26 septiembre 2012

SUPERPONIENDO POSTALES

Rusia y Argentina
El 25 de diciembre de 1991, fecha emblemática de la cristiandad, se disolvía la Unión Soviética. La utopía surgida el 25 de octubre de 1917, con la toma en San Petersburgo del emblemático Palacio de Invierno, devino a la muerte de Lenín, en enero de 1924,  en la pesadilla stalinista. El georgiano, junto con millones de cadáveres cargados sobre su espalda, transformó al eslabón más débil de Europa, la cárcel de naciones del zarismo, en la segunda potencia mundial. Como en todas las experiencias del socialismo real, se avanzó en materia de salud, educación y desarrollo económico a costa de restricciones importantes a las libertades individuales y los derechos humanos.  El comunismo manifestó una notable incapacidad para trasladar los avances tecnológicos a la vida cotidiana. El país que podía poner un hombre en el espacio o desarrollar armas de alta sofisticación,  fabricaba televisores en donde se advertía a sus usuarios en los hoteles que no convenía un uso ininterrumpido de más de tres horas porque podía estallar el tubo. El desprecio por las mejoras en la vida diaria de la población quedó reflejada en una anécdota que contó el director teatral Raúl Serrano, que paso por el Partido Comunista y reivindica hoy su antigua adscripción ideológica, en el excelente programa de reportajes que conduce Eduardo Aliverti, los domingos por radio Nacional. Lo cuento de memoria y en forma aproximada sin violentar su esencia. Raúl y un grupo de camaradas llegan a Moscú hacia fines de los sesenta. Los alojan en un hotel. Desempacan, acomodan la ropa y necesitan ir al baño. Buscan en la habitación pero comprueban que no hay. Salen al pasillo y tampoco lo encuentran. Perplejos preguntan dónde pueden ubicar uno. Le contestan que están cuatro pisos más abajo, en el subsuelo. Sorprendidos, interrogan sobre el motivo de una incomodidad tan evidente. Le informan que “aquí la gente está acostumbrada así.” Luego ironizan con sus compañeros de viaje, que si algún día concretan la revolución en un país como Bolivia en donde se comía salteado se mantendría el hábito porque la gente estaba acostumbrada.
La Revolución de Octubre, según el historiador inglés Eric Hobsbawm , es el inicio del siglo XX: es esa que la llevó, con sus gigantescas taras y con su primitivismo de origen, a regodearse en su aislamiento mientras consolidaba y potenciaba la brutalidad heredada del régimen anterior; es la del “socialismo en un solo país” basada en la equivocada teoría stalinista; es la de los años del hambre, de la colectivización forzosa y la del pacto criminal con Hitler (fruto de haber decapitado la plana mayor del ejército rojo creado por León Trotsky y la necesidad de ganar tiempo para reconstituirlo); es la de la heroica defensa de Leningrado y Stalingrado y la de la contribución a  la victoria al costo de  veinte millones de soviéticos ( lo que le permitió  sentarse en  Yalta  a la mesa de los vencedores para la nueva  división del mundo); pero es también la de  industrialización notable que la colocó segunda en el concierto de países de todo el mundo. Es la de la muerte de  Stalin en 1953, y la del XX° Congreso y el proceso de destalinización iniciada por Krushev. Es la que varias décadas después llevaría adelante la glasnot y la perestroika de la mano de Gorbachov; es la aquella que, ante la caída del Muro de Berlín, cerraría el siglo XX según el historiador inglés citado. Yeltsin culminaría  la desintegración  de la Unión Soviética, y se produciría un hecho hasta entonces increíble: el 6 de noviembre de 1991, después de un intento de golpe, el Partido Comunista terminó proscripto y su estructura organizativa disuelta.

YELTSIN Y MENEM
En abril de 1990, Menem decide con la designación de Domingo Cavallo, ejecutar su plan de terminar con los pilares del modelo peronista de sustitución de importaciones, aquel que implicaba una fuerte presencia del estado, el control riguroso del mercado, la distribución progresiva del ingreso, la actuación de  poderosos sindicatos  y un pacto social entre el capital y el trabajo. Para ello desguazó y remató el patrimonio social a favor de muchos de los que lo habían convertido en anémico, abrió indiscriminadamente la economía, arrasó con la industria, suprimió la moneda al atarla en un empate desastroso con el dólar, y decidió llevar hasta el paroxismo las relaciones carnales con EE.UU.  Contemporáneamente, en junio de 1991, Boris Yeltsin fue elegido Presidente en las primeras elecciones democráticas de Rusia con el 57% de los votos e inicio el proceso de desguace del estado a favor, en gran medida, de la antigua burocracia soviética y apertura del país a Occidente. Yeltsin aceptó “las sugerencias” del FMI, del Banco Mundial, y adoptó en líneas generales las recetas del “Consenso de Washington. Liberó el comercio exterior y los precios, incrementó la deuda externa  y aplicó los planes de estabilización para combatir la inflación. Amputó los subsidios a la industria y a la construcción. Se dispararon las tasas de interés y se aumentaron los impuestos, mientras se recortaban los gastos estatales y la asistencia social. Como resultado previsible, se produjo una crisis crediticia, una hiperinflación galopante, cierre masivo de industrias, una depresión intensa y una fuerte caída del nivel de vida de la población. Durante la década del noventa, el PBI cayó un 50%, ramas íntegras de la producción fueron arrasadas, millones de rusos conocieron la desocupación y la pobreza, la desigualdad fue la arista distintiva de la época. El Cavallo ruso se llamó Yegor Gaidar, un economista de apenas 35 años. En una biografía sobre Yeltsin puede leerse: “Algunos economistas sostienen que en la década de 1990 Rusia sufrió una recesión económica más grave que la que los Estados Unidos o Alemania habían sufrido seis décadas antes en la  gran  depresión. Incluso algunos economistas occidentales, tales como Marshall Goldman junto a comentaristas rusos culparon ampliamente al programa económico de Yeltsin respaldado por Occidente del desastroso desempeño económico del país en la década de 1990…… En febrero de 1992, el vicepresidente de Rusia, Alexander Rutskov denunció al programa de Yeltsin como un "genocidio económico.”
Yeltsin fue elegido dos veces presidente, como Menem, pero su segundo mandato quedó trunco como consecuencia de la crisis y default de 1998.
Hay testimonios de la crisis que son un anticipo de la Argentina del 2001. Un testimonio recogido en el libro citado cuenta: “En la época de Yeltsin, antes del default de 1998, viajábamos por trabajo al interior y veíamos a los jubilados sin pensiones, habitantes de aldeas que para sobrevivir  cultivaban sus pequeñas parcelas de tierra y practicaban el trueque, en un retroceso increíble de la historia.”    
 Renunció el 31 de diciembre de 1999 y el gobierno pasó a manos de su primer ministro y sucesor Vladimir Putin.
Para su segundo mandato fue apoyado por los oligarcas, el poder económico emergente, en un proceso similar al sostén que recibió Menem del establishment argentino, beneficiado por el desguace del estado y la apertura de la economía.
Dejó una sociedad atravesada por las mafias, con nuevos ricos conocidos como “los oligarcas” que se quedaron a precio de remate con las empresas estatales.
Los millonarios rusos tienen la grandiosidad económica de Pedro “El Grande”. Uno de ellos, Román Abramovich, con numerosas propiedades en todo el mundo, con excentricidades como comprar la presunta residencia de Drácula en Rumania, u ordenar una compra de 2000 dólares en sushi, trasladadas en limusina hasta el aeropuerto, para luego ser subidas  en un avión particular que lo trasladaba a Bakú, en Azerbeijan, para algunos de sus negocios, cuenta Hinde  Pomeraniec en su libro “Rusos. Postales de la era Putín”. “En el 2006 llegó  a ser el hombre más rico de su país, el número 11 en el orden mundial y también el primer particular en comprar para uso privado  un Airbus A 380, el avión más grande del mundo con capacidad para más de 800 personas. Tiene además una pequeña flota de yates de lujo que cuentan con discotecas, acuarios y dos helipuertos y hasta dos submarinos”     
Más adelante relata: “Germinados en la Perestroika de Gorbachov, los oligarcas rusos echaron raíces en las privatizaciones de los tiempos de Yeltsin, cuando compraron por centavos empresas por entonces devaluadas que se convirtieron más tarde en verdaderos colosos, en sintonía con el aumento de los precios de los conmmodities…el Big Bang  de la economía de mercado en Rusia, fueron los miembros  de elite  del Partido Comunista  y sus allegados quienes se quedaron con las mejores tajadas del Estado, al punto que los dueños  de las nuevas empresas  pasaron a ser, en su gran mayoría, quienes eran sus directores durante el apogeo de la Unión Soviética. Isidoro Gilbert, autor del “Oro de Moscú” de un voluminoso libro sobre “La Fede. Alistándose para la revolución. La Federación juvenil comunista1921-2005”, durante 30 años corresponsal de la Agencia Tass en Buenos Aires, sostiene: “ La de los oligarcas fue una clase creada en menos de 10 años, algo que sólo  pudo ser posible por el tremendo mercado de capitales negros acumulados durante el comunismo. Digamos que desde los años setenta había una economía paralela que sólo podía existir con el visto bueno del Partido  y los aparatos de seguridad. Te doy un ejemplo. No había casa sin televisor, pero en los negocios no los conseguías. Sin embargo estaban….Los oligarcas fueron los emergentes, las cabezas visibles de grupos mucho más grandes. Grupos mafiosos.”        

