27 febrero 2017

HUGO PRESMAN EN ECONOMÍA 4D

El jueves 23 de febrero Hugo Presman participó en el programa 4D, que se emite en CN23, los lunes y jueves a las 21 horas con la conducción del periodista y contador Gustavo Idoyaga y el economista y periodista Agustín D`Attellis. Integró una mesa redonda con el economista Alejandro Robba y el dirigente político Gustavo López  



26 febrero 2017

EL GOBIERNO TROPIEZA Y RESBALA


La invocación a la herencia recibida le permitió al gobierno desplazarse a lo largo de sus primeros quince meses con un hándicap que amortiguó una numerosa artillería de medidas antipopulares. Enarbolando una crisis no detectada por la población, tomó medidas que potenciaron la recesión, la desocupación, la inflación, la desindustrialización, el déficit fiscal,  el endeudamiento y la pobreza. Formidable contraste con el relato de  Macri-Durán Barba: “su llegada a la Casa Rosada permitió al país salir de una severa crisis económica y lograr una estabilidad que augura años de crecimiento.”

Para combatir una catástrofe anunciada produjeron una real y concreta.
Acá no hay errores, sino torpezas en la aplicación de un plan refundacional de la Argentina que viene a desempatar una paridad, fundamentalmente entre dos modelos. En los primeros quince meses se produjo una distribución regresiva del ingreso de los sectores populares y medios hacia los concentrados de la economía. Más que un ajuste superlativo al estilo neoliberal clásico se usó, contra uno de sus dogmas, el incremento del gasto público para atravesar los dos primeros años y con el espantapájaros del populismo y el denuesto al kirchnerismo intentar ganar las elecciones legislativas de medio término ante una oposición entre cómplice y desorientada y una dirigencia sindical de una apatía alarmante. La mezcla de devaluación, ajuste, endeudamiento y apertura de la economía es una fórmula explosiva de notable poder destructivo. El creciente rechazo es porque se va corriendo el telón de la pesada herencia y se exterioriza con claridad el rostro de lo que encarna el macrismo y sus consecuencias calamitosas. Además el relato construido con técnicas publicitarias y libros de autoayuda se derrite ante la realidad. En nombre de la verdad, mienten descaradamente. Invocando un futuro ilusorio se apropian del presente. Se asumen sin pasado cuando su pasado referencial es la Argentina del Centenario.
Si el kirchnerismo falsificaba los números, el macrismo los aproxima a la realidad y luego los interpreta en el sentido contrario a lo que expresan. Ven brotes verdes donde sólo hay frutos marchitos. El gobierno ve cercanos oasis donde sólo hay desiertos.  Debe quedar claro: lo marchitado no es un daño colateral sino un objetivo prioritario. Así el Presidente les anuncia a los jubilados que mejoraron sus haberes en el último año en un 10% cuando los números oficiales demuestran que por el contrario ese porcentaje fue de caída en igual lapso.
La denominada reparación histórica es en numerosos casos una abdicación de derechos, recibiendo en los retroactivos un 24% de lo que les correspondería y en el haber mensual un 65%.
Pueden afirmar que cae la desocupación cuando las empresas cierran por centenares y por miles y las suspensiones están a la orden del día.
Los funcionarios del gobierno mienten descaradamente mientras impertérritos afirman que reivindican la verdad. Enarbolan la honestidad desde la presunción que un rico no roba, mientras se apropian de los negocios más rentables. Como “La Argentina SOCMA” la calificó el escritor Jorge Asís. Abren varios frentes como en privado, afirmó socarronamente Esteban Bullrich: “el gremio docente se focaliza en resistir una iniciativa mientras avanzamos en todas las demás. Cuando se dan cuenta que alguna ya se implementó, van detrás de esa y avanzás en todas las restantes.” 
El remanido argumento de la mala comunicación oculta que no hay buenas noticias para dar.
A falta de ellas se miente sobre mejoras inexistentes.
Actúan sibilina e hipócritamente: en las tarifas retrocedieron en público y reforzaron el avance sigilosamente.
Es una derecha brutal en un envase deliberadamente vendedor. Para llegar al objetivo refundacional y no tener los habituales conflictos de fin de año negociaron hábilmente con las organizaciones sociales. Con cintura política sacaron en absoluta minoría la mayoría de las leyes, con la complicidad de un Partido Justicialista desorientado y un Frente Renovador que es hasta ahora, la segunda marca del macrismo. 
Avanzan como una aplanadora, con el objetivo de obtener resultados irreversibles. En muchos aspectos parecen principiantes pero no debe subestimarse a un partido que en 14 años entró triunfalmente a la Rosada, recolectó referentes peronistas, concretó una alianza con el radicalismo al cual subordinó y es el primer partido de derecha que llega al gobierno democráticamente.   
