30 noviembre 2013

                                                             
                                                                           El Tren 28 11 2013

                                                                          Se subió Sergio Levin

             
                                                               
            FALACIAS
                                             
Una falacia (del latín fallacia que significa “engaño, mentira o fraude con que se intenta dañar a una persona”) es un argumento que parece válido pero no lo es. Es un engaño afirmar como se reitera todos los días desde distintos columnistas de los medios dominantes, que el gobierno sufrió una derrota electoral en las elecciones del 27 de octubre. El Frente para la Victoria obtuvo a nivel nacional el 33,15% de los votos, sacándole casi 12 puntos al segundo, sumando los votos del radicalismo, socialistas y aliados que alcanzaron el 21,38%; el Frente Renovador obtuvo el 17,03% y el PRO el 9%. Entre el primero y el segundo hay, nada menos, que una diferencia de 2.658.000 votos.



Sin embargo y sólo a título de ejemplo, porque sería imposible reproducir la totalidad,  van algunos comentarios falsos: “Una derrota notable”, Morales Solá, La Nación 3-11-2013. Y luego una sorprendente reflexión sobre la oportunidad del pronunciamiento de la Suprema Corte: “¿Por qué no esperaron diez o quince días para formalizar la decisión que estaba tomada desde principios de octubre? ¿No era ese plazo necesario para que la política se reacomodara a los resultados electorales, que crearon nuevos liderazgos políticos en el país?” Fernández Díaz, el mismo día en el mismo diario: “El fallo le dio una transfusión de sangre a un gobierno negador, que nunca asumió la derrota electoral y que ahora tiene la oportunidad de seguir jugando el juego que más le gusta.”
Eduardo Van der Kooy el 28 de octubre: “Frente a la peor derrota K en una década.”
Alfredo Leuco, Radio Continental, 1 de noviembre: “La noticia más terrible y demoledora vino de las urnas. La soberanía popular, hace apenas 120 horas, había castigado duramente a la presidenta Cristina y sus listas del Frente para la Victoria” “La victoria legal para el Gobierno llega solamente dos días después que la administración de la presidenta Fernández sufrió una paliza en las elecciones legislativas del domingo, elevando el espectro de un 'pato rengo' presidencial para la enferma Fernández hasta las elecciones presidenciales del 2015", escribió Uki Goni, corresponsal de The Guardian en Buenos Aires.” Julio Blank, en Clarín del 1-11-2013 escribió: “Por un lado está muy fresca la dura derrota electoral del domingo pasado”.  Ricardo Roa escribió en Clarín del 29-10-2013: “En la noche de la derrota….” Nicolás Wiñazki, en la misma línea expresó el mismo día: “En medio de la ausencia política de la Presidente, y a tan sólo un día de la importante derrota en los comicios
El resultado electoral es claramente favorable al gobierno y ha mejorado su situación en el Congreso, motivo de las elecciones. Al mismo tiempo, si se analiza las mismas como un referéndum, por los lugares en donde perdió, por el triunfo estrecho en distritos en donde tradicionalmente el gobierno ganaba con amplitud, por haber perdido el voto de sectores de clase media baja, por la derrota en un lugar tan simbólico como Santa Cruz, la clara victoria electoral se convierte en una derrota política. Pero eso es un segundo análisis que surge de una interpretación.
El partido terminó entonces con el triunfo nacional del Frente para la Victoria. Eso es así, matemática pura, y toda afirmación en contrario es una falacia. Está mintiendo a conciencia. Si pasamos a la interpretación, el autor de esta nota reitera, por las consideraciones realizadas, que la misma es una derrota política.
Una vez instalada la falacia, periodistas y políticos de todas las pertenencias ideológicas reiteran la misma como una verdad irrebatible.
Luego hay otra manipulación al sostener que 67 personas de cada 100 votó en contra de la política del gobierno. Aparte que amontona arbitrariamente al 67%, si se generaliza este argumento, se podría sostener falsamente que fue mala la muy buena elección de Gabriela Michetti en su candidatura a senadora por la Capital al haber obtenido una cifra muy cercana al 40%. Con el argumento mentiroso, seis de cada 10 porteños votó contra Michetti. Eso lleva, por el absurdo, que sólo cuando se saca más del 50% la elección sería buena, porque  los que votan a favor superan a los que votan en contra.
LA IGNORANCIA COMO FALACIA


Morales Solá  escribió el 10-11-2013: “El obvio apriete de la AFIP a Magdalena Ruiz Guiñazú, poco después de que denunciara ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el maltrato oficial a la prensa, no fue sólo contra ella. Fue también un mensaje general de que el Gobierno tiene todavía poder. La AFIP dijo que Magdalena se encuentra entre más de 7400 personas que formularon una solicitud al ente recaudador. ¿Hay, acaso, 16.000 inspectores dando vueltas por el país? ¿Notifican personalmente a todas esas personas? Imposible. Bastaba y sobraba con una carta o con una citación al contador de la periodista para que agregara más información.” Más allá de la falta de tacto político de la AFIP que torna sospechosa la inmediatez del requerimiento, el pedido de reducción de anticipos de Magdalena es aquel que puede hacer todo contribuyente que considere que en el año fiscal en curso obtendrá menores ingresos que el año anterior sobre el cual fueron calculados esos anticipos. La AFIP tiene la atribución de solicitar una explicación sobre la fundamentación del pedido. Lo que Morales Solá parece ignorar y por eso perpetra una falacia, que todo requerimiento es siempre realizado al contribuyente y no a su contador. Luego Magdalena Ruiz Guiñazú trasladará el pedido de información a su contador para que conteste el requerimiento. Ese es el procedimiento habitual con cualquier contribuyente. Morales Solá es un experto en la construcción de falacias como cuando escribió ante la detención de Ernestina Herrera de Noble por el juez Roberto Marquevich en diciembre del 2002:  “Una noche fría de ese tiempo ingrato, la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, nos sorprendió con el relato de la adopción de sus hijos. Había también lágrimas, muchas lágrimas en sus ojos, pero correspondían a las emociones que despierta la alegría. (…) Más de 25 años después, la señora de Noble sigue llorando por esos hijos. Su detención dispara una primera injusticia: una madre no debería ser detenida sólo por serlo”.

