LOS MEDIOS DE LA LEY
Después de cuatro años de haber sido sancionada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual por amplísimo margen en ambas cámaras del Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se pronunció a favor de la constitucionalidad total de la misma. Que la ley era constitucional ya lo había señalado tácitamente la CSJN en dos pronunciamientos anteriores al resolver sendos incidentes del caso en mayo y diciembre del 2012; pero debía expedirse sobre cuatro artículos impugnados por el grupo Clarín y todo parecía indicar que finalmente laudarían un empate que significaría en realidad un rotundo triunfo del multimedios. Había trascendido que reiterarían parte de la posición de la Cámara en lo Civil y Comercial que consideraba "irrazonable" la limitación al servicio de TV paga que no utiliza el aire y le permitía al grupo empresario dominante preservar las 158 señales de cable mencionadas en el fallo. Además ese fallo introducía como novedad una supuesta afectación a la libertad de prensa que la propia Corte Suprema había descartado. El fallo afirmaba que en el texto del artículo 45 de la ley (el que legisla sobre la cantidad de licencias) "no sólo se encuentra comprometido el derecho de propiedad sino el derecho a la libertad de expresión e información en su doble faceta: no solamente como derecho inalienable de toda persona sino como derecho indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática". Y luego avanzaba sobre la viabilidad económica: "Destruir la sustentabilidad financiera de un medio independiente, disminuyendo su capacidad competitiva y degradando su posicionamiento en el mercado de Internet es una forma de restringir por vía indirecta la libertad de expresión y de información."
Se suponía entonces que el
empate estaría en volver a pronunciarse sobre la constitucionalidad y que no
afectaba la libertad de prensa pero
manteniendo en lo sustancial la posición de la Cámara favorable a Clarín. Afortunadamente, y de alguna manera
sorprendente, por aquello que
aún la mejor corte de justicia no puede dejar de ser la última trinchera del
poder económico, el pronunciamiento fue
rotundo sobre la constitucionalidad de todos los artículos de la ley.
En la sentencia descartó todo el razonamiento jurídico de la Cámara.
Pero hay también considerandos
que en el lenguaje técnico se denominan “obiter dictum” (“dicho de paso”), que
como bien apunta la periodista Irina Hauser, son sólo sugerencias de lo que
debería ser sin ningún valor jurídico vinculante; y aunque más allá que algunas
puntualizaciones son correctas, terminan introduciendo por la puerta de
servicio de la sentencia, algunos argumentos precisos de los que intentará
agarrarse Clarín para dilatar la aplicación de la ley. Esas puntualizaciones se
refieren a pasivos del gobierno como la trasparencia en materia de publicidad
oficial, la falta de pluralidad en los medios públicos, y su mención acerca del AFSCA que sostiene debe
ser “un órgano técnico independiente, protegido contra indebidas interferencias,
del gobierno u otros grupos de presión”. Ninguno de estos asuntos eran materia
sobre las cuales debía pronunciarse la Corte; y mucho menos comentarios tales
como dar consejos o sugerencias acerca de los rubros sobre los cuales podrían
llegar a hacer ajustes para mantener equilibrada la ecuación
económico-financiera del negocio.
La ley de creación de la
AFSCA estableció que el directorio (artículo 14): es la conducción y administración de la Autoridad Federal de Servicios de
Comunicación Audiovisual y será ejercida por siete (7) miembros nombrados por
el Poder Ejecutivo nacional. El directorio estará conformado por un (1)
presidente y un (1) director designados por el Poder Ejecutivo nacional; tres
(3) directores propuestos por la Comisión Bicameral de Promoción y Seguimiento
de la Comunicación Audiovisual, que serán seleccionados por ésta a propuesta de
los bloques parlamentarios, correspondiendo uno (1) a la mayoría o primer
minoría, uno (1) a la segunda minoría y uno (1) a la tercer minoría
parlamentarias; dos (2) directores a propuesta del Consejo Federal de
Comunicación Audiovisual, debiendo uno de ellos ser un académico representante
de las facultades o carreras de ciencias de la información, ciencias de la
comunicación o periodismo de universidades nacionales.
Y en cuanto al contralor
del AFSCA, el artículo 12 estatuye: “La Autoridad Federal de Servicios de
Comunicación Audiovisual será objeto de control por parte de la Sindicatura General de la Nación y de la
Auditoría General de la Nación. Es obligación permanente e inexcusable
del directorio dar a sus actos publicidad y transparencia en materia de
recursos, gastos, nombramientos de personal y contrataciones.”
