29 junio 2012

SILENCIO DE RADIO


Una voz en el recuerdo 













Manejaba la fluidez ante el micrófono como si hubiera sido su chupete desde la cuna. Era un profesional que amaba a los medios pero fundamentalmente a la radio. Dejó su marca personal en cada uno de los emprendimientos que acometió. Apasionado de los Beatles y por River, de la música y de los músicos, le abrió las puertas a una pléyade de jóvenes en su afán de ser artistas.
El rock nacional tiene con él una deuda inmensa. Y hasta el final fue coherente con una frase de su admirado Luis Alberto Spinetta: “ Yo sigo tocando mi canción”.
De un padre maestro de locutores, heredó su profesión. Pasó su infancia y juventud en Ramos Mejía. Desde ahí, en 1970 empezó su carrera con una suplencia en Radio Antártida. Y desde ese punto de arranque engalanó los micrófonos de Radio Rivadavia, Radio el Mundo y Radio del Plata. En ésta última saltó al conocimiento juvenil con “Imagínate Flecha Juventud”. En televisión dejó su marca con “Badía y Cia” e ”Imagen de radio”, un programa éste último con envase de televisión y contenido de radio. Sus éxitos televisivos nunca lo alejaron de su gran amor que fue la  radio. Recorrió el país con su camión estudio de radio, ausentándose de sus numerosos éxitos. Tuvo su propia radio en Pinamar. Ahí lo conocí. Posiblemente en los primeros años de los noventa.  Aprendí lo que se de radio, mirando lo que hacen los que saben y escuchándola desde los 4 años. Ahí en la costa, el Beto, mientras se movía con el micrófono y mojaba sus pies en el mar, entrevistaba a figuras y turistas que pasaban sus vacaciones. Un día, en su recorrida por las carpas, me hizo al aire unas preguntas. Yo le conté que siempre había querido hacer radio. Y entonces me dio un consejo del cual le estaré eternamente agradecido: “Nunca es tarde para empezar a hacer radio”. El autor de estas líneas ya superaba las cinco décadas. Cada vez que tuve un reconocimiento recordé a Juan Alberto. Un día le hice un reportaje en Pinamar y le conté ésta anécdota que por supuesto él había olvidado. Cuando me enteré de su cáncer de mediastino me comuniqué con su amigo del alma, Jorge Vivona para darle ánimo, contarle mi propia experiencia con la enfermedad y agradecerle aquél consejo que implicó un cambio en mi vida. No fue posible el encuentro y no dejo de lamentarlo.
En su recuperación, montó una radio por internet en su propia casa. Cuando se lo mostraba a alguna de sus visitas les decía: “Bienvenido al paraíso. Esta terapia es más poderosa que los rayos X, me sana”. Es en esa casa  donde guardaba muchos de los objetos vinculados a los Beatles, su libro “ El día que John Lennon vino a la Argentina”, sus cinco Martín Fierros, el último del 2012 a su trayectoria, y dos premios Konex en 1991 y 1995.
 Volvió después de la operación en enero del 2012, y afirmó, optimista empedernido, que estaba curado, aunque si se lo escuchaba atentamente podía percibirse que detrás de sus palabras había una despedida.  Se le hicieron variados y merecidos homenajes como el de mayo del 2012, declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires. Cuando recibió el último Martín Fierro expresó: “Me llega este premio en un muy buen momento de la vida. En el último tramo he abierto las manos y aprendí a cosechar. Levanto la vista y me cuesta encontrar enemigos. Estoy feliz”. Es que tuvo la sencillez de los grandes y una generosidad infrecuente en un medio que es un concurso de egos.
En un reportaje, le preguntaron, si en medio de la incertidumbre de su salud,  el descenso de River le había resultado indiferente. Badía con una sonrisa le contestó: “Esto si fue una tragedia. A veces hay que irse a la B, como me pasó a mí, para aprender ciertas cosas”.
Volvió a la televisión en TV 360, con un programa que llamó: “Mi noche favorita”  
Una neumonía le provocó su internación de urgencia en el Sanatorio Austral. Ahí en compañía de sus tres hijos, su compañera, su sobrina, sus  dos hermanos, se apagó su voz. Un periodismo enfermo de primicias, adelantó en varias horas su muerte. Ella, la insensible,  lo mató  cuando sólo contaba con 64 años, en los primeros minutos del 29 de junio. La vida le dio una última alegría en tiempo de descuento: vio el regreso de River  a primera.
Se fue Juan Alberto Ramón Badía. Para todos el Beto Badía.
Silencio de radio   


29-06-2012
Hugo Presman. Publicar citar fuente. Todos los derechos reservados.

24 junio 2012

LAGRIMAS BLANCAS CON UNA BANDA ROJA


Son las mismas lágrimas de hace 363 días, pero éstas de alegría. Están atravesadas por el sufrimiento de un año interminable. De un campeonato tan duro como pequeño para un grande como River. De un gigante invadido por hormigas voraces que minaron sus cimientos. Que remataron su patrimonio, vaciaron sus arcas y desguazaron sus divisiones inferiores. Que compraron mal y caro y vendieron muchas veces baratas las joyas que surgieron. Que despilfarraron una historia rica en campeonatos; y más que eso: rica en un estilo de juego que lo convirtió en sinónimo del mejor fútbol argentino. De una hinchada acostumbrada a degustar manjares y que de pronto los trocó por celebrar ingerir una comida precaria y mal elaborada. Se dejó el paladar exquisito y se hizo un culto de la garra y la pierna fuerte. Donde brillaron Alfredo Pérez, José Manuel Ramos Delgado o Roberto Perfumo se vitoreó a Alexis Ferrero. Donde deslumbraron Sívori, Alonso o Francescoli, se aplaudió a picapiedras. El fervor y el frenesí reemplazaron al juego sutil y atildado.
Cuando el barco se hundió, responsables máximos como Mario Israel y José María Aguilar, sólo dos de  una larga lista, estaban disfrutando sus éxitos personales que eran la dimensión simétrica y antagónica del fracaso de River. La soberbia de Pasarella, su falta de comprensión de la gravedad futbolística, la ausencia de refuerzos necesarios, completaron el menú que concluyó en un hecho tan insólito  que concretado  hace un año parece una pesadilla de un sueño inexistente. River en la B era en términos deportivos equivalente a la caída del Muro de Berlín para el socialismo real o las grietas en el Muro de Wall Street para el capitalismo. Cuando el 26 de junio del 2011 Belgrano hundió a River en su tarde más desgraciada, Matías Jesús Almeyda, un jugador que luchó como un león en un equipo de una notable mediocridad, el capitán que concretó un retorno inimaginable cuando ya había pasado a la categoría de ex jugador, se hizo cargo del equipo para iniciar el ascenso con un equipo más competitivo que el que escribió su página negra. Fernando Cavenaghi y Alejandro Dominguez emprendieron el regreso sacrificando importantes ingresos. El equipo raramente jugó bien. Sólo en el inicio de las dos ruedas ganó tres partidos seguidos. La irregularidad fue un signo distintivo. Se pasó en reiteradas oportunidades del optimismo de ascender, al trauma de jugar la promoción. Y a medida que se acercaba el final del torneo, la presión inmovilizaba piernas y obnubilaba el cerebro. Una pancarta lo expresaba con claridad: “Ascender no es un mérito, es una obligación.”