PUTIN Y KIRCHNER
Vladimir Putin es abogado como lo fue Néstor Kirchner, dirigió los servicios de inteligencia bajo el nombre de Servicio Federal de Seguridad ( la ex KGB) y participó, secundando a Yeltsin en el desguace del estado ruso. En eso también hay alguna semejanza con Kirchner que apoyó a Menem en los primeros años de la convertibilidad y el remate de las empresas estatales. Incluso, como gobernador de Santa Cruz y procediendo con el pragmatismo de los intereses provinciales, encabezó el lobby de privatización de la principal empresa estatal que era YPF. Oscar Parrilli, Secretario General de  la Presidencia desde el 2003, por entonces diputado por Neuquén, fue  el miembro informante en el Parlamento para que la YPF estatal se privatizara.
 Putin accede a la Presidencia en 1999, después de la peor crisis rusa contemporánea. Kirchner lo hace en el 2003, después de la crisis económica y política más profunda que padeció Argentina.
Putin al asumir la presidencia entendió que había que dar un golpe de timón. Restablecer el poder del estado, acotar el accionar del mercado, fomentar el desarrollo capitalista dejando que los oligarcas ganen pero haciendo sentir que había un poder político que fijaría las reglas de juego.
Para demostrar que la cosa iba en serio, mandó preso, donde aún continúa, a Mijail Jodorkovsky, el empresario ruso más poderoso. Fue imputado de fraude y evasión de impuestos por una cifra millonaria.
Néstor Kirchner comprendió que el 19 y 20 de diciembre era una divisoria de aguas. Llegado al gobierno con un escuálido 22%, porcentaje menor que el número de desocupados, abrió la Casa Rosada a las organizaciones sociales, a las agrupaciones de derechos humanos, a los sindicatos, a los excluidos, mientras los empresarios intentaban vanamente conseguir una entrevista. Reconstruía el poder estatal, restablecía la autoridad presidencial y acotaba el accionar discrecional del mercado.
Los empresarios fueron recibidos mucho después y tuvieron un ámbito propicio para seguir teniendo importantes ganancias pero ya no se les desplegó la alfombra roja para recibirlos ni pudieron convertir al mercado en un coto de caza.
Favoreció a grupos económicos, lo que fue catalogado como “capitalismo de amigos”, desconociendo que todo gobierno que hace políticas favorables a la burguesía nacional sin ser la burguesía, realiza un capitalismo de esas características, reflexión tan poco original como descubrir en el siglo XXI la existencia de la plusvalía. Putin fue criticado con términos muy similares.       
Mientras el Presidente ruso trataba de de restablecer el honor nacional y declaraba: “ Para decirlo con todas las letras: es demasiado pronto para enterrar  a Rusia como una gran potencia”, Kirchner le decía no al ALCA, renegociaba la deuda con una quita impensable y  pagaba la deuda con el FMI, con lo que eludía su supervisión y terminaba con sus descabelladas imposiciones.
La relación de Putin con la prensa dominante es traumática. En una ocasión en que le preguntaron por su fortuna personal  respondió con dureza: “Se ve que ustedes se sacaron todo de la nariz y lo untaron en sus periódicos.” Fue creando una estructura de prensa adicta para equilibrar los tantos.
No se anda con chiquitas. Uno de los oligarcas, Boris Berezovsky, muy allegado a Boris Yeltsin, dueño de medios, entre ellos el canal ORT, apoyó a Putin para que llegue a la presidencia. Pero luego fue adoptando una actitud crecientemente crítica y terminaron la relación amistosa cuando se produjo el hundimiento del submarino nuclear Kursk. Hoy Berezovsky reside permanentemente en Londres, a diferencia de muchos oligarcas que lo hacen transitoriamente al punto que irónicamente se dice que la capital inglesa es la Moscú del Támesis. En este tema hay una lejana similitud con el inicial romance de Kirchner con Clarín y luego el duro enfrentamiento.
Incluso ciertas respuestas individuales ante tragedias, tienen cierto denominador común. Putin fue muy criticado porque ante el hundimiento del submarino nuclear en el Mar de Barents,  no interrumpió el descanso en su casa de vacaciones, mientras los familiares y la población exteriorizaban su angustia y desesperación.
Cuando volvió, un periodista le preguntó: “¿Qué pasó con el Kursk? Se hundió” fue la respuesta del Presidente.
Néstor Kirchner ante la conmoción del asesinato de Axel Blumberg y Cristina Fernández ante la tragedia del accidente de Once que costó la vida de 51 personas, se sumieron en la perplejidad y tardaron en volver a al escenario público. 
Si los Kirchner inspiraron el nacimiento de la Cámpora, Putin tiene su propia juventud que se llama Nashi. Son nacionalistas, contrarios a todo tipo de discriminación, antifascistas, moralistas, y muy críticos de los opositores del gobierno.  
El Kirchnerismo cumplirá 12 años en el gobierno en el 2015 y hay una nebulosa sobre la posibilidad de reformar la constitución e ir por un cuarto mandato, Putin encontró un artilugio para burlar la posibilidad de la reelección indefinida. La Constitución rusa sólo permite dos mandatos continuos. Fue electo en el 2000 y gobernó hasta el 2008. Lo sucedió Dimitri Medvedev su colaborador directo y jefe de ministros, presidente de Gazpron, la mayor empresa estatal. Cumplido los cuatro años de éste, Putin fue elegido con el 63% de los votos y designó a Medvedev como primer ministro, en un enroque que es posible que se repita. Siempre el verdadero poder político lo tiene Putin.
Son algunas de las similitudes principales. Las diferencias son notorias. En Rusia hay asesinatos sospechosos como el de la periodista Anna Politkovskaya, represiones feroces como la del teatro Dubrovka, tomado por la guerrilla chechena, con alrededor de cien muertos  y más de quinientos hospitalizados. El mismo procedimiento sin respeto hacia las víctimas y ante los mismos ejecutores se realizó en la recuperación de la escuela Beslán con más de 250 muertos. La oposición tiene limitaciones para manifestarse en las calles  y en los medios.  No existe una política de derechos humanos como en la Argentina y la posición de Putin sobre el período stalinista es dual: homenajea a las víctimas y elogia al victimario.

