31 marzo 2018

Entre los guerrilleros del whatsapp y Dady Brieva – *


                                                       Por Gerardo Yomal*
Deseos, realidades y la dificultad del peronismo para enfrentar a Macri

La figura de “los guerrilleros del whatsapp” y de los que se ilusionaron con el MMLPQTP, evidencia que sectores de la oposición al gobierno de Cambiemos no perciben todavía que estamos frente a un sector de la clase dominante que quiere permanecer en el poder, que tiene su proyecto ideológico y pretende seguir ganando elecciones.
Por Gerardo Yomal*
(para La Tecl@ Eñe)


“Estos tipos vinieron a robar por dos años y se las toman”, “lo único que quieren es rapiñar”, “¿no se dan cuenta que este gobierno ya se está por ir?”, “tienen los días contados”, “el día que le corten el chorro de afuera, fueron” Los guerrilleros del whatsapp, del twitter y de los llamados a los pocos programas radiales, no muy afines al gobierno, están al palo, excitados, muy nerviosos. Después de más de dos años de un gobierno de derecha como el de Macri, no lo soportan y se agarran de las distintas debilidades gubernamentales para anunciar que en cualquier momento se va a tener que ir en helicóptero. Muchos de ellos se sacaron las ganas en alguna manifestación con el “Macri, basura/vos sos la dictadura” que, al decir del politólogo José Natanson, “no es solo que sea falso en términos históricos; es que se demostró políticamente inconducente, como confirmaron los resultados de las elecciones presidenciales del 2015 y como ratificaron las legislativas del 2017…” Seguramente que con este politólogo se puede disentir en muchas cosas y está la obvia posibilidad de sumarlo al debate, aunque “los guerrilleros del whatsapp” prefieren ningunearlo poniéndolo en el lugar del “traidor socialdemócrata”.
La confusión entre el deseo y la realidad se amplificó con el denominado hit del verano MMLPQTP que inundó canchas, teatros y distintos lugares públicos, situación que llevó bastante preocupación a la casa Rosada. Uno más de los síntomas de descontento y desesperanza frente a las actuales políticas de ajuste del bolsillo popular. Pero de ahí a decir que el diseminado insulto al presidente es el fin del gobierno, termina siendo una interpretación exagerada y fácil para la descarga en las redes sociales.
En el mismo sentido de lo que venimos esbozando, el periodista Gustavo Silvestre preparó en C5N un programa cuyo eje central era el MMLPQTP. Claro que la temática es picante, divertida y da para mostrar el hartazgo de una parte de la población con un gobierno por momentos capusotiano que afirma que “la inflación está bajando”.  “El gato” no tuvo mejor idea que invitar al sociólogo Pablo Alabarces, que de alguna manera, sin menoscabar el cantito contra el presidente al mismo tiempo lo relativizó sumándole más peso a las rivalidades deportivas que a la idea de que ya se le estaba firmando el acta de defunción a “Mauricio”. El autor de “Crónicas del aguante. Fútbol, violencia y política”  le pinchó  el globo a la producción del programa que pretendía editorializar exclusivamente con lo mal que le está yendo al gobierno de la mano del ya célebre y divertido “hit del verano”.
La figura de “los guerrilleros del whatsapp” y de los que se ilusionaron en exceso con el MMLPQTP deja al desnudo que muchos opositores, después de más de dos años de gobierno de los CEOS, todavía parecen no darse cuenta que estamos frente a un sector de la clase dominante que quiere permanecer en el poder, que tiene su proyecto ideológico  y pretende seguir ganando elecciones. Y con el tridente MACRI-LARRETA-VIDAL, tiene asegurado en las próximas elecciones un importante caudal de votos.
Mientras tanto, estamos a solo 17 meses de las próximas PASO  y “el pescado está sin vender”. Me refiero a una oposición peronista que recién le cae la ficha de que “hay y existe el 2019”. ¿Con qué programa? ¿Con cuáles peronistas? ¿Quiénes serían los candidatos? ¿Cómo se seduce a los indecisos que vuelcan la balanza para un lado o para el otro? La construcción está en pañales y el final es un enigma difícil de descifrar.
Simplemente como anécdota, pero que muestra la dificultad de enfrentar al oficialismo, alguien le preguntó a Felipe Solá si estaba dispuesto a jugar por una próxima candidatura presidencial, a lo que contestó: “no, no quiero quedar como el Massacceci del peronismo”, aquel radical que sufrió una estrepitosa derrota en las elecciones presidenciales de 1995.
Claro que las mesas peronistas en estas horas dan para todo tipo de especulaciones al estilo de: “Y, ¿si lo ponemos a Dady Brieva?…”
Elucubraciones aparte, nadie tiene “la vaca atada” y la historia puede dar sorpresas. Habrá que ayudarla…

 ·        http://lateclaenerevista.com/2018/03/25/los-guerrilleros-del-whatsapp-dady-brieva-gerardo-yomal/
Buenos Aires, 26 de marzo de 2018
*Periodista. Conductor del programa radial EL TREN