Todo ello no debe ocultar  que lo que se presentan como errores son algunas torpezas, cuando no sondeos para concretar sus propósitos. No hay un “errorismo de estado” sino el equivalente  que los árbitros de fútbol permisivos sintetizan en el  “siga, siga”, traducido políticamente como  “sí pasa, pasa”.  Reconocer como errores los que son avances fallidos  por el momento, les rinde. Su reiteración a nivel de abuso entra en contradicción con la aseveración  del mejor equipo de los últimos cincuenta años. La modestia impostada no disimula la ineptitud. Hasta los periodistas oficialistas y amigos se incomodan y perturban. Marcelo Longobardi habló de un gobierno jardín de infantes dirigido por tres maestras jardineras”;  Fernando González en Clarin tituló: “Gobierno de CEOS, gobierno de pasantes”.  Joaquín Morales Solá tituló: “Un gobierno que agotó el margen de errores”. Todos ellos llaman errores lo que perjudica el objetivo de fondo que es la refundación conservadora del país. No son las terribles consecuencias lo que les preocupa sino que no se alcancen las metas que comparten y regrese el insoportable populismo.
Macri ha tupacamarizado sus 23 ministerios. Cada ministro es representante y tiene intereses en el área que regentea. Todo ello se traduce en un grotesco donde no necesariamente el nombre del Ministerio responde a su contenido: el Ministro de Producción es en la práctica el representante de los importadores; el de Trabajo es el delegado de los empresarios; el de Comunicaciones es como si figurara en la plantilla de empleados de Clarín; el  de Ciencias y Tecnología se sacó la careta y es un intérprete de los intereses privados en el Estado; el Ministro de Comercio tiene intereses en el mercado supermercadista  y así siguiendo….  
No se debe caer en la ingenuidad de suponer que hay que convencer al gobierno de cambiar el rumbo. El objetivo final implica  la desindustrialización porque debilita hasta a la anemia al actor social que dio origen al peronismo y termina con los conflictos sociales de las crisis recurrentes del sector externo. Sólo quedarán las industrias eficientes internacionalmente, vinculadas al sector agro-exportador. Todo lo demás se importará y cuando no alcancen las  divisas del sector exportador se restringirán las importaciones sin mayores costos sociales. Se achicará el Estado al mínimo por lo que hay que desprenderse de Aerolíneas Argentinas, la jubilación estatal, Aguas Argentinas; se privatizará Ciencia y Tecnología, e incluso las consideradas funciones básicas pueden tercerizarse total o parcialmente. Seguirán los subsidios sólo para los que no lo necesitan, en un derrame intenso de abajo hacia arriba. La reforma impositiva se deja en manos de los ultraliberales de FIEL.
Todo ello enmarcado en una política exterior subordinada y genuflexa.
Para aplicar integralmente la segunda parte del plan colonial  es condición imprescindible que el gobierno gane las elecciones de medio término y luego habrá que exportar los millones de argentinos excedentes.
Los destrozos y víctimas son de una envergadura importante que teóricamente alejarían la posibilidad de un triunfo oficialista en octubre. Pero para que la bronca se canalice electoralmente tiene que haber alternativas que aún están lejos de visualizarse. La dispersión ajena es por el momento la carta esperanzadora del oficialismo.              
Es el capitalismo en su forma más brutal y descarnada. Por ello los despidos son sin anestesia, la desocupación se usa para esterilizar cualquier reclamo y la flexibilización laboral se aplica de facto. Hay un clima de época para que el capital actúe sin freno ni límites.
A medida que se recortan sus derechos, al trabajador sólo lo dejan con sus obligaciones y su sueldo que se deteriora. Y todo eso es una panacea al lado de la infinita crueldad de la desocupación.
No es que no entiendan, sino que creen realmente que exportar cuero e importar zapatos es una panacea, cuando en realidad equivale a caminar descalzos.
Se podría adaptar la famosa carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar, al contexto democrático con falencias en el que desenvuelve su accionar el primer gobierno de derecha que ganó legítimamente en las urnas: “Lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son destrucciones planificadas  y lo que omiten son calamidades" 
 Hay momentos que en este gigantesco retroceso parece cobrar vigor la aseveración de Lucio Colletti, el teórico marxista italiano: “La democracia burguesa, la democracia liberal, es el poder de la minoría contra la mayoría, de la parte contra el  todo, de los pocos contra el pueblo”
A su vez  Martin Luther King decía: “Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.” 
Para restablecer el optimismo, nada mejor que recurrir a un clásico como Shakespeare: “La oscuridad más profunda es la que precede al amanecer.” 
23-02-2017
 

