EL CANDIDATO
IMPERTURBABLE*
Daniel Scioli es un político integrante de un grupo
generacional nacido a la política con la revolución conservadora de los
noventa, que venía a enterrar definitivamente el estado de bienestar nacido a
partir de la crisis mundial de 1929 y potenciado y desarrollado en la década
del primer peronismo.
Carlos Reutemann, Palito Ortega, Daniel Scioli, son
ejemplos exitosos surgidos de la intuición de Carlos Menem, quien en su momento
de esplendor tenía la varita mágica para convertir en actores políticos a
figuras populares provenientes del deporte o del espectáculo. Tienen la particularidad de un discurso
insustancial, poblado de superficialidades, que transita por un sinnúmero de
lugares comunes, de apelaciones al optimismo irreductible, de buenas
intenciones. El ejemplo cundió y pasó a formar parte de la era de la
videopolítica y la despolitización, en la que los que parten de un conocimiento
adquirido en otros ámbitos ajenos al político, tienen un hándicap precisamente
por lo que carecen, es decir de su conocimiento político y de la preparación
necesaria para ejercerla.
Desde el campo empresario llegaron Mauricio Macri,
Francisco de Narváez, Juan Carlos Blumberg, Alfredo Olmedo, y del artístico y
deportivo, Miguel del Sel, Nacha Guevara (quien después de ser elegida se
arrepintió), y Héctor Baldassi, entre otros.
Emparentados en un discurso superficial y muchas
veces soporífero, se incluyen políticos que han hecho los pasos
escalofonarios como Hermes Binner,
Fernando de la Rúa, Sergio Massa, y siguen los nombres.
Pero de
todos los que ingresaron de afuera de la política, el que ha llegado más lejos
y va por más es Daniel Scioli. Diputado con Carlos Menem, Secretario de
Deportes en la breve presidencia de Adolfo Rodríguez Saá, continuó en el mismo
cargo con su sucesor Eduardo Duhalde. En su libro “Memorias del incendio. Los primeros 120 días de mi presidencia”,
el ex gobernador y presidente elegido por el Parlamento sólo le dedica una
línea a su designación: “Daniel Scioli, que era diputado nacional en
representación de la Capital Federal, continuó como Secretario de Turismo”.
Cuando se preparaba para postularse a candidato a
Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Kirchner le propuso integrar la
fórmula presidencial. Sobre el
particular hay dos versiones: la primera, que ante la posibilidad que Duhalde
le impusiera a Roberto Lavagna, Kirchner se anticipó proponiendo en el cargo a
Scioli que siempre midió bien en las encuestas. La otra es que Duhalde buscaba
un reaseguro y podía proponer a su mujer Hilda Chiche Duhalde; anticipándose a
la jugada le propuso el cargo al diputado Scioli. Así lo cuenta Daniel
Miguez en su libro “Kirchner íntimo”: “A Eduardo Duhalde le gustaba Roberto
Lavagna como compañero de fórmula de Kirchner. Pero chocaba con dos problemas: no querían ni Lavagna ni Kirchner.