CLARÍN
ES EL ÚNICO PARTIDO ORGÁNICO
El sociólogo Ricardo Sidicaro ha escrito con relación a la consigna más repetida en las históricas jornadas del 19 y 20 de diciembre: “La gente gritó que se vayan todos y sólo se fueron los partidos”
Ante la implosión de los partidos políticos, el que se
organizó como tal fue Clarín que mantiene de rehén a buena parte de los
políticos. A medida que se agrandaba y
fortalecía, los dirigentes políticos se debilitaban. Mientras el poder
económico se concentraba y la política discurría fundamentalmente por los
medios, la dirigencia política sin
sostén partidario se volvía más y más dependiente de Clarín y su hermanito
distribuidor de prestigio que es el diario La Nación. Por eso su propulsor
Héctor Magnetto puede afirmar que al lado de su sillón presidencial en el
multimedio, el mal llamado sillón de Rivadavia es un puesto menor. Y es por eso
que de cada uno de los gobiernos Clarín fue obteniendo beneficios que
consolidaban su posición y luego lo erosionaba para posicionarse ante el
gobierno futuro. Canjeó silencio y complicidad con la dictadura
establishment-militar para obtener el monopolio del papel; luego Alfonsín rendido por el golpe de mercado
envió al
Congreso, a fines de mayo de 1989, un
proyecto para derogar el artículo 45, que le permitía legalizar Radio Mitre . La primera privatización de Menem, fue la de Canal 13 y luego el monopolio de las
trasmisiones de fútbol. Duhalde lo salvó de la quiebra mediante la ley de
protección de bienes culturales; y Néstor Kirchner, en el momento de la
prolongada luna de miel entre ambos, prorrogó las concesiones y autorizó la
fusión de Cablevisión y Multicanal, con lo que le concedió el negocio más
rentable. Acerca de la prórroga de las concesiones es interesante trascribir lo
que declara Horacio Verbitsky en una entrevista de la revista Noticias del
3-09-2012: “En la relación
del Gobierno con los medios yo he tenido puntos de acuerdo y muchos de disenso.
Yo lo he publicado cuando hablé de mis diferencias con Hadad. Cuando
Kirchner le prorroga las licencias a todos los canales, yo le dije que me
parecía horrible. Y Kirchner me dice: “Bueno,
pero lo que pasa es que si no hacemos esto quiebran Canal 9 y Canal 2. Y
entonces se fortalece Clarín y yo quedo aislado totalmente y nadie se entera de
lo que digo”. Y yo le digo: “Sí,
es posible, pero Vila, Manzano, Moneta y Hadad son iguales o peores que
Magnetto”. Y ahí me dijo una cosa que representa el diálogo perfecto
entre un intelectual y un político. Él me dice (imita a Kirchner): “Shí, pero son másh débilesh”. Yo
hablaba en términos absolutos de evaluaciones y él hablaba de poder. Si él no
hubiera hecho eso, tal vez Clarín se quedaba con América y Canal 9, se
reforzaba la concentración mediática, lo hacían mierda y lo ponían de
rodillas.”
LA LEY DE MEDIOS Y LA OPOSICIÓN ARRODILLADA
Entre Macri y Massa, en el posible prólogo de la era M que los encolumna con la M de Menem, se disputan los favores del medio dominante. El hijo de Franco picó en punta, sin el menor temor de transitar el ridículo, solicitando a la Corte Suprema que suspenda la aplicación de la sentencia que acaban de dictar, argumentando las consideraciones introducidas por la puerta de servicio. Anteriormente, su dependencia y genuflexión, la concertación de negocios en común, lo llevaron a sancionar una ley en el ámbito de la capital de no aplicación de la ley de medios, adefesio jurídico que impugnaría hasta un estudiante de derecho de los primeros años. Fue imitado posteriormente por el eternamente postergado gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota.
Sergio Massa, quien firmó el proyecto de ley como jefe de
gabinete, no puede desandar ese pasado reciente y afirmó que había que aceptar
la resolución de la Corte; pero luego coincidió con Macri en buena parte de las
críticas y advertencias, para así manifestar su fidelidad y continuar siendo la
principal apuesta del grupo.