27 marzo 2018

LOS LOCOS DE LA RAYA




Se fue uno de ellos. Los punteros en el fútbol están tan extinguidos como los dinosaurios. No los mató un meteorito sino un cambio táctico en el fútbol. Ese que puebla el medio campo, deja uno y a veces sólo dos delanteros e intentan ser reemplazados por los marcadores de punta que cuando pasan al ataque intentan hacer lo que en el pasado realizaban los punteros. El arma más poderosa para penetrar en defensas cerradas es ingresar por los extremos y el centro atrás es un misil al que en general la última línea de tres o cuatro defensores no le encuentra antídoto. 
El puntero tenía dos adversarios: el defensor contrario y la raya lateral. Por eso los jugadores extraordinarios que ocuparon esa plaza, se los denominó cariñosamente con el apodo de “locos”. “Los locos de la raya”. De esa estirpe fueron en nuestras canchas Orestes Omar Corbatta, Raúl Bernao, René Houseman, Ariel Ortega. En Brasil lo fue Garrincha a quien el escritor uruguayo Eduardo Galeano le dedicó unas líneas magistrales: “En el Mundial del 58 fue el mejor de su puesto. En el Mundial del 62, el mejor jugador del campeonato. Pero a lo largo de sus años en las canchas, Garrincha fue más: él fue el hombre que dio más alegrías en toda la historia del fútbol. Cuando él estaba allí, el campo de juego era un picadero de circo, la pelota un bicho amaestrado, el partido, una invitación a la fiesta. Garrincha no se dejaba sacar la pelota, niño defendiendo su mascota, y la pelota y él cometían diabluras que mataban de risa a la gente; él saltaba sobre ella, ella brincaba sobre él, ella se escondía, él se escapaba, ella lo corría. Garrincha ejercía sus picardías de malandra a la orilla de la cancha, sobre el borde derecho, lejos del centro; criado en los suburbios, en los suburbios jugaba.”
Murió René Houseman, un extraordinario jugador, de gambeta endiablada que podía desplazarse por ambos extremos de la cancha. Nació en Santiago del Estero, pero se crio en la villa del Bajo Belgrano, empezando en el club del barrio, llamado Defensores de Belgrano, aunque su gran amor fue Excursionistas;  y cuando pasó a Huracán fue la joya de un equipo excepcional que llenó de futbol el año 1973, el del regreso definitivo de Perón, al que lloró desconsoladamente al conocer su muerte, cuando integró el equipo en ese partido con Alemania Oriental, en el Mundial de 1974. Su padre deportivo, César Luis Menotti, lo dirigió en aquel Huracán y luego lo llevó a la selección de 1978 que ganó la primera copa de mundo.
Mientras integraba el equipo, el intendente de Buenos Aires de la dictadura establishment-militar, el brigadier Osvaldo Cacciatore, admirado por Mauricio Macri, tiraba abajo su villa para que los turistas no vieran la pobreza. 
Nunca se olvidó de su origen. Cuenta su compañero Ardiles que con los premios compraba buzos Adidas y los distribuía en la villa. Enviado al mundial de Brasil por la notable revista “La garganta poderosa” de la cultura villera, se alojó en la favela Santa Marta y contó su sueño: “Si fuera millonario me compraría una villa” y no se refería a las que así se denominan las que poseen los magnates. 
Recordaba su infancia con alegría: “ Vivir ahí fue lo mejor que me pasó, en ningún lado estaba tan tranquilo como en la villa….Me pasaba el día entero pateando contra el paredón. Muchos critican a la gente de la villa pero, para mí, era un orgullo. Siempre seré villero, y lo digo sin drama”
Los locos de la raya como Corbatta, Houseman y Orteguita no tuvieron una vida fácil porque nacieron hipotecados por las carencias. Los tres encontraron en el alcohol una forma de adormecer los dolores. Lo mismo le pasó a Garrincha.
El periodista Osvaldo Ardizzone escribió: “Houseman no existe. En realidad es el loco Corbatta, el mismo loco que ahora decidió vestirse con la casaca de Huracán.”
Houseman formó parte de los chicos pobres que en el potrero encuentran en la pelota la posibilidad de ascender en su calidad de vida y la de su familia. Cuando eluden con habilidad a un rival, no sólo lo gambetean a él sino al futuro que es muy difícil de torcer  Ubicado en la misma línea de notables jugadores posteriores como Román Riquelme o compañeros como Diego Maradona, defendía a sus compañeros y se enorgullecía de su origen. Muy lejos del actual Tevez, que pasó de jugador del pueblo a ser un jugador PRO, y que ahora denuncia con gestos o declaraciones a sus compañeros.
Se fue el loco Houseman, afectado por un cáncer de lengua, que también padecieron sus padres. Lo dijo muy bien Daniel Valencia, aquel exquisito 10 de Talleres, titular en la selección de 1978: “Las gambetas están de luto”
Pocos defensores pudieron descifrar su endiablado dribling. Pero la muerte es una marcadora temible, que está tan segura de su triunfo que nos da una vida de ventaja y finalmente gana como resulta inexorable. Pero la todopoderosa, que es desigualmente igualitaria, no puede ni podrá arrancar de la memoria de los que  hemos disfrutado las fantasías futbolísticas que nos regaló René Houseman”, uno de los inolvidables locos de la raya.
25-03-2018