29 agosto 2017

REPORTAJE A DANIEL MOLINA


 Escribió “Autoayuda para snobs, diálogos en una cafetería moderna”, libro "degenerado" según su autor que se subió a El Tren en Radio Cooperativa, el 25 de agosto. Estamos hablando del periodista Daniel Molina, conocido por sus seguidores en las redes sociales como "Rayo virtual". Justamente un lugar donde vive buena parte de su día. Cómo es el mundo twiter, su experiencia en Clarín donde se sintió totalmente acosado y su reivindicación de la autoayuda, fueron algunos de los temas que desmenuzó provocativamente en este reportaje para coleccionar. 

Súbase, que lo llevamos 
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28 agosto 2017

REPORTAJE A SILVIA URICH




El 24 de agosto se subió a EL TREN, Silvia Urich, autora de “Los perritos bandidos, La protección de los animales, de la ley Sarmiento a la ley Perón.” Justamente dos presidentes que se ocuparon positivamente de proteger a los animales y otros momentos políticos donde se construyeron hasta cámaras gas para matarlos. Mucho interés de la audiencia en esta temática ya que el 70 por ciento de la población tiene y ama a sus mascotas. La autora sostuvo que: "El perro Balcarce fue un éxito de marketing de Macri"
Súbase, que lo llevamos 

27 agosto 2017

EL NEORREALISMO ARGENTINO

 Contemporámente al grotesco teatral tiende a robustecerse el neorrealismo argentino.
Hijo deforme del neorrealismo italiano, aquel que tuvo como objetivo “mostrar condiciones sociales más auténticas y humanas, alejándose del estilo histórico y musical que impuso el fascismo”, el argentino tiende a identificarse con el concepto moderno de pos-verdad, un eufemismo para denominar a la mentira. Dentro del género grotesco tenemos que a Nisman lo mató un comando venezolano-iraní entrenado en Cuba; el desaparecido Santiago Maldonado es un miembro de las FARC ya desactivadas pero que entrarían en combate junto a grupos extremistas kurdos de Turquía en la Patagonia, sublevando a los mapuches; o un mediático escritor con más horas de televisión que materia gris, psicoanalista que denuncia que ha recibido denuncias de pacientes al que sus colegas kirchneristas le han querido lavar el cerebro, intentando que no continúen adhiriendo a Mauricio Macri, con la benevolente aceptación de un periodista extraviado en su fundamentalismo oficialista; el jurista del PRO Alejandro Fargosi declarando que "muchos de los sin-techo de Recoleta-Barrio Norte están pagados por punteros", con el objeto de desacreditar la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
La lista es interminable y en su amplitud y diversidad de actores no puede faltar el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el rabino Sergio Bergman, quién fue a la inauguración del Festival Internacional de Cine Ambiental y se disfrazó de planta. O el hallazgo del diario Clarín de haber descubierto un barrio en Gualeguaychú en que todos son clones de Santiago Maldonado. O el psicoanalista Alejandro del Carril quien establece una relación insólita entre ser violado y votar al PRO.
Es una lástima que muchos no sigan la sabia humorada de Groucho Marx: “Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.” 
NEORREALISMO VERNÁCULO