LA FALACIA  PERIODÍSTICA


Fue el propulsor de la consigna “Somos periodistas, queremos preguntar”. Ahora en la revista Noticias del  9 de noviembre, se dio el siguiente diálogo: Periodista “ ¿Usted no quiso sacar al aire a Lorenzetti”?  Contesta Lanata: “Obvio, yo no lo voy a sacar. No me interesa discutir con él.”
Periodista: “¿Por qué? ¿ No tiene ninguna pregunta para hacerle a Lorenzetti?” Lanata:  “Sí, pero creo que va a mentirme ¿Para qué se las voy a  hacer?” Periodista: Usted impulsó el Queremos Preguntar, ¿cree que toda la gente a la que vamos a preguntar nos va a decir la verdad?”
Lanata: “A ver, una nota no es sola una nota: vos decidís hacer una nota con un criterio determinado. Y una nota tiene efectos políticos en ese momento. Ahora Lorenzetti quiere hablar; yo me pasé la vida llamándolo y no salía al aire. Entonces, no es que no quiero hablar con Lorenzetti; no quiero darle en este momento 52 puntos de share para que diga su versión de las cosas, que sé que no es así. No tengo ganas de dárselo.”
El periodista que dice que hace periodismo a secas, se desnuda como operador político del grupo Clarín, obedeciendo instrucciones estrictas de Héctor Magnetto, quien ha decidido en todos sus medios ignorar al Presidente de la Corte Suprema de Justicia por el fallo de la misma sobre la Ley de Medios Audiovisuales. Una flagrante falacia periodística.
Esto confirma las declaraciones de Ricardo Lorenzetti a Jorge Fontevecchia:  “Ahora no podemos explicar el fallo en ningún medio del Grupo Clarín; nos dijeron: “ustedes no hablan más acá”. Pero lo que no puede ocurrir durante la aplicación de la ley de medios, es aquello a lo que se refirió también  Lorenzetti: “Cuando sacamos la sentencia del “7 D”, no pudimos explicarla en ningún medio oficial”.

FALACIAS HISTÓRICAS




La ligereza verbal, el hacer funcionar la lengua antes que el cerebro o directamente desconectado del mismo, lleva a la banalización absoluta. En Elisa Carrió, que posa de culta y suele enrostrar sus méritos académicos, la desmesura y el Apocalipsis constituyen su materia prima diaria. Así puede afirmar: “A veces pienso que Moreno (Guillermo) es parecido a Eichmann, un imbécil incapaz de pensar”. El cura Eduardo de la Serna del Grupo de curas en la Opción por los pobres en su nota (des) Carrió escribió: “Lamento que algún médico de presencia habitual en los medios y que diagnostica síndromes por TV no haga un diagnóstico de la extraña y compleja psiquis de Lilita Carrió. Daría para un programa entero, quizás en Discovery, porque no en Animal Planet. Pero como es amiga de la casa, imagino que no habrá ese tal diagnóstico.”
Jaime Durán Barba, el que le da letra a Mauricio Macri, se ha referido a Hitler como “un tipo espectacular.” Una posa de culta, el otro tiene métodos brutales. Al momento de hacer comparaciones históricas, hacen de la falacia un denominador común.
FALACIAS
Según el diccionario enciclopédico Larousse falacia es “un sofisma, falso razonamiento para inducir a error”. Inducen a error los columnistas que transforman una victoria electoral en una derrota, sin discriminar que dialécticamente un triunfo electoral puede llevar en su seno al mismo tiempo una derrota política. Recurre Morales Solá a un sofisma envuelto en ignorancia cuando desconoce cuestiones elementales de procedimientos impositivos. Y perpetra una falacia superlativa el operador periodístico del grupo Clarín cuando renuncia a su propia consigna de “Queremos Preguntar.”  Recurrir al nazismo para remitir la actualidad argentina a aquella época de niebla y plomo, es una falacia que eleva la ignorancia a un lugar extremo.
El sofisma es “un razonamiento que es sólo lógicamente correcto en apariencia, y que es concebido con la intención de inducir a error”. Como se dice en los teoremas: “ Es lo que quería demostrar.”

20-11-2013

26 noviembre 2013

                                                                     El Tren 12 11 2013

                                                     Se subió el Periodista y Escritor  Juan Jose Salinas
                                                   


25 noviembre 2013

                                                                         El Tren  21 11 2013
                                                                     La economista Fernanda Vallejos
                                                                              y
                                                                     El economista Pablo Tigani



                               
                                                          

23 noviembre 2013

 El Tren 14 11 2013

Se subieron 

Tomas Borovinsky

Ana Natalucci

 

                                                     

21 noviembre 2013

                       OXIGENACIÓN


Una serie de circunstancias han concurrido para la renovación ministerial más importante de la década kirchnerista. Un desgaste profundo de un equipo, en varios de sus integrantes, carente de vuelo propio, más propenso a obedecer órdenes que a proponer iniciativas. Una sobreactuación de obediencia que transformaba a varios de los ministros desplazados en cadetes jerarquizados.
La confesión de la Presidenta en el reportaje con Jorge Rial que sólo confiaba en sus hijos, explica cierta forma de gobierno que a Néstor Kirchner lo llevó a la muerte y que ha terminado resintiendo la salud de Cristina. La biología en  los últimos años ha jugado en contra de los nuevos aires latinoamericanos. Muertes que han dejado notables ausencias como la de Hugo Chávez  y Néstor Kirchner, el cáncer que ha llevado a dar un paso al costado a Lula y la licencia por enfermedad de Cristina, han herido al proyecto de unidad latinoamericana, el plan revolucionario de los libertadores del siglo XIX y el imprescindible del siglo XXI.
El regreso a la actividad de Cristina Fernández  tiene  limitaciones en cuanto al tiempo e intensidad del ejercicio de la presidencia. Los médicos han recomendado evitar el stress lo que es un consejo imposible de cumplir en el ejercicio de cualquier cargo ejecutivo y mucho más si se trata de la presidencia de un país.