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22 febrero 2017

Diputado de Podemos Íñigo Errejón contra Macri 22-02-2017


UN LARGO VIAJE HACIA LA MUERTE

Al cumplirse un año de la tragedia de Once, escribí esta nota. Con motivo de cumplirse cinco años, la reproduzco textualmente
 El tren 3772, chapa 16, de la línea Sarmiento,  que partió el 22 de febrero  de Castelar a las 7 horas 46 minutos conducido por Marcos Córdoba, en realidad venía desde el fondo de los tiempos.
Aunque partía diariamente desde Moreno, los llamados trenes Toshiba habían llegado a la Argentina en 1962, cuando el ferrocarril surcaba el país por 40.000 kilómetros de vías como venas en un cuerpo. En su momento de mayor esplendor superaba los 50.000 kilómetros, pero ya por entonces se estaba aplicando el llamado Plan Larkin, el nombre de un general norteamericano especialista en ferrocarriles que en el gobierno de Arturo Frondizi  recomendó que debían racionalizarse, es decir disminuir la extensión de sus vías que llegó a ser una de las 10 más grandes del mundo. Esos viejos trenes recorren hoy los 36 kilómetros entre ambas estaciones, Moreno y 11 de septiembre, superando en dos décadas su edad para jubilarse.
Los trenes ya venían en franco deterioro bajo gestión estatal, y su decadencia era premeditada para crear el clima propicio para facilitar las privatizaciones. Lo que los usuarios padecían diariamente, Bernardo Neustad lo fogoneaba desde la radio y la televisión. La privatización menemista fue leonina. De los 28.000 kilómetros que quedaban se terminaron usando sólo 10.000 kilómetros, fundamentalmente en la zona metropolitana, con subsidios equivalentes al déficit originado anteriormente sobre una extensión cuatro veces mayor.  Las consecuencias inmediatas fueron setenta mil obreros menos y centenares de pueblos sumidos en el abandono. Todo bajo las consignas de “Cirugía mayor sin anestesia” y “Ramal que para, ramal que cierra”, con el aplauso de los medios dominantes y la complicidad sindical.
UN LARGO VIAJE       
Graciela Mochkofsky, en su libro “ONCE. Viajar y morir como animales” cuenta: “ - Pero yo no sé nada de transporte-objetó Ricardo Jaime cuando el inminente ministro de Planificación, Julio De Vido, le ofreció ocupar la Secretaría de Transportes en 2003. – No importa- replicó De Vido – Vení igual. Néstor Kirchner se preparaba para asumir como Presidente y le había encargado que se subiera al barco. Jaime, un viejo conocido, ex secretario general del gobierno de Kirchner en Santa Cruz, aceptó y se hizo cargo, así, de la administración de una fabulosa masa de 20.000 millones de dólares en subsidios durante los seis años que siguieron. Tenía un poder extraordinario para un Secretario de Estado, porque reportaba directamente al Presidente, sin necesidad de pasar por De Vido, su superior formal. ¿Qué hacer con todo ese poder? A esta altura era evidente que las concesiones eran un fracaso y un escándalo. La situación de los trenes metropolitanos era desesperante. Desde que, en 1994, tomaron el control los operadores privados, hubo algunas mejoras. Para los defensores de las concesiones, el resultado era espectacular, porque comparaban la nueva situación  sólo con la de la extrema crisis de 1989, la peor de la historia de los ferrocarriles, y no con la mejor, la década de 1960. La realidad era que el número de pasajeros se había duplicado: de los 212 millones al año que utilizaban el tren antes de las primeras concesiones se pasó a 479 millones en 1999, y aunque no todos los concesionarios eran iguales, los servicios eran, en general, más puntuales y frecuentes. Durante los primeros años de la concesión además, el Estado había hecho algunas inversiones, en especial en tramos de vías, aunque el estado de la infraestructura no había mejorado casi nada.
 Los concesionarios habían cumplido, también en términos generales, con las reglas de la concesión, y habían combatido la evasión: en los años previos a la concesión, entre el 30 y el 60% de los pasajeros, según las líneas, no pagaban boletos; ahora no llegaban al 10%. Pero en 1997 la economía había entrado en recesión. El gobierno de Menem había aceptado renegociar los contratos, otorgando nuevas ventajas a las concesionarias: les dejó aumentar las tarifas sin la condición, fijada en el contrato original, de que el servicio alcanzara determinado nivel de calidad (al que no había llegado). …..Todo lo que se había avanzado en servicios y frecuencias se perdió. Los coches y vagones eran más viejos, las vías estaban rotas, la arquitectura de las estaciones más arruinada y deformada por remodelaciones mal hechas, había menor cantidad de coches por tren, algunos ramales y servicios habían sido