Ubiquemos la escena histórica el 29 de marzo de 1962. El presidente Arturo Frondizi es desplazado por un golpe cívico-militar liderado por el teniente general Raúl Poggi, el almirante Agustín Penas y el brigadier general Cayo Alsina, debido a que el peronismo había ganado las elecciones del 18 de marzo en Buenos Aires, Chaco, Río Negro, Santiago del Estero y Tucumán.  Conforme a la tradición dentro del ejército, al general Poggi le habría correspondido asumir la Presidencia de la Nación. Pero mientras Frondizi era trasladado a la isla Martín García, el 30 de marzo, el general se dirigió a la Casa Rosada, ingresó y se dirigió directamente al despacho presidencial, se sentó en el sillón en el cual posan sus asentaderas los primeros mandatarios y esperó la llegada del Escribano Mayor, doctor Jorge Garrido. Con celeridad y habilidad, el ministro de Defensa, doctor Rodolfo Martínez (h), en acuerdo con el presidente de la Suprema Corte de Justicia Julio César Oyhanarte, convenció en un denodado esfuerzo al presidente del Senado, doctor José María Guido, de que asumiera el poder como sucesor constitucional, y que lo hiciera ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El Dr. Frondizi estaba de acuerdo con esa salida.
Según Carlos Páez de la Torre: “A las 3 de la tarde del día 30, Guido se trasladó a la sede de la Corte. Según versiones, como el apuro hacía imposible confeccionar insignias, las tomó prestadas: el Museo Histórico Nacional aportó el bastón que había pertenecido al presidente Nicolás Avellaneda, y el Museo de la Casa Rosada facilitó la banda. Ambos atributos le fueron entregados, tras jurar ante la Corte, por el Escribano Mayor, doctor Jorge Garrido, a las 4.55 de la tarde.” La ceremonia duró escasos diez minutos, mientras el general Poggi, esperaba en vano en el sillón presidencial, la llegada del escribano para asumir la Presidencia.
La jugada fue posible por las divisiones en las Fuerzas Armadas: había un sector que unos meses más tarde serían el bando azul, los gorilas legalistas que proponían una salida respetando la sucesión constitucional y que se enfrentarían a los colorados, los ultragorilas, que querían tomar el gobierno directamente. Esas desavenencias se dirimirían militarmente en forma parcial en septiembre de 1962 y abril de 1963.
En medio de una absoluta irregularidad, el Presidente de la Suprema Corte actuó en resguardo de los retazos de institucionalidad.
Ahora la película del neorrealismo argentino pega un salto y se sitúa en agosto del 2017.
El gobierno se propone someter a juicio político al juez Eduardo Freiler, para seguir avanzando en los procesamientos a la ex presidenta Cristina Fernández, fundamentalmente el intento ridículo de acusarla de traición a la patria por el Memorándum con Irán, para lo cual necesitaba tener una mayoría en el Consejo de la Magistratura. Había que reemplazar a un miembro del Consejo del Frente para la Victoria Ruperto Godoy, desplazado porque no detenta el título de abogado aunque no es un requisito expreso de la ley. Su reemplazante es el senador de Chubut Mario País, del PJ- Frente para la Victoria. El presidente de la Suprema Corte Ricardo Lorenzetti cita a País a las 9 de la mañana para tomarle juramento. Acude con los consejeros Ruperto Godoy y Virginia García. Una crónica del día relata los hechos así: “El plenario del Consejo estaba convocado para las 10. El tema “Freiler” estaba en la mitad del orden del día. Lorenzetti de pronto les dijo a los convocados que debería postergar la jura porque hacía falta que todos los jueces de la Corte firmaran una acordada para hacerlo, algo inédito que dejó perplejos a los tres senadores. Según relataría después García en el plenario, les dijo que se quedaran tranquilos, que Godoy podía seguir integrando el plenario hasta que la Corte se pronunciara sobre su situación. Pero desde el Consejo les avisaban que el plenario estaba por comenzar, y que podía pasar cualquier cosa. Y así fue. Godoy y García cruzaron corriendo la plaza Lavalle, en diagonal hacia el Consejo, que está sobre la calle Libertad. Ambos se sentaron en el plenario. La presidenta del Consejo, la abogada macrista Adriana Donato, dijo que iban a cambiar el orden del día y que primero que nada trataría el pedido de suspensión de Freiler, impulsado por un dictamen de Tonelli.  El representante del Gobierno, Juan Mahiques, pidió que se votara sin discusión. La oposición comenzó a protestar y pidió la palabra. Cuando Godoy quiso hablar Donato le dijo que no estaba habilitado. García relató lo que había pasado en la Corte, y que la jura de País sería al mediodía.” Siendo 13 los miembros, se necesitan para aprobar la suspensión de un juez e iniciar el jury de enjuiciamiento el voto positivo de los dos tercios, es decir de 9. Al no contarse a Godoy, siendo doce necesitan el apoyo de 8 consejeros.
En medio del escándalo ni siquiera se pudo comprobar que votaron 8. Algunos ni siquiera levantaron la mano. Se dio por aprobado el trámite.
La escena final se registra a las 12 cuando Ricardo Lorenzetti, el cómplice fundamental de esta jugada le tomó juramento a Mario País, cuando la jugada impresentable estaba concretada. A la jugarreta de los consejeros puede tenderse un piadoso y preocupante manto de indulgencia. Lo que es inadmisible que el Presidente del máximo tribunal se preste a esta maniobra, exactamente inversa a la protagonizada por el Presidente de la Suprema Corte del año 1962.
Desde las páginas de los medios dominantes sus columnistas archivaron el republicanismo, olvidaron enarbolar la independencia del poder judicial y se sumaron entusiastamente al neorrealismo argentino.