Pese a eso, la potencial candidatura del economista fue una posibilidad que dio
vuelta hasta último momento, exactamente hasta que Néstor eligió a Daniel
Scioli. Ante de eso hubo un intento del duhaldismo para que la candidata a
vicepresidenta fuera Hilda “Chiche” González de Duhalde, y también rondaron los
nombres de Alberto Balestrini y Juan José Álvarez. Para el viernes 21 de
febrero del 2003 estaba prevista una reunión en la casa de Carlos Ruckauf en el
Barrio Norte de Villa Gesell, entre el anfitrión Duhalde y Lavagna. Kirchner
supuso que se trataba de un último intento de convencer al ministro de Economía
y decidió actuar rápido. Citó en secreto
a Daniel Scioli, para esa misma noche, en la Casa de la Provincia de Santa
Cruz…….Le propuso que sea su candidato a vicepresidente. Scioli le dijo que en
sus planes estaba ser candidato a jefe de Gobierno porteño, pero acotó sin
dudar. “Contá conmigo. Me pongo a
trabajar ya” fue su respuesta”
Walter Curia, periodista de Clarín, en su libro “El último peronista. La cara oculta de
Kirchner”, al respecto escribió: “Scioli había sido convocado por Kirchner
el viernes a la Casa de Santa Cruz…Allí fue la oferta: “Quiero que me acompañes
en la fórmula. El cargo yo no se lo ofrecí a nadie. Sos el único con el que
hablé el tema”, le aseguró Kirchner…..Ya había jugado la carta de su vice en
una exclusiva con Clarín con la intención de frenar una operación del sector
predominante en la CGT -“los gordos”, como los bautizó el periodista Ricardo
Ríos- que buscaba convencer a Duhalde de postergar las elecciones y postular a
Roberto Lavagna…… Scioli presumía de ser el dueño del secreto mejor guardado
del país cuando el diario lo sorprendió en la puerta de su habitación del Costa
Galana, en Mar del Plata, adonde había ido para el casamiento del dueño. Clarín
anunciaba que era el vice de Kirchner”
El testimonio de Alberto Fernández en su libro “Políticamente incorrecto. Razones y
pasiones de Néstor Kirchner”, discurre por caminos similares aunque aporta
algunos datos interesantes: “Así a pesar de que Daniel Scioli se había
comprometido con las formas políticas del menemismo, poco a poco Kirchner
empezó a sentir simpatía por él y a percatarse que era un político popular, dos
razones importantes para invitarlo a integrar la fórmula”. También confirma que Duhalde también pensó en su mujer como
vicepresidenta para custodiar a Kirchner. Según el futuro jefe de gabinete,
Kirchner le dijo a Duhalde telefónicamente: “No voy a permitirlo porque no
soy el títere de nadie”. Con relación a la jugada de Lavagna como
vicepresidente sostiene “que el objetivo era que rechazara la propuesta para
desgastar la candidatura del gobernador de Santa Cruz y sustituirlo”
Scioli luego, fue dos veces gobernador de la
Provincia de Buenos Aires y ahora finalmente espera que su lealtad sea premiada
como candidato presidencial del Frente para la Victoria.
Como legislador su trabajo no fue lucido. Entre 1997
y 1999 presentó 20 proyectos, la mayoría vinculados al deporte. Entre 1999 y el
2001 aumentó a 120 proyectos, vinculados a homenajes, reconocimientos,
subsidios para obras sociales o fomento de pequeñas y medianas empresas.
EL MISTERIO SCIOLI
Su
biógrafo Mariano Confalonieri en el libro “El candidato, vida pública y privada
de Daniel Scioli”: “La gente conoce a Scioli, y ese es su mayor capital
político. ¿Pero qué es lo que conoce? Que fue un motonauta exitoso, que perdió
su brazo derecho durante un accidente en lancha en el Río Paraná, que luego
entró en política “sin los viejos vicios”, que fue diputado, funcionario
nacional durante las presidencias de Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Duhalde y
Néstor Kirchner- con éste último vicepresidente-
Dos veces fue electo
gobernador de la provincia más importante del país, pese a ser un porteño que
tenía- al momento de declinar su postulación- todas las probabilidades de
consagrarse como jefe de Gobierno por el peronismo en la Capital. Hacia
afuera, Scioli siempre se muestra tranquilo, sin nervios, no se inmuta cuando
lo atacan -incluso, a veces, en forma virulenta- y repite una serie de palabras
positivas como si fuera un sacerdote profesando la palabra de Dios. “Con fe, con optimismo, con producción”,
son las que más repite. Es motivo de burla por su discurso propositivo. Sin
embargo, la burla proviene de sus rivales, porque entre la gente, aún con un
mandato y medio encima, sigue teniendo muy buena aceptación, según lo indican
todas las encuestas. Es la misma
razón por la que el kirchnerismo lo ha utilizado para ganar elecciones en 2003,
2007, 2009 (fue candidato testimonial) y 2011. Es la misma razón por la cual
Cristina Kirchner lo ve como un enemigo a derribar. Pero Scioli además de ser
un dirigente con buena aceptación entre la opinión pública, es un misterio.