abandonados por completo, el confort a bordo desapareció….. Lejos de reclamar, el Estado- fuera el mandato de Menem o de su sucesor, Fernando de la Rúa, que caería en diciembre del 2001 por el peso de la crisis- pagaba altos costos en beneficio de empresas privadas a las que no se les fiscalizaba el cumplimiento de los contratos. En octubre de 2002, el presidente Eduardo Duhalde, que había asumido en enero como mandatario interino por decisión del Congreso, decretó la emergencia ferroviaria. Dado que el Estado se hallaba en quiebra -se había declarado el default en diciembre del 2001- y, en consecuencia, había dejado de pagar los subsidios a las concesionarias, éstas también se encontraban  en quiebra, o al borde de ella- o, al menos, éste era el supuesto del decreto, que sentó nuevas reglas. Por un lado anuló los aumentos de tarifas y prohibió despedir personal, dos medidas destinadas a contener la situación social en un momento en que la mitad del país había caído en la pobreza y la otra mitad  orillaba la cesación de pagos. Por el otro, a modo de compensación, otorgó beneficios extraordinarios a los operadores de los trenes metropolitanos: con el dinero recaudado por la venta de pasajes, estos se harían cargo “exclusivamente” de los gastos operativos y nada más. El Estado pagaría, además de las deudas que tenía pendientes por obras de infraestructura y de mantenimiento de servicio  “indispensables” según las indicaran los mismos concesionarios, mientras que las obras previstas que no fueran indispensables quedaban suspendidas. En suma: los empleados conservaban su trabajo, los pasajeros seguían pagando el mismo boleto y los concesionarios se quedaban con el mismo negocio que ya tenían. Pero con una diferencia: ahora carecían de incentivos para mejorar el servicio: el Estado les aseguraba ingresos millonarios sin obligación de invertir en calidad. En palabras de un viejo ferroviario: “las empresas reciben más subsidios, las penalidades son más laxas y los concesionarios pasan a ser los que mandan”. 
Ésta era la situación cuando Ricardo Jaime llegó a la Secretaría de Transporte. Kirchner había prometido la reestatización de los ferrocarriles durante su campaña presidencial, pero, una vez en el poder, resolvió mantener las reglas heredadas……En consecuencia, el mandato que recibió Jaime fue mantener las concesiones y los subsidios para que el precio del boleto siguiera congelado”
LAS EXIGENCIAS DE LOS ÉXITOS
Uno de los riesgos de los éxitos es no prever que sus consecuencias pueden ser el prólogo de un fracaso; o más grave aún, de una derrota. El gobierno ha sido muy exitoso en la generación de empleo con la consecuente baja notable de la desocupación. En el 2003, conseguir trabajo era lo más acuciante. El que volvía a trabajar, con tal vez un sueldo escaso, no le molestaba mayormente viajar en condiciones precarias al amparo de un pasaje subsidiado muy barato. Millones de personas han mejorado su situación económica, tienen un trabajo estable con las limitaciones que ese concepto hoy tiene no sólo en la Argentina sino en todo el planeta, y legítimamente no quieren seguir viajando en coches sucios, inseguros, lentos, con salidas irregulares,  de una precariedad alarmante. El éxito en un sentido origina nuevas demandas en otros. Y viajar como animales a esta altura no puede ser respondido con señalamientos que ya han sido incorporados por la población como derechos adquiridos. En ese aspecto, gobernar es como el trabajo oculto de la mujer que hace las tareas hogareñas: no termina de limpiar, que ya hay cosas que se vuelven a ensuciar. Es insuficiente responder nuevos requerimientos invocando sólo anteriores avances.
El gobierno no percibió que las exigencias habían cambiado y decidió ignorar los informes de la auditoría y las advertencias que señalaban las altas probabilidades de una tragedia. La falta de control sobre el uso que de los subsidios hicieron los concesionarios, las sospechas que la falta de seguimiento implicaba la posibilidad de retornos y de cajas políticas, incrementos patrimoniales de Ricardo Jaime y las misteriosas canonjías hacia el Secretario por parte de los concesionarios cobraron su patética brillantez cuando el tren 3772 se estrelló en la estación de Once.
CINTURA POLÍTICA
El kirchnerismo que suele caracterizarse por su audacia política, por redoblar la apuesta, por mantener la iniciativa, suele caer en una extraña parálisis ante las tragedias.