Ricardo Roa desde Clarín tituló “El día que Macri se puso el traje de peronista”: “Ante todo, una aclaración: nada de lo que aquí se va a contar puede explicarse sin el contundente triunfo de Cambiemos. A menos que se quiera creer que esto que vamos a contar pasó por pura coincidencia. ¿Y qué pasó? Que el Gobierno estuvo esperando durante dos meses largos que se abriera un hueco en la Magistratura para colar el juicio político al camarista Freiler. Hueco quería decir que el kirchnerismo perdiera un voto aunque fuese por un momento. Y milagrosamente ese hueco se abrió ayer. El hueco no se abrió solo. Y no se podría haber abierto si una cámara no hubiera suspendido como miembro de la Magistratura al senador kirchnerista Godoy. Y si la Corte y Lorencito no decidían cómo decidieron tomarle juramento a su reemplazante, el senador País, cuando el Consejo de la Magistratura ya había aprobado el juicio a Freile.”
Ninguna crítica. Sólo la idea que trampa y peronismo son sinónimos. Y la nota concluye: “Todo ocurrió después de la elección del domingo y no fue pura coincidencia. La nueva película de la Justicia continuará. Y promete más después de octubre.
Morales Solá en La Nación, archivó el republicanismo, e igual que Roa identifica trampa con peronismo y escribió: “¿Fue una remoción ilegal? No, pero las formas fueron inesperadamente peronistas. Un juez importante resumió la situación en una frase: "El Gobierno pagó un costo republicano, pero ganó poder."
EL NEORREALISMO ARGENTINO