SUPERPONIENDO POSTALES
Debe quedar claro que son procesos diferentes con algunos denominadores comunes 
Se han enumerado medidas que parecen postales superpuestas. Está claro que ellas surgen como consecuencia del derrumbe del modelo comunista y las taras  de la implantación de un brutal modelo capitalista al que Putin estableció severos límites para que sea viable.
 El kirchnerismo es el emergente de la crisis más profunda de la Argentina por la implosión del modelo de rentabilidad financiera. Ambos gobiernos han tenido condiciones internacionales favorables, luego de cada uno padecer un  default, basado en los precios crecientes de los commodities: Rusia es dependiente del petróleo y del gas y la Argentina de la soja. Pero el aprovechamiento de la coyuntura internacional fue posible en ambos países por políticas internas adecuadas que es mérito de ambos gobiernos.
La reconstrucción del estado, el predominio de la política sobre la economía, la regulación del mercado, la recuperación del orgullo nacional, las limitaciones a las presiones externas, son rasgos positivos de lo ocurrido en ambos países y son estas comparaciones  juzgadas desfavorablemente desde el establishment  y sus voceros como Joaquín Morales Solá.
Mientras en Argentina se mezclan en proporciones variables rupturas y continuidades con la década del noventa, en Rusia tienen dos referencias: la del ya lejano comunismo, añorado por los viejos y repudiado por los jóvenes, y el capitalismo salvaje al que Putin puso en caja. Con relación al primero hay una frase definitoria de Putin: “Quien no lamenta la desaparición de la Unión Soviética no tiene corazón, y quien quiere recrearla como era, no tiene cabeza.” Teniendo en cuenta que en la Argentina, una parte significativa de la oposición no olvida a los noventa se podría parafrasear la cita, modificándola así: “Quien lamenta la ruptura con los noventa no tiene memoria y quien quiere recrearla no tiene cabeza.”    
24-09-2012       
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente. 

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21 septiembre 2012

MESA DE PERIODISTAS

 Que alcance real tienen los cacerolazos
Mesa de Periodistas con Gabriel Fernandez, Hugo Presman y Daniel Glancszpigel 19-09-2012

18 septiembre 2012

RUIDOS METÁLICOS



Las cacerolas fueron el símbolo para la creación del clima propicio que permitió el derrocamiento  de Salvador Allende en Chile. Allí los momios, el equivalente chileno de gorila, instigaron a las clases medias trasandinas que fueron el ingrediente popular, para que el poder económico concentrado y la embajada norteamericana desplegaran un arsenal de argumentos falaces (“seremos Cuba”, “se eliminará la propiedad privada”, “el estado se apoderará de tus hijos”, etc.),cometiera  sabotajes y asesinatos,  para que así las fuerzas armadas, en nombre de la República, de la democracia en peligro, de evitar el marxismo, de la amenaza a la libertad de prensa, dieran el golpe que terminó con la democracia, la república, la libertad de prensa y convirtiera  a la vida en un blanco móvil, se fusilara sin juicios y se transformara un estadio de fútbol en un campo de concentración. Muchos años antes, un procedimiento similar concluyó con el gobierno de Perón. El mismo artilugio se instrumentó en muchas oportunidades y hoy  se despliega en Venezuela donde se agotan los recursos de los escuálidos y sectores medios para derrotar a un Chávez, que como llamativo “dictador”, sólo perdió una elección de más de una docena, por medio punto, y no tuvo dificultad para reconocer la derrota.
En la Argentina, las cacerolas sonaron estruendosas cuando en el conflicto con las patronales del campo los sectores medios urbanos y rurales tomaron como propios los intereses de aquellos que aspiran a un país en que, paradojalmente no tienen cabida muchos de los que dan cobertura popular a reclamos sectoriales.
Las cacerolas de los sectores medios confluyeron con los más desposeídos en la gigantesca crisis del 2001, donde una mezcla de desilusión, incertidumbre  y miedo a caer en la escala social, unió a los portadores de los utensilios de cocina con los expulsados del sistema y concretaron una bisagra histórica. Resulta imprescindible recordar que el menemismo que entusiasmó a los sectores medios, y la Alianza que era algo así como la propuesta de un menemismo “honesto”, concluyeron en la crisis que arrojó a la Argentina a la papelera de reciclaje. Sólo prejuicios ideológicos ancestrales, alienación a los sectores dominantes, odios clasistas insalvables, pueden llevar a franjas sociales importantes a tratar de repetir la historia. Parecen condenadas a reiterar hasta el infinito el mismo libreto. Si se intenta dialogar individualmente con los que integran este sector social, de ingresos importantes,  muchos con segunda casa en countries o barrios cerrados, se detecta que en el 2001 muchos de ellos estuvieron en la quiebra o en situaciones extremas, y que en estos años han tenido una notable recuperación pero que la atribuyen exclusivamente a sus méritos que le permiten superar las trabas que les impone el gobierno.

LA MOVILIZACIÓN ANTIKIRCHNERISTA
Sin fuerzas armadas que reparen los” ultrajes a la República”, sin representación política que  permita tener una alternativa ganadora, la importante movilización del jueves13 de septiembre levantó un abanico de reclamos con la bandera estrella de la inseguridad.  En ese espectro de insatisfacciones existen protestas justas y otras delirantes que son las más fomentadas desde los medios hegemónicos. Es cierto que el gobierno ignora los efectos erosionantes de la inflación y para Cristina es un tema prácticamente tabú. Si a esto se suma la provocación que mensualmente arrojan las cifras del INDEC, llegando al absurdo de consignar que una persona pueda  comer diariamente por un importe menor que lo que cuesta un café en la inmensa mayoría de los bares porteños, todo ello  pone en cuestionamiento la amplitud de  muchos de los éxitos del gobierno. El tema de la inseguridad en la versión periodística que sólo lo limita a los robos y asesinatos, no puede ser respondido meramente con estadísticas comparativas con otros países que demuestran que aún estamos lejos de los parámetros más deplorables. Debe ser abordado  y explicitado  desde una perspectiva diferente a lo que reclaman sectores victimizados y el discurso dominante, muy sensible a soluciones policiales y legislativas. Es un tema de enorme complejidad, donde las fuerzas de seguridad constituyen una parte no menor del problema. Lo que no se puede hacer es omitir  su tratamiento, exiliarlo del discurso. Se debe instrumentar un plan y hacer evaluaciones públicas periódicas,  en lugar de  remitir a “sensaciones” que a esta altura terminan provocando y no aclarando. Inflación e inseguridad son asignaturas que deben integrar el discurso oficial y su accionar diario. Explicitar claramente que cuando el Estado usa su poder de policía actuando sobre los fijadores de precios, las víctimas no son los empresarios de las empresas oligopolizadas sino que son precisamente ellas las que a través de los aumentos de precios intentan mantener o ampliar su tasa de ganancias. El Estado ha congelado los precios- tarifas de los servicios públicos- durante casi una década-, por lo que ha colaborado en forma más allá de lo razonable con la estabilidad. Como la economía siempre es una frazada corta, esto llevó a un incremento exponencial de los subsidios, donde las críticas que merece el gobierno es la irracionalidad de haber favorecido a consumidores de alto poder adquisitivo o a que hayan sido recibidos por concesionarios sin el debido control y sin mejoramiento en la prestación del servicio.  
Los reclamos acerca de la libertad, los vinculados a la entrada y salida del país, a la “diktadura”, a la imposibilidad de ahorrar en dólares,  la obligación de presentar justificación sobre la licitud de los fondos utilizados en las compras de bienes en virtud de suscribir el país tratados internacionales sobre lavado de dinero, las quejas por la fiscalización más intensa de la AFIP, son  falsos en algunos casos, exagerados en otros  y en general desechables. En un país que ha padecido algunas de las dictaduras más horrendas, es un insulto a la verdad y a la memoria de miles de asesinados  considerar que el actual gobierno es una dictadura. Los que aducen falta de libertad de expresión son los que la utilizan desaforadamente. Los que afirman que no pueden expresarse, lo hacen sin problemas, después de reclamar durante años la recuperación del espacio público y alentar que se vuelva a la represión, precisamente en un gobierno que ha hecho lo contrario.
Medidas macro económicas correctas, como el control de las importaciones, la restricción en cuanto a las divisas para viajar al exterior adoptadas en un escenario de crisis internacional de una profundidad insondable, han sido impuestas sin una explicación adecuada, con legislación confusa, con sucesivas modificaciones o en otros casos sin siquiera disposiciones escritas, lo que deja un campo inadmisible a la arbitrariedad.  Si las medidas son necesarias e inevitables, sabiendo que van a producir una irritación evidente, resulta absolutamente innecesario que una vez autorizado los dólares por la AFIP, se necesiten 72 horas para que el banco cumpla lo autorizado, cuando mediante el avance tecnológico podría ser inmediato o al día siguiente. El control de las importaciones es una tarea ardua, sujeta a inevitables errores, pero no se ha arbitrado un canal rápido para subsanar situaciones injustas. El periodista y escritor Hernán Brienza, de gran afinidad con el gobierno escribió en el diario “Tiempo Argentino”: “No es justificable por ningún tipo de déficit comercial que una persona aquejada de cáncer no pueda ser atendida con drogas importadas. No es justificable ni  es justo. Y obviamente espero que se vayan corrigiendo con el tiempo.”  
Otro de los flancos criticados es el de la corrupción, donde evidentemente existen situaciones confusas siendo benévolos. Aunque el vicepresidente fuera inocente de lo que se lo acusa, los movimientos realizados para desplazar jueces y fiscales en el intento de protegerlo, y el absurdo desconocimiento de quiénes son los socios del fondo que manejaba Ciccone, lo convierte en altamente sospechoso.
Hay situaciones que transitan en el territorio de la arbitrariedad y que constituyen una lamentable mezquindad política, como el retiro de los fondos judiciales del Banco Ciudad, con la evidente finalidad de acorralar a Macri.
Entre los  motivos invocados para movilizarse poco razonables,  figura el uso reiterado de la cadena nacional, la modificación y unificación  de los códigos civil y comercial que “cambiará nuestra forma de conducir la familia”, la imposición de un supuesto pensamiento único, el miedo al gobierno, el fantasma de convertirnos en Venezuela o Cuba, el clamor por una libertad que disfrutan pero que simulan ignorar, la inexistencia de democracia  y la mención que “no somos libres de salir del país”. Todo esto puede ser resumido en “queremos menos Estado”, situación que puede ser interpretada como la ideología convertida en un medicamento que funciona como el Alzheimer sobre la memoria.
Con relación al uso reiterado de la cadena nacional, lo que debe analizarse es si no termina perdiendo eficacia. Además el argumento enarbolado por la Presidenta, que de otra forma no se conocería lo positivo del accionar oficial, escamoteado o directamente ignorado por los medios dominantes, termina siendo una crítica lapidaria a la comunicación de los medios oficiales y para oficiales, cuya magnitud y costo no se corresponden con la inserción lograda.

