimbombantes que
son inocuas en Caracas y revulsivas en Buenos Aires, como equivocadamente ha
hecho Luís D`Elìa. Eso es en los hechos,
más allá de las mejores intenciones, implica apoyar a López allá y ser
funcional a la oposición antichavista en la Argentina.
Venezuela es una carta vital. Si los golpistas logran
sus objetivos, se intensificará el efecto dominó.
Para Cristina, Evo, Pepe, Dilma y Rafael, defender a
Maduro es necesario y justo, además imprescindible en defensa propia como en el
relato del pastor protestante Martin Niemöller, falsamente
atribuido a Bertolt Brecht, vital para
la unidad latinoamericana, la bandera que el imperialismo más detesta.
Permiso, Hugo, comparto.
ResponderEliminary yo también, es la hora de ir por todo en la región , pacíficamente con la fuerza de los pueblos
ResponderEliminargolpes de baja intensidad, empieza con la corrupcion o demonizacion del gobierno, en algun momento se genera incidentes violentos y consecuencia de este hecho el parlamento echa a gobierno y pone a otro. no un militar sino el congreso.
ResponderEliminarmas o menos asi, desde el hermano paraguay a la lejana ucrania....si no pueden te desestabilizan un poquito todos los dias