El neorrealismo italiano contó con directores y libretistas de la talla de Roberto Rosellini, Vittorio de Sica, Luchino Visconti, Federico Fellini.
Lo nuestro es mucho más modesto. Si Rosellini filmó “Roma, Ciudad Abierta” el Ministro Nicolás Dujovne y el presidente del Banco Central Federico Adolfo Sturzenegger  dirigen “Argentina abierta al mundo”.
Si Luchino Visconti dirigió “La terra trema”, aquí Luciano Benetton y Joe Lewis lo emulan dirigiendo “La Patagonia Tiembla” con las participaciones estelares de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, los gendarmes y como extras los mapuches. Como siempre, el verdadero director y productor general Héctor Magnetto, permanece en las sombras y no se le hace el justo reconocimiento en los agradecimientos.
Si Vittorio de Sica dirigió “Ladrones de bicicletas”, aquí el endeudamiento, la bicicleta financiera, la apertura económica están dejando al país pata para arriba, con la notable interpretación del “mejor equipo” de actores de los últimos cincuenta años. Del mismo director es “Milagro en Milán” Aquí Ricardo Lorenzetti no es menos y ha dirigido “Milagro en Buenos Aires” que describe un hecho de fraude político en el Consejo de la Magistratura. Del mismo director es Umberto D, un empleado del gobierno retirado, es uno de los participantes en una manifestación de jubilados que exigen un aumento de sus miserables pensiones. Aquí además se le quita parte de los medicamentos, se limitan las pensiones. Cabe mencionar la participación estelar de Carlos Regazzoni primero y luego Sergio Cassinotti, a cargo respectivamente del PAMI, que han hecho posible un drama intenso con escenas de terror de notable patetismo.
El director Mauricio Macri recibe elogios numerosos y cálidos del FMI, del vicepresidente de los EE.UU, de la Cámara de Comercio Norteamericana, de Ángela Merkel y ya apunta a la realización de numerosas películas con reconocimiento internacional hasta el 2023.
Es que como nos han asegurado, estamos empezando a vivir los mejores 20 años de crecimiento. Más que un brindis, merece la constitución de más empresas off-shore en Panamá o la concreción de negocios fabulosos como la exportación de limones a EE.UU por 50 millones de dólares al año a cambio que nos cierren el mercado estadounidense de biodiésel por 1250 millones de dólares y le abramos el mercado argentino a la importación de cerdos. Cualquiera diría que se ha concretado un negocio chancho, realizado por los que llegaron enarbolando la bandera que sabían hacer negocios.

26-08-2017




26 agosto 2017

REPORTAJE A RUBÉN WEINSTEINER


El miércoles 23 de agosto se subió a EL TREN, el consultor, especialista en comunicación, Rubén Weinsteiner. Aseguró que Cristina Fernandez no tendrá éxito político si no genera mayorías y no busca armar fuertemente una alianza con todo el peronismo. "Quedarse en la pureza o con un estilo de secta la lleva al fracaso". Anunció la muerte política del radicalismo y le puso la lupa a la estrategia de Durán Barba. Un viaje polémico y provocador.
Súbase que lo llevamos                                 
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25 agosto 2017

REPORTAJE A NORA ANCHART

El martes 22 de agosto se subió a EL TREN, la periodista Nora Anchart, conductora radial de “La columna vertebral”. Especialista en temas gremiales hizo una radiografía del sindicalismo argentino, realizó una mirada especial sobre “los Moyanos” y desde el peronismo fue muy crítica con el rol político de Cristina Fernández. Otro programa de EL TREN, que entra en la categoría de coleccionable.
¿Te lo vas a perder? Subite, que partimos


24 agosto 2017

Programa especial con Juan Carlos Schmid 23/8/2017

El día después de la marcha a Plaza de Mayo. El cegetista Juan Carlos Schmid se sentó a la mesa de café con Gabriel Fernández, Rodolfo Colángelo y Lautaro Fernández Elem. Todos los temas.
La Señal Medios.

REPORTAJE A ALEJANDRO KAUFMAN




El lunes 21 de agosto se subió a EL TREN, el profesor Alejandro Kaufman. Un mirada diferente y original sobre la realidad económica y social. Desde el maltrato cotidiano al análisis diferente del peronismo, del macrismo, de Cristina Fernández.
Alejandro Kaufman nació en Buenos Aires en 1954, es docente universitario, crítico cultural y ensayista. Es profesor en la Universidad Nacional de Quilmes y en la Universidad de Buenos Aires e investigador del Instituto Gino Germani, dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Fue profesor visitante en las universidades de Bielefeld, San Diego, Zúrich y ARCIS, Santiago de Chile, y en la École des Hautes Études en Sciences Sociales. Es miembro fundador de la revista Pensamiento de los Confines e integrante de su comité de dirección. En 2012 Ediciones La Cebra publicó su libro "La pregunta por lo acontecido. Ensayos de anamnesis en la Argentina del presente".
Súbase que le aseguramos va a escuchar algo diferente.
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23 agosto 2017