Pero la hinchada siempre estuvo. Apoyando incluso cuando el equipo desalentaba toda euforia y congelaba todo entusiasmo. Para la segunda rueda se incorporaron  dos jugadores con experiencia: Poncio y Trezeguet. Ambos fueron importantes, en un equipo que nunca se consolidó como tal.
Después de 363 noches, el día esperado llegó. Un agradecimiento a Almeyda y Amato, más allá de sus inexperiencias como técnicos, y de los errores que cometieron. Un abrazo conmovido a los que como Cavenaghi y Dominguez demostraron con hechos en un fútbol profesionalizado hasta la impudicia, que sentían realmente una camiseta gloriosa, sacrificando ingresos. Eso más allá de la caída futbolística de ambos en momentos decisivos.
Un reconocimiento a David Trezeguet y Leonardo Ponzio que decidieron concluir sus carreras en un grande que estaba ocasionalmente en la B. Y a todos los que consiguieron la vuelta, especialmente a los jóvenes que bancaron con comprensibles altibajos una presión inigualable.
Y a esa hinchada, no la barra brava, que en el momento más penoso de nuestra historia, demostró el por qué River es el más grande. Ahora hay que volver a ser exigentes para que la garra sea sólo un condimento de un fútbol exquisito. 
Son las mismas lágrimas de hace 363 días pero distintas. Atravesadas por una banda roja que hace más de seis décadas integra mi piel.
Hace un año escribí bajo el título “Corrigiendo a Eric Hobsbawm”: “A Eric Hobsbawm se lo considera el más importante historiador vivo contemporáneo. Entre sus aseveraciones se encuentra que el siglo XX es un siglo corto. En su opinión, comienza en 1917 cuando los bolcheviques toman el Palacio de Invierno en San Petersburgo y concluye el 9 de noviembre de 1989 cuando cae el Muro de Berlín. En este razonamiento el siglo pasado sólo tuvo 72 años. Desde el extremo sur del continente americano, un grupo de divulgadores históricos de adscripción riverplatense, que no desconocen los notables méritos del historiador que reside en Inglaterra, respetuosamente han decidido corregirlo. Han extendido el siglo XX, cambiando la fecha de su conclusión. Ya no es la implosión del Muro, sino el descenso de River consumado un desdichado día de junio, más precisamente el domingo 26, la real fecha de la finalización del siglo. El siglo se vigoriza y en lugar de los 72 años originarios, detentaría 22 años más, es decir 94.”
Hoy doblo la apuesta y sostengo que el 23 de junio del 2012, a las 17 horas, ha comenzado el siglo XXI. Aunque Hobsbawm no se entere.


23-06-2012     
Hugo Presman. Para publicar citar fuente.

21 junio 2012

LA REALIDAD EN PASTILLITAS


·         El gobierno sigue cometiendo errores no forzados, como la propuesta con final desfavorable del reemplazante de Esteban Righi, para jefe de los fiscales. El candidato Daniel Reposo carecía de antecedentes irreprochables en términos profesionales y los que tenía no le alcanzaba ni remotamente para un tránsito apacible para su aprobación en el Parlamento. Proponer a alguien con esas falencias, quien había sido subordinado y admirador del vicepresidente acosado por algunas heridas sangrantes en su línea de flotación, demuestra cierta omnipotencia que no puede ser amparada en el 54% de los votos obtenidos hace apenas seis meses. La campaña desarrollada por los medios dominantes no puede ser, ni es la una única explicación del fracaso en la imposición de esta designación. En medio de una contienda feroz, dichos medios aprovecharon con habilidad las debilidades visibles del postulante y su equivocada postulación, junto con la venganza hacia el postulante que había participado en el informe sobre Papel Prensa. Por primera vez en mucho tiempo, la oposición se hizo un picnic con las flaquezas de Daniel Reposo. La Presidenta debería estar disgustada consigo misma o con los que la asesoraron en dar un paso con pocas posibilidades de éxito y si aún así hubieran logrado los dos tercios, se hubiera hecho un gol en contra en la credibilidad. 
·         Entre desaciertos como el comentado, a lo que se suman aciertos como la política de cuidado de reservas y restricción de las importaciones y compra de dólares, pero con groseras equivocaciones en la implementación de las mismas, que pueden causar drenajes de igual o mayor intensidad del que se intenta evitar, las repercusiones internacionales desfavorables a la histórica estatización del 51% de las acciones de YPF,  junto con la oposición de las patronales del campo soliviantadas por el incremento de los impuestos  inmobiliarios en varias provincias y algunos pequeños cacerolazos, van creando un clima espeso, insólito, si se tiene en cuenta que ayer nomás, la Presidenta obtuvo un triunfo impactante y abrumador en su distancia con una oposición reducida a su mínima expresión.
·         Los heridos por el kirchnerismo-cristinismo, junto a los opositores de siempre, intentan armar  un frente político. Hugo Moyano en la confrontación que mantiene con el gobierno donde ambos han cometido variados errores,  parece obnubilado y se ofrece como mano de obra erosionadora de un gobierno del que fue aliado y sostén hasta hace pocos meses. Le sonríe a Macri, promete apoyo a Daniel Scioli si finalmente rompe en algún momento con el gobierno, hace alianza con el Momo Venegas y alienta los cortes de la CTA.
·         Resulta “llamativo” que mientras se ejecuta por derecha un lock-out agrario, por izquierda se hacen cientos de cortes, mientras que desde los medios dominantes se continúa una campaña desestabilizadora que cuenta con mano de obra que en otras épocas se ubicaban en el gelatinoso terreno del progresismo.
·         El paro de los camioneros  lanzado desde TN por Hugo Moyano,  y la articulación de alianzas con adversarios y enemigos históricos, marca un punto de ruptura del que posiblemente el Secretario de la CGT no le alcanzará el futuro para arrepentirse.
·         Los rostros y expresiones de los que protagonizan los cacerolazos demuestran un odio exacerbado. Cantar el himno para reclamar por la libertad de la compra- venta de dólares es una escena bizarra que ni siquiera la revista Barcelona imaginó. En palabras de Arturo Jauretche: “Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.”
·         El 13 de febrero el antropólogo francés Dany- Robert Dufour le expreso al periodista Eduardo Febbro: “ Para esclavizar a un hombre hay que dirigirse  a su egoísmo y no a su humanidad”. 