EL ODIO IGNORADO



Si bien es cierto que la marcha se organizó a través de las redes sociales, que no tuvo referentes, y que su magnitud sorprendió a todos, dirigentes del PRO, de Francisco de Narváez, de Patricia Bullrich y del peronismo residual colaboraron en su propagación y amplificación, lo cual es legítimo pero no debe omitirse. Los medios dominantes luego decidieron apresuradamente convertirlo en una divisoria de aguas. Jorge Lanata, una especie de Pétain periodístico escribió: “Y el reclamo fue democracia, más democracia, mejor democracia”. Para el politólogo Marcos Novaro: “Si alguien coordinó la protesta fue la propia Cristina y su cadena nacional permanente” y pronostica: “….seguir abusando del talk show presidencial hasta que la platea se quede vacía.” Para el ex peronista Julio Barbaro fue “en contra del discurso único de la Presidenta, una manifestación que multiplicó por lejos la cantidad de ricos y gorilas, agotó las categorías de los repetidores de consignas”  y vaticina: “Ya nada será igual después del jueves.” Para Morales Solá fue “una suerte de primavera libertaria”. Para el editorial de La Nación fueron “Cacerolas que convocan a la unión de los argentinos.” Para el licenciado en filosofía Santiago Kovadloff, columnista habitual del mitrismo: “La gente hizo oír su hartazgo…. reclamó instituciones sólidas; desarrollo y libertad de expresión. Le dijo no al miedo y si a la convivencia. No al delito y sí a la ley. No a la mentira y sí a la verdad.” Para Hugo Moyano, “se está perdiendo la paciencia”. Para la ensayista Beatriz Sarlo, “no protestaban sólo porque no podían comprar dólares” y afirma que “es una maldición argentina ser hoy un representante de la clase media.” Para el escritor y periodista,  Jorge Asís, ex funcionario menemista, “El cristinismo fue”. Para Alfredo Leuco: “Ella lo hizo. Pese a sus logros, CFK genera odio por su altanería y autoritarismo.” El periodista Nelson Castro, bajo el título “Estandarte intolerante” sostuvo: “Otra vez, la incapacidad de reconocer errores y la concepción absolutista del poder como una marca del kirchnerismo.” Desde la vereda  favorable al gobierno, pero manteniendo la mirada crítica, Eduardo Aliverti escribió: “Al margen de discusiones bizantinas sobre el número aproximado de manifestantes, fue mucha gente. Mucha. No provino con exclusividad de los barrios acaudalados. No fue sólo en Buenos Aires. Vamos: con ese mismo volumen de muchedumbre, si es del palo decimos que fue imponente. Y también es veraz que el origen estuvo en las redes sociales, porque no podría haber sido de otra forma a partir de que la oposición dirigencial no existe. Este último dato, en gran medida, es lo que llevó a desmerecer la convocatoria porque su proyección sería nula, al carecer de quienes la articulen. Pero eso no significa que se deje de prestarle atención.” Luego separando al analista político de sus deseos, realiza un alegato crítico de la concurrencia  de fuerte contenido emocional. El periodista Eduardo Blaustein, desde el semanario “Miradas al Sur” expresó: Lo que sucedió el jueves merece menos negación, menos autocomplacencias, menos ironías previsibles acerca de la presunta extracción de clase de los manifestantes. La del jueves fue una expresión importante que no sólo ocupó buena parte de la Plaza, sino unos cuantos barrios porteños, la Quinta de Olivos, ciudades del interior. No marca ni una crisis de gobierno ni algún tipo de bisagra. La movilización tampoco implica que el Gobierno deba revisar la dirección esencial de sus mejores políticas de inclusión, generación de empleo, o expansión de derechos. Aun así, el cacerolazo fue un llamado de atención……. El que escribe vive muy cerca de la Quinta de Olivos…. una vez que el que escribe se fue metiendo entre los varios miles de manifestantes que se juntaron ante la Quinta, no sólo confirmó ciertas caras algo desagradables (esa cosa entre pituca y prepotente de ostentar la centralidad de sí mismos, pibes de colegios privados caros), sino clases medias muy del común (jóvenes variados, alquiladores de un locutorio, de un local de fotocopias, profesionales, laburantes) que uno podría inscribir teóricamente en el campo “objetivo” de lo nacional y popular. Decir que todo cacerolero es un oligarca es sencillamente una falsedad. Hasta el recorte en la edición de Duro de domar mostró gente gorilita, pero de barrio.” Para el ensayista Alejandro Horowicz fue: “ La estrecha perspectiva country de una protesta.” El cura Eduardo de la Serna, poseedor de una pluma vitriólica, condensó en una nota muchas de las contradicciones de los caceroleros: “Los símbolos nazis junto a aquellos que dicen que la Cámpora y otras agrupaciones juveniles son las “juventudes hitlerianas”. Los que reclamaron “libertad”, junto a “los que quieren a Videla”, como Cecilia Pando. Los grupos PRO- Vida                          (particularmente PRO), junto con los cantos y pancartas que le deseaban la muerte a Cristina. Los que quieren un “dólar barato” para poder viajar cuando y como quiero, junto con los que quieren un “dólar recontra alto” para beneficiarse con sus exportaciones sojeras y otras. Y esto, junto con los que manifiestan libremente por qué no hay libertad…..”    
La lista, por supuesto, es inagotable. Estas son algunas muestras. En las favorables a la marcha y su contenido, salvo alguna excepción muy aislada, no existieron  referencias a expresiones de un odio infinito hacia la presidenta y las clases populares. Desde “Volvé Néstor y llevala a Cristina” hasta “Andá con Néstor , la puta que te parió”. Otros carteles la acusaban desde montonera a chorra, desde psicótica a perversa. Un pañuelo, imitación del símbolo de las Madres de Plaza de Mayo, usurpado con descaro llevaba la leyenda: “Aparición con vida del sistema republicano, se lo vio por última vez el 25 de mayo de 2003.”  Una cacerolera sostuvo que no quiere un golpe pero sí que la presidenta se vaya y otra declaró como una verdad obvia que las mujeres pobres se embarazan para cobrar la asignación por hijo. En la misma línea clasista y xenófoba,  uno de los cantitos entonados era: “El que no salta es negro y K.” Jauretche definió hace muchas décadas  este odio visceral, esa incomprensión de los bien comidos que se colocan en el axioma sarmientino del lado de la civilización, con aquella frase memorable: “Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.”             
Mario Wainfeld apuntó correctamente: “Es de lamentar que entre tantos glosadores que sumaron La Nación y Clarín, varios con sobradas credenciales democráticas, no haya habido uno que deplorara esa barbarie”
A su vez fue lamentable la tapa del diario Página 12 del viernes 14, al día siguiente de la importante protesta, dedicada a la resolución judicial que reponía a maestros desplazados por Macri. En el margen superior derecho, en un espacio reducido, tituló: “Cacerola contra gobierno. Una marcha opositora confluyó en Plaza de Mayo desde diferentes puntos de la ciudad” y se desplegaba la nota recién en la página 12. Criticar las miserias de Clarín, imitándolas, no es el camino más adecuado a seguir.