A 10 AÑOS DE LA MUERTE DE UNA MUJER EXCEPCIONAL

              Silvia Bleichmar

Premio Konex de Platino 2006: Psicología
Realizó estudios de sociología y psicología en la Universidad de Buenos Aires y obtuvo el Doctorado en Psicoanálisis en la Universidad de París VII, bajo la dirección de Jean Laplanche. Dirigió para UNICEF el Programa de asistencia psicológica a los niños afectados por el terremoto de México en 1985, y luego, en 1994, el de las víctimas del atentado a la AMIA. Docente universitaria de postgrado tanto en el país como en el exterior. En 2002 escribió Dolor País  sumando la escritura del ensayo sobre los efectos de los procesos traumáticos sociales  a sus textos específicos sobre el funcionamiento psíquico. A partir de 2004 asesora al Ministerio de Educación de la Nación y de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Bs. As. para la prevención de violencia escolar y la elaboración de secuelas de padecimientos como el producido por el incendio de Cromañón. Sus libros, en los cuales realiza una revisión de los paradigmas existentes alrededor de la constitución del psiquismo infantil y de su funcionamiento, traducidos al portugués y al francés, constituyen material de estudio en numerosas Universidades e instituciones de enseñanza. 

Silvia Bleichmar murió el 15 de agosto del 2007. Esta nota, en su homenaje, fue publicada dos días después.