·         El investigador argentino Dante Scavino radicado en Francia desde 1993, reporteado por el suplemento “Enfoques” del diario La Nación del 10 de junio, expresó acerca de este tema: “El fenómeno del dólar en la Argentina, y la cuestión del control cambiario es otra de las cosas que resultan increíbles: en Europa, y más particularmente en Francia, tampoco puede comprarse divisas extranjeras sin justificar la procedencia del dinero  y sin presentar una declaración fiscal en orden. Lo sorprendente es que en la Argentina no se hubiese hecho antes. Estas medidas- la nacionalización de las empresas, el control cambiario y la presión tributaria-muestran, más bien, el fortalecimiento del proyecto gubernamental.”
·         Si durante el menemismo, las crisis del tequila, de Rusia,  de los tigres asiáticos, la devaluación de Brasil explicaban todas las contrariedades locales, ahora el tsunami que atraviesa Europa y ha dejado con serias lesiones a EE.UU, al lado de la cual las ocurridas en los noventa fueron apenas brisas, es ninguneada como una de las explicaciones centrales de la actual desaceleración de algunas variables económicas. A su vez, desde el gobierno se intenta encubrir errores propios sumergiéndolos en la magnitud de la crisis internacional.
·         El gobierno pelea contra una realidad hostil y con sus errores forzados y no forzados. Los compensa, principalmente cuando está a la defensiva, con una gran capacidad de iniciativa con el proyecto de construcción de viviendas que reúne dos condiciones fundamentales: desde lo económico es una medida contra cíclica y desde lo político intenta satisfacer un reclamo social.
·         La oposición en cambio, en una de las variantes sobrevivientes, el partido capitalino PRO, intensifica el envoltorio de autoayuda de su perfil ideológico anclado en los noventa y en el fracaso actual de las políticas ultra neoliberales que sostiene Merkel en Alemania y que impone en toda la eurozona. El patetismo y la propensión al ridículo son sus sellos de fábrica.
·         Algunas de las perlas del próximo discurso PRO: “Estoy cerca de ti, entiendo lo que te pasa, siento lo que sentís. La cercanía la tenemos que producir en todos los terrenos, no sólo en relación con el otro. En cercanía a la verdad, tomado en el plano carnal de la autenticidad. Nos despertamos pensando en lo que vamos a hacer, no en lo que va a pasar. Sentimos atracción por el presente. El futuro se simboliza en nuestros hijos. Así se hace concreto y real”
·         Con esta tónica recorren el país Michetti, Bergman y Del Sel tratando de seducir a los radicales alvearistas y los peronistas jurásicos.
·         El gobierno aparece desprovisto de voceros que expliquen su gestión. Incluso algunos que desempeñaban esa tarea como Jorge Cossia, Héctor Timerman y Alberto Sileoni se han impuesto un largo y denso silencio.
·         El multimedio Clarín ha contragolpeado con eficacia incorporando a Jorge Lanata a su plantel radial y televisivo. Ha pasado a ser el emblema del periodismo militante….al servicio de una corporación.
·         La histórica medida adoptada con relación a YPF, fue absorbida rápidamente en sus efectos en el denso clima provocado.
·         Algunas apreciaciones despectivas aplicadas al gobierno desde la oposición política, económica y mediática, se derrumban sin que sus propaladores tomen nota. El capitalismo de amigos, una de las muletillas persistentes, que omite que el capitalismo siempre es de amigos, tan obvio como descubrir a esta altura que la plusvalía es uno de sus fundamentos. La detención de Cirigliano, la enemistad con el banquero Jorge Britos y la caída en desgracia del grupo Petersen, el enfrentamiento con Repsol, demuestra que los favoritos son transitorios.
·         El economista chileno Gabriel Palma, docente en la Universidad de Cambridge afirma: “El capitalismo en América Latina funciona bien sólo si los ricos están contentos, en Asia la política económica se rige por el principio de que el capitalismo funciona bien sólo si los ricos están disciplinados”  
·         Otra muletilla trillada: “El gobierno ha dividido a la sociedad.” Todo proceso de cambios, cuanto más profundo es, más divide a la sociedad. Al respecto sostiene el investigador citado Dardo Scavino: “Toda las políticas dividieron a los argentinos….No hay política sin división, lo que sucede es que hay divisiones que a uno le resultan más simpáticas que otras.”
·         El investigador del Conicet Martín Becerra, docente en la Universidad Nacional de Quilmes sostiene: “Las elites son muy agresivas con los gobiernos que presentan posibilidades de cambios.”
·         Europa se desploma con la aplicación de medidas que sólo pueden acercarla al abismo.
·         Llamar rescate a un secuestro es lo que  padece  España, como ya lo sufrieron Grecia, Irlanda y Portugal. Cuando se traduce a términos económicos, el lenguaje cotidiano sufre una alteración al punto que pasa a expresar lo contrario de su sentido original. 
·         El antropólogo francés Dany- Robert Dufour ha manifestado: “ Lo político sólo existe hoy para seguir lo económico. La crisis que atraviesa Europa muestra que cuando más se profundiza la crisis, más la política deja la gestión en manos de la economía y ésta tomó el poder. Los circuitos económicos y financieros se apoderaron de la política. La crisis es, por consiguiente, general.”
·         Como premisa general, se puede afirmar que fuera del campo nacional y popular que el gobierno integra, la CGT no tiene futuro. A su vez un gobierno nacional y popular que no incluya a los obreros representados por la CGT, flaquea significativamente y su fortaleza queda fuertemente debilitada.
 Algunas pastillitas de una realidad complicada. Se necesita para diluirla lentamente, intensificar los aciertos  y evitar la tendencia a dispararse  a los pies. Saber que a medida que se acerque diciembre y entre posiblemente  en vigencia el artículo de desinversión de la ley de medios, se intensificará la ofensiva mediática. Al tiempo que se ponga de manifiesto el revés de esta trama hay que  gobernar pensando en la ciudadanía y no en los medios dominantes. Mantener la iniciativa, resguardando el arco propio, pero con la mira fija en el arco de enfrente. En ese donde hay que seguir haciendo los goles.
15-06-2012   
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente. 