Ante esta situación, y demostrando nuevamente ser imaginativa cuando más complicada es la situación, Cristina Fernández ha decidido delegar una parte de su agotadora función en un jefe de ministros con personalidad y vocación de ser candidato presidencial y un ministro real de economía, más allá de su devenir posterior. Todo ello sin enterrar banderas, pero adaptándolas a un escenario que se ha tornado más complejo. En segundo lugar, la necesidad de responder a los pasivos que convirtieron una victoria electoral en una derrota política. Es posible, pero entra en el terreno de la historia contra fáctica, que de no haberse producido los problemas de salud, los cambios se hubieran producido, no necesariamente con los mismos actores, pero el posible grado de delegación hubiera sido menor. Todo esto no significa que la orientación general y la última palabra, no quede en las manos presidenciales. Sin la presencia de la Presidenta, Capitanich tiene pasivos semejantes a los que alejan a Daniel Scioli de ser el heredero elegido por el kirchnerismo. Son figuras políticas muy permeables al clima de época.
Los que quieren un cambio de rumbo con personeros directos del establishment deberán apostar a un presidente distinto, si es que consigue ganar en el 2015. 
Jorge Capitanich, un político joven muy vinculado a la Iglesia, que ha pasado por todas las opciones  de la tumultuosa política justicialista, con contradicciones ideológicas fuertes que van del menemismo a proponer, en un episodio al menos confuso, una base norteamericana en el Chaco,  del duhaldismo a un kirchnerismo fuerte, es un puente tendido hacia los gobernadores y al Partido Justicialista.
Kiciloff es un promisorio economista que tendrá que abordar desde la inflación, la contención del drenaje de las reservas y la reducción de la brecha cambiaria; hasta mantener la actividad económica, la distribución del ingreso y el pleno empleo, con la restricción racional de las importaciones. Desde una discriminación progresiva de los subsidios al gas y la luz, al deterioro del tipo de cambio. Sólo algunos de los temas más acuciantes.
Kiciloff es acusado de marxista como si fuera un delito, pero el objetivo es erosionarlo prematuramente. Así puede observarse en el editorial de Joaquín Morales Solá en La Nación del 20 de noviembre: “Una novedad política e intelectual surge de ese relevo: Kiciloff le dio una vuelta de tuerca al intervencionismo nestorista que expresaba Moreno. Kicilof es directamente estatista”
No habrá tiempo para ir contra materias pendientes como la sojización, la concentración y la extranjerización de la economía. Sí será necesario avanzar para resguardar el terreno conquistado, con una reforma impositiva, actuar sobre los formadores de precios, descentralizar al Mercado Central, por provincia, ciudades y barrios,  una aplicación rigurosa de la Ley de Abastecimiento, un seguimiento a las cadenas de comercialización, donde los márgenes de ganancias operan inflacionariamente,  mientras que uno de los ministros más operativos  y eficientes de la actual gestión ministerial, Florencio Randazzo, contador público como Jorge Capitanich, resuelve una parte fundamental del problema ferroviario.


El enorme espacio que ocupaba Guillermo Moreno en materia de precios e importaciones, deberá ser ocupado por una estructura profesional, clara, racional y eficiente. Las normas a aplicar deben ser diáfanas, evitando que la oscuridad y el hermetismo alimenten la arbitrariedad.
Es posible intuir que tanto Jorge Milton Capitanich como Axel Kiciloff hayan condicionado la aceptación para el ejercicio pleno de sus cargos al retiro de Guillermo Moreno (con decisiva influencia en zonas sensibles que afectaban a otros ministerios). Los nuevos funcionarios se conocen desde hace muchos años, habiendo sido el economista, entonces referente de la agrupación estudiantil de Ciencias Económicas TNT (Tontos pero No Tanto), asesor del actual gobernador del Chaco, cuando se desempeñaba como subsecretario de la Secretaría de Desarrollo Social siendo el Ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo y luego Roque Fernández.
Alguna interpretación sugiere que Cristina Fernández habría designado a Capitanich en un lugar tan significativo como un paso concreto para impulsarlo como su candidato.  Acrecienta la hipótesis el hecho que deja la gobernación en manos de un vicegobernador con vocación superlativa de ser un émulo de Julio César Cleto Cobos. Pero conviene ser muy prudente: estamos a menos de un mes de las elecciones que significaron para el gobierno una victoria electoral y una derrota política, del pronunciamiento de la Corte Suprema sobre la constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual , y todo ello parece tener una antigüedad de varios meses. La vorágine política envuelve y diluye hitos significativos. Así que pronosticar a casi dos años vista, es una tarea con muy alta probabilidad de error.
El desplazamiento de Guillermo Moreno, saludado con euforia por adversarios políticos, los medios dominantes y el establishment, aluden a sus modos pocos republicanos, pero están heridos por ser tratados con la misma vara que muchos de ellos utilizan con sus subordinados.














En las críticas a Moreno está encubierta la crítica a la intervención del Estado en la regulación de los mercados.  Más allá de sus aspectos positivos, venía arrastrando una serie de variados fracasos, el desgaste de una década y fuertes enfrentamientos internos que hacían necesario, en la oxigenación buscada, su reemplazo.   
Es posible también que la homogeneización de los cambios permita evitar internas que dificultaban la eficacia de las decisiones. El desvaído ministro de economía reemplazado,  Hernán Lorenzino, irá a Francia intentando darle un punto final al acuerdo con el Club del París, procurando de esa forma acceder al mercado de capitales y evitar seguir pagando las amortizaciones de deuda con reservas.
El reemplazo de Mercedes Marcó del Pont, una profesional de buena formación, por un autodidacta como Juan Carlos Fábrega en el Banco Central, parece recorrer el camino del teórico al práctico.
En su educación  formal precaria, el ex presidente del Banco Nación parece un émulo de José Beer Gelbard, el buen  Ministro de Economía de Héctor  Cámpora y Juan Perón, un exponente inusualmente lúcido de la burguesía nacional.
Completan los cambios el Ministro de Agricultura Carlos Casamiquela, un técnico del INTA, que reemplaza a Norberto Yahuar, un funcionario  silencioso hasta parecer inexistente y derrotado en forma estruendosa por Mario Das Neves en Chubut. Lo mismo sucede con el Ministro de Salud Juan Luis Manzur, aún no reemplazado, al que lo aquejó a lo largo de su gestión la más absoluta intrascendencia. Sería interesante y altamente positivo, que el primer Ministro de Salud del Kirchnerismo, Ginés González García, volviera a hacerse cargo de la cartera.
Todas estas disquisiciones sobre el nuevo gabinete está sujeto a la prueba de consistencia del funcionamiento, recordando aquel sabio consejo que “al rengo sólo se lo conoce cuando camina” 












