17 febrero 2012

MEGAMINERÍA Y REPRESIÓN

 La minería es tan vieja como la necesidad  del ser humano y de los sistemas económicos de  extraer los  minerales  de las montañas. Sin lo que se extrae del interior de las montañas, mucho de los avances tecnológicos  que conocemos hubiera sido imposible. En la minería tradicional o histórica, en los socavones,  murieron miles y miles de trabajadores; adentro de las minas, por accidentes y la imprevisión (socia de la premisa de aumentar la tasa de ganancias); y afuera, por las múltiples enfermedades  profesionales que iban desde la fibrosis pulmonar, el saturnismo, la silicosis, la neumoconiosis entre otras, según el tipo de explotación. Así lo cuenta Eduardo Galeano en “Las venas abiertas de América Latina”, refiriéndose a un símbolo del pillaje que fue el cerro de Potosí: “América era, por entonces, una vasta bocamina centrada, sobre todo en Potosí. Algunos escritores bolivianos, inflamados de excesivo entusiasmo, afirman que en tres siglos España recibió suficiente metal de Potosí como para tender un puente de plata desde la cumbre del cerro hasta la puerta del Palacio Real  al otro lado del océano…..Los metales arrebatados a los nuevos dominios coloniales estimularon el desarrollo económico europeo y hasta puede decirse que lo hicieron posible….El capital que restaba en América, una vez deducida la parte del león que se volcaba al proceso de acumulación primitiva del capitalismo europeo, no generaba en estas tierras un proceso análogo al de Europa, para echar las bases del desarrollo industrial, sino que se desviaba a la construcción de grandes palacios y templos ostentosos, a la compra de joyas y ropas, muebles de lujo, al mantenimiento de servidumbres numerosas y al despilfarro de las fiestas. En buena medida, también este excedente quedaba inmovilizado en la compra de nuevas tierras o continuaba girando en las actividades especulativas comerciales…Dicen que hasta las herraduras de los caballos eran de plata en la época de auge de la ciudad de Potosí. De plata eran los altares de las iglesias y las alas de los querubines en las procesiones: en 1658, para la celebración del Corpus Christi, las calles de la ciudad fueron desempedradas…y totalmente cubiertas con barras de plata. En Potosí la plata levantó templos y palacios, monasterios y garitos, ofreció motivo a la tragedia y a la fiesta…..
La espada y la cruz marchaban juntas en la conquista y en el despojo colonial….Contaba con 120.000 habitantes según el censo de 1573. Sólo veintiochos años habían transcurridos desde que la ciudad brotara entre los páramos andinos y ya tenía, como por arte de magia, la misma población que Londres y más habitantes que Sevilla, Madrid, Roma o París. Hacia 1650, un nuevo censo adjudicaba a Potosí 160.000 habitantes. Era una de las ciudades más grandes y más ricas del mundo, diez veces más habitada que Boston, en tiempos en que Nueva York ni siquiera había empezado a llamarse así”……El siglo XVIII señala el principio del fin para la economía de la plata que tuvo su centro en Potosí; sin embargo, en la época de la independencia, todavía la población del territorio que hoy comprende Bolivia, era superior a la que habitaba a la Argentina en 1970.
Aquella sociedad potosina, enferma de ostentación y despilfarro, sólo dejó a Bolivia la vaga memoria de sus esplendores, las ruinas de sus templos y palacios y ocho millones de cadáveres de indios.”
Era la minería que reflejaría con notable realismo Emilio Zola en su novela “Germinal” publicada en 1885. Y más acá, en los duros y esperanzadores días de fines de los sesenta y principios de los setenta, el conjunto chileno Quillapayun cantaba esta canción popular colombiana:
“Aunque mi amo me mate/a la mina no voy. /Yo no quiero morirme/en un socavón.
“ Don Pedro es tu amo/y él nos compró; /Se compran las cosas, / ¡los hombres no!
“Y aunque mi amo me mate/a la mina no voy.
“Coro: Tú eres su esclavo.
“Solista: ¡No, mi señor!
“Coro: Tú eres su esclavo.
“Solista: ¡No mi señor!
“Y aunque me aten cadenas/ esclavo no soy. /En la mina brilla el oro/al fondo del socavón,
“el blanco se lleva todo/y al negro deja el dolor. /El blanco vive en su casa/de madera con “balcón, /y al negro en rancho de paja/con un solo paredón. /Cuando vengo de la “mina/cansado del barretón, /encuentro a mi negra triste, /abandonada de Dios. /Y a mis “negritos con hambre, / ¿por qué? /Esto pregunto yo/y aunque mi amo me mate/a la mina “no voy. /Yo no quiero morirme/en un socavón. /Y aunque me aten cadenas/esclavo no soy.”
Una minería criticada desde la explotación capitalista pero sin poner en peligro mayormente el medio ambiente.