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20 junio 2012

17 junio 2012

EN EL DÍA DEL PADRE, UN HOMENAJE AL MÍO- "A seis años de su muerte"‏

SE FUE DON ELÍAS

Se fue Don Elías.
Dos años tarde.
Hay veces que la vida extiende su duración y  perpetra bajezas más duras que la muerte, que a pesar de su crueldad, a veces, es más benévola que los años finales de  la existencia que siega.
Se fue Don Elías.
Cuando el teléfono me despertó en mi casa de Marcos Paz, a las 4,45 de la madrugada de este domingo 3 de diciembre, presentí que era el minuto final del tiempo de descuento. Las personas que lo cuidaban en su casa, me informaron que le faltaba el aire. Llamé a la ambulancia. A los pocos minutos la médica me dijo que era un espasmo y que reaccionaba favorablemente. Fue lacónica y poco amable. Pero a pesar de las dudas, quise creerle. Me volví a dormir.
Y entonces soñé.
Lo vi de nuevo a Don Elías vendiendo pan y exaltando sus virtudes. Recorriendo los caminos de tierra, por las colonias entrerrianas, en un carro tirado por caballos, distribuyendo las galletas de larga duración. Lo vi haciendo alfajores y pan dulce para año nuevo. Los vi sacando las caras sucias que me encantaban comer con manteca. Lo volví a ver acariciando los caballos, que constituían su tracción a sangre. Lo recordé cuando me explicaba algún problema de matemática. Cuando me tomaba las lecciones. Ahí en Jubileo, un pueblito tan carenciado que ni Iglesia tenía. Donde los inviernos y los veranos eran muy duros. No había electricidad ni gas y por lo tanto casi nada para protegerse del frío y del calor. 
Recordé la historia tantas veces contada de su nacimiento con las plantas del pie en sentido contrario a lo normal. A su madre Rebeca,  a la que no conocí, una campesina rusa que no hablaba el castellano, que vendió la única vaca del sustento familiar para viajar a Buenos Aires y recorrer los hospitales porteños intentando torcer el destino de discapacitado de Elías. Y el milagro se hizo y su hijo pudo caminar normalmente. Allá por la segunda década del siglo XX.
En la década del cuarenta, se casó con Rosita, una hermosa muchacha de Colonia López, una de las tantas colonias judías de Entre Ríos.
Juntos levantaron esa panadería que fue un referente de la zona. Ahí nacieron sus dos hijos, a los cuales les dieron todo lo que pudieron y algo más, incluso las respectivas carreras universitarias.
Se fue Don Elías. Yo lo conocía bien. Admiraba su sentido comercial, su capacidad para sumar más rápido que las máquinas de calcular actuales en la época que las mismas no existían. Criticaba su obsesión por el trabajo, su desinterés por muchas cosas que a mi me interesaban, su dificultad para disfrutar de los placeres de la vida, sus limitaciones para abrirse, sus chistes reiterativos.
Se fue Don Elías. Yo lo conocía bien.
En 1956 vendió la panadería y se trasladó a San Salvador, ubicada a 18 Km. de Jubileo y que en comparación con ésta aldea de nombre alegre era una metrópoli. Empezó con una oficina modesta y un pequeño depósito de papas y en pocos años la convirtió en una de las empresas más importantes.
Excelente vendedor, era capaz de convencer que las papas que vendía tenían el tamaño de una sandía.
Su buen humor ni siquiera era alterado por los frecuentes cálculos de riñón que padecía y que le producían dolores terribles.
Ayudó a su cuñado comprando un camión, poniéndolo a su disposición y con una generosidad  no correspondida, lo convirtió más adelante en socio. El hermano de Rosita, Mote, se  reveló un empresario emprendedor y audaz y así diversificaron las actividades que extendieron a arroceras, campos y molino arrocero.
Mote se casó,  pero cuando su esposa Elda, “la negra” tuvo a su primera hija Roxana, contrajo tétano en la cesárea y murió a los pocos días. Rosita y Elías se encargaron de la crianza del bebé, hasta que el viudo contrajo nuevamente matrimonio, cuando Roxana  tenía seis años.
Luego vino una separación societaria larga y dificultosa en medio de enfrentamientos familiares.
Rosita murió de cáncer cuando apenas tenía 55 años. Elías tardó una década en recuperarse de esa compañera a la que amó intensamente.
Se fue Don Elías. Yo lo conocía bien.
Volvió luego a formar pareja. Dejó San Salvador y se radicó en Buenos Aires. Alberto, el marido de su hija, se hizo cargo de los negocios.
Vivió algunos años felices, hasta que nuevamente el cáncer le arrebató a su segunda compañera.
Pudo llegar a observar el crecimiento de sus tres nietos, situación que no pudo ver Rosita.                     
En los dos últimos años, su salud se quebrantó, y su hija Graciela hizo lo imposible para hacer más llevadera la etapa final.
A las 8,55 volvió a sonar el teléfono. Ante de levantarlo, sabía que Don Elías había muerto.
Graciela desde el otro lado de la línea confirmó el presentimiento. Era domingo. Seguro que eligió ese día, porque de lunes a sábado el negocio debía estar abierto.
Se fue Don Elías. Yo lo conocía bien. Fue mi padre.
Hoy, 4 de diciembre lo enterramos junto a la tumba de Rosita, en ese cementerio de Colonia López, en medio del campo, rodeado de silencio. Ahí estaban sus hijos, Graciela y Hugo, sus hijos políticos Elsa y Alberto, y Roxana, la sobrina que crió hasta los seis años. Sus empleados y clientes.
Ahí estaba Sergio, su más estrecho colaborador, el que lo apoyó en los momentos más duros y para el cual, Don Elías, fue un padre sustituto.
Recorrimos los mismos caminos de tierra, donde de joven repartía el pan, alimentaba sueños junto a Rosita, mi madre, y  forjaba un futuro para sus hijos.
Aunque hay un momento en que uno se convierte en padre de su padre, no puedo dejar de experimentar, una vez producida su muerte, la sensación de huérfano.
Puedo compartir hoy las palabras y la emoción del escritor Sergio Sinay, concebidas al día siguiente de la muerte de su padre, sometiéndolas a una pequeña adaptación: “Mi padre no fue un gran hombre. Pero, aunque jamás aprendió a andar en bicicleta, me sostuvo en la mía y no me soltó hasta que pude mantener el equilibrio por mí mismo. Y yo sabía que no me iba a dejar caer.
Mi padre no fue un gran hombre. Pero lagrimeaba de orgullo cuando nos presentaba a Graciela y a mí y decía "Estos son mis hijos". Lo decía con el mismo énfasis cuando éramos chicos y cuando nos hicimos grandes
Mi padre no fue un gran hombre. Y no importa. Los grandes hombres ocupan, a veces, demasiado lugar. Asfixian. Y son acreedores de deudas que nos hacen la vida más pesada. Visto así, por suerte, mi padre no fue un gran hombre. En muchas cosas fue sólo un pequeño hombre. Pero más allá de todo fue algo más difícil y más importante. Mi padre fue un buen hombre. Agradezco eso”. 