O aquel axioma burrero: “En la cancha se ven los pingos”.
A su vez, desde este lado del análisis, tengo presente la sabia apreciación de Samuel Goldwyn, el fundador de la Metro Goldwyn Mayer: “No conviene hacer pronósticos, sobre todo hacia el futuro” 


20-11-2013 

20 noviembre 2013

El Tren Eduardo Valdes 18 11 20103 

                                                    

19 noviembre 2013


¿ Acoso laboral en le programa "Sin Filtro" de Jorge Lanata en Radio Mitre?

¿ Es el periodista agropecuario Juan Martín Melo una victima que paga peaje de humillación por la popularidad que logra al participar en dicho programa?

Audios de algunos de los micros, no precisamente los más virulentos

                                                       

14 noviembre 2013

EL PROYECTO ECONÓMICO NECESITA TALLER



En pocas actividades se dan situaciones tan paradójicas como con los economistas, ya sea con los que lo son, los que posan como si lo fueran, y los que actúan como meros gestores de negocios.
Si de un médico se hace público que varios de sus pacientes con enfermedades menores terminaron en la morgue, difícilmente podría, pasados algunos años, aconsejar públicamente en materia de medicina y ser escuchado como una autoridad (a menos que explique y profundice en los errores que cometió para arribar a esos resultados nefastos). Igualmente pasaría con un ingeniero al que se le cayeran los puentes y luego sus propuestas sobre construcción de los mismos fueran escuchadas con atención.


El periodista Alfredo Zaiat en su libro “Economía a contramano”, página 315, los caracteriza con precisión basado en la adaptación de un texto del novelista vasco Pio Baroja “sobre la existencia de distintas clases de españoles, de principio del siglo pasado, es útil para retratar el vínculo con la economía:

a)      los que no saben
b)      los que no quieren saberlos 
c)      los que odian saber
d)      los que sufren por no saber
e)      los que aparentan que saben
f)       los que triunfan sin saber y
g)      los que viven gracias a que los demás no saben"   
Economistas y gestores de negocios de corrientes neoliberales y monetaristas que han conducido a países a situaciones que victimaron a millones de personas, y que condujeron a crisis de consecuencias catastróficas, tienen columnas en los diarios dominantes, espacio en televisión, entrevistas con periodistas que parecen no conocer sus antecedentes porque los omiten  y además les tiran centros para que sigan hablando como si recién llegaran al conocimiento público. También cuentan con empresarios que les pagan jugosos honorarios porque sus pronósticos suelen coincidir con sus deseos, aunque caminen a contramano de lo que sucede.
A su vez, desde el campo opuesto, aquel que defiende las políticas distributivas, se suele caer en otro tipo de errores: aquellos de negar la existencia de problemas o la aplicación de una acertada y oportuna rectificación de rumbos desviados, lo que puede llevar a situaciones económicas complicadas.

DEBILIDADES HISTÓRICAS DE LA ECONOMÍA
La economía argentina ha tenido diferentes etapas. La que va de 1880 a 1930 es la “primaria exportadora” en la que Argentina era la granja complementaria de Gran Bretaña: con el producido de la exportación de los productos de la pampa húmeda, se obtenían los recursos suficientes para importar todo lo que industria necesitaba. Cuando el modelo entró en declinación, por las crisis del capitalismo mundial (Primera Guerra Mundial, crisis de 1929) fue reemplazado por el de “sustitución de importaciones” que originó la nueva clase obrera y con ella el peronismo. Todos los golpes posteriores (1955, 1966 y 1976) se hicieron para desarticular primero y arrasar después, a este modelo y a su contenido: el peronismo y con él, a la clase obrera. Entre los inspiradores civiles de los dos primeros, estuvieron los que querían volver a la economía primaria exportadora; con el golpe establishment-militar de 1976 (y posteriormente con el menemismo) estuvieron los que impulsaron y consumaron  el modelo de “rentabilidad financiera”, aquel que nos llevó a pasar de una economía de producción a una de especulación,  con el mercado como un dios y cuyas catedrales fueron los bancos.
Durante el modelo de sustitución de importaciones se produjeron de manera cíclica lo que en el lenguaje técnico se conoció como “estrangulamiento de la balanza de pagos”; es decir, que las divisas generadas por el sector agropecuario no alcanzaban a cubrir las necesidades de insumos industriales y bienes de capital. Entonces se recurrían a los famosos ajustes que entonces implicaban reducir la actividad industrial a las posibilidades de generación de recursos del sector agropecuario. De ahí la fuerte reticencia de este sector a la industrialización. A su vez, la debilidad económica e ideológica de la burguesía nacional compuesta por los empresarios industriales, la lleva generalmente a repudiar los proyectos que la favorece (fuerte presencia estatal y sindical),  y a coincidir con aquellos que los ven como un problema a eliminar. El modelo de rentabilidad financiera estalló con la crisis del 2001.
La apertura indiscriminada, las privatizaciones como remate, la vinculación irracional del peso con el dólar en un empate monetario que implicaba una catástrofe a plazo incierto pero inexorable, implicaba déficits de cuenta corriente y presupuestaria que se cubrían con endeudamiento creciente.
La notable devaluación del 2001 la produjo el mercado, pero la convalidó el senador Eduardo Duhalde en el ejercicio de la presidencia; ello representó una gigantesca transferencia de los sectores populares y medios a los más altos.  La  convertibilidad, después de una década, era una camisa de fuerza que dificultaba las exportaciones, saturaba de importaciones innecesarias y había exterminado la rentabilidad interna de las pequeñas y medianas empresas.
En 1983, la incipiente democracia a la que se accedió luego de una derrota militar,  tuvo en su interior un poderoso caballo de Troya que era la deuda externa. Desde aquel año hasta el 2001, todas las crisis tuvieron una relación directa e indirecta con el peso asfixiante de las amortizaciones de la deuda externa que en el 2001 representaba el 166% del PBI y que hoy apenas alcanza al 46%, aunque probablemente su incidencia es un poco mayor debido a la sobreestimación del PBI, resultado de la estadística creativa.
Aproximadamente cada seis o siete años, la economía argentina en el período democrático tuvo su crisis: en la pre- democracia, la de 1982, con la estatización de la deuda privada impulsada por Domingo Cavallo; en 1989, con el estallido inflacionario, reiterado en 1990; en 1995, con el Tequila; el proceso deflacionario reflejo de la crisis rusa y de los tigres asiáticos en 1998; y la inolvidable del 2001, cuando un modelo irracional y colonial estalló.
LA ECONOMÍA KIRCHNERISTA             