Ante la muerte de 51 personas y centenares de heridos la Presidente tuvo una reacción tardía. Mantuvo un pesado silencio durante cinco días. Cuenta Graciela Mochkofsky en el libro mencionado: “Pasado un mes, Cristina Kirchner comenzó a recibir a familiares y sobrevivientes en grupos de cincuenta en la residencia de Olivos y en Casa de Gobierno. Les daba sus condolencias, aseguraba que había hecho llegar al juez su respaldo en la búsqueda de justicia  sin importar quiénes fueron culpables y hacía que un empleado tomara nota de lo que necesitaban: dinero, recursos, ayuda médica, logística.”
Las declaraciones del Secretario de Transporte Juan Carlos Schiavi y de la Ministra Nilda Garré, a horas de la tragedia, fueron muy desafortunadas, como subestimando la magnitud de lo acontecido. El primero tuvo que renunciar a los quince días, entre los aplausos de los eternos chupamedias.
Toda la esfera del transporte se desplazó del área de Julio De Vido a la del Ministro Florencio Randazzo, que inició una activa política tendiente a paliar las muchas deficiencias de la línea  del Sarmiento.
El Ministro y la Presidenta increíblemente, no se acercaron a los familiares a lo largo de este larguísimo año. Hubo sólo una propuesta fuera de lugar de que los familiares asumieran el seguimiento de las obras.
Cuando la Presidenta el 21 de febrero, desde Tecnópolis, decidió en un discurso recordar y rendirle un homenaje  a las víctimas  y un abrazo grande y fuerte  a los familiares, otra vez equivocó el lugar y el momento.
El trato personal e íntimo es el que  hubiera allanado el camino para el encuentro con los familiares, los que por extracción social, fundamentalmente los humildes del oeste bonaerense con terribles problemas de transporte, han sido en su mayoría votantes de Cristina. Por eso es que el comportamiento distante se expresó en una bronca manifiesta en la Plaza de Mayo. 
Es bueno señalar que a pesar que hace 60 años que murió Evita, ella perdura en los sectores populares porque asumió el dolor ajeno como propio. Llevaba en su piel, en su ADN, la vivencia de los padecimientos sufridos. Y puso su vida al servicio de una pasión reparadora. Y esa pasión es una llama que no se apaga en quienes la disfrutaron y entre quienes la conocen por trasmisión oral.
No deja de ser doloroso que organismos  de derechos humanos que son emblemas de lucha y militancia contra la injusticia, hayan permanecido silenciosos en esta oportunidad o hayan realizado forzadas declaraciones formales.  
UN LARGO VIAJE HACIA LA MUERTE  
La justicia ha actuado con una velocidad desusada para los parámetros habituales. Están procesados y elevados a juicio oral dos Secretarios del gobierno nacional (Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi) y el empresario Claudio Cirigliano. Hay un ausente entre los imputados, que los familiares de las víctimas reclaman, que es Julio De Vido. El juez Claudio Bonadío  relata a lo largo de más de 900 páginas el desvío de fondos de empresarios beneficiados por las concesiones hacia destinos impropios ante la inoperancia o la complicidad de funcionarios públicos.
Se hicieron reconocimientos indirectos de los errores por parte del gobierno como quitarle la concesión a TBA, el despido del subsecretario ferroviario Antonio Luna y de Antonio Eduardo Sícaro, titular de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte. Todos ellos como su antecesor Pedro Ochoa, en la CNRT, están procesados. Pero no se verbalizó con claridad la autocrítica que la situación ameritaba. Mientras se tomaban medidas concretas como las mencionadas que reflejaban una autocrítica implícita, se explicaba lo sucedido en la herencia recibida.
Indudablemente,  como consecuencia de la tragedia de Once, se están haciendo importantes trabajos en el Sarmiento y una modernización que aún no se percibe en los viajes diarios.
El tren 3772, chapa 16, que partió el 22 de febrero  de Castelar a las 7 horas 46 minutos conducido por Marcos Córdoba, en realidad venía desde el fondo de los tiempos.
Había partido su deterioro cuatro décadas antes. El maquinista Marcos Córdoba concluía trágicamente un viaje iniciado cuando él aún no había nacido. Estrelló un tren que debió haber sido vendido como chatarra dos décadas antes, que no tenía el mantenimiento adecuado, en el que de los cinco frenos tenía anulados tres de ellos y otro con capacidad disminuida, que debía frenar con una anticipación incierta y que carecía de velocímetro, con una sobrecarga de pasajeros que agravaba las dificultades de frenado y que terminó incrustándose contra un amortiguador que no cumplía su función.
Como se ve, una especie de ruleta rusa diaria. Y cuando se muere jugando a ese juego macabro, el muerto no muere en un accidente sino que simplemente se suicida. Y como aquí el que manejaba el tren-el arma- es el Estado a través de concesionarios no controlados, lo que en otro contexto es un accidente, aquí pasa a ser un homicidio.
24-02-2013  