(4/12/2006)
17/6/2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente. 

11 junio 2012

ERRORES Y HORRORES

 (Segunda Parte)
Las principales editoriales muestran falencias graves en la corrección de los libros que lanzan al mercado. La necesidad de colocar “productos vendibles”, en general perecederos, llevan a prescindir de correctores; o que éstos, apremiados por los tiempos, no lleguen a registrar errores groseros. O en la política de minimización de costos es posible que se contrate a personal con deficiente preparación. Para el ojo entrenado, es fácil encontrar errores de diferente magnitud en casi todos los libros periodísticos. Pero algunos superan las equivocaciones “atendibles” y pasan a ser un verdadero bochorno. Hace algunos años, Editorial Sudamericana publicó “La Montonera. Biografía de Norma Arrostito” de Gabriela Saidon, donde se perpetraron una cantidad inconcebible de errores. Seguramente ello llevó en el 2011 a sacar al mercado una edición revisada, lo que permite confirmar que la primera careció de las correcciones correspondientes. Entre otros productos periodísticos, ahora es Editorial Planeta que ha sacado “La culpa la tuve yo. Militares, ERP, López Rega y AFIP”, del fundador de “Crónica”. Es algo cercano a un libro de memorias. Se dice irónicamente que esos libros se escriben cuando ya en general se ha perdido la memoria. En las primeras páginas, parece que eso ha sucedido; nada más que en una seguidilla de tres de ellas se acumulan los siguientes errores:

Página 10, “Cuando la autoproclamada Revolución Libertadora- encabezada por el general Eduardo Lonardi y el vicealmirante Isaac Francisco Rojas- derrocó a Perón, las primeras palabras de Lonardi  fueron “No hay vencedores y vencidos” ; pero no aceptaron ese pensamiento y a los tres días se tuvo que ir”.
Este comentario es falso. Lonardi asumió el 23 de septiembre de 1955 y fue desplazado el 13 de noviembre del mismo año.

En la misma página 10 se puede leer: “A Arturo Frondizi lo conocí en Bariloche con su esposa , Elena, en marzo de 1963, cuando se exilió tras el golpe civil de José María Guido- su vice desde las elecciones de 1958- tras un pacto entre Rogelio Frigerio y Juan Domingo Perón.”
Aquí hay varios errores en un solo párrafo.  Frondizi no se exilio en Bariloche, sino que estaba detenido en el Hotel Tunkelen y en julio de 1963 recuperó su libertad. José María Guido no dio ningún golpe, sino que fueron las Fuerzas Armadas. Una habilidosa jugada del abogado Horacio Oyhanarte vinculado a  la Suprema Corte de Justicia que actuaba, según algunas interpretaciones, con el apoyo implícito  del presidente derrocado, impidió que el general Raúl Poggi asumiera y en su lugar lo hiciera el presidente del Senado (que era José María Guido, cargo que obtuviera por la renuncia del vicepresidente Alejandro Gómez) encuadrado en un caso de acefalía y para mantener una continuidad institucional. Por lo tanto, la fórmula presidencial fue Frondizi-Gómez y no Frondizi-Guido como se afirma.            
Página 13: “Al teniente general Alejandro Agustín Lanusse lo conocí por su Secretario de Prensa, mi amigo Edgardo Sajón (desaparecido por la Triple A de José López Rega)”
Edgardo Sajón desapareció el 1 de abril de 1977, por lo tanto no es atribuible a la Triple A sino a la dictadura establishment-militar.
En la misma página 13: “El odontólogo Héctor José Cámpora apodado “El Tío”, gobernó durante cuarenta y nueve días con su compañero de fórmula Vicente Solano Lima, tras ganar las elecciones con el 49,5% de los votos sobre los candidatos de la Unión Cívica Radical Balbín- Fernando de la Rúa ( se retiraron del ballotage)”
Nuevamente García mezcla y confunde. En las elecciones del 11 de marzo la fórmula radical fue Balbín-Gammond y no hubo ballotage porque a la fórmula ganadora le faltaba algo más de medio punto para llegar a más del 50%. Hubo ballotage en la Capital para senador entre Marcelo Sánchez Sorondo y Fernando de la Rúa en el mes de abril. Ganó este último y entonces para las elecciones del 23 de septiembre de 1973, el radicalismo enfrentó a la fórmula Perón- Perón con la de Balbín- De la Rúa en donde no podía haber ballotage porque la fórmula peronista sacó casi el 62% de los votos.        
La acumulación de errores en pocas páginas proyecta un manto de duda sobre aquellos hechos que el autor relata y que no pueden ser constatados históricamente.