La recuperación de la economía argentina vista desde el 2013 es notable. Pocos lo podían imaginar en aquellos días, que hoy parecen fruto de la fantasía: las 14 monedas simultáneas; los clubes del trueque; los más de cien mil cartoneros ingresando por las noches en la ciudad de Buenos Aires, con familias enteras revolviendo los tachos de basura; las colectas de alimentos en España para asistir a argentinos indigentes; las colas ante las embajadas; los argentinos que encontraban en Ezeiza la única salida; el récord de desocupación; una indigencia que lastimaba  los ojos;  la pobreza a niveles desconocidos; las escuelas convertidas en comedores. La recuperación comenzó en el segundo año de la presidencia de Duhalde. Kirchner, favorecido  por una coyuntura internacional en materia de precios muy favorables de los productos exportables, le agregó una fuerte presencia del Estado, aplicando políticas orientadas a la recuperación industrial, una importantísima y fundamental renegociación y quita de la deuda externa y una política exterior alejada lo más posible de los organismos internacionales y de las propuestas leoninas del imperio concretado en el primer caso en el pago al Fondo Monetario Internacional y la desaparición de sus imposiciones suicidas, y en el segundo caso en el hito histórico del no al ALCA.
Si Perón contó con las enormes reservas acumuladas durante la segunda guerra mundial, Kirchner careció de ese respaldo pero aprovechó un mejoramiento  notable de la relación de los términos del intercambio, con políticas que acompañaron y propulsaron la recuperación. En los primeros cuatro años, la mezcla de éxitos tradicionales de los gobiernos populistas (crecimiento, redistribución del ingreso, recuperación industrial, reducción de la desocupación, de la pobreza y la indigencia) se completó con dos premisas de los economistas ortodoxos (superávit fiscal y de cuenta corriente). La enorme devaluación del 2001 con los aspectos negativos que ya se han señalado, tuvo el efecto positivo de fomentar las exportaciones y de ponerle un límite natural a las exportaciones, con el crecimiento permanente de las reservas en un marco de baja inflación. La recesión y deflación desde 1998, impidió que la gigantesca devaluación del 2001 tuviera reflejo inmediato en los precios.
El traspaso presidencial de Néstor Kirchner a Cristina Fernández vino acompañado de una corrida cambiaria y fuga de capitales. El periodista Alfredo Zaiat en el libro citado, Página 89 consignó:

                 
“Las seis corridas sumaron 60.676 millones de dólares.”
Desde el 2007 se fue incrementando el ritmo inflacionario. Se tomó la desafortunada decisión de alterar los índices del INDEC. Off de record se explicaba que era para disminuir la incidencia de la parte de la deuda que se ajustaba por inflación. Lo que se omitía es que había otros bonos que se ajustaban por crecimiento del PBI lo que de esa manera incrementaban su rendimiento al ser el crecimiento del PBI un cociente entre lo producido en el país en un año dividido por el nivel general de precios.
Había hasta entonces agujeros por el cual huían divisas. Legalmente todos podían comprar, si lo podían justificar, hasta dos millones de dólares mensuales. Las petroleras y mineras podían dejar lícitamente hasta el 70% de las divisas de las exportaciones en el exterior.
En los primeros cuatro años se intensificaron las exportaciones de soja, petróleo y minería. El banco Central compraba diariamente dólares para que la cotización no bajara y en los negocios había carteles que decían: “No se aceptan dólares”. Ese era el momento propicio para iniciar la campaña de la pesificación.