RUIDOS METÁLICOS
El kirchnerismo tiene un piso entre 32 y 35%. Con relación a la última elección donde alcanzó el 55%, hay un 20% fluctuante que debe intentarse mantener en por lo menos 8 puntos. Para ello debe seguir profundizando lo hecho e intentar en un esfuerzo cultural gigantesco atenuar las aristas más irritativas sin regodearse en ellas. En síntesis: debe haber una política hacia los sectores medios que retenga a aquellos que sea posible, que neutralice a los más irritables y que evite en lo posible que sea la masa de maniobras de los sectores poderosos. Es posible que en parte sea una tarea imposible con los caceroleros activos por transmisión cultural y por alienación social pero no por ello debe desistirse de intentarlo. El gobierno debería evitar que mayores franjas de clase media pasen a la oposición activa. Es altamente probable que el intento de reforma constitucional y reelección sea el eje aglutinante de una oposición dispersa. Por el momento el ruido cacerolero carece de representación política. Pero ese es el déficit de la oposición y el gobierno se equivocaría si supone que esta es una situación estática e inmodificable.
Algunas declaraciones de funcionarios minimizando la protesta y estigmatizándola, en la que se destacó Juan Manuel Abal Medina, van en dirección contraria a lo que aquí se propone. En circunstancias como estas es bueno tener presente al filósofo Baruj Spinoza: “En política no hay que reír ni llorar, sólo comprender”. Loa caceroleros manifiestan  un enojo que es un estado en que la lengua funciona más rápido que la mente. En cambio el gobierno si actúa inteligentemente debe proceder como un paracaída, que funciona mejor cuando está abierto.
17-09-2012
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REPORTAJE RADIAL A HUGO PRESMAN -MARCOS PAZ-


16 septiembre 2012

MESA DE PERIODISTAS

Mesa de Periodistas con Gabriel Fernandez, Hugo Presman y Guadi Calvo para tomar un café y analizar la crisis europea   

Mesa de Periodistas 14-09-2012


12 septiembre 2012

POSTALES RUSAS

Las murallas del Kremlin son uno de los límites de la mítica Plaza Roja. Frente al Mausoleo que conserva el cadáver momificado de Lenín se encuentran los almacenes Gum, un shopping de una suntuosidad notable. Nada queda de aquella revolución de octubre que auguraba una primavera para el mundo. Mientras Lenín es una momia que atrae a una reducida cantidad de nostálgicos y curiosos, los almacenes convocan una multitud de turistas que se sienten partícipes del triunfo del capitalismo.
En San Petersburgo, fundada por Pedro el grande en 1703, cuna de la Revolución Bolchevique, la legendaria avenida Alejandro Nevsky  nace en el Palacio de Invierno y concluye en la Plaza de la Insurrección que recuerda el levantamiento del soviet en 1905, encabezado por un cura reaccionario que la historia recogió como Georgi Gapón, pero detrás del cual estaba el accionar y el talento de León Trotsky. En esa histórica avenida, el capitalismo ha irrumpido con su despliegue fastuoso, un parque automotor poblado de Mercedes y BMW y todas las marcas que le ponen nombre al modelo triunfante afectado paradojalmente por una crisis profunda, pero que aquí no se percibe porque Rusia es petróleo y gas dependiente y esos commodities siguen en permanente aumento. Si el Palacio de Invierno, cuya ocupación representó durante muchas décadas el símbolo de la toma del poder, es un palacio representativo de la fastuosidad zarista con sus más de 1100 habitaciones, pero sólo en dos se recuerda la capitulación del gobierno y el ascenso bolchevique, dejando el resto a un mix de museo convencional como es el Hermitage y muestrario de la opulencia de los zares. A cierta distancia de ahí se encuentra el crucero Aurora, cuyo simbólico cañonazo fue el punto de partida de la histórica jornada del 25 de octubre de 1917. Si uno se aleja varios kilómetros de ahí, encuentra la estación de ferrocarril Finlandia inaugurada en 1870  por la que arribó Lenín proveniente del país escandinavo en abril de 1917. Delante de la estación queda un parque con una estatua del líder bolchevique. A cierta distancia está el monumento majestuoso a la defensa del sitio de Leningrado, nombre con que San Petersburgo pasó a denominarse a la muerte del autor de ¿ Qué Hacer?, luego de ser denominada Petrogrado entre 1914 y 1924.
Pedro concibió San Petersburgo como  una mezcla de Venecia y Amsterdam. Necesitaba una salida al Báltico y ese fue el origen de su fundación en una zona pantanosa. Arrebatado el territorio a los suecos, construyó la fortaleza de Pedro y Pablo, para defender la ciudad ante la posibilidad de una reacción militar  de sus antiguos poseedores. Luego fue prisión de muchos revolucionarios como relata León Trotsky en su monumental “Historia de la Revolución Rusa”. 
El circuito turístico  está poblado  de iglesias, museos y palacios que remiten a los siglos XVIII y XIX, pero prácticamente nada a los siglos XIX y XX. 