Las equivocaciones atraviesan mucho de los productos de la industria editorial. Incluso en libros en que no se detectan errores históricos, sí se pueden apreciar equivocaciones argumentales. En el libro de Ceferino Reato “Disposición Final. La confesión de Videla sobre los desaparecidos”, se lee en la página 224, referida a la interna en la dictadura: “Los “halcones” estaban en  contra de varias de las medidas propiciadas por las “palomas”:
·    No querían que el Proceso derivara en una apertura política, aunque fuera gradual y restringida, porque consideraban que beneficiaría a los políticos responsables del surgimiento de la guerrilla y de la crisis del gobierno peronista. Creían que la dictadura debería durar hasta por lo menos mediados de los ochenta, que era cuando, calculaban, podría surgir una nueva camada de políticos.
·    Le molestaban los contactos de Videla y Viola, directos o a través de sus colaboradores, con políticos y sindicalistas.
·    Criticaban aspectos claves de la política económica liberal de Martínez de Hoz, como el auge de los productos importados, el recorte del gasto público y las privatizaciones. El consenso inicial ya había terminado.
·    Cuestionaban el manejo del conflicto limítrofe  con Chile por las islas del canal del Beagle.
No podían cuestionar algo que la dictadura no hizo, como las privatizaciones. De eso se encargó Carlos Menem y con el voto popular en la segunda década infame.
POSDATA DE ERRORES Y HORRORES ( Segunda parte)
En la página 18 de las Memorias de Héctor Ricardo García hay  algunas frases que despiertan una sospecha y gatillan algún sector dormido de la memoria: “Por eso decidí escribir mi propia biografía para matar algunos mitos y, tal vez, para nacer otros. Lo que importa es que éste es un libro “a prueba de balas” en lo que respecta a la información, que es exacta…….Y por eso  es que, después de haber sufrido secuestros, encarcelamientos, pistolas que apuntaron a mi cabeza, fusiles que encañonaron sin miramientos, golpes que me tumbaron casi inconsciente, bombas e incendios en mis empresas, juicios y algunas otras cosas más, no tengo dudas de que hubo  muchas que buscaron acabarme. Y en muchas ocasiones. Cien veces, quizá. Cien veces me quisieron matar…..”   
Ese era el título de un libro publicado por la misma editorial en noviembre de 1993 de Héctor Ricardo García.
Cotejando uno con otro, se puede apreciar que éste es una versión actualizada de aquél, sin que en ningún caso se aclare que el actual reproduce en más de un 80% al anterior.
Demasiadas equivocaciones. Sólo alertados en el actual título: “La culpa la tuve yo.”
Debería presentarse con una pequeña adaptación: “La culpa la tuvimos nosotros” Coautoría de Editorial Planeta y Héctor Ricardo García.
 03-06-2012  
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10 junio 2012

PARADOJAS DE LA VIDA DIARIA


Los últimos tiempos ofrecen imágenes contradictorias de una sociedad que avanza, por un lado, en la tarea de garantizar nuevos derechos, mientras subsisten núcleos retrógrados que rechazan los cambios sociales.

En la Argentina del siglo XXI, los ciudadanos pueden casarse con otros del mismo sexo, cambiar el nombre en el documento de identidad de Juan por Juana, elegir la muerte digna para un ser querido como pasó el jueves pasado con la chiquita Camila Sánchez, ver entre rejas a los genocidas y –en poco tiempo más– fumar marihuana con la misma sanción social de quién se emborracha o pitorrea dos paquetes de cigarrillos industriales por día. 
Pero todavía hay conservadores contumaces como el padre de una estudiante de Junín que se quejó porque en la escuela le hacen leer a su hija a Rodolfo Walsh; educadores capaces de castigar a una alumna con 24 amonestaciones por aguijonear la memoria nacional como ocurrió en San Juan, un sospechoso abuelo que recurre a la justicia porque no pudo comprarle diez dólares a sus nietitos y patotas enfurecidas que golpean a periodistas que expresan intereses populares. 
Los últimos tiempos ofrecen imágenes contradictorias de una sociedad que avanza por un lado en la tarea de garantizar nuevos derechos, mientras subsisten núcleos retrógrados que rechazan los cambios sociales. Es la tensión entren lo nuevo que nace y lo viejo que se resiste a morir.
DE CACEROLEROS Y PATOTAS. En vísperas de su día, los periodistas ofrecieron una nítida fotografía de las contradicciones que anidan en la sociedad, cuando un grupo de trabajadores de prensa fue atacado por una patota suburbana frente al hospital infantil de Pablo Nogués y otro fue agredido por enfurecidos caceroleros en la más elegante esquina de Santa Fe y Callao. 
Este tipo de agresiones estuvieron generalmente vinculadas a los gobiernos, pero ahora son los opositores los que golpean a periodistas y es el gobierno el que reclama investigar los hechos. Del lado de los agresores están los que defienden a la “prensa independiente” y se manifiestan caceroleando contra “la dictadura de los K”, pese a que simultáneamente expresan con total libertad sus opiniones antigubernamentales. En la vereda de enfrente están quienes pretenden trabajar a favor de los cambios y la propia presidenta de la Nación, que denuncia que la policía “no hizo nada”. En la Argentina ese escenario resulta políticamente paradójico, aunque hay rasgos que no cambian: la que golpea es la derecha y los apaleados pertenecen siempre a medios que expresan o defienden posiciones populares.
DOS PAÍSES EN TENSIÓN. Los agresores se alinean objetivamente con los sectores que se oponen a los nuevos derechos, porque les molesta una sociedad más abierta y progresista. Pero reivindican en cambio la libertad para especular con moneda extranjera y se horrorizan con las dificultades a la importación. Son liberales en lo económico y fascistoides en lo político. Para ellos, la libertad de mercado y de cambio es un derecho supremo que está por encima de los intereses nacionales y de las mayorías populares. El objetivo no es preservar el trabajo local, sino facilitar la renta de pequeños sectores. 