Las exportaciones argentinas tuvieron un desempeño muy exitoso entre 2003 y 2008, con crecimientos, año a año, a tasas de dos dígitos, lo que implicó un crecimiento acumulado del  170% entre 2003 y 2008.
EL PROYECTO ECONÓMICO NECESITA TALLER
Mientras la inflación interna real aumentaba desde el 2007 a un promedio de alrededor del 15%, el tipo de cambio se actualizaba a alrededor del 7%. Los subsidios se incrementaron año a año sin reparar en los beneficiarios y sin mejoramiento de los trenes y subtes. Dos veces se intentó parar esta sangría pero ante las protestas se retrocedió. Cuando se habló de aplicar sintonía fina en el 2011, sólo se avanzó sobre algunos barrios de la capital, los countries  y sobre bancos y casinos.
Resulta contradictorio que un gobierno nacional y popular esté subvencionando a quienes no lo necesitan y con ello se hace un uso discrecional e irracional de la energía que es uno de los agujeros que afecta al balance de pagos. De ser superavitario en energía, cuando la economía se recuperaba, se pasó a ser muy deficitario con la economía funcionando a su nivel pleno.
Según un estudio mencionado por el periodista Marcelo Zlotogwiazda y elaborado por Jorge Gaggero y Darío Rossignolo para el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo Argentino (Cefidar),  el 42 por ciento de los subsidios a la electricidad y el gas beneficia al 20 por ciento de la población de mayor ingreso. Lo que significa que unos 30.000 millones de pesos por año se dilapidan en ayudar a gente que no lo necesita. La cifra duplica lo que se destina a la Asignación Universal por Hijo.
Todo esto da lugar a un mecanismo perverso: el valor tan bajo del precio del gas y de la luz lleva a un derroche escandaloso de estos recursos básicos en los sectores medios y altos que mientras impide el ingreso de más recursos al presupuesto, incrementa la necesidad de divisas para pagar las importaciones en esos conceptos.  
El deterioro del tipo de cambio afecta a otra de las fuentes de ingresos superavitarias hasta hace poco como el turismo, que ha pasado a ser francamente deficitaria, habiéndose ido en este concepto en los primeros seis meses de año tanto como en todo el 2012, alrededor de cinco mil millones de dólares. El periodista Alfredo Zaiat escribió al respecto:  “Un artículo de Guillermo Laborda en Ámbito Financiero, ofrece un dato muy interesante sobre la cantidad de dólares diarios que el Banco Central entrega a la cotización oficial para abastecer la demanda del turismo argentino al exterior. Es un monto que más que triplica el movimiento estimado en el circuito marginal. Precisa que en promedio son unos 32 millones de dólares por día que salen del Banco Central para cubrir la cuenta turismo, detallando que 24 millones son por consumo con tarjeta de crédito en el exterior (el recargo del 20 por ciento es sobre la paridad oficial y a cuenta del pago de Ganancias y Bienes Personales), 3 millones por paquetes turísticos, otros 3 millones por pasajes y 2 millones por autorizaciones de la AFIP para comprar divisas al tipo de cambio oficial.



Está claro cuál es el mecanismo vicioso que se ha generado. Habiendo una distancia del 70% entre el cambio oficial y el blue, todo turista, lógicamente, no vende sus dólares en los bancos y los mismos por lo tanto no ingresan al Banco Central. Se lo compra la guía de turismo, el hotel o el conserje y se desliza por el sector en negro de la economía. En cambio los argentinos que viajan al exterior utilizan sus tarjetas de crédito para sus gastos y sus compras y son subsidiados al cambio oficial. El mercado del dólar marginal efectivamente es pequeño, pero sus efectos son muy depredadores sobre la macroeconomía. Por el mercado oficial se liquida alrededor de 160.000 millones de dólares, sumando las exportaciones y las importaciones anuales. El mercado en negro llegará con suerte a los siete u ocho mil  millones de dólares, o sea un 5%. Sin embargo, cuando la diferencia es tan marcada, se fomenta la subfacturación de exportaciones, la sobrefacturación de importaciones, el contrabando, con fortísima repercusión sobre las cuentas públicas. Por eso es claramente un error, reducir la influencia del mercado marginal a su insignificancia numérica.
La solución del problema energético es a mediano y largo plazo, por lo tanto el monto que se va en este concepto no es modificable. En cambio los subsidios innecesarios con destino a quienes no los necesitan y la fuga de dólares por  turismo es necesario abordar en forma perentoria.
Las exportaciones han perdido significativamente su dinamismo. Entre 2008 y 2012 sólo crecieron 15%.
El modelo kirchnerista tiene rupturas importantes con el menemismo y algunas continuidades como el haber mantenido en buena parte la matriz económica heredada. La sojización se incrementó, junto con la minería donde lo que queda para el país, en ésta última actividad, es poco relevante. A su vez se incrementó la concentración (donde está una de las causas principales de la inflación) y la extranjerización. Mucho más profundo ha sido el avance del kirchnerismo en derechos sociales, igualitarios y de género, en los derechos humanos, en el juzgamiento de los horrores del pasado, en la batalla cultural, en fijarle límites a sectores del poder económico. 
