11 julio 2014

EN BRASIL VOLVIERON A VER  AL NEGRO JEFE




   





Egresado de la mayor escuela futbolística del país que fue desvalijada en los últimos lustros, Javier debutó en la selección antes de jugar en la primera de River. Como su antecesor en el puesto fue Leonardo Astrada, “el jefe”, rápidamente se lo apodó “el jefecito”. Un cinco en la línea de los mejores de toda la historia. Imposibilitado de retenerlo, River lo vendió al Corinthians.



 Luego pasó por dos clubes ingleses para, finalmente, ser adquirido por el Barcelona en el 2010. El director técnico Pep Guardiola declaró: “Mascherano es un fichaje espectacular. Para un equipo como el Barca, no tiene precio tenerlo. Es un acierto.” Y su figura alcanzó relieve en el mejor equipo del último lustro. Coleccionista de títulos, entre tantos otros, es campeón olímpico en Grecia y China en el 2004 y 2008.
Es su tercer campeonato del mundo. En los anteriores quedó en cuartos de final. Pero esta vez se prometió que sería distinto. Le cedió la capitanía a Leonel Messi, sin dejar de ser el GRAN CAPITÁN. Reunió a sus compañeros y fue claro: “Estoy cansado de comer mierda”. Quería decirles que esta vez, la tercera oportunidad que clasificó la selección que integra, la propuesta de mínima era llegar a la final. Y el inconmensurable Mascherano con una mezcla notable de corazón e inteligencia lo demostró en cada partido y produjo la admiración del Mundial.  Declara con la sobriedad con que juega: “En el grupo siempre estuvo primero el nosotros que el yo”. Una continuación del pensamiento del notable Alfredo Di Stéfano, que murió durante el transcurso del Mundial y que sostenía: “El todo es siempre más que uno”. Durante el partido es Sabella dentro de la cancha y fuera su estrecho colaborador.  Cuando en el partido con Holanda se llegó a los penales se acercó a Romero y le dijo: “Hoy te comés el mundo. Hoy vas a ser el héroe”. Y chiquito no lo defraudó y le dio la razón.
Es el jugador que más pases dio en el torneo y el que más se la dio a un compañero, con el 86% de eficacia. Lleva a la práctica una precisa frase del notable Jorge Valdano: “El fútbol es un juego con una pelota, a la que hay que tocarla mucho y tenerla poco.”
El jefecito” es un jefazo. Por eso dicen que en el Itaquerao de San Pablo, resucitó Obdulio Varela, “el negro jefe”. Igual que el artífice del Maracanazo, desde el medio campo, su ubicación es la cancha entera. Un terrenito de 100 x 70. Igual que Obdulio, que cuando se fueron los dirigentes que les pedían que sólo evitaran la goleada, les dijo a sus compañeros “los de afuera son de palo”, Javier grita, estimula, alienta y ubica. Si Obdulio Varela cuando Brasil hizo el gol y el Maracaná se vino abajo, fue a su arco, agarró la pelota y tardó cuatro minutos para llegar al centro del campo tratando de enfriar una caldera hirviente, Mascherano se estira en el último minuto del partido, corriendo de atrás, y limpiamente le saca la pelota a Robben, en la única situación de gol de Holanda.










Muchos dicen que es cierto. Que la resurrección existe. Que Obdulio se reencarnó en Javier. Y que el negro Jefe le dijo que después de 64 años, lo ayudará a  levantar la preciada copa que Uruguay logró en el Maracaná, en la mayor hazaña del fútbol mundial. Javier tiene que escucharlo. Obdulio sabe más que nadie cómo se enmudece a los adversarios en el Maracaná y cómo luego se debe ser magnánimo en el triunfo. En Brasil volvieron a  ver al Negro Jefe. Ojalá que no falte a la cita el domingo 13 de julio. Los fantasmas no siempre son puntuales a los encuentros que conciertan. Aunque el que seguro no faltará es el inmenso Javier Mascherano y sus compañeros apoyando a que  Leonel  Messi pueda frotar la lámpara de su talento. Y si eso no alcanza, en última instancia está Chiquito, para alcanzar lo más grande.   

1 comentario:

  1. dice la Wiki: "En sus inicios, Mascherano se desempeñó en dos clubes de su ciudad, Cerámica San Lorenzo y Barrio Vila, hasta que fue descubierto por el ex-futbolista Jorge Solari en uno de los potreros de su barrio natal. A Solari le habían informado que había un chico de 14 años con potencial, y al comprobarlo, lo incorporó al club de Rosario que había fundado, llamado Renato Cesarini, distinguido como una "Escuela de Fútbol" de formación y enseñanza excelsa. Ya desde sus 14 años resaltaba como un jugador que llegaba al arco y era tranquilo; que tenía personalidad, sin gritar, alguien que se imponía por su inteligencia. También en esta época es cuando Hugo Tocalli - quien era por entonces seleccionador de los juveniles argentinos - le hace una prueba y lo convoca para la Selección Argentina Juvenil donde formará parte de las diversas categorías a lo largo de los años."
    Renato Cesarini es la verdadera formación de Masche, y no es casual.
    Saludos maestro !

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