CONTRADICCIONES CAMPERAS. Los ruralistas son un ejemplo de las contradicciones de los falsos liberales domésticos. Le piden al gobierno un dólar “recontraalto” para maximizar sus rentas, pero lo cuestionan por la inflación que se convertiría en galopante si se devaluara drásticamente. Saben que una depreciación brusca del peso produciría una abrupta transferencia de ingresos contra los sectores de ingresos fijos, que es lo que –aunque a los tumbos– trata de evitar el gobierno con las restricciones cambiarias y comerciales. Son ultraliberales para la política cambiaria y estatistas cuando exigen asistencia financiera barata a la banca estatal. Se oponen a que el Estado subsidie a los desocupados o a sus hijos, porque “fomenta la vagancia”, pero reclaman subsidios cuando las cosechas son afectadas por sequías o inundaciones. En la Provincia de Buenos Aires, pagan hasta ahora escuálidos impuestos inmobiliarios rurales y rechazan una actualización moderada, pero exigen obras de infraestructura para sacar sus cosechas. Consiguieron rentas extraordinarias con el dólar alto que sostuvo el gobierno para empujar exportaciones y proteger el mercado interno, pero convocan a un lock-out patronal con el objetivo de repetir el clima de la 125 y golpear al oficialismo. Odian cualquier regulación de la política y le niegan al Estado su facultad recaudatoria.

DEL AÑO VERDE. La Mesa de Enlace sueña con sumar a la embestida a la parte de la clase media urbana que padece de síndrome de abstinencia de dólares. Pero en medio del xarao, el gobierno parece haber advertido la jugada y juega a no unificar el frente opositor. 
El periodista Hugo Presman lanzó la semana pasada en el programa El Tren, que comparte con Gerardo Yomal en Radio Cooperativa, una propuesta que sonó un tanto provocadora. Dijo que sería saludable que los funcionarios pesificaran sus ahorros. Víctor Hugo Morales convirtió esa idea en una sonora campaña, que fue escuchada por la presidenta, quien anunció luego que cambiaría sus dólares por pesos. 
En realidad, los ataques a los funcionarios que tienen ahorros en moneda extranjera parecieron un tanto tramposos, porque omiten señalar que esos fueron acumulados en momentos en los que no pesaba restricción alguna ni propuesta desdolarizadora. Pero de todos modos resultó refrescante la predica presidencial con el ejemplo, porque constituye una contundente señal antidevaluatoria. Como nadie come vidrio, pesificar los verdes es la mejor manera de mostrar que no habrá una devaluación drástica.
EPPUR SI MUOVE. La decisión de Cristina de vender sus verdes, apunta también a relativizar las acusaciones de enriquecimiento y a demostrar transparencia. Las encuestas demuestran que el caso Ciccone perjudicó la imagen del gobierno y encima culminó con la renuncia del ex procurador, Esteban Righi, lo cual multiplicó las críticas sobre una supuesta “baja calidad institucional”. Para colmo, el candidato a suceder al Bebe, Daniel Reposo, no pudo pasar el filtro de los dos tercios en el Senado. Además de su actuación en el caso de Papel Prensa, el postulante ofrecía flancos muy débiles que fueron aprovechados por los medios más concentrados para desatar una campaña letal. La oposición se atribuyó allí un triunfo innegable, pero aún en la derrota, el gobierno puede rescatar un cierto rédito institucional. 
Cuando Cristina Fernández intentó imponer las retenciones móviles a las exportaciones agrícolas, estaba habilitada para instrumentarlas por la simple resolución 125. Pero apostó a una mayor institucionalidad y envió un proyecto de ley al Congreso. El kirchnerismo sufrió la más dura derrota política, pero pudo mostrar al menos su respeto por el funcionamiento de las instituciones. Tanto con la 125 como con Reposo, las instituciones funcionaron de un modo distinto al esperado por el Poder Ejecutivo, pero muy lejano al de la baja calidad institucional que denuncia la oposición. La derrota política del gobierno implica obviamente un triunfo opositor, pero vuelve a poner en tela de juicio las reiteradas denuncias sobre una supuesta “democracia de baja intensidad”. Es paradójico que en una democracia devaluada, el oficialismo no alcance los votos necesarios por tan poco. En épocas pasadas, el toma y daca consiguió acuerdos mucho más complicados.

Alberto DeArriba. Tiempo Argentino.


