19 septiembre 2011

EL TIEMPO ES FUNCIONAL A LA IMPUNIDAD


El hecho ocurrió hace 20 años.
El inicio de la investigación hace 16 años.
Se le vendieron armas a Ecuador y Croacia bajo la cobertura que iban destinadas a Venezuela y Panamá. Ninguno de estos países solicitó dichas armas.
Clarín impulsó la investigación periodística, posiblemente por una disputa privada del orden sentimental entre Ernestina Herrera de Noble y el Ministro de Defensa Oscar Camilión. 
Fueron imputados el presidente Carlos Menem, familiares del mismo, funcionarios de su gobierno, altos jefes militares. Carlos Menem estuvo algunos meses detenido bajo prisión domiciliaria. En la misma situación y por un tiempo muy breve, estuvieron Domingo Cavallo, Oscar Camilión y Emir Yoma.
 Fueron procesados además el canciller Guido Di Tella, el ex Ministro de Defensa Erman González  y  el ex jefe del ejército Martín Balza.
Uno de los destinos de las armas fue Ecuador en guerra con Perú. Este último país fue uno de los países más solidarios con Argentina en la guerra de Malvinas y nuestro país era garante ante Naciones Unidad por la paz entre los contendientes.
Se traficaron alrededor de 6.500 toneladas de armas y municiones.
Fabricaciones Militares debía recibir cien millones de dólares por dicha venta. Sólo percibió cuarenta. La diferencia habría quedado en poder de los intermediarios.
La confesión de Luis Sarlenga, ex interventor de Fabricaciones Militares es lo que precipitó la detención de Carlos Menem.  
Sarlenga en un momento  se convirtió en “arrepentido” y afirmó que Emir Yoma le había confiado que el dinero de las armas tenía como destino el PJ y que “todos sabían” cuál era el destino real del armamento.
Se detectó una coima de 400.000 dólares a favor de Emir Yoma depositada en la cuenta Daforel de la casa de cambio Multicambio  que tiempo más tarde cerró.
En 1996, el presunto traficante Diego Palleros fue citado por la Justicia y escapó hacia Sudáfrica.  Luego fue “traído”  y declaró “todos sabían cómo y a quién se vendía”
El 3 de noviembre de 1995, una sospechosa explosión se produjo en la Fábrica de Armas de Río Tercero. El ex presidente Carlos Menem rápidamente la calificó como accidente. Cualquiera haya sido el motivo, permitió que se extraviaran pistas. Se supuso que la explosión fue intencional. Murieron siete personas, más de 300 sufrieron heridas y quedó destruida parte de la ciudad.
Durante estos años hubo muertes sospechosas vinculadas a la investigación. Un helicóptero se precipito en el campo de polo de Palermo el 8 de octubre de 1996. Murieron 10 personas.     Entre ellos  el General de Brigada Juan Carlos Andreoli y su esposa, que había sido interventor en la Dirección de Fabricaciones Militares y en ese momento dirigía los Arsenales del Ejército y del agregado militar en Lima Coronel Rodolfo Aguilar que en febrero de 1995 advirtió al embajador argentino en Perú, Arturo Osorio Arana, que se producirían embarques ilegales de armas desde el aeropuerto de Ezeiza a Ecuador.
Junto a ellos murieron dos altos jefes del ejército peruano y sus esposas y la cuñada del general Martín Balza, Andrea Máspero de Serrano y su concuñado, el mayor       Antonio Serrano.
Hubo dos extraños suicidios: el del capitán Horacio Estrada, presunto traficante, antes que declarara, y de la secretaria de Emir Yoma, Lourdes Di Natale, después de extensas declaraciones.
El hecho ocurrió hace 20 años.
La investigación se inició hace 16 años.
La corte de la mayoría automática hizo su trabajo fundamental: despejar el camino eliminando la mayoría de los delitos (asociación ilícita, falsedad ideológica de documento público, etc) obligando a cambiar el fuero, dejando un proceso acotado sólo a la figura de contrabando agravado de difícil probanza.
La corte hizo lo suyo y el tiempo el resto.  
Todos los procesados fueron absueltos.
El tiempo ha anestesiado el caso.
La impunidad se alimenta de las protecciones recíprocas, de investigaciones inexistentes, de la justicia amañada, de la destrucción de pistas y pruebas y de la distancia entre el inicio del juicio y la sentencia.
Si fuera una novela, se podría decir que fue un sueño imaginado por el autor.
Nunca salieron las armas, nunca voló la Fábrica de Río Tercero, los suicidados nunca existieron.
Una trama similar a la voladura de la AMIA y de la Embajada de Israel.
En el primer caso, el único procesado es el juez que realizó la investigación. De la segunda sólo papeles para rellenar la nada. Ni siquiera Israel, llamativamente, es querellante.
En el libro “ArgenLeaks, del periodista Santiago O Donnell se cuenta sobre el caso Amia: “…en mayo del 2008, Nisman (el fiscal) se contactó con la embajada de los Estados Unidos para “disculparse” por no haber avisado que iba a pedir la captura del ex presidente Menem, según una serie de cables diplomáticos confidenciales obtenidos por Wikileaks. A lo largo de cuatro reuniones entre el fiscal y los funcionarios estadounidenses, de lo que dan cuenta los cables, Nisman presentó informes detallados de su investigación judicial del atentado. Los estadounidenses lo felicitaron reiteradamente y lo alentaron a seguir adelante con la llamada “pista iraní” aunque no mostraron entusiasmo, sino más bien preocupación por el desarrollo de la llamada “pista siria” que involucraría a Menem”.
El poder es impunidad afirmó categórico Alfredo Yabrán. Versión actualizada de los consejos del viejo Vizcacha en el Martín Fierro: “Pues siempre es güeno tener/Palenque ande ir a rascarse".      
Ahora el tiempo sepultará esta sentencia sorprendente sobre el caso caratulado “Contrabando de armas a Ecuador y Croacia”.
El caso se cierra con la fórmula con que   presentan sus escritos los abogados ante los jueces con una pequeña modificación de acuerdo a los hechos aquí descriptos: “Sirva proveer de conformidad para que no se haga justicia”.       

17-09-2011
Hugo Presman. Para publicar citar fuente. Todos los derechos reservados.
      

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