Nadie sabe qué piensa. ….Scioli no tiene
título universitario, no lee porque se aburre; para no perder tiempo adelanta
las películas. Es un consumidor serial de encuestas; quiere saber, todo el
tiempo, qué piensan los bonaerenses. Es su principal asesor de imagen. Para
algunos es un fiel soldado del kirchnerismo, que se inmoló con las candidaturas
testimoniales y con la batalla contra el campo. Para esos mismos es un sumiso
que acató cuanta orden le impusieron desde la Casa Rosada -hasta llegar al ridículo de que le eligieron por él su
vicegobernador-. Para otros, es un político conservador que está
esperando que llegue su hora como candidato a presidente, cuando a Cristina
Kirchner se le venza el mandato. Esa
porción de la sociedad especula que, por dentro, Scioli piensa todo lo
contrario que el kirchnerismo: que está en contra de la inflación, de los
juicios a los represores, de los planes sociales, de la Ley de Medios, de la
estatización de Aerolíneas Argentinas y de las AFJP. Pero como él nunca
respondió a esas inquietudes, no se sabe si eso es cierto……Un hombre que tiene serios problemas para administrar la provincia de
Buenos Aires –más allá de factores externos que lo condicionan- ; un hombre
que eligió la represión como política de Estado para resolver la inseguridad;
uno que es calmo hacia afuera, pero tiene arranques de ira hacia adentro; un
hombre que prepara su candidatura presidencial, que hoy es su máxima
obsesión……Su vida política se filma o se graba. Parece un multimedios rodante”
Todo está cuestionado en su trayectoria, incluso su rutilante carrera de
motonáutica. Tanto la revista XXIII como el periodista Mariano
García Barace, entre otros, pusieron en dudas sus éxitos deportivos.
Éste último escribió: “A mediados de los años 80,
mientras disfrutaba del ocio, andaba en lancha por las islas del Tigre. Su
padre era propietario de Casa Scioli dedicada a la venta de
electrodomésticos y artículos de lujo. En 1987 su fortuna le permitió adquirir
una potente embarcación diseñada y construida por el genio del Politécnico de
Turín, el campeonísimo Fabio Buzzi. Según los expertos ‘las lanchas del FB
Design ganan solas’, porque son las mejores del mundo. Así comenzó a ganar
fácilmente las competencias locales de un deporte reducido a unos pocos.
Posteriormente perdió su brazo derecho en una carrera en diciembre de 1989.
Scioli nos hizo creer que era como Guillermo Vilas, Carlos Monzón o Diego
Maradona. Su fama deportiva se la debe
exclusivamente a Buzzi y a la financiación aportada por Menem mediante la
publicidad de la marca YPF, y otros subsidios que le permitieron disfrazarse de
gran campeón. Fabio Buzzi no era un personaje secundario como nos hacían
entender los periodistas Enrique Moltoni y Horacio Larrosa en las carreras que
trasmitía exclusivamente el Canal 9 de Alejandro Romay, socio del padre
de Scioli. Se omitía explicar quién conducía la lancha. El “ingeniero” Buzzi,
según estos periodistas era sólo un copiloto o asistente técnico. Fabio Buzzi,
uno de los pilotos más exitosos en la historia de la motonáutica. Multicampeón
italiano y europeo, record mundial de velocidad 1979 y 1992, Campeón Mundial
1984, 1988, 1994, 1995, 1996, 1997, Campeón Americano 1995, record de velocidad
1999 (Miami – Nassau), y otros records en 2001, 2002 y 2004. Como ingeniero
constructor, las lanchas del FB Design ganaron 42 campeonatos mundiales,
22 europeos, 27 italianos y 56 records mundiales de velocidad.”
Scioli
carece de estructura política, pero eso no le impidió realizar su rutilante
carrera política. Durante su primer mandato de gobernador, como no tuvo
influencia en la confección de las listas de legisladores provinciales sólo
tuvo tres diputados propios y ningún senador de los trece elegidos por el
Frente para la Victoria. En las elecciones del 2011, su poder en el Congreso
provincial no cambió. En 2007 obtuvo el
53% de los votos y en el 2011 el 56%.