         UNA DESPEDIDA PREMATURA
Murió Silvia Bleichmar. Se fue luchando a brazo partido con ese cáncer que la atacó hace varios años y que últimamente había hecho metástasis. A esa locura desordenada de las células que entraba en conflicto con la racionalidad de su pensamiento.
Los que fuimos sus amigos sabíamos de la gravedad de su salud. Que ella minimizaba con una sonrisa. Nadie podía advertir que esta mujer extraordinaria jugaba una partida de ajedrez con la muerte. Sostenía que había que morir, viviendo. Que nunca había que buscar la compasión. Que en última instancia había que sorber hasta la última gota de la existencia. Y eso hizo. Jugaba una carrera primero para ganarle a la vida y luego para postergar el triunfo de la parca. Trabajó intensamente  en su profesión de Psicoanalista, en las cátedras universitarias, en sus charlas, en los Congresos, mientras dedicaba los fines de semana  a escribir los libros y  sus columnas periodísticas. Surgieron así textos de su especialidad como “La subjetividad en riesgo”, “ La Fundación del inconsciente”           “Paradojas de la sexualidad masculina”. Pero fueron aquellos libros escritos desde una mirada sociológica la que la instalaron en los medios, en la consideración pública y en un respeto intelectual generalizado. Así  aparecieron  “Dolor- País” y “ No me hubiera gustado morir en los noventa”
Murió Silvia Bleichmar. La que nació en Bahía Blanca hace 62 años. La que conocí en la presentación de “ Dolor- País”. Y a partir de entonces tuvimos un diálogo permanente. Los encuentros en la radio. Las llamadas telefónicas nocturnas. Y ese ejercicio intelectual de escuchar a alguien que exponía con una fluidez notable un pensamiento claro y preciso. Con su voz grave y diáfana. Allá por el 2003, mi mujer y yo la invitamos a comer un asado
en  nuestra casa de  Marcos Paz. El día amaneció lluvioso y Silvia raramente hacía sociales los fines de semanas, salvo con sus hijos y nietos, pues los ocupaba en escribir. Pero había prometido venir y ahí estuvo con su esposo, también psicoanalista, Carlos Schenquerman.  También llegaron el periodista Orlando Barone y su compañera Beatriz Trento. Y ese mediodía fue una fiesta donde la comida fue un pretexto de una charla deslumbrante que abarcó toda la tarde.
Murió Silvia Bleichmar. Y los recuerdos se acumulan. El 13 de septiembre del 2004 cumplió sesenta años. Pero lo celebró un mes antes en un salón de San Telmo llamado El Garaje Argentino”. Fue una fiesta deslumbrante, con comidas de diferentes países, entre la que estaba la mejicana  y un numeroso contingente de  amigos de ese país, donde había pasado su exilio. Alejandra Boero recitó, Graciela Duffau  interpretó un monólogo  y Marikena Monti cantó con su habitual solvencia. Una parte del mundo intelectual y del ámbito psicoanalítico estuvo presente.
La cantante me recordó en la sala de velatorio, que Silvia con una sonrisa cómplice expresó, cuando agradeció las presencias que “ ya podía morirse sin ser muy joven”.
Murió Silvia Bleichmar. Y muchos extrañaremos las discusiones apasionadamente civilizadas. En donde exponía con la misma intensidad con que escuchaba. La que escribía con claridad y belleza. Como en “ Dolor País”, buceando en la esperanza de las transformaciones sociales: “ Quienes se jactan de no sufrir el dolor de la pérdida de esperanza por un mundo distinto “ porque nunca creyeron” dan cuenta de  un razonamiento tan lamentable como el de quién fuera al velatorio de la mujer de su amigo diciendo: “ que suerte que nunca me enamoré, para no tener que sufrir lo perdido........Estaremos muertos antes de dar batalla si renunciamos a la esperanza.....Hemos devenido “razonables”, pagamos demasiado caro el salto de la esperanza a la ilusión; se fracturó en muchos momentos la pata que nos sostenía en el principio de realidad. Los que sobrevivimos tenemos  una deuda con la vida......Nos han habituado en los últimos tiempos a la propuesta de pensar en un reduccionismo  financiero a  partir del cual parecería que todo lo que es  del  orden de la aspiración social, de los sueños  y deseos colectivos  por un futuro mejor, es pura imaginería  carente del principio de realidad”
Allá por enero del 2005, el psicólogo Yago Franco me invitó  a participar en el Congreso Mundial  sobre el filósofo Cornelius Castoriadis. Y en la mesa de inauguración compartí  el estrado con la psicóloga Ana María Fernández y como no podía ser de otra manera con Silvia. Aún recuerdo las palabras de aliento porque por esas cosas del azar o de la audacia de Yago me tocó  exponer en primer término.
Murió Silvia Bleichmar. Y lo repito porque  me suena a  cuento. Allá por junio del 2005 me detectaron un cáncer. En esos días de desorientación y angustia inenarrable escribí una carta íntima a un número reducido de amigos. Entre ellos estaba Silvia. Y  fue recién ahí, en una  larga conversación, que me enteré que hacía unos años había sido operada de ese enemigo rastrero, ladino y silencioso. Desde entonces, cada vez que la llamaba me saludaba con un cálido “¿Qué tal colega?, una ironía de sello borgeano.
En estos años, los correos electrónicos regaban de afecto la relación amistosa.
Murió Silvia Bleichmar. La intelectual comprometida con su país y su tiempo. La que podía afirmar: “Los argentinos somos como Diego Maradona, una extraña mezcla de talento brillantez y derrota”. La crítica aguda de la dictadura criminal que la llevó al exilio. La que escribía sobre ese período: “Si el remanente ideológico del nazismo fue la pérdida de la capacidad de los hombres frente a la muerte y el desdibujamiento de los límites entre el bien y el mal, parecería que este es el intento que, con las mismas características, sometió durante algunos años a la sociedad argentina ante los efectos del terrorismo de Estado”.
( País Dolor)