Resulta un espectáculo obsceno verlo a Pino Solanas como
perrito faldero de Elisa Carrió, suscribiendo sus desatinos en el Comité de
Campaña de TN y los demás medios del grupo,
prueba palpable que la vejez, muchas veces, produce achaques que incineran lo mejor de
algunas trayectorias que ya venía desde hace mucho en falsa escuadra.
Hermes Binner, cuyas indefiniciones son su estilo inveterado,
también realizó declaraciones buscando no perder el apoyo. Al Frente de
Izquierda se le brinda generosamente
escenarios para tener la pata izquierdista de ataque al gobierno.
Julio César Cleto Cobos intenta con sus declaraciones
insípidas, pero siempre favorables a Clarín,
volver a gozar del minuto de fama
y popularidad que disfrutó después de votar en contra de la Resolución
125, cuando fue convertido en un “héroe nacional” y esperanza para la
presidencia.
CANDIDEZ Y PODER
El periodista Gabriel Levinas, de pasado izquierdista,
hoy colaborador entusiasta de Jorge Lanata y ocasional columnistas de La
Nación, en el programa del periodista Maximiliano Montenegro, afirmó que
después de 10 años, toda la lucha del gobierno es contra un diario. Ernesto Tenembaum, que ha trabajado unos
cuantos años en Clarín y continúa con su programa en TN, en su columna en la
revista XXIII, del 31-10-2013 bajo el
título “Ver para creer” escribió: A mí me resulta todo muy extraño. No termino de entender qué es lo tan,
pero tan trascendente. Es comprensible que luego de una extenuante
batalla legal entre el Gobierno y el Grupo Clarín, quienes han tomado partido
por el primer sector celebren un triunfo, como que se quejen los ejecutivos de
un grupo que deberá ceder, más tarde o temprano –y calculo yo que cuanto más
tarde, peor–, algunas de sus empresas y parte de sus utilidades. Es más
difícil, en cambio, encontrar una razón para la euforia, la emoción, los golpes
en el pecho, los dedos acusatorios y esas cosas. En concreto, lo que puede
ocurrir es que el Grupo Clarín se desprenda de Canal 13, que será comprado por
algún empresario seguramente vinculado a la política, y que además achique un
tercio la cantidad de abonados a su empresa de cable. Ah, también venderá o cerrará
cuatro señales de TV paga y entregará otro canal en Córdoba. Y eso será todo. ¿Es tan importante? ¿Es la
batalla de San Lorenzo, el cruce de los Andes, la llegada del hombre a la
luna?” Esto luego de abocarse a detallar una larga lista de buenos programas
del 13 que no es lo que está en discusión.
Respondiendo a “la candidez” de ambos periodistas
sólo utilizaré dos testimonios de los muchos a los que puede recurrirse:
MAGNETTO Y ALFONSÍN: “La derrota del 14 de mayo fue dura y enseguida se
planteaba el problema de la gobernabilidad ¿cómo podía seguir gobernando por
210 días un equipo que acababa de obtener ese veredicto de rechazo de las urnas y que tenía en contra no
sólo el partido triunfante, sino también
a los militares revoltosos, los empresarios poderosos, Iglesia y
Sociedad Rural, así como los sindicatos unidos detrás de la coalición
victoriosa? Muy pronto, la transmisión anticipada del poder al presidente
electo llegó a ser la opción más probable. Como cuenta un amigo de Alfonsín, el
ambiente era realmente tétrico: a comienzos de mayo se liberó el tipo de
cambio, a instancias de los empresarios -quienes garantizaban su estabilidad- y
al día siguiente el dólar se disparó al triple. “Estamos destrozados”, comentó
Alfonsín ante dos testigos cercanos,
Simón Lázara y Marcelo Stubrin. “Aguanten, escuchen y recuerden. Algún día
les vamos a pasar la factura”.
Después de la derrota planteaba a los grandes empresarios: “Déjenme llegar a
diciembre”, y Héctor Magnetto, presidente del poderoso grupo de prensa Clarín le contestó: “Ustedes ya son un obstáculo.” (“Raúl
Alfonsín. La democracia a pesar de todo” de Andrew McAdam, Víctor Sukup,
Claudio Oscar Katiz página 231. El testimonio pertenece a Simón Lázara
31-08-1999).