20 febrero 2017

REPORTAJE AL PSICÓLOGO ARIEL LUPO

El viernes 17 de febrero se subió a EL TREN, el psicólogo Ariel Lupo. Un viaje a las profundidades de la crisis visto a través de las personas que concurren al consultorio. Un país más cercano a la implosión que a la explosión. Como bonus truck, el escenario político ( Correo, Milani, Jubilados) tratado a fondo por los conductores de EL TREN  Súbase que lo llevamos. Tal vez con algunos análisis se sienta identificado 
                         EL TREN, UNA VOZ DIFERENTE PARA ESCUCHAR, REFLEXIONAR Y DISCUTIR
                   
UN PROGRAMA QUE  NO TE LA DEBE, QUE SÓLO CIERRA, CON TODOS SUS OYENTES ADENTRO







19 febrero 2017

Escándalos y política*

                                                                 Por Mario Wainfeld
De sospechas de corrupción hablamos y no queremos recaer en el doble standard tan clásico en estos casos. Las denuncias o indicios de corrupción deben ser investigados y rige en materia penal la presunción de inocencia. La valoración política va por otro carril, más veloz y menos garantista.
El Gobierno encarcela a sus adversarios políticos sin condena (Milagro Sala) o asedia a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, buscando mandarla a prisión para proscribirla. Moviliza a los jueces y fiscales aliados, lo justifica en declaraciones públicas. La diputada Margarita Stolbizer (opositora intermitente) clama para que se impida a Cristina ser candidata. Se indigna contra la dupla Macri- Aguad pero no les aplica la misma vara. Ni hablar de la cohorte de los medios dominantes que se conduelen un cachito por el affaire postal pero sin exigir traje a rayas para nadie. En esta contingencia la conducta, las palabras, las amenazas son bien distintas.
Llegado a este punto, este cronista se ve obligado a repetir lo que ha escrito en tantas ocasiones. La corrupción no es, casi por definición, lo más importante o grave que cometen los Gobiernos: son sus políticas públicas. Nada de eso obsta a pesquisar, juzgar y condenar si hay elementos, encarcelar si hay condenas firmes y de porte.
Lo peor de las privatizaciones menemistas, incluyendo su nave insignia YPF, no fueron las dádivas que posiblemente adornaron varias. Fue la entrega del patrimonio nacional, la devastación de las ciudades y pueblos petroleros, la ruptura del tejido social, los millones de despidos.
La mega deuda externa contraída por la Alianza seguramente fue premiada con retornos (algunos con cobertura legal, pagadas por los bancos prestamistas), tanto como la Reforma Laboral. Las decisiones damnificaron más a la Argentina y a su pueblo que las dádivas. Ambas constituyen la herencia, en magnitudes muy diferentes
En paralelo, es incorrecto, como recurso polémico, excusar los actos corruptos o sospechosos de una facción política porque sus rivales incurrieron en otros. Es, entonces, equivocado, comparar cuánta plata revoleó en el monasterio el ex Secretario de Obras Públicas José López con hipotética cifra mayor del acuerdo del Correo. Primero porque nada comprueba que ese dinero sea todo lo que se apropió o manejó delictivamente López. Y segundo, porque no hay un empate soportable en esas acciones. Todas son cuestionables, todas deben ser analizadas y llevadas a los Tribunales. La inconducta ajena no amnistía a nadie.
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El ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, debe ser investigado, abriéndose los correspondientes expedientes judiciales. Debe pesquisarse si la eventual responsabilidad trepa en la escala jerárquica. Para Aguad u otros funcionarios, de mayor o menor rango, rige la presunción de inocencia. No es sensato que se los encarcele sin condena firme. 
La mala praxis de gestión no equivale al dolo penal, de interpretación más estricta. 
El macrismo y sus aliados mediáticos ignoran ese principio democrático básico lo que no habilita a extendérselo… siempre es repudiable comerse al caníbal.
Si se probase que medió mala fe y delito, sería punible previo proceso legal. Pero no constituiría el peor legado del macrismo. Lo son sus medidas devastadoras, que ponen en riesgo el patrimonio nacional, conquistas sociales de décadas. También el desbaratamiento de parte del aparato productivo y la redistribución regresiva del ingreso, el poder y los bienes simbólicos. No se adecuaría a derecho judicializar penalmente esas políticas.
Con su proverbial agudeza, Eugenio Raúl Zaffaroni lo escribió en un artículo titulado “Gobernabilidad y judicialización de la política” publicado en el portal “La Tecl@ Eñe”: “No sé si (el presidente Mauricio)  Macri tiene algo que interese penalmente en los papeles –o papelones– de Panamá, en la condonación de deudas a parientes o en otras conductas, pero cuando esto pase, lo que no debemos hacer es intentar procesar a Macri por haber suprimido las retenciones o por abrir la importación, usando el mismo delito de administración infiel; tampoco considerar que todo su gobierno fue una asociación ilícita usando el mismo artículo inconstitucional; y no deseo en lo más mínimo que alguien esgrima el desopilante disparate de la traición a la Patria por sus actitudes respecto de Malvinas o por la astronómica deuda externa”. (…) Hoy Macri gobierna –pésimamente pero gobierna–, y su conducción tiene valor como tal. Si abusando (o aprovechándose) del poder cometiese delitos, sería algo por entero diferente, pero sus actos políticos como tales no pueden ser criminalizados, porque serrucharíamos la rama sobre la que estamos todos sentados, que es precisamente lo que hace el gobierno al penalizar arbitrariamente la política (cambiaria, internacional, de vivienda, etcétera).Una visión criteriosa que rema contracorriente, sin perder un ápice de validez.
*Página 12 12-02-2017

18 febrero 2017

LOS HUMORISTAS EN CRISIS(1)