LOS CORTOCIRCUITOS CON EL
KIRCHNERISMO
Daniel
Scioli comenzó su vicepresidencia suponiendo que tenía una parte del poder
político. Por eso el 13 de agosto del 2003, durante el coloquio anual de IDEA, ese año en Tucumán, anunció que el
Congreso descongelaría las tarifas de gas y electricidad. Kirchner reaccionó
con dureza impensada. Ordenó a todos sus ministros que no le atendieran el
teléfono al vicepresidente. Removió a todo el equipo de la Secretaría de
Turismo que le respondía a Scioli y cuya
permanencia fue una solicitud del motonauta aceptada por el Presidente. Mariano
Confalonieri pone en boca del santacruceño la frase: “Si por mí fuera, le sacaría hasta el mozo”. Cuando pedía
una audiencia, pasaba horas esperando ser recibido. Ahí comprendió que su lugar
era tocar la campana en el Senado. Pero ni siquiera ahí pudo evitar los
cortocircuitos con los Kirchner. En este caso fue con Cristina. El 23 de
diciembre del 2005 cuando la actual presidenta había sido elegida senadora por
la Provincia de Buenos Aires, cometió la gaffe de llamarla “senadora por Santa
Cruz. En otra oportunidad la designó por decreto en la Comisión de Asuntos
Penales, desplazando al senador socialista Rubén Giustiniani y todo hacía
presumir a pedido de Cristina. La información llegó a los diarios. Con su conocido temperamento le dijo: “No me
extraña que la Presidencia (del Senado) porque ya hubo otras actitudes vinculadas
con estas cuestiones que aparecen en la
prensa y nadie saben de donde surgen, sobre situaciones que no suceden”. En
otra ocasión, lo increpó con adjetivos duros por la falta de conocimiento de
los reglamentos del Congreso.
Scioli se dedicó a realizar homenajes
y reconocimientos a figuras artísticas y deportivas.
Cuando
trascendió que en materia de seguridad les había dicho a los familiares de una
víctima que “tenía las manos atadas”, Néstor Kirchner le preguntó en un acto
público poco antes de su muerte que “el
gobernador debería decir quiénes le atan las manos”.
Durante todo
el año 2012 y buena parte del 2013 Cristina lo sometió a fuertes críticas
públicas, incluyendo la de ser un mal administrador, y a un fuerte apretón financiero. Dos meses
antes de las PASO, le increpó que no la defendían de las acusaciones sobre
corrupción que la alcanzaban junto a Néstor, que dominicalmente derramaba desde
los multimedios de Clarín, su mejor empleado, Jorge Lanata.
Entonces el
gobernador pronunció una de sus frases más logradas: “Entre el odio y el fanatismo, por el bien del país, tiene que haber un
punto de encuentro en los argentinos.” Y le dio, con sus mensajes
gestuales, un reportaje a Clarín, el 2
de junio, donde en forma astuta afirmó: “Entiendo
a la Presidenta: yo también quisiera que me acompañen más.” Ya conformadas las listas con Martín
Insaurralde como primer candidato a diputado por el Frente para la Victoria y
con el gobernador adentro, concedió un reportaje a Perfil el 28 de julio donde
declaró: “¿Cómo voy a ayudar a destruir
lo que yo mismo ayudé a construir? ….Si a mí me votaron hace un año y medio en
una boleta que decía: “Cristina, Scioli”, durante cuatro años yo tengo que
trabajar de esa manera”. El 3 de agosto le confesó a “La Nación”: “Y un día le
pregunté a Cristina ¿Qué pensaba “el
Flaco” de mí? Porque a veces me quedaba una sensación encima, con esas
reacciones que él tenía. Estaba esa contradicción: por un lado, una situación
tensa y, por el otro, cada vez me daba más confianza y responsabilidades…..Entonces
Cristina me dice: “Él tenía una cosa muy especial con vos, por todo lo distinto
que hiciste en la política, cuando vos demostraste que no abandonás ante las
dificultades, que ponés el hombro donde lo tenés que poner. Eso me quedó muy
marcado. Y creo que por eso dije en El
Mangrullo: “Flaco” conmigo no te equivocaste”
LA LEALTAD DE SCIOLI
Visitó a Menem en su detención domiciliaria, acompañó
a Adolfo Rodríguez Saá, cuando desde San Luís anunció su renuncia a la
Presidencia de la Nación después que la mayoría de los gobernadores le
retiraran el apoyo en Chapadmalal, le cortaran la luz y le retiraron la
guardia, y se mantuvo dentro del kirchnerismo, más allá de todos los
encontronazos y tropiezos. Sin embargo estuvo a punto de romper su línea de
conducta. Ante la pregunta de Fontevecchia en el reportaje citado: ¿“Su jefe de gabinete Alberto Pérez,
negoció lugares en la lista de Massa hasta el sábado mismo del cierre de
listas”?, Scioli respondió: “son todas habladurías. Guíense por las decisiones
que yo tomo y no por las conjeturas”.