 SE AGOTÓ LA VETA
Siglos de extracción de los minerales compactados en vetas que la naturaleza proveyó, parece haber concluido. La minería de los socavones fue reemplazada a favor del desarrollo tecnológico por la mega minería a cielo abierto. Ahora hay que encontrar en las montañas pizquitas de minerales. Para ello se dinamitan las montañas y para encontrar lo buscado se usa agua en cantidades voluminosas mezclada con cianuro.
Los ambientalistas dicen que la contaminación es enorme. Las empresas poderosas minimizan el problema. El gobierno alienta silenciosamente la mega minería a cielo abierto. Los pueblos afectados se levantan defendiendo su forma de vida y sus vidas que consideran en peligro. Si el gobierno cree que esta batalla es como la de la resolución 125 se equivoca.  En aquel caso tenía razón y las clases medias urbanas acompañaron a las rurales en su cruzada opositora en una gigantesca expresión de colonización cultural y manipulación informativa. No es esta situación una réplica de aquella.
Esto no significa apoyar el fundamentalismo anti minero. Se debe esclarecer la posibilidad de procedimientos alternativos a los de la mega minería a cielo abierto. Hacerlo desde los intereses nacionales y no desde las grandes empresas multinacionales. Y mucho menos reprimir en defensa de las mismas a mujeres y niños. Y fundamentalmente, en un gobierno que ha hecho de la descriminalización de la protesta social un principio.
Y con relación de aquellos sectores que involucrados en las migajas de los beneficios han visto mejorar sus condiciones de vida en provincias que alguna vez el Fondo Monetario Internacional consideró inviables, tal vez convenga recordar una frase del escritor norteamericano Aptan Sinclair, Premio Pulitzer  “Es muy difícil que un hombre entienda cuando su salario depende de que no entienda.”  
Por otra parte, hay antecedentes importantes de explotación de la megaminería a cielo abierto, en países desarrollados como Canadá, con legislaciones estrictas y fallos en contra como el de la Suprema Corte de Justicia de Costa Rica que estableció: “….la anulación de la concesión del proyecto minero Crucitas que realiza la empresa canadiense Industria Infinito Gold Limited, poniendo freno a la explotación minera a cielo abierto en Costa Rica. El fallo dio la razón a los ambientalistas, que han enfrentado durante veinte años esta forma de buscar minerales, exponiendo a grave peligro a las comunidades cercanas. Los trabajos de la minera se detuvieron desde abril del 2010 a la espera de la decisión de los tribunales. La concesión otorgada por el Estado a la empresa le permitía explotar 800.000 onzas oro en Cutris de San Carlos, en el norte del país.”  
 
RECUPERAR LA MINERÍA Como en tantas otras entregas, el menemismo concedió un régimen impositivo que es leonino para los intereses nacionales. La modificación de la Constitución de 1994, allanó el camino entregando a las provincias la propiedad del subsuelo. El kirchnerismo ha producido algunas muy tibias modificaciones como el establecimiento de retenciones y la modificación, recientemente, del derecho absurdo que se les había concedido a las empresas mineras de no liquidar en el país los dólares provenientes de las exportaciones que se han multiplicado en los últimos años por diez. El canon que cobran las provincias de alrededor del 3%, revela hasta qué punto lo transcripto sobre el Cerro de Potosí conserva una llamativa actualidad. Por eso debe llevarse hasta el hueso, en todos los órdenes económicos, lo afirmado por la Presidenta, en este caso relacionado con las petroleras: "Petroleras: las tierras son de los argentinos y están concesionadas. Por lo tanto no podemos volver al tiempo del Virreinato donde se llevan toda la plata y no dejaban nada. Es bueno que sepan que ya han pasado esas épocas y es necesario reinvertir en el país. Y el costo del combustible debe ser argentino y no de costo internacional".