Las más de 50 empresas off-shore del grupo Macri, y las políticas generales de Mauricio que es  Macri, lo convierten en los hechos, en un presidente off-shore, cuyos accionistas son el poder económico y EE.UU. El escritor Jorge Asis se refiere a “La Argentina SOCMA, de las sociedades Macri
Entre la campaña electoral y sus promesas, y las realizaciones después de un año, caben en una frase de Groucho Marx:  “El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido.”  Claro que el tiempo desnuda la verdad como decía Abraham Lincoln: “Se puede mentir a pocos mucho tiempo, se puede mentir a muchos, poco tiempo, pero no se puede mentir a todos, todo el tiempo” 
Atosigados de libros de autoayuda y bajo la inspiración del licenciado Alejandro Rozichner, se sostiene la presunta filosofía del optimismo y se denuesta el pensamiento crítico. Textualmente afirmó el jefe de gabinete Marcos Peña: “ Hace rato en Argentina se piensa que ser crítico es ser inteligente. Nosotros creemos que ser entusiasta y optimista es ser inteligente. Y que el pensamiento crítico llevado al extremo ha hecho mucho daño”.
En esa línea, el presidente del Banco Central Federico Sturzenegger, expresó en junio del 2016, en medio de los despidos y el tarifazo, incursionando en el humor grotesco  “que los argentinos ya éramos mucho más felices”
Toda la filosofía y la ciencia basada en el pensamiento crítico es incinerada, inspirada en Dale Carnegie, Paulo Coelho, Stephen R. Covey, Malcolm Gladwell, Tony RobbinsDeepak Chopra, Louise Hay, Randy Pauch, Mario Puig, Eduardo Punset, entre otros, que se auto ayudan aprovechando la ingenuidad  de sus lectores. Por eso no es de extrañar que la ciencia y la tecnología bajo CAMBIEMOS, se la recorten y subestimen, ante la complicidad del Ministro de Área, el humorista Lino Barañao, que en su tarjeta de fin de año escribió: “En el 2017 seguiremos trabajando juntos para que el conocimiento científico sea el sostén del desarrollo económico y la inclusión social” Es el mismo Ministro que justificó los recortes porque en el país hay 32% de pobres. Mahatma Gandhi, el  héroe de la no violencia y la independencia de la India, un protagonista de  muchísima mayor envergadura que el pequeño Ministro que se sucedió a si mismo, sostenía: “La India es demasiado pobre para no invertir en educación y ciencia”
Si nos detenemos en la seguridad, la polifacética Ministra Patricia Bullrich nos tranquiliza cuando con relación a la muerte del fiscal Nisman afirma: “Yo no lo puedo decir, porque llegué tarde. Estaba mirando una serie que se llama “Tirador”, en donde hay una escena en que la mafia rusa agarra una persona, la sienta en una silla, le pone unos aparatos especiales, le pone una pistola así y de golpe una persona totalmente cubierta tira un piolín y lo hace suicidar.  Yo no lo puedo decir pero es impresionante”
Si pasamos al Ministro de Educación Esteban Bullrich quien  ante un foro de empresarios expresó que no se considera Ministro sino un “Gerente de Recursos Humanos”, y que compara su gestión como algo  equivalente a  “la campaña del desierto”
Si nos detenemos en el Ministro de Cultura Pablo Avelluto, un talentoso humorista desaprovechado, quien afirmó que CAMBIEMOS “es heredero de los sesenta, los Beatles y el Che”. Aunque  resulte increíble, es el mismo que confesó que “su golpe preferido es la Revolución Libertadora”
El renunciante Ministro Alfonso Prat Gay, es una baja importante en el mejor equipo de los últimos cincuenta años. Sus frases dejaron merecidas marcas en el primer año de gobierno, aunque para él fue el único: “Cada 10 años nos dejamos cooptar por un caudillo que viene del norte, del sur, no importa de dónde viene, pero de provincias de muy pocos habitantes, con un currículum prácticamente desconocido. No vaya a ser que en 2020 estemos hablando fulano de tal, que vino, no sé, de Santiago del Estero, que no lo conocíamos, apareció de la nada y resulta que se quedó con todo el poder". "El dólar va a estar más cerca de los $9,50 si hacemos las cosas bien, más cerca de $16 si hacemos las cosas mal". Los aumentos de tarifas de luz y gas son dos pizzas o dos taxis". “No vamos a dejar la grasa militante, vamos a contratar gente idónea y eliminar ñoquis". “Cada sindicato sabrá dónde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos” Prepotente con los sindicalistas, genuflexo ante los empresarios españoles a quienes les dijo en un foro en Madrid: “Quiero pedir disculpas por los últimos años. Sé de los abusos que han sufrido los capitales españoles y les agradezco la paciencia”. Se comenta que transporta un ego tan poderoso que podría hacer suya una frase de Woody Allen: “Dios ha muerto, Nietzsche ha muerto y yo no gozo de buena salud”
El Ministro de Energía, Juan José Aranguren, pasará a la historia, más que por sus continuos desaciertos, la incompatibilidad entre su cargo y los intereses que representa, por una frase que hará historia: “Tengo que cumplir con lo establecido en una planilla de Excel”.
El renunciado ex  Presidente del Banco Nación Carlos Melconián  aportó oportunamente su sentido del humor: “Como muchos argentinos, tengo dinero guardado en el exterior. Por supuesto que voy a traer parte de mi dinero, y parte quedará afuera para mis hijos”.  Como se ve a este cruzado del ajuste se lo podrá criticar como funcionario pero nunca como padre.
Su reemplazante, Javier González Fraga exhibiendo un humor ácido increpó a los trabajadores con aquello de:  “Durante doce años le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior”.
Gabriela Michetti exhibe un sentido del humor en la misma línea como Vicepresidenta,  y entre  papelón y papelón  presidiendo el Senado,  declaró :“Los más difícil para nosotros es atravesar el momento en el cual salís del populismo y salís de la fantasía de una mentira importante, de haberle dicho a la gente que podía vivir de esta forma eternamente”. Ambos parecen inspirarse en aquella frase de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.”