Sobre ese período y su continuación menemista, la década del noventa, esa en la que no le hubiera gustado morir, escribía “El golpe del 76 no derrotó una generación: la masacró, la expulsó de la Patria, la encarceló y torturó, y brutalmente pretendió arrancarle no solo sus proyectos políticos sino sus sueños e ideales: tornarla cínica, despojada de carácter, acomodaticia con las circunstancias, reducida a lo posible. Se le propuso a cada argentino llevar hasta el extremo el individualismo de salvarse solo, el terror de ser dañado no por los represores sino por los amigos que estaban en riesgo, ya que su propio destino podía alcanzar, como onda expansiva, a quienes los rodeaban….. Se les ofreció un bono para canjear justicia por chatarra comprada con el uno a uno: un ser humano por una videocasetera, la educación por el shopping,  un torturado por un viaje a Disney, la vista gorda por unas vacaciones en el Caribe.” Optimista pertinaz, confiaba en las reservas populares. “Las derrotas no se pueden medir por las batallas perdidas sino por la propuesta para las generaciones siguientes…….Los derrotados se arrepienten no solo de sus propias acciones sino incluso de aquello que motivó realizarlas. En esto consiste la derrota, porque se puede revisar el camino recorrido y los abismos a los cuales uno se asomó sin por ello renunciar a seguir caminando”
Murió Silvia Bleichmar. La que realizó estudios de Sociología y Psicología en la Universidad de Buenos Aires y obtuvo el Doctorado en Psicoanálisis en la Universidad de París VII, bajo la dirección de Jean Laplanche. La que obtuvo, en el 2006, el Premio Konex de Platino en Psicología.
Practicaba aquella certera frase de Rodolfo Walsh: “El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante, y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra”. Por eso dirigió para la UNICEF el programa de asistencia psicológica a los niños afectados por el terremoto en Méjico en 1985 y en 1994 el de las víctimas del atentado a la AMIA. Asesoró al Ministerio de Educación de la Nación y la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para la prevención de la violencia escolar y la elaboración de los efectos sobre los familiares y sobrevivientes de Cromañón.  
 Murió Silvia Bleichmar. La anfitriona cálida, la que cuando ingresaba en la cocina, transformaba las materias primas en manjares. La que escribía ante la irritación que en la clase media producían piquetes y cartoneros: “….luego de haber arrojado a los pobres  a la calle, algunos políticos, en su campaña, les anuncien que su derecho termina donde comienza el de los que trabajan, - como si hubieran elegidos ser desocupados-; que les adviertan que solo se les permitirá  “ operar dentro de la ley” y que hasta se podría convocar a las fuerzas armadas para ponerlos en su sitio, porque no pueden literalizar la metáfora  de “estar en la calle” y deben subirse a las veredas y plazas. …..la aplicación de leyes represivas para los desesperados, su condena a la miseria y al hambre, a la muerte de sus hijos y a la destrucción de toda esperanza es atentatoria contra la condición humana misma.” ( No me hubiera gustado morir en los 90) O su mirada hacia los viejos: “ La categoría familiar “abuelo”, con la que se intenta el reemplazo de la socioeconómica “jubilado”, marca el pasaje de la deuda contraída  por la sociedad  con sus trabajadores al intento engañoso  de hacerla entrar en el registro de la compasión  y la beneficencia” ( Dolor País)
Murió Silvia Bleichmar. Se va a sentir su ausencia. De aquella que en su adolescencia pasó por la militancia de izquierda divorciada de los movimientos nacionales, pero que con su inteligencia y racionalidad comprendió que no hay práctica transformadora alejada del calor popular. La que observaba con alegría los cambios de estos últimos años en América Latina, surcada por un discurso diferente y muchos hechos diferenciadores de la década en la que no estaba dispuesta a morir. 
En febrero estuvo internada en situación límite. Y tal vez, como un regalo a su grandeza, dentro de la injusticia de sus padecimientos que minimizaba, la vida le dio tres meses adicionales. Como un milagro volvió al trabajo, a la cátedra, y febrilmente a terminar sus escritos.         
La periodista María Seoane, una de sus grandes amigas, promovió un petitorio para solicitar que se la designara Ciudadana Ilustre de Buenos Aires. La legislatura porteña lo votó por unanimidad. La ceremonia de entrega de la distinción fue el 30 de mayo de este año, en el Salón Dorado del antiguo Concejo Deliberante.           
Y ahí estuvimos. Expresando el reconocimiento a la amiga que sabíamos se le escurrían los días. Fuerte como siempre, pero no pudiendo totalmente disimular la virulencia de los tratamientos. Su amigo,  el director teatral y psicoanalista Hugo Urquijo, pronunció un emotivo discurso. 
A la noche la llamé a su casa y comentamos las alternativas de la jornada. Estaba contenta. Interrumpió varias veces la comunicación para convenir la programación del día siguiente con sus nietos.  Nos despedimos. Fue la última vez.
Después la nota de Clarín. “ Fuerte pero apenada, así paso sus últimos días la psicoanalista Silvia Bleichmar. Falleció ayer en la tarde ( 15 de agosto) en su casa…..Allí se despidió de su familia…….marido, tres hijos y siete nietos. Su hija Marina dice que por momentos se entristecía porque sabía que iba a perder aquello que disfrutaba. Sin embargo estuvo trabajando hasta los últimos días…”  Como siempre dijo y practicó: “Hay que morir, viviendo”
Tal vez, como un mensaje macro para estas circunstancias, escribió en Dolor País: “Debemos reciclar el ideal de progreso, porque indudablemente si esto fue el fin de una historia, no puede ello ser confundido con “El fin de la Historia”, ya que esta historia recién recomienza en el punto en que fue aniquilada” 
Viene muy gélido este invierno. Y no es sólo por el frío. Hace menos de un mes se fue el Negro Fontanarrosa. También con apenas 62 años. Y vuelven algunas humoradas del rosarino que se pueden aplicar a esta muerte prematura. Aquella reflexión del Mendieta que dice: La muerte nivela a güenos y malos, don Inodoro. Lo malo es que nivela pa' bajo.” Y estoy seguro que igual que hace menos de un mes el Mendieta ha dicho al conocer la noticia “Que lo parió”
En mi caso extrañaré muchas cosas, entre otras aquél saludo cómplice borgeano ¿Qué tal colega?  La muerte como siempre ha ganado, pero no puede extender su poder hasta la memoria y el recuerdo. Porque como dice Moti Hammer en “ Un solo tejido humano”: "Cuando muera, algo de mí morirá en ti. Cuando mueras, algo de ti en mí, morirá contigo. Porque todos - sí, todos - todos juntos formamos un único y vivo tejido humano; y cuando alguien nuestro se va, algo en nosotros muere, y algo queda con él..."    
 17-08-2007 
 