La Plaza Roja, las Murallas del Kremlín y la Plaza del Picadero que le antecede, son los puntos de referencia turísticos en Moscú. Los almacenes Gum, frente al Mausoleo, fueron construidos según Hinde Pomeraniec en su buen libro “Postales de la era Putín”, “a fines del siglo XIX por el arquitecto Alexander  Pomerantsev, y su nombre fue puesto luego de la Revolución de 1917, cuando la megatienda fue nacionalizada. Más adelante el régimen utilizó el edificio para oficinas públicas y fue allí donde en 1932 exhibieron el cadáver de Nazhenda Alliluyeva, la segunda esposa de Stalin y madre de dos de sus hijos. Oficialmente, la joven murió de apendicitis; extraoficialmente se voló los sesos en la cama matrimonial luego de una discusión pública con su marido en una fiesta. En secreto, aún hoy muchos creen que Stalin la asesinó. La GUM reabrió como galería en 1953 y dicen que cuando los alimentos escaseaban y el lujo era el vicio de villanos occidentales, los alimentos en este lugar llegaban hasta la misma plaza. Pese a las que eran las dificultades cotidianas, sin embargo no son pocos los que extrañan la vida soviética…..y creo entender que es por el margen de seguridad y previsibilidad, por la paridad en la salud y la educación y porque los viejos no pasaban hambre y la pensión alcanzaba para comprarle pequeños regalos a los nietos.”
En estas dos principales ciudades rusas todo es monumental. Los zares, apócope ruso de Cesar, y el stalinismo posteriormente, consumaron edificios de una manzana o más. A pesar del despliegue capitalista brutal, frente al teatro Bolshoi se conserva una hermosa estatua de Carlos Marx, en actitud combativa.         
Un día voy con un guía que considera al período comunista el más nefasto de la historia de su país,  a Serguei Posad, a 70 kilómetros de Moscú, un complejo de monasterios e iglesias de la ortodoxia rusa adonde suele ir el patriarca después de ser elegido. Observo a mujeres vestidas íntegramente de negro que rezan y besan ante cada uno de los murales. Al día siguiente camino hacia el Mausoleo de Lenín. Antes de entrar en el mismo se pasa frente a distintas estatuas, pegadas a las murallas del Kremlin,  debajo de las cuales se supone que están los restos, entre otros, de Stalin, Brezhnev, Andropov, Gagarín entre otros. Esto lo deduzco porque hay que recordar que el ruso es un idioma en un principio oral cuyo alfabeto cirílico fue inventado por un misionero del imperio Bizantino en el siglo X, para transmitir el mensaje bíblico y que resulta inaccesible  incluso para leer los nombres de figuras históricas.   Ya dentro del mausoleo se desciende unos cuantos metros en absoluta penumbra, hasta que aparece iluminado el cadáver momificado de Vladimir Ilich Ulianov. Se lo ve pequeño y como si fuera una estatua de cera. El contraste entre la luz que ilumina a Lenín y la oscuridad que lo circunda me lleva a tropezarme con un grupo de chinos que me preceden. Y entonces percibo una escena singular: los orientales saludan con una genuflexión y luego hacen la venia. No puedo dejar de relacionar esta escena con la del día anterior de las mujeres que rezan y besan los murales en la Iglesia Ortodoxa.
Dos formas antagónicas de religión, atravesadas por similitudes sorprendentes. Tal vez, sólo tal vez, el haber convertido al marxismo en una religión laica, sea uno de los factores que Lenín esté embalsamado,  semi olvidado y en penumbras  y las tiendas Gum enfrente, fuertemente iluminadas y repleta de turistas y curiosos. Es difícil imaginarse qué diría el revolucionario al ver la belleza y potencia capitalista desde la perspectiva Nevsky en San Petersburgo o la Avenida Tverskaya en Moscú. Lo que sí se puede percibir es que los jóvenes están mayoritariamente conformes con la Rusia capitalista, mientras que los viejos añoran seguridades que le brindaba el comunismo.
Esta situación fue definida con precisión por Vladimir Putín, el hombre que ha tratado de reconstruir el poder del estado después de su desarticulación durante los gobiernos de Gorbachov y Yeltsin, poniéndole límites a las tropelías del mercado y a lo que se conoce como oligarquía, surgida de una combinación de mafias y desguace de las empresas estatales. Dijo en febrero del 2000: “Quien no lamenta la desaparición de la Unión Soviética no tiene corazón, y quien quiere recrearla como era, no tiene cabeza.”       

             
10-09-2012
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10 septiembre 2012

INTRODUCCIÓN AL DESVARÍO

Hace dos semanas estaba en Cracovia regresando de visitar el complejo Auschwitz- Birkenau, esa industria de la muerte y del horror que supera todo lo concebido en materia de perversión humana, cuando recibí la nota publicada en el diario La Nación del 21 de agosto firmada por el precario ensayista argentino Marcos Aguinis, ese protegido habitual de las instituciones que se dicen representativas de los argentinos de origen judío.

Es un ejemplo claro de hasta qué punto el odio antikirchnerista puede llevar a desvaríos que saltean todos los límites, precisamente por alguien que hace gárgaras de republicanismo, con prédica persistente del diálogo y el consenso.  Ahí puede leerse, en su párrafo más exaltado:  Las fuerzas (¿paramilitares?) de Milagro Sala provocaron analogías con las Juventudes Hitlerianas. Estas últimas, sin embargo, por asesinas y despreciables que hayan sido, luchaban por un ideal absurdo pero ideal al fin, como la raza superior y otras locuras. Los actuales paramilitares kirchneristas, y La Cámpora, y El Evita, y Tupac Amaru, y otras fórmulas igualmente confusas, en cambio, han estructurado una corporación que milita para ganar un sueldo o sentirse poderosos o meter la mano en los bienes de la nación.”  El periodista José “Pepe” Eliaschev escribió en el bisemanario Perfil el 1 de septiembre bajo el título BOLAS:  “……La semana pasada, Marcos Aguinis, enjundioso escritor argentino cuya frontalidad cívica es proverbial, trazó un paralelo retórico que terminó en confusa parábola.”
La banalización del nazismo no es una confusa parábola. Y sólo el estar ubicados en una misma trinchera, lleva a Eliaschev a salir al rescate de alguien que en sus inicios despertaba expectativas de un promisorio escritor.
La degradación del pensamiento de Aguinis se desliza por un tobogán de profundidad insondable. Hace tres años publiqué una nota que revela patéticamente al personaje en cuestión. Creo oportuno volver a compartirla. Decía así:

LA REVISTA BARCELONA SUPERADA
El quincenario satírico Barcelona es una de las experiencias más innovadoras del periodismo de las últimas décadas. Algunos de los últimos títulos fueron: “El adiós a un grande de la libertad de expresión. MURIÓ. El diario de mayor circulación del país habría dejado de existir. ¿Quién lo reemplazará? El emotivo adiós del grupo Telefónica: “Este viejo monopolio despide a un colega” “Por qué el periodismo independiente debe defender  su “derecho inalienable a voltear gobiernos, impulsar lobbies empresariales, operar, crear imperios monopólicos y apropiarse de hijos de desaparecidos” “Obama saludó la candidatura a la re-reelección de Uribe: “Es una excelente  noticia para la democracia, que contrasta con la intención de Chávez de perpetuarse en el poder”  “El virus de la derecha ya es pandemia. El gobierno revolucionario hizo una gran elección. Pero no pudo impedir el triunfo de los candidatos empresarios. Intentó con todo: barbijos, alcohol en gel y subsidios a las corporaciones. Pero la gente dejó de votar a la izquierda montonera. Repsol, Biogénesis Bagó, Barrick Gold, Electroingeniería y Telefónica amenazan con mudarse a Cuba. ¿ Tiene cura el progresismo argentino” “Afirman que Maradona viajó a un SPA italiano “para verse delgado y elegante el día que la Selección quede eliminada” “El lado oscuro de la democratización de los medios. LIBERTINAJE DE EXPRESIÓN. Temen que con la nueva ley “hasta el último wichi tenga algo para decir en la radio. Marcelo Bonelli negocia su pase a La Colifata. Y Joaquín Morales Solá, a La Tribu. En las calles, la gente se moviliza para defender a TN: “Más vale imbéciles conocidos que plomazos por conocer” “Polémica: En el Grupo Aurora critican a Marcos Aguinis. Es por la jubilación de privilegio que cobra el escritor. Varios intelectuales censuran el accionar de Aguinis. “Esos tongos se reparten” se quejan.” “GILES: En el FMI ignoran que el préstamo a la Argentina será para financiar la Revolución Socialista”.
  