Elisa Carrió, denunciadora serial, que incursiona por el humorismo sin que se le mueva un solo músculo de la cara al estilo Buster Keaton, omite pronunciarse con relación a los más de cincuenta funcionarios de su gobierno denunciados, es la misma que exigió para votar la ley de  blanqueo que no se incluyera a los familiares de los funcionarios y cuando se modificó la ley por decreto hizo una curiosa interpretación justificándolo. Luego sobre el tema correo, un generoso regalo del presidente a sus hijos, espera que se analicen todas las estatizaciones del kirchnerismo para pronunciarse. El dictamen se espera para entes que llegue el apocalipsis.   Humorísticamente  practica el género stand-up, en especial ante los disciplinados empleados del multimedios Clarín o ante el periodista militante Luis Majul, vocero informal del Presidente. Con relación al dólar futuro, cuyos compradores y quienes fijaron el precio son funcionarios de su gobierno declaró: “No creo ético que muchos de los que están en el gobierno hayan comprado dólar futuro, pero no es ilegal”.  
Inspirada en Groucho Marx, la pitonisa puede llegar a decirle en un futuro a Joaquín Morales Solá: “Estos son mis principios. Si no le gustan… tengo otros
El secretario Mario Quintana hace humor económico por lo que declaró: “Los dólares financieros van a la economía real”
El Ministro del Interior Rogelio Frigerio, el más político e inteligente de sus colegas, no se privó de ejercitar el humor con algunas declaraciones jocosas: “Nosotros tratamos a las provincias sin mirar el color de la camiseta del gobernador". “La inflación de julio será menor a junio, la de agosto menor a julio y así sucesivamente". “Hacia fin del año 2016 veremos una reactivación de la economía que crecerá entre un 3 y un 4%". "El Presidente tiene un equipo que piensa y opina” El Ministro de Comunicaciones Oscar Aguad se sorprendió por el uso de Internet y declaró: “La tecnología que viene permitirá  que usted se saque una radiografía en La Rioja y se la va a poder analizar un hombre en Boston".
Cuando tomó la decisión de perdonar la casi totalidad de la deuda por el correo al padre primero y de regalo a los hijos del Presidente  después, el Ministro se justificó:  “Franco Macri es un deudor sin recursos económicos”
En la misma sintonía el Ministro de Trabajo Jorge Triacca solicita comprender a los empresarios que despiden, mientras uno de sus colaboradores Miguel Ponte declaró: “La posibilidad de entrada y salida del mundo laboral es una esencia del sistema laboral. Como en el organismo lo es comer y descomer”
El Ministro de Medio Ambiente, el rabino Sergio Bergman, es mucho más creyente que Ministro, o tal vez lleva debajo de la quipá un doble de Tato Bores. Así ante la posibilidad de incendios en el verano declaró: “Yo creo que este verano estaremos en mejores condiciones, aunque como creyente que soy, para el próximo verano lo más útil que podemos hacer es rezar". Producidos los incendios que arrasaron un millón y medio de hectáreas, simultáneamente con inundaciones muy importantes, hizo referencia “a que era como una profecía apocalíptica”. Todo ello no le impidió autocalificarse con un ocho.
Hay otros Ministros que son desconocidos por su gestión y que practican aquella sabia afirmación de Groucho Marx: “Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente”  Este consejo es seguido escrupulosamente por los Ministros  de Defensa y de Salud.
Las nuevas designaciones transitan por el mismo camino de experiencia, profesionalidad y vinculaciones con grupos privados Así  el flamante presidente de Aerolíneas Argentinas Mario Dell'Acqua, que reemplaza a Isela Costantini, y viene de Techint, declaró “No conozco nada de una compañía aérea y le pidió a sus empleados que lo "ayuden" para "entender" el manejo de la aerolínea de bandera.
Por cuestiones de síntesis, obviamos las reiteradas muestras de humor del presidente Mauricio Macri. Sólo consignaré su chiste de mayor trascendencia: “Yo me pondría para esta etapa una buena nota. Yo me pondría un ocho”.  Un camino de ida: de la autoayuda a la autocalificación benevolente.
Su padre fue más exigente: lo calificó con un cinco. Esto después de superar la angustia que le atribuyó a los Congresales de Tucumán en el momento de declarar la Independencia, afirmación que hizo ante el rey de España que seguramente lo consoló en este retorno precipitado para la Proclamación de la Dependencia. 
Ante estas humoradas, salió de su  ostracismo Domingo Felipe Cavallo y cantó falta envido: “A mí me tendrían que hacer un monumento”
Desde el sector empresarial Cristiano Ratazzi, más generoso, reclamo un monumento para Mauricio Macri por haber eliminado el cepo, las retenciones a las exportaciones y por el acuerdo con los holdouts”. Desde el Poder Judicial el fiscal Gerardo Pollicita afirmó que “Israel es el país de las víctimas del atentado a la AMIA”, siguiendo el camino en el que Carlos Menem fue un precursor.
Como se ve, todos se esfuerzan para reforzar la revolución de la alegría.



A que humorista se le hubiera ocurrido enviar una tarjeta con el mapa del país, firmada por la Ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley, sin las Malvinas. Ahora posiblemente para corregir el error envíen una nueva tarjeta subsanando la equivocación donde la mencionen a las Islas Malvinas como las islas Falkland y su capital Ministra Stanley.
Cuando los políticos hacer humor involuntariamente, los humoristas entran en crisis.
La situación inversa está sujeta a verificación: si los humoristas se convierten en políticos, ¿los políticos entrarán en crisis?
Por lo menos viviríamos una revolución de la alegría por quienes están especializados en hacernos intencionadamente sonreír, sacándole lustre a las palabras o jugando con ellas.  


18-02-2017

 

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