LAGRIMAS DE COCODRILO

Como todo conflicto se inscribe en la guerra mediática, los medios hegemónicos han devenido en ambientalistas. Nada menos que Clarín y La Nación acusados de contaminar en Papel Prensa o uno de los ceos de Clarín, José Aranda, principal productor arrocero en la Provincia de Corrientes, de intentar producir un descalabro ecológico  a través del proyecto Ayuí Grande. En una nota publicada por Horacio Verbitsky en Página 12 del 30-08-2010 decía: “Hace dos semanas, la Corte Suprema de Justicia rechazó una medida cautelar solicitada por Papel Prensa, y de ese modo autorizó a que el Estado Nacional controlara la posible contaminación causada por los efluentes líquidos que su planta de San Pedro vuelca al Río Baradero. Los diarios accionistas de Papel Prensa aún no informaron sobre este fallo, firmado el 10 de agosto por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton, Raúl Zaffaroni, Juan Carlos Maqueda, Enrique Petracchi y Carlos Fayt. Papel Prensa pretende que sólo la autoridad ambiental de la provincia de Buenos Aires tiene facultades para controlar su planta. Se entiende por qué: hasta el día de hoy la empresa sigue vertiendo sus desechos en ese afluente del Paraná de las Palmas sin contar con autorización de la policía ecológica bonaerense ni certificado de aptitud ambiental.”Con relación al Proyecto Ayuí, la respuesta oficial fue: “La Secretaría de Medio Ambiente estableció que las obras concernientes al "Proyecto Productivo Ayuí Grande" -de plantación de arroz en los humedales- resultan incompatibles con las obligaciones asumidas por la República Argentina en el Estatuto del Río Uruguay de 1975 y otras normas y acuerdos internacionales vigentes en materia de derecho internacional del medio ambiente. Advierte que su ejecución puede comprometer la responsabilidad internacional del Estado por tratarse de una obra que causará perjuicio sensible al Río Uruguay al afectar la calidad de sus aguas. Además resulta incompatible con las disposiciones de la Ley General de Ambiente Nº 25.675, y de la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos Nº 26.331, contrariando de ese modo los objetivos de la política ambiental nacional…… Consigna que las áreas técnicas de la Secretaría de Ambiente indicaron que la construcción de la represa para almacenamiento de agua para riego, quitará al sistema Ayuí el 27,3% de su descarga anual. En este contexto no resulta admisible conceder el uso del agua al límite de la oferta, comprometiendo el recurso agua en niveles críticos, con total desprecio para las actividades que se realizan aguas abajo.”
La justa denuncia de la represión desplegada en Catamarca enarbolada por medios y sectores que batallaban hasta hace poco en contra de los piquetes y enarbolaban el derecho a circular sobre el de peticionar (salvo cuando la realizaron las patronales agrarias), propugnando la recuperación por la fuerza del espacio público,  es otra muestra del sesgo impreso por  determinados intereses. Una cosa es poner en debate la megaminería y muy otra usarla como bandera contra el gobierno, cuando sin duda potenciarían esa forma de explotación en el caso hipotético de asumir el poder gubernamental.   
 
MEGAMINERÍA Y REPRESIÓN
La megaminería a cielo abierto está cuestionada y debe realizarse un gran debate sobre el tema. Las cifras sobre los volúmenes de agua que se utilizan, el impacto del cianuro, los efectos contaminantes son tan absolutamente desproporcionados y contradictorios según  que lo esgriman los que están a favor o en contra, de lo que se deduce  que aparte de que alguien está mintiendo, esto no puede dilucidarse con el silencio gubernamental  y mucho menos con la represión que criminaliza la protesta social.
El gobierno, como en muchos otros aspectos, debe tomar la iniciativa. Estableciendo el equilibrio adecuado entre desarrollo económico y protección ambiental. En caso contrario, su ausencia produce un agujero tan profundo como el que la megaminería deja en la tierra en su búsqueda de minerales.  
 
10-02-2012           
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente

5 comentarios:

  1. "a la mina no voy. /Yo no quiero morirme/en un socavón." ¿los mineros estarán de acuerdo con volver a meterse en los socavones o preferirán el trabajo a la luz del sol?