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REPORTAJE A LOS PERIODISTAS EDUARDO BLAUSTEIN Y RUBÉN PEREYRA

El viernes 18 de agosto se subieron a EL TREN, los periodistas Eduardo Blaustein y Rubén Pereyra de Socompa Web, para debatir qué hacer frente a la crisis del trabajo periodístico, cómo pensar a la "Cadena Nacional Privada" que se viene y el blindaje mediático de Macri. Visto desde otro o el mismo ángulo ¿Que inventar frente a la presunta muerte del periodismo?
 No se pierdan este interesante programa dónde además se profundizó sobre el resultado de las PASO, quién perdió y quién ganó. Y el futuro del kirchnerismo y la izquierda.    
Súbase, que lo llevamos 
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20 agosto 2017

REPORTAJE A RAÚL TIMERMAN

El jueves 17 de agosto se subió a EL TREN, el analista, publicista, director del “Grupo de Opinión Pública” Raúl Timerman, autor de un libro de reciente aparición “Quiero ser candidato”. Una incursión profunda al escenario electoral post-electoral. El radicalismo, la crisis del peronismo, el triunfo del macrismo. Todo, en un viaje sin desperdicio. Y como bonus truck, el análisis de lo ocurrido en el Consejo de la Magistratura, la complicidad de Ricardo Lorenzetti, el juicio político al juez Eduardo Freiler.
No se lo pierda quedándose en el andén. Súbase, que lo llevamos. 
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