MAGNETTO Y MENEM: “La crisis se precipitó: 1988 era año preelectoral. Los principales candidatos a suceder a Alfonsín apoyaban públicamente la privatización de los medios estatales, como parte de una reducción de gastos de un Estado en bancarrota. Magnetto habló con Cafiero, quien accedió a que, si ganaba, tendría canal 11 o Canal 13. Clarín, a su vez, lo apoyó decididamente en las elecciones internas de su partido, pero, para sorpresa colectiva, Cafiero perdió ante Carlos Menem, el pintoresco gobernador de la Rioja al que muy pocos- incluido Magnetto- se habían tomado en serio hasta ese momento. En este punto Magnetto decidió asegurarse y se dirigió a todos los candidatos que competirían en las presidenciales de 1989 para hacerles saber los deseos de Clarín. Menem, persuadido por dos de sus principales asesores, su hermano Eduardo y el mendocino Eduardo Bauzá, de que le convenía tener a la prensa de su lado, envió a Magnetto la promesa que si ganaba las presidenciales derogaría el artículo 45 y privatizaría los canales y radios estatales. Magnetto la tomó como un reaseguro adicional, aunque la suerte electoral de Menem era una incógnita. El 14 de mayo de 1989, en medio de una hiperinflación pavorosa, saqueos populares a comercios y supermercados y caos financiero, Menem ganó las elecciones anticipadas con el 47%
de los votos contra el
candidato Eduardo Angeloz. Dos
semanas después, rendido en todos los frentes, Alfonsín envió al Congreso un
proyecto para derogar el artículo 45. Pero el presidente electo quería
el mérito para sí. El 12 de junio Menem invitó a Magnetto a su residencia de
gobernador de la Rioja. Sin rodeos le confirmó: “Vamos a privatizar rápidamente
el 13 y el 11. No podemos seguir perdiendo millones y millones con algo que los
privados pueden hacer mucho mejor. Nos interesa que esto salga bien y que
participen empresas nacionales.” “Quedó resuelto. No hablaron mucho más porque
se anunció la llegada de Rodolfo Terragno, ministro de Alfonsín, que entraba
con su secretaria, su jefa de prensa y una taquígrafa, a comunicar al riojano
que debería asumir el cargo antes de lo
previsto. Alfonsín anunciaría su renuncia esa noche, el gobierno no aguantaba
más. Almorzaron todos juntos, luego, Menem ordenó que un auto llevara a
Magnetto y a un misterioso participante
del almuerzo- que Terragno creyó entender era el dueño de un astillero griego-
a recorrer la ciudad, mientras él negociaba la sucesión con el enviado de Alfonsín.
Esa noche, con la moneda en caída libre, estado de sitio y un nivel récord de
pobreza, el Presidente comunicó al país su dramática renuncia. Era el peor
momento de la joven democracia, y el comienzo de una era dorada para Clarín.”
(“Pecado Original. Clarín, los Kirchner, y la lucha por el Poder” de
Graciela Mochkofsky” Pagina 98 y 99).
Al notable ex periodista y mediocre político
Rodolfo Terragno no le llamó la atención ni despertó su curiosidad de
historiador que Magnetto estuviera ahí y luego la primera privatización del
gobierno del riojano favoreciera a Clarín. Resulta tan coherente como la
actitud del político radical que declaró sobre el pronunciamiento de la Corte
Suprema: "Como hombre de derecho, estoy muy sorprendido,
la doctrina correcta es, a mi juicio, la que sostuvo la minoría de la
Corte", en referencia al voto de Carlos Fayt.
LOS MEDIOS DE LA LEY
La audiencia pública convocada por la Corte Suprema
de Justicia parece haber jugado un papel importante en la decisión final en
donde la solvencia de la doctora
Graciana Peñafort Colombi jugó un papel notable. No puede dejar de señalarse
que por posibles sectarismo que tanto mortifican, la brillante profesional
había sido desplazada del AFSCA y acogida en el Ministerio de Defensa.
En contraste, las intervenciones de los abogados
del grupo Clarín parecían principiantes desconcertados. Lejos de la exposición
pública, son hábiles influyentes en los
pasillos de tribunales con el poder enorme del multimedio detrás, como los
murciélagos estuvieron incómodos a la luz del día.
No
es que sean ineptos, sino que están acostumbrados a lo que el extinto
empresario Alfredo Yabrán definió y
sintetizó con una precisión envidiable: “El poder es impunidad”.
La enorme aprobación de la ley extensamente
discutida no deberá ser oscurecida por procedimientos arbitrarios ni sesgados.