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  2. ¿No es comparable con la 125? Decime cuál sería la razón del Gobierno que estarían dispuestos a aceptar los antiminas.

    Si lo del cianuro y el consumo de agua son como dicen los expertos (y se puede verificar científicamente por cualquiera, es cuestión de medir), no hubiera tenido sentido la campaña de temor infundado que metieron desde el principio los ambientalistas. El argumento más sólido que les queda es que "las mineras se llevan todo" y es un argumento más anticapitalista que económico (en el sentido de hacer números a ver cuánto queda para cada uno).

    Estoy convencido de que los "ambientalistas" no van a aceptar nada que no sea el NO a la minería, lisa y llanamente.

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  3. Quién pida prohibir la mega minería debería proponer alternativas laborales para sus trabajadores, estrategias parlamentarias y jurídicas para cambiar los marcos regulatorios de la actividad y reemplazos a los ingresos fiscales, provinciales y federales que la prohibición acarrearía.
    El tema es controlar y vigilar - ambiental y económicamente - lo que hace el capital. En la minería como en el comercio.

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  4. Acuerdo con los comentarios precedentes. El "Ambientalismo Dolce Gabbana" plantea el modelo del atraso, del eterno coya haciendo potiches y tejiendo ponchos para los turistas. Hay que darles las alternativas para que se puedan desarrollar al menos con lo que tienen: Piedra y cascote.

    Si se puede hacer bien, que se haga bien. Si se puede cobrar más, que se cobre más. Pero es absolutamente irracional que se prohiba.

    Si una decisión así se hubiera tomado hace 50 años, hoy viviríamos en chozas de paja, ya que las viviendas son 100% "minería a cielo abierto y deforestación" en el lenguaje ecotaliban. Pero parece que muy pocos están dispuesto a hacerse cargo de lo que proclaman alegremente, como si las palabras no significaran nada.

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  5. Lo de la salubridad deberá salir de diferentes opiniones académicas y demostrarse fehacientemente. Hay derecho a desconfiar de el estudio técnico corporativo. Y creo que es una buena oprtunidad para que se debata que es lo que es viable, que es lo adecuado y que es lo posible. No se puede tomar partido tan livianamente, sin haber sopesado todos los aspectos. No creo que haya que ver el conflicto sólamente de manera política (tipo 125), ni reivindicar ciegamente consignas sin confrontar verdaderamente las verdades. Históricamente siempre hubo al menos dos versiones de todo esto. Sobre los agrotóxicos lo mismo. Esta bueno que salga del oscurantismo y se ponga todo sobre la mesa, pero en serio. Admitir todos los desastres que ha hecho la minería en jujuy, por ejemplo, a traves de permisividades neoliberales menemistas y prácticas que hay que erradicar. Los saneamientos de pasivos que hay que hacer, las denuncias judiciales pendientes por negligencias. Los proyectos que existan tienen que ser orgánicos a sus poblaciones, saludables y funcionales. Uno de los temas que mas me viene preocupando es esta situación de énclave en que se sitúan las mineras, algo que casi equivale a un país dentro del país, que pareciera incluso tener poder sobre el estado, e incluso sobre la policía. Esas cosas son las que me parecen atendibles. No se puede hablar de garantías sobre empresas que practicamente condicionan y determinan todo, incluso los controles. Hay que cambiar las leyes de tal manera que se ajusten a derechos del país. Sinó parecen bases tipo Guantánamo. El debate sobre "extractivismos" me parece muy interesante para comprender distintas caras del problema. Hay algo de atendible en eso tambien. El hecho extractivista es algo así como decir: bueno, me hace falta plata, vendo un pedazo de riñon. En tal caso, vendemos una montaña y la hacemos guita. En ese caso habría otros criterios que atender, como por ejemplo, el hecho de la utilización de minerales en el país, el desarrollo de industrias, la sustentabilidad.... Supongo, todo eso debe estar contemplado en los debates, y ver que propuestas pueden salir. Yo creo que los planes deben ser integrales. Y por las dudas repito todo el tiempo: SIN LICENCIA SOCIAL VERDADERA (Y NO COMPRADA) NO DEBE ENCARARSE NINGÜN PROYECTO. De esa base para arriba, está el debate.

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