Sin embargo, lo que posiblemente
haya ocurrido ha quedado consignado en
el libro de Pablo de León “Massa. El
salto del tigre”: “Scioli era parco en las charlas pero pidió, sentado en
uno de los mullidos sillones, que fuera sumado al convite Francisco de Narváez.
En las tertulias finales en La Ñata, Karina Rabolini insistió varias veces en
que era importante que se sumara al esquema el diputado que había vencido a
Néstor en 2009. El pedido fue aceptado y el 20 de junio, Día de la Bandera,
hubo una cumbre entre el tigrense y el
titular de la Unión Celeste y Blanca, en la que no se avanzó mucho. Tuvieron
diferencias respecto de lo que debería hacerse luego de alcanzar la victoria
electoral, que, al sumarse todos ellos
en una misma lista, se podía estimar en un 50%, o incluso más….. Los
intendentes del esquema massista querían, mayoritariamente, que el gobernador
estuviera presente y que además se hablara con Mauricio Macri para que los
intendentes que estaban en su ejido integraran también el acuerdo. Karina
Rabolini era fija para el primer o segundo lugar por el sciolismo. Omar Plaini,
Natalia Gambaro y Gustavo Ferrari eran defendidos si se ampliaba el acuerdo por
el lado de De Narváez y Moyano. Los del Frente Renovador eran los mismos que
terminaron en la lista presentada pocos días después. Siempre con Massa a la cabeza.
Ahí la cuestión se complicó mucho más, hasta que se volvió al principio: un
acuerdo Scioli- Massa, Massa-Scioli, dividiendo las listas de diputados
nacionales en un 50% para cada uno, y las de diputados provinciales un 65% para
el Frente Renovador y un 35% para el sciolismo…..
Pero el viernes 21 de junio,
poco más de 24 horas antes del cierre para las presentaciones, uno de los
intendentes más hábiles para la política llamó al de Tigre y le dijo: “ Los veo
retrocediendo, me parece que se asustaron…..Ese día feriado, en la casa quinta de Scioli, apoltronados en los
sillones estaban el gobernador con su
esposa, un habitual portavoz suyo y presidente del Banco Provincia, Gustavo
Marangoni y en los ambientes contiguos, entrando y chusmeando la reunión, andaban
Samid, el experimentado peronista porteño Jorge Telerman y Alberto Pérez.
…..Scioli explicó: - No quiero quedar como un desleal, como alguien que cambia
en los momentos difíciles. Aparte no tiene que ver con mi historia personal.
Casi las mismas palabras que días después usaría ante los medios para confirmar
su permanencia al lado del Gobierno. -Decidas lo que decidas, Sergio, está muy
bien- agregó Scioli, liberando de todo compromiso al intendente.- No, yo ya
decidí- ratificó Massa. – No me sentiría
cómodo, no sería yo haciendo eso -insistió Scioli sobre el posible salto fuera
del oficialismo.
Se saludaron
cordialmente y Massa se fue.”
SCIOLI Y EL PODER ECONÓMICO
La idea que
Scioli es un envase cuyo contenido se adecúa a quien lo dirige es una
aseveración que goza de importantes elementos y visos de realidad. En
ese caso, la lealtad levantada adquiere la categoría de obediencia. Y que una
eventual presidencia implicaría que el sería el estuche y el contenido lo
pondría el poder económico. Una anécdota contada por Mariano Confalonieri,
da razonabilidad a esta sospecha. Se trataba de una licitación para restaurar
la vieja terminal de micros de Mar del Plata. Se la disputaban el poderoso
empresario multimediático local
Florencio Aldrey Iglesias, dueño del Hotel Hermitage, y el Grupo Corporativo Roig que tiene negocios en
España y en varios países de África.
Estos últimos habían contratado al famoso arquitecto tucumano César Pelli,
quien diseñó las Torres Gemelas Petronas, en Malasia.
“Fue una tarde calurosa de enero. En una suite del
Hotel Hermitage, sentado en dos sillones estaban el gobernador de la Provincia
de Buenos Aires Daniel Scioli; el intendente de la Ciudad de Mar del Plata
Gustavo Pulti; el empresario español, Francisco “Paco” Roig, y el publicista
marplatense Roberto Fiocca. La reunión
la había convocado Scioli para acercar a las partes (su amistad con Iglesias
venía de lejos). La presencia de Pelli y los lazos de Fiocca con un sector del
kirchnerismo eran un escollo para el gobernador aunque, en rigor, quería deshacerse de ellos
para dejarle servido en bandeja el negocio a Aldrey, optó por buscar un acuerdo
entre las partes.