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04 junio 2012

EL DESEO VERDE


Dólar

La propensión en ahorrar en dólares es un culto en los sectores argentinos medios y altos y que culturalmente atraviesa a algunas de las franjas populares. Este es un dato de la realidad que hace a una idiosincrasia forjada en largos períodos inflacionarios, en las heridas profundísimas que en la conciencia colectiva dejaron los brotes hiperinflacionarios, y en la ilusión devastadora de la convertibilidad con una paridad cambiaria que igualaba pesos con dólares. La pesificación de la economía actualmente puesta en el tapete, era mucho más factible de acometer cuando el dólar era una variable poco relevante en las preocupaciones diarias, como sucedió en el período 2003-2008. Un gobierno acostumbrado a los simbolismos debiera dar un ejemplo en ese aspecto y sus funcionarios, empezando por la Presidenta, desprenderse públicamente de los dólares que han declarado en sus declaraciones juradas. Obviamente que dicho gesto es el árbol y no el bosque y no implica en si misma ninguna solución. Pero visto en perspectiva uno no se lo imagina a Belgrano encabezando el éxodo jujeño donde el pueblo abandonaba todo, llevándose lo poco que podía transportar en sus mulas, carros y caballos, mientras el creador de la bandera permaneciera conservando todas sus pertenencias. El exabrupto de Aníbal Fernández es precisamente el ejemplo contrario, aferrándose a sus inversiones, expresando impúdicamente que de hacerlo, se sentiría un tonto.
Hay una compartimentación de las decisiones económicas al lado de la tradición kirchnerista de una fuerte concentración política. En ese aspecto y en otros, la ausencia de Néstor Kirchner marca una diferencia significativa, porque en aquella  etapa, el real Ministro de Economía era el ex presidente muerto. Del diseño de este escenario emergen las miserias de las internas que dificultan o retardan la implementación de las medidas que se adoptan.  
La desvalorización del dólar a nivel mundial y la revalorización del real en nuestra relación comercial con Brasil,  permitió sobrellevar las posibles dificultades de la pérdida de la eficacia competitiva de la gigantesca devaluación que sectores del mercado impusieron en el 2001. El aumento significativo de los costos internos, fruto de una inflación acumulada que se alejó considerablemente de la actualización del tipo de cambio, ha llevado a argentinos obsesionados por el dólar a la convicción que su cotización se ha abaratado y que es un “producto” barato.
Las medidas tendientes a proteger el nivel de reservas son elogiables, correctas y necesarias teniendo en cuenta que Europa se derrumba en sus eslabones más débiles, como Grecia, España, Irlanda y Portugal y que la estampida sacude a Italia. Los efectos y consecuencias de esta implosión entran dentro de la dimensión desconocida y tiñen un horizonte mundial sobre el cual, lo más prudente y elemental es estar prevenido adoptando medidas que pueden resultar ingratas en algunos aspectos restrictivos pero mucho menos costosas que asumir las consecuencias de obviarlas.
El gobierno acierta en la decisión política pero se equivoca en su implementación y en la ausencia de explicación de las mismas.
La restricción de las importaciones debe realizarse con la pericia de un cirujano y no con la torpeza de un carnicero. Ahí sí que la sintonía fina exige una meticulosidad y ejecutividad que un Estado demolido durante décadas y reconstruido parcialmente tropieza con dificultades. Imposible no cometer arbitrariedades ante miles y miles de circunstancias diversas. Lo que se debe habilitar son canales de reconsideración rápido donde los afectados puedan encontrar soluciones perentorias.
Estamos hablando de sectores productivos que necesitan imperiosamente de insumos importados de los que dependen el nivel de actividad económica, el mantenimiento de la ocupación y por lo tanto el sostenimiento de las cifras de la recaudación impositiva.

Las reglas deben ser claras y públicas. No en la forma alambicada y oscura de algunas decisiones de la AFIP y del Banco Central. Se debe facilitar el ingreso de bienes de capital relevándolos de la decisión que exporten en la misma proporción de divisas que sus inversiones productivas. A lo sumo eso es un compromiso a habilitar, en los casos posibles, en un término adecuado de años. El remolino cambiario y las dificultades originadas en la política de restricción de importaciones  es fruto de la impericia y de la falta de explicaciones adecuadas; de allí la necesidad de instrumentar soluciones rápidas a las situaciones confusas o de los posibles errores en el discernimiento de miles y miles de casos de importación.
Existe una crisis internacional de final abierto, y la Argentina debe afrontar en el año en curso fuertes compromisos de amortización de la deuda externa; resulta imprescindible, pues, acotar la salida de divisas en función de prever consecuencias mucho más graves. A las medidas de restricción de importaciones, en materia cambiaria se debería concentrar el accionar exclusivamente sobre los grandes compradores de dólares, y al igual que en corridas anteriores, bien vale inundar la plaza con una cifra importante de la moneda norteamericana destinado al mercado ilegal, pero insignificante en relación al monto de las reservas. De actuar así, los torbellinos cambiarios hábilmente potenciados por los medios dominantes  y los gurúes económicos, nunca hubieran sucedido. Tampoco el retiro de los depósitos en dólares de los bancos que era otro de los objetivos a evitar.
Algunos pocos datos aclararán lo comentado: diariamente se negocian entre 600 y 800 millones de dólares en el mercado legal. En el ilegal un 2% de esa cifra entre 12 y 16 millones de dólares. Por el otro mercado (“contado con  liqui”), instrumentado con bonos argentinos en dólares que se compran en nuestro país y que se venden en el exterior, otro 2%. Si en un par de días se inyectan al mercado ilegal un importe superior a los dólares demandados, la cotización en ese mercado reducido se derrumba. Eso es lo que hizo el gobierno en casos parecidos y acotó el problema.
Además, la concentración de las empresas que demandan dólares en el mercado legal, permite un control efectivo y mucho menos urticante que el actual. Es el mismo Guillermo Moreno, el Secretario de Comercio, funcionario polifacético y presentado como la “bestia negra” del gobierno,   quien proporciona datos muy ilustrativos: “El 50% del movimiento cambiario lo realizan 19 empresas. Y el 80% de las operaciones corresponden a 120 empresas” (Tiempo Argentino 2-06-2012 página 14).
En síntesis: el gobierno acierta en las medidas generales en la materia y falla en su instrumentación y explicación clara de las mismas. Eso en términos tenísticos se denomina “errores no forzados”.
Hay que circunscribirlos porque muchas veces las equivocaciones menos justificadas, son las que terminan llevando a perder partidos en óptimas condiciones de ganarlos.
Sin omitir, posiblemente, una actualización más intensa del tipo de cambio, siempre en forma progresiva, actuando simultáneamente sobre los fijadores de precios en cada una de las ramas de la producción oligopolizadas,  para que no trasladen la devaluación y la neutralicen con un incremento potenciado de los precios,  procedimiento habitual para el mantenimiento de su tasa de ganancias.
El dólar ha pasado a ser el caballo de Troya de grupos económicos que al tiempo que quieren obtener pingues negocios con una megadevaluación, buscan en las consecuencias negativas posteriores,  erosionar la base de sustentación del gobierno.

Sectores de clase media, por el momento ultraminoritarios, sacan sus cacerolas a la calle coincidiendo con los agropiqueteros irritados por el aumento del impuesto inmobiliario. El rostro de los manifestantes, sus actitudes agresivas, sus expresiones de enorme violencia, exteriorizan el odio ancestral de los colonizados ideológicos que siempre son funcionales a los poderosos con relación a los cuales cumplen el penoso papel de preservativos. Como bien sostenía Arturo Jauretche:
“Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor”.
3-06-2012              
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.


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