La salida del control de cambios amplio, mal llamado cepo cambiario, adoptado para frenar la fuga de divisas, tiene un problema: es sencillo entrar pero muy difícil salir. En algunos aspectos, su supresión, tiene ciertas dificultades análogas al de la convertibilidad. Se frenó la fuga desenfrenada, pero como las amortizaciones de la deuda se pagan con reservas, éstas bajan a ritmo sostenido. Cuando se lo implementó, hace dos años, el 31 de octubre de 2011, el dólar oficial se vendía a $ 4,24, mientras que en el mercado paralelo se ofrecía a $ 4,49 pesos. La brecha cambiaria era del 6 por ciento. En estos dos años, el dólar subió de $ 4,49 a cifras cercanas a $10, que implica un incremento de alrededor del 120%, mientras que la brecha cambiaria fluctúa en un 67%.  
A su vez, son mínimos, prácticamente inexistentes, los capitales que ingresan, porque no están dispuestos a cambiar los dólares a la cotización oficial. Al ver tanta diferencia entre las cotizaciones del dólar, hay soja sin vender, retenidas en los silos bolsa, a la espera de una devaluación.
Esto ha llevado a la creciente caída de las reservas. La pérdida en lo que va del año supera los 9000 millones de dólares, con lo que sobrepasa en tres veces a la caída del 2012, que no llegó a 3100 millones. También es importante puntualizar la composición de las mismas, constituidas por divisas, oro, convenios multilaterales de crédito, colocaciones realizables en divisas, entre otros, pasando del 48,5% del activo de la entidad al 29,9%, con mucha presencia de los  adelantos transitorios al Tesoro y los títulos públicos.
Todas estas consideraciones llevan a considerar que si no se ataca el drenaje de divisas en sus frentes solucionables, puede divisarse en lontananza la posibilidad de volver a padecer la restricción externa severa. De ahí los tanteos para regularizar situaciones que permitan abrir una brecha en el mercado de capitales y pagar vencimientos con préstamos y no con reservas. El autor de esta nota prefiere en lo posible para abordar compromisos financieros no recurrir a esos mecanismos, pero también soy consciente que los ataques políticos que se traducen en corridas cambiarias y fuga de capitales, si debilitan la posición de reservas más allá de lo recomendable, es altamente peligroso.
A su vez, si el endeudamiento a largo plazo y bajo interés se destina a ampliar y mejorar la red ferroviaria y vial, a invertir en la generación de energía, se deben superar prejuicios pudiendo resultar plausible y necesario.  
Aldo Ferrer ha escrito en BAE al respecto: La responsabilidad del Estado en el desarrollo de la infraestructura de transportes, comunicaciones y energía le confiere una responsabilidad primordial en el impulso al desarrollo industrial y la resolución de la restricción externa.”Con relación a la sustitución de importaciones avanza innovadoramente: “enfatizar que la restricción externa puede convertirse en eterna, a menos que se resuelvan los problemas que la determinan…..Es preciso abandonar el viejo concepto de la “sustitución de importaciones”, que implica reemplazar importaciones actuales por producción interna, mientras se acrecientan, en mayor medida, las importaciones de los nuevos bienes y servicios resultantes del incesante progreso técnico. Esto desemboca, como lo revela la experiencia argentina, en la brecha creciente del comercio de MOI  (Manufacturas de origen industrial) y la restricción externa. No alcanza con sustituir el presente, es preciso sustituir el futuro con talento argentino. Debe rechazarse la postura resignada frente a la inercia de la estructura productiva desequilibrada”.
Hay un cruce de caminos en donde no se puede elegir entre la mejor alternativa, sino la que resulta menos lesiva a los intereses nacionales     
A su vez, ignorar los efectos nocivos de la inflación, a la que debe atribuirse una parte de las dos derrotas políticas del oficialismo (2009 y 2013), aunque fueron triunfos electorales a nivel nacional, es irritante y autodestructivo. En ese sentido,  van las declaraciones de la subsecretaria de Defensa del Consumidor María Lucila “Pimpi” Colombo, de que “La inflación no es un problema en la Argentina”. Lo mismo sucede con el ex ministro y actual senador Aníbal Fernández que la niega, desde un análisis semántico porque no hay una suba generalizada de precios. Sus declaraciones suenan parecidas a la letra de aquel corrido mejicano que decía: El día que la mataron/ Rosita estaba de suerte/ de tres tiros que le dieron/ sólo uno era de muerte.”  
La inflación es un problema complejo y multicausal por lo que no queda más remedio en lo inmediato que un control real sobre los fijadores de precios,  un accionar con la ley de abastecimientos sobre la cadena de comercialización y una  rápida e imprescindible descentralización por barrios y ciudades del Mercado Central. Indudablemente, esto es muy dificultoso y arduo, pero en algún momento es imprescindible encararlo.
Con relación a la sangría en turismo, autos de lujo, mejoramiento para economías regionales con problemas de competitividad, el desdoblamiento del mercado cambiario resulta en principio beneficioso, aunque como todo en economía tiene sus contraindicaciones. Es fácil predecir el lobby de los distintos sectores económicos para que sus exportaciones se liquiden al tipo de cambio más alto.  