“El gallego” se acercó a la ventana, corrió las
cortinas, desde donde se apreciaba una vista panorámica de Mar del Plata, y
llamó a Roig. – Mirá hacia afuera, ¿Ya ves Paco? Todo esto que ves acá es mío.
Tú te has equivocado de socios.
Se volvieron a sentar. Iglesias dirigió la mirada
hacia Scioli y Pulti y les exigió con el dedo en alto: -Tú y tú se levantan y se van, no tienen nada que hacer en esta
reunión.
Para el asombro de Paco Roig, el gobernador y el
intendente obedecieron. El empresario quedó horrorizado con semejante muestra
de poder. Más tarde le confesaría a Fiocca: - Roberto, te quiero mucho. Pero he
hecho negocios en todas partes del mundo y nunca he visto que un empresario
diera órdenes a un alcalde y un gobernador.
Roig se tomó un avión rumbo a España y jamás volvió…
Pulti les había prometido a los empresarios que si le traían a César Pelli a
Mar del Plata les daría la llave de la ciudad. Pero luego cuando el negocio se
desmoronó, admitió su error ante uno de ellos: -Me equivoqué. ¿ Sabés lo que es tener todos los días la tapa del
diario La Capital en tu contra?”
Más allá de la verosimilitud de la anécdota, las
características exhibidas hasta el presente por Scioli la hace creíble. La misma historia reemplazando a Scioli por
Néstor Kirchner o Cristina Fernández la hacen absolutamente desechable por
inverosímil. La diferencia está a la vista.
EL CANDIDATO IMPERTURBABLE
Nadie con
tan poco ha llegado tan lejos y legítimamente va por más. Es un soldado
del kirchnerismo, espera ser ascendido a general y recoger la herencia. La
historia, que es muy imaginativa, lo ha colocado a la izquierda de su
competidor más firme que es Sergio Massa.
Como bien escribió el ensayista Alejandro Horowicz:
“Cuando la presidenta ganó en 2011, el gobernador de la provincia de Buenos
Aires hizo saber que aspiraba a sucederla. En un mapa político donde la
"traición" sigue siendo la principal categoría analítica, donde las
explicaciones no abandonan la pobreza del juicio moral, Daniel Scioli hace
saber una y otra vez que él es leal. Negarlo es casi imposible…..La proclamación de Massa como candidato a
diputado, lo coloca a Scioli a su izquierda”
Difícil es encontrar una explicación a su carrera
rutilante, indemne a fracasos de gestión que nunca se traducen en las urnas.
Mariano Confalonieri propone una
hipótesis cuando escribe: “Oculta sus
ideas, opta por el silencio o esquiva todas las preguntas que lo obligan a una
definición con una habilidad que ningún otro político tiene en el país…..Como no expresa sus ideas, la gente
proyecta en Scioli la imagen del candidato que desea, aunque no lo sea”
Algunas de estas características han sufrido una
pequeña mutación en la presente campaña electoral. Se ha visto un gobernador
menos anodino y con un discurso con algún pequeño voltaje, pero siempre
manteniendo su actitud de candidato imperturbable.
La historia suele también tener giros imprevistos. El
vituperado gobernador es el que debe ponerse la campaña al hombro del Frente
para la Victoria para tener posibilidades de ser el heredero en el 2015,
intentar achicar la diferencia con su principal competidor externo Sergio Massa
surgido del vientre del mismo agrupamiento político.
¿Será posible que su lealtad lo haga acreedor a ser merecedor a lo que aspira desde hace
mucho?
¿Cristina lo designará su sucesor? ¿O se le pasará la factura de la derrota en la
Provincia de Buenos Aires? Personalmente
creo que no será el heredero, salvo que el pragmatismo supere toda otra
consideración. Pero vuelvo atrás y doy por no escritas estas dos últimas líneas,
teniendo presente aquella sabia frase de Samuel Goldwin: “No conviene hacer pronósticos, sobre todo hacia el futuro”
Publicada en el Número - 60 - Revista La Tecl@ Eñe -
Octubre - Noviembre de 2013