UN INCUNABLE DE 1975
Corría octubre de 1975. Militaba en el Frente de Izquierda Popular y veíamos cómo el gobierno entraba en una pendiente que más allá de sus horrores, serían los escasos aciertos y el origen popular del mismo los que provocarían el golpe. Se hablaba de pinochetazo. En la Argentina se conocía perfectamente lo que sucedía del otro lado de la cordillera. Con algunos compañeros concurrimos a una unidad básica donde se discutiría la situación. En unos de los grupos que conversaban antes que comenzara la reunión ubicamos a un señor alto de unos 60 años que nos informó que había formado parte de FORJA, aquella agrupación que fue el nexo entre el Yrigoyenismo y el Peronismo. Nos informó que su libro “El caballito criollo en la historia argentino” era de lectura obligatoria en el Colegio Militar. Estábamos escuchando a Guillermo Alfredo Terrera, cuando se acercó un joven peinado a la gomina quien nos entregó  un libro de 46 páginas del año 1974 que en la segunda hoja dice  “Curriculum Vitae” y en la tercera nos informaba: “Tercera edición ampliada de esta Bio- bibliografía. Se terminó de imprimir en septiembre de 1974, en los talleres gráficos de Gráfica Pafernor S.R.L Cañuelas 274, Buenos Aires.
La situación era cuanto menos curiosa. Cuando con mi compañero empezamos a correr algunas hojas mientras Terrera seguía con su alocución, la necesidad de evitar primero la sonrisa y luego la risa pasó a ser un esfuerzo ciclópeo. El currículum era tan minucioso que sólo faltaba dónde había hecho el jardín de infantes y en qué fecha se había aplicado las vacunas. Pero el personaje era un émulo del renacentista Pico de la Mirándola. Ahí figuraban cargos docentes, administrativos, instituciones culturales a las que pertenecía, congresos, premios obtenidos, cursos de especialización, trabajos de investigación y programas de estudio, publicaciones, conferencias pronunciadas, juicios emitidos sobre su obra y actuación política. En sus publicaciones escribía sobre historia y política, antropología cultural, sociología, lingüística, musicología, política universitaria, política agropecuaria, anteproyecto de leyes. Entre las conferencias pronunciadas figuran algunos títulos llamativos: “La única bandera de los argentinos: ni mercante ni de guerra” o “ El Hominidio como antecesor del Proto-Homo”; “El Patrón Ambiente en reemplazo del Patrón –Oro”; “Influencia del caballo en la formación del Ser Nacional” o “El área cultural del caballo”. Entre los comentarios sobre su obra pueden consignarse entre otros: “Déjame que te abrace muchacho, mi emoción no tiene límites. Tengo en mis manos como un escapulario tu libro, El Caballo Criollo en la Tradición Argentina…..iremos a Córdoba en peregrinación a rendirte el homenaje que te mereces…te llevaremos el aliento conmovedor de la argentinidad ( Del poeta escritor, legislador, y orador argentino Don Justiniano de la Fuente, La Plata 18-08-1947).
“Siga Ud. Trabajando sin miedo y sin descanso y tenga por seguro que la docta Córdoba, lo ha de anotar en el registro de sus próceres” Francisco Timpone, periodista y secretario del Senado de la Pcia de Buenos Aires 19-05-1950
“Deseamos que nos visite de nuevo y nos deleite e ilustre con su maravillosa palabra” (Profesora Gumila Berrondo Catamarca 25-04-1970).
“Siga adelante, somos una multitud los que necesitamos de su palabra y de su pluma”             (Ramón Miranda, escritor y jefe del Distrito de Correos y Telecomunicaciones San Isidro 8-03-1971)-
Son algunas de los múltiples elogios de ignotos.  Tan insólitos como que su propuesta de Reforma Agraria fue publicada por la Sociedad Rural o que fuera candidato a Gobernador por Córdoba por la Unión Federalista Revolucionaria pero aclara que no se presentó porque no obtuvieron la personería electoral en 1958. Un año antes, exiliado en Montevideo publicó el folleto: “Las famosas persecuciones al Dr. Guillermo Alfredo Terrera”
Hasta ahora este curriculum integraba uno de los incunables de mi biblioteca, sobreviviente a distintos avatares. Pero necesitaba compañía. Afortunadamente apareció Marcos Aguinis.