Es imprescindible que el proyecto económico entre al taller para reparar lo que se ha deteriorado en estos 10 años, sin entrar en pánico, ni soslayando la profundidad  de los problemas. Ignorar las fallas que aparecen en el tablero del vehículo, es una actitud primero contraproducente y en segundo lugar autodestructiva. Y que puede en algún momento dejar al vehículo en la banquina.            

12-11-2013                    

10 noviembre 2013

Hace dos meses conté esta historia en nuestro programa radial EL TREN, con aportes de mi compañero Gerardo Yomal.  Hoy, domingo 10 de noviembre, Ariel Dorfman la relata con su notable calidad literaria en Página 12. Es probable que el más imaginativo escritor, no hubiera podido  concebir una historia semejante. La realidad es una autora insuperable. Y la justicia histórica tarda pero generalmente pone las cosas en su lugar

          Una historia de padres y fantasmas
  

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                                                                                                                          Por Ariel Dorfman


 















El general Fernando Matthei, otrora comandante en jefe de la fuerza aérea chilena, habrá de despertarse el domingo 17 de noviembre anticipando un día excepcional, donde tendrá la oportunidad única de votar por su propia hija Evelyn como candidata a la presidencia, un día en que espera que no le ronden resquemores y fantasmas.
Falta que le hace a Evelyn Matthei, que representa la alianza derechista que actualmente gobierna Chile, el sufragio de su padre, ya que no sólo parece asegurada su contundente derrota a manos de la ex presidenta Michelle Bachelet, un resultado desdoroso que puede suscitar una crisis letal en la derecha chilena.
Me pregunto qué va a sentir el general Matthei cuando vea en la papeleta electoral el apellido Bachelet junto al suyo. ¿Recordará que hay un chileno, un íntimo amigo suyo, camarada de toda la vida, un general de Aviación que no podrá emitir su voto en estas elecciones? ¿Pensará Fernando Matthei en Alberto Bachelet, padre de Michelle, que no tendrá jamás la posibilidad de votar por su hija, puesto que en marzo de 1974 el general Bachelet murió de un paro cardíaco inducido por las torturas a las que fue sometido durante seis meses por sus propios colegas militares?
Unicamente por haber sido colaborador del presidente Salvador Allende y mantenerse leal a su causa y su palabra.
Fernando Matthei era agregado aéreo en Londres para el golpe del 11 de septiembre de 1973 y nada pudo hacer para ayudar a su compadre del alma. Su inacción ya es injustificable cuando vuelve a Santiago en enero de 1974 y es nombrado director de la Academia de Guerra de la Aviación, el lugar donde precisamente estaba detenido y fallecería dos meses más tarde el hombre al que su hija Evelyn conocía como el Tío Beto. Aunque en varios procesos posteriores la Justicia chilena determinó que al entonces coronel Ma-tthei no le cabía culpa penal en la muerte del general Alberto Bachelet –debido a que los subterráneos donde apremiaban a su compañero de armas estaban fuera de límites para todo personal que no perteneciera a la fiscalía militar–, otra cosa es la responsabilidad moral. La que, según el mismo Fernando Matthei, todavía le pesa y avergüenza, según confiesa en un libro del 2003: “Primó la prudencia”, dice, “por sobre el coraje”.
Ni el más delirante novelista –y me cuento con orgullo como uno de ellos– podría haber imaginado una historia más inusitada, de dos amigos con destinos tan contrarios. Uno que muere por haber tenido el coraje, pero tal vez no la prudencia, de aceptar, con rango ministerial, un puesto en el gobierno de Salvador Allende. Y el otro que vive con excesiva prudencia y sin coraje para convertirse por dos años en el ministro de Salud de Pinochet y enseguida, durante trece años, integrante de la Junta. La hija de Alberto que llegaría a ser ministro de Salud y después de Defensa en el gobierno de centro-izquierda de Ricardo Lagos y la hija de Fernando que fue senadora y después ministro del Trabajo en el gobierno conservador de Sebastián Piñera. La socialista que fue presidenta de Chile y la derechista que aspira a serlo.
Aunque a estas alturas a lo que de veras aspira es obtener una votación que le permita ocupar por lo menos un honroso segundo lugar en las urnas.
Y es aquí donde la historia de Chile nos ofrece otra sorpresa. Puesto que el general Matthei reconocerá en la papeleta con los aspirantes a la presidencia el apellido de otro candidato cuyo padre tampoco podrá votar en estas elecciones porque fue ultimado por la dictadura.
Se trata de Marco Enríquez, hijo de Miguel Enríquez, líder del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), abatido por la policía secreta en una calle de Santiago el 5 de octubre de 1974. Dejando tras sí a un hijo de un año y medio de edad, que ahora, casi cuarenta años más tarde, le está pisando los talones a Evelyn Matthei. Si Marco puede, en efecto, repetir el 20 por ciento de los votos que consiguió con su candidatura a la presidencia en las elecciones del 2009, logrará desplazar a la hija del general Matthei, para enfrentar a Michelle Bachelet en una posible segunda vuelta, permitiendo que el pueblo de Chile eligiera entre dos candidatos progresistas.
De todos los protagonistas de esta historia, ha sido Miguel al que más conocí. Mi mujer Angélica y yo fuimos amigos suyos, hasta el punto de que, pese a que no estábamos de acuerdo con la vía armada que proponía el MIR, arriesgamos todo para darle amparo en nuestra pequeña casa a él y a otros dirigentes de su partido en 1970, cuando entraron a la clandestinidad durante el gobierno de Frei padre para provocar en Chile una rebelión al estilo de Cuba, una tesis que nunca dejaron de esgrimir, aun durante los tres años del gobierno Allendista.
¿Qué diría Miguel si viera hoy a su hijo defendiendo la necesidad de transformar a Chile por medios pacíficos, si contemplara a su hijo desechando la violencia en que creía con fervor?
Tantos otros revolucionarios latinoamericanos sobrevivieron la represión de las dictaduras y llegaron a entender que la democracia, lejos de ser la camisa de fuerza de los pueblos, es condición esencial de todo cambio profundo, toda justicia duradera. Espero que así hubiera también evolucionado Miguel, que fue tan imprudente en sus ideas y acciones y a la vez tan pleno de coraje en su vida, tan animado por una sed de liberación humana que todavía me emociona.
Me hubiera gustado abrir esa discusión con Miguel. Me hubiera gustado preguntarle si se arrepiente de los errores que cometió durante los años en que Allende fue presidente, cuando el MIR (junto a elementos extremos y díscolos dentro de la Unidad Popular) desestabilizaron al gobierno popular con sus tomas irresponsables de fábricas y terrenos y predios agrícolas, y aceleraron el golpe con su retórica de una revolución armada inminente que nunca se materializó.
Pero, claro, es una conversación que nunca tendremos.
Si hay una insinuación de justicia divina en la derrota que Evelyn va a sufrir incontestablemente a manos de Michelle, un hecho maravillosamente simbólico que la hija de Alberto triunfe sobre la hija del hombre que abandonó a su padre, ¿no sería más que divino y justo que el hijo del guerrillero e insurrecto Miguel Enríquez dejara fuera de juego a la candidata del Pinochetismo? Que el hijo de una de las víctimas le ganara a la hija de uno de los cómplices de esa política de exterminio sería una muestra definitiva de que Chile le ha dado para siempre la espalda al legado de Pinochet.
Pero queda en este cuento inverosímil de fantasmas y padres y linajes, todavía una vuelta más de la tuerca histórica.
Puesto que fue el mismo aborrecible general Matthei el que facilitó que hubieran hoy en Chile elecciones libres, que su propia hija y la hija de su compañero Alberto y el hijo de su enemigo Miguel, pudieran disputar la presidencia, y que fuera el pueblo de Chile, y no sus fuerzas armadas, el que decidiera el porvenir.
Fue para el plebiscito de 1988. Cuando Pinochet quiso desconocer su derrota y fomentar un auto-golpe que lo mantuviera indefinidamente en el poder, fue el general Matthei quien impidió tal maniobra, concediendo públicamente la victoria del “No”, abriendo paso al retorno de la democracia.
Yo quisiera creer que Fernando Ma-tthei, esa noche de octubre de 1988, estaba pagando una deuda con su viejo amigo Alberto, mostrando ante Pinochet la valentía que no mostró catorce años antes cuando ni siquiera fue a visitar ni menos a consolar a un camarada al que estaban torturando a escasos metros de su propia oficina en la Academia de Guerra.
Es una deuda, sin embargo, que no está enteramente saldada. Le queda al general Matthei, a los 88 años de edad, todavía otro gesto de redención con que pudiera señalar silenciosamente su verdadero arrepentimiento, conseguir que los fantasmas finalmente lo dejen en paz.
Sería un gesto simple, aunque arriesgado.

Sólo bastaría que el general, cuando entre al recinto electoral este próximo 17 de noviembre y recorra la lista de los candidatos, sólo bastaría que el general Fernando Matthei decida en forma clara y tajante y deliberada hacer una pequeña marca al lado del nombre de Michelle Bachelet, bastaría solamente entonces que él, su Tío Fernando, vote por ella, puesto que es desafortunadamente imposible que lo haga ahora y siempre su papá.