Tampoco consintiendo o haciendo la vista gorda a las argucias de los
concesionarios que terminen en testaferros o familiares, lo que transformaría
un enorme éxito es un grotesco.
La
plena vigencia de la ley es un éxito que merece los justificados festejos.
Pero como contestó Winston Churchill después del triunfo en El Alamein sobre el
ejército comandado por el denominado “Zorro del Desierto” Erwin Rommel, al
preguntársele si era el principio del
fin, respondió que era el fin del principio. La alegría, sería aconsejable, no
debe producir un emborrachamiento de euforia.
La aplicación de la ley es compleja y dificultosa. Sin ley todo era
imposible. La ley es el piso desde el cual avanzar con decisión política. Es el
paso imprescindible para pasar de la ley de medios a los medios de la ley.
Es fácil prever que el gobierno sufrirá una
ofensiva mediática que si hasta ahora era con cañones de distinto calibre,
ahora se intensificará con misiles y bombardeos indiscriminados.
Los diarios opositores del domingo 3 de noviembre
es un claro adelanto.
El grupo económico y sus socios ideológicos
intentarán nuevamente ganar tiempo con las chicanas jurídicas que el propio
fallo de alguna manera anticipa. Intentará llegar al ansiado fin de año del
2015, en el que espera contar con un gobierno que lo acoja con la benevolencia
que supo tener hasta el 2008. Lo dijo Aranda, uno de los más altos directivos
según consta en el libro de Esteban Rafaele y Pablo Fernández Blanco “Los
Patrones de la Argentina K”: “En la
reunión con los gerentes, José Antonio
Aranda apeló al latiguillo al que recurrieron los ejecutivos del grupo cada vez
que tuvieron que explicar cómo seguiría la pelea y su impacto financiero: Hay
que aguantar hasta el 2015”.
A su vez el Presidente de la Corte Suprema Ricardo
Lorenzetti, puede padecer del concepto de libertad de prensa que enarbola el
grupo y en el que también incurren los
medios públicos. Según la revista Noticias del 2 de noviembre dijo Lorenzetti:
“Ahora no podemos explicar el fallo en ningún medio del Grupo Clarín, nos
dijeron: “ustedes no hablan más acá”. Pero lo que no puede ocurrir durante la
aplicación de la ley de medios, es aquello a lo que se refirió también Lorenzetti: “Cuando sacamos la sentencia del “7 D”, no pudimos explicarla en ningún
medio oficial”.
El extensísimo reportaje que Jorge Fontevecchia le
realizó al Presidente de la Corte Suprema el domingo 3 de noviembre, que luego
el propagandista del periodismo puro tuvo que rectificar en una canallesca
tergiversación de la desgravación del mismo, en la parte no desmentida, lleva a añorar aquella sentencia que dice:
“los jueces hablan por sus fallos”.
Ahí Lorenzetti se enreda y sus aclaraciones oscurecen.
Afirma: “….donde nosotros decimos que hay
muchísimos aspectos que lesionan la libertad de expresión en forma indirecta:
los subsidios económicos, la pauta oficial, los medios públicos, que en lugar
de ser públicos responden a una política específica del Gobierno. Todo esto está en el fallo.” El
engaño de esta afirmación, está en decir “todo esto está en el fallo”; no es
cierto: el fallo es la parte dispositiva de la sentencia, y en ella lo único
que se decidió es que los artículos puestos en crisis por la parte actora
(Clarín) eran constitucionales. Nada más. Los únicos considerandos que deben
tenerse en cuenta son aquellos que sirven de explicación y sustento para llegar
al decreto de constitucionalidad. Los demás dichos al pasar (“obiter dictum”) no
integran el fallo; son meros comentarios. Y lo que es peor: son comentarios
dogmáticos que avanzan sobre cuestiones de manera totalmente improcedente, como
los formulados sobre el funcionamiento que debe tener la AFSCA, ignorando que
su estructura y funcionamiento son el resultado de una ley que no ha sido
cuestionada judicialmente. La única interpretación que cabe para entender este
extraño agregado, es que se ha tratado de brindarle una soga a la actora de la
cual agarrarse para continuar con su escalada guerrera.
Es
bueno apuntar que las leyes no son mágicas. Por eso reitero: La ley es el piso
desde el cual se debe avanzar con decisión política. Es el paso imprescindible
para pasar de la ley de medios a los medios de la ley.
3-11-2013
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