EL MENTOR DEL GRUPO DE INTELECTUALES AURORA


Treinta y cinco años después el folleto sobre las famosas persecuciones al Dr. Guillermo Terrera tienen su continuación literaria en el panfleto (calificación del autor) “Pobre Patria Mía” del escriba Marcos Aguinis. El autor de “La Gesta del Marrano”, mentor intelectual del grupo Aurora, una pretendida réplica a Carta Abierta, defensor  incondicional de la política del Estado de Israel, columnista del diario La Nación, en donde se envuelve bajo la las banderas del republicanismo y la democracia. Enemigo de los gobiernos populares, la profundidad de su análisis naufraga en su caracterización del peronismo como tributario del fascismo y que gracias a un enorme aparato propagandístico y un eficaz uso de la radio, se ganó el apoyo de las masas. La Fundación Eva Perón la reduce a que acentuó los hábitos de dependencia. Con esta solvencia intelectual llegó a ser subsecretario y luego Secretario de Cultura de la Nación bajo el gobierno de Raúl Alfonsín. Suele acudir a los Cónclaves Arqueológicos de la derecha paleolítica continental y en nuestro país enarbola las banderas republicanas en simposios realizados por organizaciones como HACER, que propone la libertad y el libre mercado. Según Horacio Verbitsky, en el congreso realizado en la Legislatura porteña sobre “Desafíos y expectativas postelectorales”, compartió el espacio con el propietario de Nueva Provincia Vicente Massot, Viceministro de Defensa de Carlos Menem quien renunció después de defender la tortura y reducir la magnitud del Holocausto, y con el historiador Nicolás Márquez, reivindicador del terrorismo de estado. Una verdadera tribuna republicana.
Los que lo conocen lo califican como un auténtico pavo real. Una anécdota que circula es que cuando era subsecretario del Secretario de Cultura Carlos Gorostiza y éste lo enviaba a hablar en algún acto, a su regreso el autor de “El Puente”, “El pan de la Locura” le preguntaba ¿Cómo te ha ido? a lo que el escriba contestaba invariablemente: “Estuve brillante”.
Esta podría ser una anécdota apócrifa para descalificar al autor de “La cruz invertida”. Pero fue el propio Aguinis el que despojó todas las dudas. Al lanzarse la colección que lleva su nombre en el diario La Nación, junto al primer libro de la misma que es el último que escribió “La Pasión según Carmela”, se acompaña una biografía. La sorpresa fue que la misma la escribió el mismo Aguinis, en tercera persona, con comentarios elogiosos que agotan las adjetivaciones. ¿No tuvo abuela Aguinis o alguien que le advirtiera que del ridículo es difícil volver? En la Tribuna de Doctrina, como se autocalifica el diario La Nación, Aguinis siempre encontrará conchabo.
Algún lector puede exigir pruebas que convaliden lo que afirmamos y que dejan a la revista satírica Barcelona varios escalones por debajo de la biografía de Marcos Aguinis escrita por Marcos Aguinis. Vamos a exponer como muestra sólo algunos de los textos autoelogiosos: “Si tomamos su debut en la novela (con Refugiados, en 1969) y el último de sus escritos, pasando por todas las etapas intermedias, se descubre un conjunto de valores, principios, tendencias y afectos que aparecen invariablemente: amor por la libertad, repudio a la hipocresía, defensa de los derechos individuales y humanos de todos por igual, practicar el diálogo y la tolerancia, promover la igualdad de oportunidades, por citar algunos de los más destacados. Pero en simultáneo, ama tanto la diversidad que no hay dos novelas suyas que parezcan escritas por la misma persona. Si hubiese un camino directo para llegar a la literatura, podría decirse que Aguinis lo esquivó para tomar audaces desvíos” (Página 7)
“Al escribir La Cruz Invertida (que desmenuza la situación preconciliar de la Iglesia Católica), él mismo llegó a sorprenderse: “¡Carajo, cuanto se de todo esto!”(Página 8)
“Al poco tiempo, llegó un nuevo amor: la música. Tenía diez años cuando exigió que lo mandasen a tomar clases con la única profesora disponible. En el conservatorio pasaba horas sentado al piano; la docente podía irse a tomar algo con sus amigas y volver mucho más tarde, encontrándolo sumergido en alguna partitura como si no hubiese transcurrido un minuto” ( Pagina 10)….París tuvo también el raro privilegio de haber sido la ciudad que vio morir al Aguinis músico. A pesar de los aplausos en numerosos conciertos, e incluso de animar una de las veladas en el transatlántico delante del famoso Eugéne Ionesco…”  (Página 13)
Aguinis no vacila en compararse con Maimónides. Siempre en tercera persona escribe sobre sí mismo: “Aguinis no podía dejar de sorprenderse y divertirse con la serie de coincidencias que tenía con Maimónides. Ambos habían nacido en Córdoba (aunque Maimónides en la que está del otro lado del Atlántico), ambos eran del año 35 (con un tabique de ocho centurias) ambos debieron partir de su ciudad natal, ambos dedicaban gran parte de su vida al estudio, a la razón y a la crítica, ambos se interesaban por asuntos comunitarios, amaban la justicia y estaban abiertos a ideas ajenas”. ( Página 14) Faltaba que dijera que a ambos le gustaba el gefilte fish para considerarse mellizos a destiempo.
Como una reencarnación de Pico de la Mirándola, todo lo que aborda lo realiza genialmente. En materia de conocimiento religioso escribe: “Aguinis conoció a teólogos progresistas que redactaban textos para el Concilio Vaticano II, anunciado por Juan XXIII. El objetivo era aggiornar la Iglesia y favorecer la fraternidad, la justicia y el entendimiento recíproco. Los conocimientos religiosos de Aguinis los impresionaron y fue invitado a participar de las primeras reuniones ecuménicas que se hacían en el mundo. Quizás uno de esos jóvenes  teólogos  se llamaba Ratzinger “.
Cualquier parecido de este escritor con Fidel Pintos es mera coincidencia. Escribe: “En 1977, ya afianzado como novelista, Aguinis se decidió a mostrar una nueva faceta: la de cuentista. Lanzó su primer volumen de relatos: “Operativo Siesta”. Los textos son un catálogo de la riqueza que habitaba en su espíritu: agudeza, humor, ternura, ironía, ojo crítico”( Página 29). Algunos lectores que se animaron a abordar sus relatos sostienen que no encontraron las virtudes que se atribuye el autor sino que fueron un buen somnífero que les facilitó el acceso al Operativo Siesta.
El modesto autor vuelve una y otra vez a dispensarse adjetivos laudatorios. Así sostiene:                   “Pero que los personajes hablen con entera libertad y defiendan sus convicciones, hace que las novelas de Aguinis exhiban una solidez que resiste el paso del tiempo” (Página 31). Músico, pintor, novelista, cuentista y sobre todo muy inclinado a ser benevolente consigo mismo, el escritor abordó el ensayo. Nada mejor que él lo explique: “El que más ruido hizo fue “Carta esperanzada a un general” ( principios de 1983)  que se convirtió en el punto de arranque para su extensa y exitosa carrera como ensayista. Pocos autores se habían atrevido a penetrar tan profundo en el comportamiento y autoritarismo castrense…….Ese sonoro ensayo también produjo revuelo en los países vecinos, donde aún imperaban las dictaduras” (Página 36)
Músico, pintor, novelista, cuentista, ensayista. Agreguemos el de defensor inclaudicable de los derechos humanos. Nada mejor que interiorizarnos en su propia prosa. “El amante de los derechos humanos que anidó siempre dentro de él no iba a tardar en asomarse con todas sus fuerzas” ( Página 34) Escribió “El combate perpetuo”. Así lo analiza el autor: “Era una vibrante biografía de Guillermo Brown realizada en 1977 y encargada por la DAIA con el objetivo de donar su primera edición a la Marina” ( Página 38)
Nuestra adalid de los derechos humanos intentaba seducir a Eduardo Emilio Massera, el comandante cero, el que regenteaba el campo de concentración de la ESMA, en un trabajo encomendado por las máximas autoridades de la colectividad judía. Una complicidad de la que se enorgullece. Lo dice en su prosa donde la acumulación de adjetivos no puede disimular lo sustantivo: “Se enamoró del personaje y en lugar de un breve cuadernillo, escribió un libro tan hermoso que luego fue motivo de incesantes reediciones y hasta funcionó como texto de lectura en numerosos institutos de enseñanza. Le enorgulleció enterarse de que gracias a esa obra se salvaron vidas….”  ( Página 38). Lástima que no dé nombres de aquellos que salvó  su libro de  genuflexión al marino de la junta criminal establishment- militar.
Si alguien a esta altura duda de la magnitud de escritor de este personaje, dejemos que el mismo nos ubique. “En 1991 apareció “La gesta del marrano”. Ha sido elogiada como una de las grandes obras del siglo XX. Dosifica suspenso, belleza narrativa, escenas muy vívidas y retrata a un protagonista inolvidable: Francisco Maldonado Da Silva….Más allá de sus cualidades literarias, es destacable cómo esta novela capturó a un público inmenso, incluida gente que no tiene hábito de la lectura. Muchísimas personas han leído una sola novela en su vida; y buena parte de ellas eligió La gesta del marrano para su debut y despedida. Y eso que es un libro gordo, se sorprende Aguinis”( Página 46).Es difícil discernir si el libro incitaba o desalentaba la práctica de la lectura por aquello de debut y despedida. Es algo confuso. En cambio otros párrafos, son de una claridad meridiana: “Con frecuencia se reconoce que la franqueza de Marcos Aguinis pega fuerte en un país resignado a la mentira, el fraude, la corrupción y los discursos hipócritas”                         ( Pagina 46) “Su reciente libro utiliza las últimas palabras de Belgrano ¡ Pobre Patria mía!... Es cierto que algunas de mis novelas parecen haber sido escritas por autores diferentes, pero eso no es casual: ante cada nuevo proyecto dedico horas a urdir recursos nuevos. Quiero brindar algo distinto. Sorprender. Además, no escribo para mí, escribo para otros…” ( Página 61)
En esto tiene razón Aguinis. Sorprende. Al punto que su biografía escrita por el biografiado revela el motivo que la Argentina figure al tope de los accidentes de tránsito. Hasta ahora se atribuía al manejo imprudente, a la violación de las normas. Hoy sabemos que eso es cierto, pero la causa última es sorprendente. Lo revela Aguinis en la Página 47: “En otra oportunidad, un hombre lo increpó en la calle al grito de “¡Por su culpa, casi morimos mi mujer y yo!” Aguinis preguntó cómo había podido ocurrir semejante cosa. El hombre respondió: “Yo manejaba mi auto y no podía parar de leer La gesta del marrano, que lo tenía abierto sobre el volante” Ahora sí sabemos que la lectura desenfrenada y adictiva de este libro es la causa de los accidentes de tránsito, secreto que hasta ahora permanecía oculto debajo de las múltiples ediciones del libro.
Es altamente probable que a partir de esta increíble biografía el grupo Aurora se llame Crepúsculo, y puede adelantarse una disputa de egos con el jurista integrante del amontonamiento, Jorge Vanossi, ex Ministro de Justicia de Eduardo Duhalde, a quién los que lo conocen lo denominan Jorge Vanidossi.

LA REVISTA BARCELONA SUPERADA
El ignoto Guillermo Alfredo Terrera y el muy publicitado Marcos Aguinis son competidores desleales de la revista Barcelona. Incluso son capaces de eclipsar al humor excepcional de los originales Les Luthiers. En la voz notable de Marcos Munstock cobraba vida su compositor emblemático Johan Sebastián Mastropiero a quien en algún momento se le ocurrió escribir su biografía. Pero era tan inepto que copió la biografía de otro. Afortunadamente eso no ocurrió con el currículum de Terrera y la biografía de Aguinis. Tal vez este autor cree insuficiente la cantidad de elogios que se dispensa. Es un error subsanable si pide colaboración a la revista Barcelona para próxima ediciones, la que rápida de reflejos, en su esfuerzo para empardar la realidad escribió en su edición del 9-10-2009, dice: “El autor de “Pobre, patria mía” había sido consultado sobre la posible fórmula con el Rabino Bergman y había manifestado:”Bergman es un muchacho noble y de buenas intenciones, se que él se ha deleitado con la lectura de mis libros y que ha podido sacar muchas ideas de ellos por la calidad y profundidad que alcanzan mis escritos, pero aún es muy temprano para proclamarme candidato a Presidente en una fórmula con el rabino”.
10/9/2012
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